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La gran fiesta de la Democracia.
C
Los españoles vamos a tener
entretenimiento para rato, todo tipo de juegos malabares se van a
ver en el escenario político durante las próximas semanas, y no
está de mas que nos preparemos a observarlo todo con una actitud
que elimine lo mas posible el riesgo a sufrir una apoplejía o
algo parecido, ya que, teniendo en cuenta que nada nos puede
sorprender ya, si que es posible que esos profesionales de el
removimiento interior, que tenemos hoy por hoy como padres de la
patria, nos toquen alguna fibra sensible (gracias a la cual,
dicho sea de paso, permanecemos "vivos").
Pues bien, no está de mas que a la hora de ejercer nuestro más
principal derecho en este "Estado de bienestar", que
es, como no, el de aportar nuestra mas tolerante voluntad y
confianza de gobierno, tengamos presentes algunos de los puntos
que nos marca esa gran enemiga de la teoría liberal, que es la
que impera actualmente, me refiero, ni mas ni menos, a nuestra
propia conciencia católica.
Vamos a ver, ¿qué tenemos?, ¡ah!, ya, sólo dos partidos optan
al gobierno, pues entonces, ¿qué es lo que pasa si ninguno de
los dos representa plenamente mi voluntad?, bueno, en ese caso
bien puede uno optar por alguno de los partidos que realmente
tendrán la última palabra... en fin, si uno quiere que su voto
sirva para algo... pero sigamos, que es interesante.
De la realidad política se desprenden algunas conclusiones,
todos quieren abanderar el progreso, pero la diferencia llega a
la hora de interpretar este progreso; todos afirman que la
igualdad de la mujer quiere decir "equivalencia", y
nuestra conciencia nos dice que esta igualdad se explica cuando
la mujer goce de la misma dignidad que el hombre, y no hay nada
que dignifique mas que dar vida, pues entonces la igualdad se
demostrará cuando la mujer tenga facilidades para dar esa vida,
que conserve su trabajo, que no la acose la idea de un crimen que
se escuda en el falso progresismo... ¿Algún partido que me
defienda en esta postura?.
Entonces sigamos pensando; yo soy lo que he heredado, no entiendo
mi forma de ser si no observo mi historia, y veo que soy grande
pues es grande la historia de España, ¿hay algún partido que
no sólo defienda la unidad de España, sino que además actúe
como si realmente lo creyera?, pues parece que todos están
dispuestos a pactar con aquellos que incluso matan por separar
esa historia...; pero, ¿y que hay de la educación de mis
hijos?, ¿puedo yo decidir la formación que se le va a dar, o
mas bien tengo que hacerlo a golpe de talonario?, creo que mas
bien tendré que dedicarme a desmontar los errores que le
muestren de una manera mas bien discreta, en casa.
Todo esto y mucho mas nos hace ver que no hay en escena ningún
partido con opciones de gobierno que me represente, pero hay que
actuar con lo que se nos da, quiero decir, que con estos bueyes
hay que arar, y en este momento aparece en escena un factor,
¿qué opina la Iglesia de esto?, porque a uno, digan lo que
digan, si es católico, no le va a caer en saco roto algún que
otro consejo de los obispos; la Conferencia Episcopal dice que ya
que ningún partido defiende íntegramente la vida (¡vaya!), hay
que optar por el mal menor, pero que no descarta el voto en
blanco.
En fin, mas claros no han podido ser, no se trata de votar
"al que mas nos guste", sino de votar "contra el
que menos nos guste", y que si esto no nos convence, podemos
"votar a nadie", y mas no nos han podido decir porque
era de oír las tolerantes voces de los demócratas aduciendo a
la misión exclusivamente espiritual de la Iglesia, olvidándose
de la, exclusiva también, misión de pastorear a su rebaño.
A mi ya no me importa pensar quien es el que mas me gusta, yo ya
no me meto en la mejor o peor gestión de un gobierno, no veo mas
libertad, ni mas bienestar, no me siento cómodo viendo la
televisión, ni paseando por las calles, ni hablando con las
mujeres que están sumidas en el mas absoluto desconsuelo porque
ya no pueden regresar a la vida al niño que mató, tampoco estoy
cómodo cuando lo mas fuerte que pueden llamar a un maldito
asesino, es "violento", cuando violentos nos ponemos
todos al enterarnos de sus "hazañas". Lo único que
quiero es que mi voto no se convierta en fruto de mal, espero que
no tenga que arrepentirme, tan sólo una semana después, de
haber decidido.
¡Esto es una maravilla!, con este regalo que los españoles nos
hemos dado, (democracia y constitución) hemos tenido que
renunciar a un poquito de nosotros para aceptar un muchito de los
demás, y nos hemos quedado con tres palmos de narices, sin saber
a quien votar, sin saber que va a ser de nosotros, pero eso si,
todos alegres y contentos, que vivimos en libertad ("y sin
ira").
En resumen, ¿votar?, mas que nunca es necesario, ¿a
quien?
¿se me permite decir un taco?.
Marcial Cuquerella Gamboa.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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