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Manuel Azaña y la guerra de 1936. Un libro políticamente incorrecto.
En su nuevo libro, el historiador Federico Suárez reflexiona en torno a la figura política y humana de Manuel Azaña. También lo hace respecto a la naturaleza de la guerra civil española. Un libro de gran interés que respeta los datos y las fuentes históricas.
Introducción.
Ediciones RIALP ha lanzado a las librerías un nuevo título del
historiador Federico Suárez titulado "Manuel Azaña y la
guerra de 1936" (Madrid, 2000).
De formato pequeño, letra grande y cuidada presentación, este
volumen recoge dos estudios independientes, aunque estrechamente
relacionados por la temática desarrollada; no en vano Manuel
Azaña fue una figura fundamental en la Segunda República
española que antecedió a la guerra civil.
Manuel Azaña.
En el primero de los dos ensayos de este libro, el autor
reflexiona en torno a la figura de Manuel Azaña a partir de
hechos históricos documentados y datos objetivos. El empeño del
historiador es claro: prestar más atención a la realidad que a
las palabras.
Es un estudio breve, de unas 180 páginas. Agrupa un total de 10
capítulos, siendo el primero una introducción. Los posteriores
capítulos están centrados en diversas épocas de su vida
pública, siguiendo un recorrido cronológico y vital.
Azaña es desmitificado. Se nos descubre como un personaje de
particulares características: engreído, desdeñoso, soberbio,
orgulloso, oportunista. Uno a uno, los mitos construidos en torno
a su figura caen deshechos. Su papel en el Ateneo de Madrid, el
salto a la política, su papel real en la caída de la monarquía
(permaneció escondido durante tres meses hasta el mismísimo 14
de abril), su protagonismo en la configuración de la República,
el papel decorativo desempeñado como Presidente durante la
guerra civil; todo ello queda en su justa dimensión, una vez
puestos en evidencia los hechos auténticos que acontecieron.
Pero no por ello dejan de destacarse sus virtudes, que también
las tenía: su formación literaria, su labor en el Ateneo, etc.
El autor nos demuestra que Azaña se rodeó de gente poco
capacitada, cuyo principal activo era su amistad personal, lo que
repercutió directamente en las concretas labores de gobierno
durante el primer bienio republicano.
Como Presidente de la República, se pone en evidencia el papel
decorativo al que, progresivamente, va reduciéndose su figura,
siendo Azaña dramáticamente consciente de ello, manifestando en
diversos testimonios una impotencia patética..
Y una faceta como político que queda cuestionada es la de su
producción ideológica, que no parece superara las grandes y
genéricas afirmaciones, buscando el efecto e impacto inmediato
ante las masas.
Destaca, a partir de rigurosas fuentes documentales, un hecho
decisivo en el final de la vida de Manuel Azaña, conocido pero
silenciado, que molesta a sus biógrafos oficiales: su
conversión al catolicismo en las últimas semanas, cuando ya no
tenía papel que representar en el "teatro del mundo".
Aquí su figura se engrandece, aferrándose a sus últimas y
clarificadoras palabras: "Jesús, piedad,
misericordia".
La figura política y humana de Azaña es desvelada, en este
texto, sin máscaras. Sería conveniente que los
"azañistas" de nuevo cuño estudiaran este libro, para
ser conscientes con ello de los límites de este político, al
que se remiten, como base del proyecto ideológico que pretenden
aplicar en la España de nuestros días.
La guerra de 1936.
En la segunda parte del libro, a partir de unos artículos
publicados con anterioridad en la revista de pensamiento Razón
Española, reflexiona sobre diversos aspectos de la guerra civil
española, fundamentalmente en lo que respecta a su naturaleza.
Especial importancia atribuye al carácter religioso de la guerra
civil, al que dedica varios capítulos: el término
"Cruzada", la Carta colectiva de los Obispos españoles
de 1 de abril de 1937, la polémica entre el lehendakari José
Antonio Aguirre y el cardenal Gomá.
Tres breves capítulos son los dedicados a las causas de la
guerra civil. En el primero reflexiona en torno a la actitud del
ejército de África y su invocación al objetivo de
"restablecer el imperio del orden dentro de la
República", lo que evidenciaba, a su juicio, el total
deterioro de la convivencia ciudadana en los meses previos al
alzamiento, constituyendo factor desencadenante del mismo.
En el tercero de estos capítulos se sacan a relucir algunos
datos que apuntan hacia la preparación de un golpe de estado por
parte de socialistas y comunistas, al que se adelantó finalmente
el alzamiento militar y cívico.
El último capítulo, titulado "dos actitudes ante el
tema", reflexiona acerca de los numerosos libros publicados
en torno a la guerra civil, de pretensiones históricas,
denunciando el afán doctrinario y poco histórico de los más
difundidos, mientras que estudios muy rigurosos han encontrado
dificultades en su edición y distribución. A título de ejemplo
reproduce las cifras, que han publicado algunos historiadores,
relativas al número real de víctimas mortales del bombardeo de
Guernica y otras circunstancias relacionadas con el mismo. Tales
historiadores han afirmado que se trata de varios miles, pero
esas cifras no se apoyan en fuentes documentales de ningún tipo.
Por contra, el experto Jesús Salas Larrazábal las reduce
considerablemente, basándose en fuentes escritas del momento.
Este libro es muy oportuno ante la inflación de textos dedicados
a la guerra civil y la Segunda República, tendenciosos y
preconcebidos en su orientación y conclusiones muchos de ellos.
El texto puede ayudar a desarrollar un sentido crítico antes los
mismos, al realizar consideraciones y exponer reflexiones muy
interesantes y meditadas aunque, tal vez, "políticamente
incorrectas".
Un libro para estudiar y tener muy presente.
Fernando José Vaquero Oroquieta.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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