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La bendición de Kim Basinger.
La nueva película protagonizada por Kim Basinger aborda, otra vez más, el fenómeno del satanismo. No es una buena película, pero contiene algunos elementos de cierto interés
En su nueva actuación cinematográfica,
Kim Basinger encarna a la enfermera Maggie, una mujer separada
que lleva una vida tranquila. Su monotonía se rompe cuando
reaparece su hermana menor, Jenna, tras varios años de absoluta
incomunicación. Toxicómana, esa misma noche le entrega su hija,
nacida unos pocos días antes, para que la cuide, lo que hará
durante varios años.
La niña, Cody, sufre una especie de autismo, pero las relaciones
con su tía son magníficas. Es atendida en una escuela infantil
especializada, dirigida por unas religiosas católicas. Varios
años después, Jenna reaparece de la mano de su marido, el
dirigente de "nueva comunidad", ONG que rehabilita
toxicómanos y organiza cursos de crecimiento personal para
adultos, ¿les suena? "Tu único Dios eres tú mismo",
es uno de sus lemas. Sin embargo, esa organización, que huele a
"new age" por todos sus poros, es la pantalla de un
peligroso grupo de satanistas.
Cody tiene poderes. Podría ser una santa, o una maga. Y los
satanistas quieren adueñarse de ella para modelarla en sus
creencias y hacerla una de los suyos. Su tía, Maggie, "de
familia católica, pero no creo en esas cosas", tomará
conciencia de lo excepcional del caso abruptamente. Conocerá a
un policía (Jimmy Smits) antiguo seminarista ("hay otras
formas de luchar contra él", confesará a otro policía),
especializado en satanismo y que investiga el asesinato de varios
niños que tienen una característica común: haber nacido el
mismo día que Cody. Los satanistas, descubriremos, los
sometieron a pruebas para investigar si se trataban de "el
elegido", y al comprobar que no tenían poderes especiales,
los asesinaron.
Esa es la trama central. Poco original, al menos hasta aquí.
Otros aspectos de
la película.
De 107 minutos de duración, está dirigida por Chuck Russell, un
cineasta especializado en el género fantástico (Pesadilla en
Elm Street 3, La máscara, Eraser).
La influencia de El exorcista y La profecía en este film es
evidente. Pero su resultado final, globalmente, queda muy por
debajo de ambas.
Aburrida en muchos momentos, absolutamente predecible, escasos
efectos especiales, su principal activo es, sin duda la siempre
interesante -ya avanzando en su madurez física- Kim Basinger,
pero pese a su esfuerzo, no logra imprimir un buen ritmo a la
película.
Una actuación secundaria de interés es la protagonizada por la
actriz Cristina Ricci, en el papel de una adolescente escapada de
"nueva comunidad" que previene a Maggie de los peligros
que le acechan.
En la compleja situación en la que se encuentra, le llegará la
ayuda de una de las religiosas de la guardería, consciente de la
excepcionalidad de la niña, que tiene una indudable sensibilidad
y unas extraordinarias cualidades morales para su corta edad.
Un sacerdote minusválido, especializado en satanismo y
suspendido por el Vaticano (¿acaso por creer en la existencia
real de Satanás?), ayudará a nuestra atribulada enfermera,
explicándole el alcance de la situación y facilitándole un
plan de rescate.
Pero otros personajes anónimos intervendrán providencialmente
en momentos de extremo peligro: auténticos ángeles con rostro
humano, parece deducirse, y en aparición casi mística en su
intervención final.
Algunas
reflexiones.
Ya hemos visto que no se trata de una buena película. Decepciona
que Kim Basinger se haya embarcado en un proyecto muy inferior a
las cualidades que ha demostrado tener. Pero no por ello vamos a
reconocer esos elementos de interés que mencionábamos al
inicio.
En primer lugar, existe, según el argumento, un espacio para lo
extraordinario y lo sobrenatural en la vida. Pero al ubicarlo en
unas circunstancias absolutamente inusuales, da a entender que el
cristianismo apenas tiene que ver con la vida cotidiana. Sin
embargo, para los católicos, la vida cotidiana, el trabajo
común, la vida en familia y en sociedad, es oportunidad de
encuentro personal con Cristo y su Iglesia. En la película se
reserva un papel a la Iglesia católica, pero sólo como último
refugio, defensa de causas desesperadas y de atención a los más
débiles. Encontramos, pues, una proyección de la mayoritaria
mentalidad dualista, para la que la religión sólo tiene espacio
en el fuero interno o en reducidos ámbitos domésticos o
caritativos. Justo lo contrario de lo que es el catolicismo.
Se aborda, por otra parte, el problema de las sectas en la
actualidad, muchas veces camufladas en inofensivas organizaciones
que destilan discurso new age hasta la náusea. Y, hoy día,
cuestionar la bondad de este tipo de organizaciones es
"políticamente incorrecto"; no en vano la nueva
espiritualidad ha de ser libre, abierta, ecléctica y plural, y
cualquiera puede intuir o liderar un nuevo grupo. Vemos, pues,
que la aproximación a esa realidad de la eclosión de todo tipo
de sectas y organizaciones pseudo religiosas es muy crítica.
De ahí, el interés de la película.
Fernando José Vaquero Oroquieta.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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