|
Editorial .
Extrapolando de nuevo a Sardá podríamos
disitinguir dos tipos de relativistas: uno el doctrinal y
especulativo, y otro, el de la mayoría, práctico. Consiste el
primero en negar franca y redondamente la existencia de Verdades
y valores absolutos, pretendiendo anular o desconocer las pruebas
irrefutables en que se fundan. Consiste el segundo en vivir y
obrar sin negar estos, pero como si realmente no existiesen. Los
primeros son relativistas teóricos o doctrinales; los segundos,
relativistas prácticos, y son los que abundan más.
Lo propio acontece con el Liberalismo filosófico, sus
desarrollos doctrinales, económicos y sociales y con los
liberales. Hay liberales teóricos y liberales prácticos. Los
primeros son los dogmatizadores de la secta: filósofos,
catedráticos, diputados o periodistas, que enseñan,
dogmatizando, en sus libros, discursos o artículos el
Liberalismo; que defienden tal doctrina con argumentos y
autoridades y con arreglo a un criterio racionalista, en
oposición embozada o manifiesta con el criterio del Derecho
Natural.
Los liberales relativistas prácticos son la mayoría del grupo,
los borregos de él, que creen a pie juntillas lo que les dicen
sus maestros, o que sin creerlo siguen dóciles a quien los
lleva, y siempre ajustados a su compás. Nada saben de principios
ni de sistemas, y hasta quizá los detestarían si los estudiases
y conocieran toda su deformidad; sin embargo, son las manos que
obran, así como los teóricos son las cabezas que dirigen. Sin
ellos no saldría el liberalismo relativista del recinto de las
academias; ellos son los que le dan vida y movimiento exterior.
Pagan el periódico liberal relativista; votan el candidato
liberal relativista; apoyan las situaciones liberales
relativistas, y vitorean a sus personajes y celebran sus fechas y
aniversarios. Son la materia prima del liberalismo relativista,
dispuesta a recibir cualquier forma y a servir siempre para
cualquier barbaridad. Muchos de ellos iban a Misa y votaron leyes
fundamentales laicistas; hoy día rezan tal vez el Rosario y
votan al diputado liberal que mantiene al aborto. Hanse formado
una como cierta ley de vivir con el siglo, y creen (o quieren
creer) que se va bien así. ¿Les exime esto de responsabilidad ?
No, por cierto.
Liberales relativistas prácticos son también los que rehuyendo
explanar la teoría liberal relativista, que saben está ya
desacreditada para ciertos entendimientos, procuran, no obstante,
sostenerla en el procedimiento práctico de todos los días,
escribiendo y perorando a lo liberal relativista. Proponiendo y
eligiendo candidatos liberales; elogiando y recomendando sus
libros y personas; juzgando siempre de los sucesos con el
criterio liberal; manifestando siempre odio tenaz a todo lo que
tienda a desacreditar o menospreciar su querido Liberalismo
relativista. Tal es la conducta de muchos periodistas prudentes,
a quienes difícilmente se encontrará en delito de formular
proposiciones concretamente liberales relativistas, pero que, sin
embargo, en todo lo que dicen y en todo lo que callan no dejan de
hacer la maldita propaganda sectaria. Es éste de todos los
liberales relativistas el más dañino.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
La reproducción total o parcial de estos documentos esta a
disposición de la gente siempre bajo los criterios de buena fe y
citando su origen.