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Tomás Moro y la Eutanasia
Moro era un maestro de la ironía y de la sátira cuyo sentido del humor casi nunca le abandonaba.
Es harto sabida la continua manipulación
que el D.M.D. (Asociación pro Derecho a Morir Dignamente) hace
del pensamiento de Santo Tomás Moro, con relación a la
eutanasia, en su obra Utopía.
Se hace, pues, necesario aclarar algunos aspectos interesantes y
que estas personas parecen olvidar sistemáticamente, ya que así
responden mejor a sus propios intereses.
En el siglo XVI el término "utopía" ya había pasado
a ser de uso común significando «repúblicas imaginarias que
nunca existieron ni existirán, visiones vanas, fantasías de
filósofos que entretienen el tiempo y ejercitan su agudeza»
("De República Anglorum", Thomas Smith,
1583)
Durante más de cuatro siglos, la Utopía de Santo Tomás Moro ha
ejercido diversas influencias sobre numerosos conceptos de la
naturaleza de la sociedad: su organización, su ética de
conducta y sobre el alcance que tiene el valor de la persona
humana.
Se la ha tenido, equivocadamente, como precursora de las
doctrinas socialistas, hasta el punto de creer ver en ella un
apoyo definitivo al comunismo materialista. Otros la han
considerado una clara inspiradora en sus esfuerzos de reforma
social y también hay quien la ha rechazado categóricamente y
tenido por un ideal impracticable y fantástico.
Sobre la Utopía, escrita originariamente en latín,
porque éste era el idioma común de los estudiosos europeos que
constituían el público de Moro, se ha dicho mucho y variado (es
interesante y recomendable la obra "Introduction to
Utopia", de H. W. Donner, London 1945) y a menudo se
ignoran algunas consideraciones que todo lector debería tener
muy presentes si quiere llegar a comprender la obra, de la manera
como Tomás Moro y sus amigos quisieron, es decir, de la forma
como una mente del siglo XX pueda penetrar en el mundo del XVI.
Ciertamente hay algunos rasgos que son tan sorprendentes que
requieren estos comentarios. Como cuando habla, pongamos el caso,
del matrimonio de los sacerdotes, el divorcio por intolerable
ofensividad de carácter, la incitación al asesinato de un
monarca enemigo y la eutanasia de los ancianos y enfermos ("Utopía",
Libro II, capítulo g, puntos 11 a 18), aspecto éste que nos
ocupa ahora.
La primera consideración es que Utopía es un
diálogo y que a veces es tan difícil discernir lo que Moro
sostenía como lo que no compartía en absoluto.
La segunda consideración es que Utopía no es una
nación cristiana sino un estado colectivista; un estado inhumano
gobernado por la mera razón humana.
La tercera consideración es que Moro era un maestro de la
ironía y de la sátira cuyo sentido del humor casi nunca le
abandonaba; el significado superficial a menudo no se corresponde
con la totalidad de su pensamiento.
La cuarta es que el vocablo "Utopía", originaria y
etimológicamente, significa «En ningún lugar». Con
los años, la palabra se ha hecho sinónimo de Estado ideal, y
hay quien se inclina, equivocadamente, a pensar que todo el
contenido constituye el ideal de perfección de Moro, y que,
consecuentemente, no puede ser criticado. No era éste su
propósito.
Al final de la obra, Tomás Moro, escribe en nombre propio y así
se manifiesta: "Muchas de las cosas que vinieron a mi mente
sobre los hábitos y leyes de estas gentes me parecieron bastante
absurdas". Y también: "Aunque él (Hythlodaye;
protagonista de Utopía) sea un hombre de unos estudios
indiscutibles, sin embargo no puedo concordar con todo lo que él
afirmó"
Moro siguió la idea hasta donde pudo, y nos mostró las nefastas
consecuencias de una razón divorciada del sentimiento y de la
revelación.
JoséLuis Bello
P.D. Tomás Moro murió martir de la Fe en 1535. Cononizado en
1935.- Fiesta el 22 de junio.*
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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