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Prevengámonos frente a la mentira.
¿Qué es la mentira?: «Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, cree o piensa». En otras palabras, es la falsificación de uno mismo, pero curiosamente se señalan tres campos fundamentales para la vida del hombre y que son los preferidos por la mentira: el ataque al conocimiento, a la fe y al pensamiento metódico. ¿Es pura casualidad?
Los ciudadanos normales, tenemos la
obligación de no dejarnos engañar por los políticos ni por los
"media": nos van en ello la Justicia y la Libertad. Si
nos repiten algo hasta que, invariablemente, creemos que lo hemos
pensado nosotros, lo repetido es falso y a esta sencilla máxima
hay que remitirse ante cualquier duda o incredulidad.
Por fechas que coincidían con elecciones en la autonomía Vasca,
un prócer socialista recomendaba al gobierno una «reinserción
discreta» de los terroristas de la Eta, es decir, que se
mintiera o, al menos, que no se informara a los ciudadanos.
Simple ejemplo de la poca importancia que se da a la verdad en
España y del mucho uso que se hace de la mentira. Y es esa
mentira la que hiere la convivencia natural de las personas, la
que las enfrenta y la que les arrebata partes del mundo que
debieran conocer para ser algo más libres.
Mentira:
¿Qué es la mentira? Sin recurrir a una filosofía más o menos
complicada, definámosla como se siente: «Expresión o
manifestación contraria a lo que se sabe, cree o piensa». En
otras palabras, es la falsificación de uno mismo, pero
curiosamente se señalan tres campos fundamentales para la vida
del hombre y que son los preferidos por la mentira: el ataque al
conocimiento, a la fe y al pensamiento metódico. ¿Es pura
casualidad? Pero para enfrentarse a la mentira no se debe llegar
a no creer en nada, que sería una forma de que la mentira no
alcanzara jamás al que la recibe. Crearía más problemas el no
creer que el creer en lo equivocado. La postura recomendable es
dar a cada cosa su importancia sin olvidar que la importancia de
las cosas de nuestro mundo siempre es pequeña.
Decía el ensayista francés Revel en su «Conocimiento inútil»
que vivíamos bajo el dominio de la mentira. Después de
demostrarlo, por el aquello de similis similia curantur,
concluía que la solución era más democracia, que el entiendo
en su forma liberal-relativista, cuando todo indica que, aunque
el liberalismo relativista no ha inventado la mentira, hace un
uso desmedido de ella, exactamente igual que el comunismo: ambos
sistemas reescriben la historia de la humanidad.
La mentira SIEMPRE es un mensaje, puesto que el hombre es un ser
que se comunica y que vive en un mundo propio sin praderas, ríos
o mares: en la sociedad Y es en ella donde actúan las repetidas
mentiras porque, si no entendemos la sociedad, nuestra sociedad
es decir nuestro mundo, difícilmente vamos a poder actuar sobre
él. Y esta época ha coincidido, o se ha dado por ello, con el
incremento de las comunicaciones. No son ya la prensa y la radio,
los grandes medios usados por el comunismo de Lenin y de Stalin,
o por Goebbels, más los documentales.
Ahora se producen millones de documentales y películas, algunas
difundiendo ideas falsas de la verdad, confundiendo
voluntariamente lo probado con la teoría, más el constante
bombardeo de las televisiones, de los libros, de los satélites.
Curiosamente, la magia de la palabra como vehículo dio lugar a
la presunción de que siempre era verdad y, por lo tanto, de ahí
viene el dar la palabra, el empeñar la palabra de honor. Y de
esto ya no se habla desde el incremento de la información
mecánica: Radio, TV, Cine, Vídeo, Prensa: recuérdese como
algunos hombres, para demostrar la verdad de un hecho, decían
«venía en el periódico»
La mentira es una traición a sí mismo y al mundo que se
falsifica. La magia de la palabra que se da y se acepta por
verdad, es la de la idea, combinada con una característica
humana de la que han sacado grandes beneficios los vendedores y
los políticos: la gente tiende a creer y a decir que sí. Por
eso se puede mentir casi indefinidamente y hasta usando la misma
mentira con la misma víctima. Hasta tal punto es peligrosa esa
facilidad para decir que sí y esa dificultad para decir que no,
que ya se ha creado una ciencia, La Asertividad, para estudiar el
fenómeno y remediarlo.
Hay dos caminos habituales para la mentira:
-La Publicidad (llamada Advertising), que anuncia productos o
servicios y que, en torno al producto, crean un mundo distinto al
diario, más feliz, más americano, más moderno y más femenino,
y esta es la parte, «el ambiente» que miente sobre el mundo,
sobre la sociedad que no vivimos (pero viviremos), el reino de la
hamburguesa, de las patatas fritas en cucuruchos de cartón, de
gorras colocadas con la visera hacia atrás, de pantalones rotos,
de promiscuidad...
-La propaganda (Publicity) con las relaciones públicas, donde se
perfecciona la imitación inducida por la publicidad, se
"racionaliza" y se convierte en ideas de contenido
político, económico o religioso, mientras se trata de mostrar
el mejor aspecto de todo ello. Lo que se llama imagen, es decir,
manipulación de lo que van a ver los espectadores, a los que se
trata perturbar en sus opiniones naturales.
Arturo Robsy.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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