Tayikistán, la línea roja con el Islam .

Otro nueva república, fruto de la descomposición de al Unión Soviética, que se ha mantenido en la órbita de Rusia, de cultura persa pero gobernada por la "nomenkatura" excomunista.

Tayikistán es una de las repúblicas del Asia central más desconocidas, procedente de la desmembración de la antigua URSS. El nombre de tayico viene del persa y significa árabe, era el apelativo que se dio a los invasores musulmanes en el siglo VIII. Después el término ayudó a calificar a los musulmanes sedentarios, que de manera mayoritaria hablaban el parsi, mientras los nómadas lo hacían en alguna variedad de lengua turca.

Los tayicos a finales de siglo XVIII quedaron englobados en el emirato de Bujara y a finales del siglo siguiente formaron parte del imperio ruso, aunque la zona de Pamir, donde habitan los tayicos montañeses quedaron en la parte de Afganistán y de la India británica de entonces. Bajo el comunismo la zoma persófona de Jujand y Samarcanda, el habitat de los tayicos, pasó a ser una república autónoma de Uzbekistán hasta 1929. A partir de este año las autoridades stalinistas decidideron crear una nueva república soviética para los tayicos tomando como base la autónoma que se segregó de la república uzbeka. Como la ciudad histórica de Samarcanda quedó bajo la férula de Uzbekistán, la nueva Tayikistán tuvo que crear de la nada una ciudad en el poblado de Dushambe que se llamó Stalinabad, aunque a aprtir de 1991 recuperó su primitivo nombre tayico.

Después de la muerte del dictador georgiano, Tayikistán entró en los planes de colonización y explotación agraria de Nikita Kruschev y la república se trasformó a favor de la producción algodonera. En 1991 con la cída del comunismo y la disolución d ela URSS el presidente Rajmán Nabiyev proclamó la independencia de la república. Sin embargo, su cercanía al Afganistán de los muhaidines planteó el problema de contagio islamista a la joven república. En el sur del país se acrecentó la actividad guerrillera islamista que tomó la capital Dushambe y las autoridades excomunistas tuvieron que contar con ayuda militar rusa para retomar el poder en 1992. Desde entonces, el gobierno tayico guarda una estrecha alianza militar con Rusia para impermeabilizar su frontera del Afganistán fundamentalista. La aportación militar rusa se compone de una división motorizada y varias unidades de guardias de fronteras, en totoal una fuerza de unos 18.000 hombres. Esta guarnición son la base de la estabilidad de la república, mantiene a las aprtidas fundamentalisats fuera del país y ayuda a mantener a la república dentro del ámbito geoestratégico ruso.

No obstante, la república ha visto rebajar la tensión de su frontera ante el dominio talibán en Afganistán. La oposisión antitalibán formada principalmente por hombres de las tribus minoritarias estaban lideradas por Massud "el león de Panshir", líder político-militar de los tayicos montañeses de Afganistán. Los tayicos exsoviéticos pronto tomaron contacto con él y le ayudaron en lo que pudieron. Cuando Vladimir Putín, presidente de Rusia decidió ayudar militarmente a la Alianza del Norte del desaparecido Massud (asesinado por miembros de Al Quaeda el 9 de septembre de 2001). Los tayicos acrecentaron su alianza con Rusia, incluso los fundamentalistas islámicos tayicos, que se manifestaron contrarios a los talibán. Recordemos que los taycos fundamentalistas eran favorables a los opositores antitalibán y aliados de Irán por se cercanía cultural, ambos son persófonos.

Por tanto, Tayikistán se encuentra en una difícil situación erconómica por su pobreza, depende de la ayuda militar rusa para mantener en el poder a la antigua oligarquía comunista y por su cultura persa se ve más cercana al Irán chiita que la Turquía laica proamericana. El país no cabe duda es un peón activo en consolidar la influencia rusa en el Asia central. Aunque cerca de 200.000 colonos rusos hayan vuelto a Rusia abandonando la pequeña república tayica. Además tienen problemas interétnicos con Uzbekistán, ya que ambos comprenden minorías del país vecino, evaluadas en torno al millón de habitantes.

J.L. O. Martínez.

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