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por Luis Losada Pescador Los dirigentes populares se alejaron hace años de los principios del humanismo cristianos sin despeinarse. Y Pastor-Elorriaga piensan que pueden seguir siendo infieles a sus principios fundacionales con santa paz. Así que como Carod Rovira prefieren evitar los debates nominalistas y centrarse en el cambio centro reformista. Un cambio que les ha llevado a no hacer oposición al “divorcio express” y que les mantendrá silentes ante el "matrimonio" homosexual. Este es el verdadero significado del nuevo vestido metrosexualizado | |||||
| El PP cambia su imagen corporativa y con ella su contenido programático. Aunque anuncian que mantendrán la referencia al "humanismo cristiano", el liderazgo de Rajoy y la cercanía de Gallardón, apuntan hacia un nuevo giro al centro-reformismo El XV Congreso del PP no consolidará el continuismo como defiende El País. A no se que por continuismo se entienda la consolidación del proyecto centro-reformista vacío, fofo y sin contenido. El cambio de "caras y organigrama" anunciado por Rajoy es más que el resultado de una lucha por el poder. Supone la consagración de un partido sin ideología, manejado por las encuestas, sujeto a los últimas tendencias sociales y sin más discurso que el de la unidad de España y la sacralidad de la Constitución. El cambio al naranja no sólo comunica fuerza, juventud y empuje como sostiene Rajoy. El naranja es el color elegido por todos los partidos de centro europeos en contraste con el azul conservador y el rojo "progresista". Pero Spain is different. El rojo es el color del Santander de Botín, el PSOE cambia al azul -¿conservadurismo?- y el PP baila hacia el naranja. Todo apunta a que Gallardón, Piqué y Zaplana serán los nuevos baluartes del "marianismo". Ninguno tiene nada que “vender”, salvo una "buena gestión" aderezada con deficit público. Pero a los tres les une haber salido del armario este verano a través de las páginas de Polanco. Defienden un "nuevo PP", más moderno, cercano a la gente, alejado de las ataduras del pasado. Huyen del término “carca”, inteligentemente utilizado por ZP. O sea un PP socialdemócrata en lo político, social y moral. Prisa apuntala el cambio. Esta es la razón por la que -imprudentemente- trataron de meter mano en los estatutos del partido eliminando la referencia al humanismo cristiano como ya lo habían hecho la Internacional Demócrata de Centro y la macro fundación FAES. Pero la revolución interna de los democristianos ha sido de órdago y ni Ana Pastor ni Gabriel Elorriaga estaban dispuestos a asumir el coste del encendido debate y la eventual votación de la propuesta. Así que han optado por retirarla antes de presentarla. Al fin y al cabo, los dirigentes populares se alejaron hace años de los principios del humanismo cristianos sin despeinarse. Y Pastor-Elorriaga piensan que pueden seguir siendo infieles a sus principios fundacionales con santa paz. Así que como Carod Rovira prefieren evitar los debates nominalistas y centrarse en el cambio centro reformista. Un cambio que les ha llevado a no hacer oposición al “divorcio express” y que les mantendrá silentes ante el matrimonio homosexual. Este es el verdadero significado del nuevo vestido metrosexualizado. Por otra parte, la deificación de la Constitución resulta tremendamente pobre. El presidente de Castilla León, Juan Vicente Herrera, llega a calificar España como el consenso nacido de 1978. Con tal definición, no me extraña que los nacionalistas deseen bajarse del tren en marcha. Pero los populares han hecho de España su bandera, “la ilusión que les une”. Eso sí, la España de 1978. Como si la comunidad política llamada España hubiera nacido entonces. En resumen: mucho marketing y poco contenido en la nueva imagen pepera. •- •-• -••• •••-• | |||||
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