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El Nuevo Orden Mundial contra el Orden Natural
Las polítcas de los organismos internacionales atacan a las instituciones de Derecho Natural
Asistimos, de forma pasiva la mayoría de
las veces, a un planificado y sistemático ataque a la dignidad
de la persona por parte de Organismos de carácter Internacional,
que son los dóciles instrumentos de las políticas demográficas
de algunos gobiernos, que ajenos a los intereses de sus pueblos,
trabajan para determinados lobbies y grupos de presión
contrarios a los valores del Derecho Natural.
Estos organismos actúan como disciplinados verdugos y ejecutan
los planes imperialistas marcados por la ideología antivida
imperante en el Nuevo Orden Mundial e imponen a los países,
muchos de ellos sin posibilidades de defensa por sus condiciones
de subdesarrollo, políticas atentantorias contra el mismo ser de
esas naciones: sus habitantes.
En Kenia, por ejemplo, se ha revelado que el gobierno local se ha
visto obligado por las presiones de las multinacionales y del
Banco Mundial (controlado por los Estados Unidos) a imponer
programas de control de la natalidad, incluso en zonas cuya
población se encuentra en disminución. En este país africano,
tan sólo se puede acceder al servicio sanitario nacional
gratuito mostrando un documento que atestigua la aceptación de
estos programas.
La situación en Hispanoamérica no es menos grave.
Según el secretario del Centro de Bioética del Hospital
Gemelli, en Brasil han sido esterilizadas sin su consentimiento
muchas mujeres en el momento en el que dan a luz. Por ejemplo, en
años pasados, el gobierno promovió en el Estado de Paríba la
esterilización en masa de las mujeres entre los 15y 40 años de
edad. Según el Instituto Brasileño de Geografía y
Estadísticas, el 49,7% de las mujeres del Estado ya han sido
esterilizadas. En muchas ocasiones, las víctimas de esta
práctica, han sido precisamente las mujeres pobres y sin
educación escolar.
En Cuba, según ha revelado la revista especializada en asuntos
demográficos "Populi", la industria antinatalista
viola flagrantemente el embargo comercial con el consentimiento y
financiación indirecta de Estados Unidos.
Gracias a la ayuda de la UNFPA (United Nations Found for
Populations Activities), agencia de la ONU que se encarga de la
promoción del control demográfico, pronto operará en Cuba una
fábrica de píldoras anticonceptivas. Esta institución de la
ONU ha destinado fondos millonarios a la realización del
proyecto. La fábrica, que comenzará sus actividades a finales
de este año, tendrá una capacidad productiva de 500 millones de
píldoras al año.
La administración Clinton, a pesar de que se muestra sumamente
dura con todos los gobiernos que establecen intercambios
económicos con el régimen de Castro, ha permitido esta
iniciativa, pues de hecho la UNFPA recibe la mayor parte de su
financiación del gobierno de Estados Unidos. Según el doctor
José Pérez Vivesil, coordinador general del Ministerio de
Salud, Cuba experimenta una escasez alarmante de medicinas e
instrumentos médicos para atender a la población; sin embargo,
no tiene ningún problema para conseguir material antinatalista.
Para asegurarse una efectiva aplicación de los programas de
control demográfico, la dirección de la UNFPA aprobó el mes de
marzo pasado programas de "asistencia" a Cuba por un
valor de varios millones de dólares.
De esta manera garantizará la producción y distribución para
cumplir los objetivos de la UNFPA : abastecer a la isla caribeña
con el 90 por ciento de todos los instrumentos y el material
necesario para aplicar las esterilizaciones.
Respondiendo a todos los ataques contra la vida de la política
antinalista la CELAM, a través de su presidente monseñor
Rodríguez Maradiaga, lanza duras acusaciones contra el
imperialismo demográfico estadounidense:
"Estados Unidos apoya los planes de la ONU a favor de la
anticoncepción, de la esterilización e incluso del
aborto".
Como compromiso asumido en la Conferencia de El Cairo, cada año,
el Fondo de las Naciones Unidas para la población (UNFPA)
distribuye 17 mil millones de dólares para promover planes de
control demográfico que prevén, entre otras cosas, la
esterilización y, en ocasiones, el aborto. A partir del año
2005, esta cifra anual será de 20,5 mil millones de dólares.
Hace cinco años, el gobierno de Estados Unidos destinaba a estas
actividades 152 millones de dólares. Ahora esta cifra se ha
aumentado a 585 millones, un presupuesto superior al de la
organización para la alimentación de la ONU, la FAO. En los
últimos veinte años la agencia estadounidense para el
desarrollo, USAID, ha invertido 4 mil millones de dólares en
promoción del control demográfico con todos los medios.
Este dinero, sale de los bolsillos de los contribuyentes
norteamericanos, de los cuales aproximadamente 60 millones son
católicos.
El obispo de Tegucigalpa percibe que la ONU "da la
impresión de ser un instrumento de los Estados Unidos para
promover campañas antinatalistas" e invita por ello a
"denunciar a los políticos que reciben dinero de los
Estados Unidos para aplicar en nuestros países los programas
contra la natalidad. Tenemos que ayudar a nuestros pueblos a
mantener el amor por la vida, que forma parte de su tradición, y
oponernos al terrorismo de cierta propaganda que considera que
nuestros países están superpoblados. No hay que presionar a
nuestros gobernantes para que disminuyan la población, sino para
que aumenten nuestros recursos".
En la misma línea, en el otro polo complementario, además de
eliminar a los hijos, se pretende manipular a las madres, su
maternidad, en función de los intereses del Sistema.
Así, Hanne Haaland Matlary, catedrática de Política
Internacional de la Universidad de Oslo, ha lanzado acusaciones
muy duras contra los gobiernos que legislan sistemáticamente
contra las familias: "Vivimos en unos tiempos extraños en
los que una institución natural como la maternidad ha perdido
sus derechos".
Para dar a comprender mejor estas denuncias, la profesora noruega
estableció una lista de los "derechos naturales" de la
maternidad que son sistemáticamente vulnerados por el Sistema:
el derecho a un salario familiar que pueda servir de sustento a
la familia; el derecho a tener el número de hijos que deseen los
padres de familia; el derecho de la madre a escoger entre el
trabajo o el hogar o de conciliar maternidad y trabajo sin
sentirse por ello discriminada; el derecho a educar a los hijos
en materia de valores espirituales, vida sexual y moral, etc...
Matlary reconoce que hablar de "derechos de la
maternidad" puede ser reductivo; sin embargo, dadas las
circunstancias, es necesario: "ya no existe un
reconocimiento natural y tradicional de los derechos y deberes de
la maternidad. Por desgracia, ha llegado el momento de luchar
política y legalmente por hacer que se respeten los derechos
naturales que nacen de la institución de la maternidad".
En este sentido, la catedrática hace una importante distinción
entre "derecho de la maternidad" y "derecho a la
maternidad" (afirma que este último no existe): "La
maternidad es un don, no es un derecho".
"Recuerdo que en la cumbre de Pekín sobre la mujer, en
1995, donde participé en las negociaciones del texto final en
representación de la Santa Sede recuerda la Janne Haaland
Matlary se quería sustituir la palabra "madre"
con la expresión "mujer en procreación", una
concepción mecanicista de la sociedad, la reducción de la madre
a una entidad material y biológica". Por tanto, es
necesario reafirmar una visión amplia de la maternidad, ligada
al destino y a la realización de completa de la mujer, integrada
en el seno de esa sociedad que es la familia, pues los derechos
de la maternidad no son "los derechos de cada mujer".
Certificando las denuncias contra los ataques a la natalidad y a
la maternidad, el presidente del Consejo Pontificio para la
Familia, el cardenal Alfonso López Trujillo, en Río de Janeiro
habló de una especie de conjuración global y sistemática
contra la familia.
¿Y por que es la Familia el objetivo?:
Frente a un Estado-inclusa donde el cuerpo social camina hacia
una comunidad de miembros directamente incorporados al Estado,
sin improntas familiares, con su educación y los valores
participados desde el poder y los medios de comunicación, que
les fraguan los proyectos de vida, la familia es un incómodo
obstáculo, una estructura social inconveniente a ciertas fuerzas
financieras, monopolios de la comunicación y políticos
ambiciosos para sus designios de homologar valores, creencias,
votos, hábitos de vida y de consumo. La familia produce
ciudadanos libres porque la familia es seguridad humana y
emocional, educación formadora, salud corporal y moral,
libertad, autonomía frente al Estado leviatán.
Un Estado, que en el Nuevo Orden Mundial está dejando de ser una
estructura administrativa al servicio de los ciudadanos y garante
de sus derechos, para ser la herramienta de opresión de unos
ciudadanos a los que se les pretende privar la dignidad
intrínseca que tienen por su naturaleza y de los valores que les
ennoblecen.
Javier de Jaso y Azpilicueta
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"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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