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ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

La familia, presupuesto para el bien común

Por conveniencia emanativa, al hombre le es natural amar; como resultado de la naturaleza surge la familia

Es conveniente que la sociedad, nosotros los ciudadanos, nos preguntemos por la salud de la familia, institución natural, y por la acción de las administraciones, locales, nacionales e internacionales, sobre ésta. A nadie debe extrañar que desde la familia, desde la célula, se analice la acción que le han repercutido tales poderosas superestructuras.

Hoy se pretende que el cuerpo social camine hacia una comunidad de miembros directamente incorporados al Estado, sin improntas familiares. La educación y los valores se participan en gran medida desde el poder y los medios de comunicación, y los proyectos de vida se fraguan en el frío contexto del "Estado del Bienestar" y la "Sociedad de Consumo" y no en el calor de la familia. Se quiere que no suene bien eso de la felicidad en el matrimonio, la responsabilidad hacia los hijos, la fidelidad y el amor conyugal y lo que se quiere hacer "privar" es el contrato mientras dura el amor, el talante "liberal", la pornografía como expresión cultural, el aborto como derecho y la anticoncepción como uso social. Esta situación no es fruto del acaso; los medios de comunicación (en manos de muy pocas voluntades) y los políticos legislando y administrando, promocionan alternativas opuestas: un mero contrato civil (hoy por hoy entre macho y hembra), la unión de hecho, la homosexualidad como opción (no como problema).

La familia es un incómodo competidor, una estructura social inconveniente a ciertas fuerzas financieras, monopolios de la comunicación y políticos ambiciosos para sus designios de homologar valores, creencias, votos, hábitos de vida y de consumo, porque como decía el Cardenal Gomá "La familia es el yunque donde se forja el espíritu de la raza, donde se templa el alma de los pueblos.

Receptáculo de las tradiciones, transmisora de atavismos de sangre y de espíritu, troquel en el que se acuña el cuerpo y el alma de los hijos de un mismo pueblo, la familia es la que da esta tenacidad a los elementos que individualizan una generación o una raza".
En la materia, hay que puntualizar tres aspectos respecto al ámbito de la intimidad y al objeto de nuestra consideración:

Proponer soluciones no es juzgar las conductas de las personas concretas en cuestiones de conciencia sino denunciar que las leyes y la socialización política están adocenando la conciencia de las personas y particularmente las de los niños en periodo de formación. Eso sí que es entrar en la conciencia.

No todo lo que se pretende cuestión de conciencia queda ahí. Por ejemplo, el aborto es una cuestión de Orden Público porque se trata de un crímen tan horrible como el parricicio y el legislador tiene obligación grave de ejercer su función e impedirlo haciendo legales todos los medios legítimos.

No se trata de coaccionar la libertad sino de buscar el bien común de una sociedad en libertad, sin trabas artificiosas donde se defienda lo bueno y natural al hombre.

Así como la mayoría de las estructuras sociales surgen por conveniencias legítimas y para satisfacer intereses, la familia nace y se mantiene por el amor. ¿Qué ocurrirá cuando en la sociedad sólo se hable el lenguaje del instinto? Como el objeto del deseo es la posesión de algo y el objeto del amor es la entrega a alguien, la familia puede acabar siendo la referencia de un domicilio común donde tolerarse mientras se encuentra algo más deseable.

Por conveniencia emanativa, al hombre le es natural amar; como resultado de la naturaleza surge la familia. Permaneciendo naturalmente juntos los cónyuges, los hijos son queridos y educados en el seno del hogar, evitando un Estado-inclusa.

En el proyecto de todo grupo político debería estar la defensa de la familia porque es el presupuesto para el bien común. Esto, evidentemente no ocurre cuando sólo se persigue el interés sectario (eufemísticamente denominado "interés general"). Con los ataques a la familia, además de las consecuencias directas, se hace peligrar la paz de la sociedad porque se está viciando el ámbito primero y natural de la sociabilidad humana y cegando el canal de transmisión de los valores que caen sobre el fondo del corazón humano.

Jesús Terreros


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"ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el Foro Arbil

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