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Textos clásicos: Carlos V sobre Lutero.
El rey Carlos I de España, tras dar todas las oportunidades de rectificar, en defensa de los intereses intelectuales y morales de sus subditos y responder a los dictados de su conciencia se opone a los errores de Lutero.
El 18 de abril de 1521, ante el Emperador
Carlos V, a la sazón de 21 años, y la Dieta del Imperio reunida
en Worms fue instado Lutero a retractarse de sus doctrinas. Este
se negó a admitir otra autoridad que la de las Escrituras -y su
interpretación-. Cuando Carlos V le oyó rechazar toda autoridad
de la Iglesia dijo: "Ya basta; si niega la autoridad de
los concilios no quiero oírlo más", e hizo que lo
despidiesen.
Lutero salió gesticulando como vencedor y aclamado por muchos
partidarios suyos alemanes, en tanto que los mozos de espuelas de
los nobles españoles gritaban por su parte "¡al fuego!
¡al fuego!"
Si los dos nuncios apostólicos, Caracciolo y Aleandro, pudieron
quedar temerosamente cogitabundos oyendo las aclamaciones de los
alemanes a Lutero, les consoló sin duda, la decidida actitud
católica del joven Carlos, el cual, preocupado no menos que
ellos de los graves peligros que amenazaban a la religión por
causa de aquel fraile, aquella misma noche, después de haber
cenado, se encerró en su recámara, y a solas, sin consejeros ni
secretarios, redactó en lengua francesa una protestación de fe
que al día siguiente quería leer en público.
Amaneció el día 19 de abril, viernes, y en seguida los dos
nuncios se dirigieron a palacio. Pronto se reunieron los
electores y demás príncipes, e, interrogados sobre lo que
convenía hacer en el negocio luterano, pidieron tiempo para
consultar. Respondió el César: "Bien, yo deseo
primeramente manifestaros mi parecer" Y sacó fuera una
hoja escrita de su propia mano en francés y otra con la
traducción alemana que fue leida a los electores y príncipes
estando presente el de Sajonia, con lo que muchos se quedaron
más pálidos que si fueran muertos.
Daremos el texto de la traducción castellana, tal como la trae
fielmente el cronista Fr. Prudencio de Sandoval. Así habló
Carlos V:
"Vosotros sabéis que yo desciendo de los emperadores cristianísimos de la noble nación de Alemania, y de los Reyes Católicos de España, y de los archiduques de Austria y duques de Borgoña. Los cuales fueron hasta la muerte hijos fieles de la santa Iglesia romana y han sido todos ellos defensores de la fe católica y sacros cánones, decretos y ordenamientos y loables costumbres para la honra de Dios y aumento de la fe católica y salud de las almas.
"Después de la muerte, por derecho natural y hereditario, nos han dejado las dichas santas observancias católicas, para vivir y morir en ellas a su ejemplo. Las cuales como verdadero imitador de los dichos de nuestros predecesores, habemos, por la gracia de Dios, guardado hasta agora. Y a esta causa, yo estoy determinado de las guardar, según que mis predecesores y yo las habemos guardado hasta este tiempo; especialmente lo que ha sido ordenado por los dichos mis predecesores ansí en el concilio de Constancia como en otros. Las cuales son ciertas, y gran vergüenza y afrenta nuestra que un solo fraile contra Dios, errado en su opinión, contra toda la cristiandad, así del tiempo pasado, de mil años ha y más, como del presente, nos quiera pervertir y hacer conocer según su opinión que toda la dicha cristiandad sería y habría estado, todas horas en error.
"Por lo cual, yo estoy determinado de emplear mis reinos y señorios, mis amigos, mi cuerpo, mi sangre, mi vida y mi alma; porque sería gran vergüenza a mi y a vosotros, que sois la noble y muy nombrada nación de la Alemaña, y que somos, por privilegio y preeminencia singular, instituidos defensores y protectores de la fe católica, que en nuestros tiempos no solamente herejía, más ni suspición de ella, ni diminución de la religión cristiana, por nuestra negligencia en nosotros se sintiese, y que después de nos quedase en los corazones de los hombres, para nuestra perpétua deshonra y daño y de nuestros sucesores.
Ya oísteis la respuesta pertinaz que Lutero dió ayer en presencia de todos vosotros. Yo os digo que me arrepiento de haber tanto dilatado de proceder contra el dicho Lutero y su falsa doctrina. Estoy deliberado de no le oir hablar más, y entiendo juntamente dar forma en mandar que sea tornado, guardando el tenor de su salvoconducto, sin le preguntar ni amonestar más de su malvada doctrina y sin procurar que algún mudamiento se haga de como suso es dicho, e soy deliberado de me conducir y procurar contra él como contra notorio hereje. Y requiero que vosotros os declaréis en este hecho como buenos cristianos y que sois tenidos de lo hacer, como me lo habéis prometido.
Hecho en Worms, a 19 de abril de 1521. De mi mano. - Yo el rey."
Tomado de Ricardo García-Villoslada, MARTIN LUTERO - Tomo I. El fraile hambriento de Dios, Capítulo XVII, Páginas 567/570 (Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, Serie Maior, 1973).
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
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