El martes 18 de mayo, Arbil-Bilbao organizó un encuentro de cuadros católicos, con el presidente del Foro Arbil, José Luis Orella, para hablar sobre las posibilidades futuras del catolicismo vasco en la acción diaria. En las interesantes ideas que salieron del encuentro, donde había miembros de diferentes sensibilidades de la Iglesia, se programaron varios puntos a seguir para incentivar y dinamizar el papel del laicado católico en las diócesis vascas. Después de una profunda labor de catarsis, se llegó a la conclusión de la necesidad imperiosa de que el laicado vasco debía afrontar los retos de la actualidad y presentarse de manera valiente ante la sociedad vasca, procurando construir puentes y favoreciendo un clima de familia y ayuda. Los católicos vascos debían incentivar la labor de hacer sociedad, cada vez más necesaria en estos momentos. En la actualidad la sociedad vasca, por la excesiva politización llevada por la polarización existente, se encuentra crispada con puntos de violencia muy visibles. No obstante, la mayoría social del País Vasco quiere vivir en paz y armonía con sus semejantes. En un contexto como este, es imprescindible, que los dirigentes sociales católicos estén lo debidamente formados y orientados para evitar confusiones y ayudar a crear el clima de convivencia social necesario. El clima de convivencia, que Arbil pretende, en la cuna donde nació, ya hace 10 años, no es ningún consenso planteado sobre aspectos relativos, sino únicamente en los cimientos sólidos del compromiso con la verdad. Como católicos, debemos construir una sociedad que se asiente en la verdad histórica, sin posicionamientos de anti o pro nacionalistas, es hora de ser postnacionalistas, en una sociedad que camina, por la verdad, en la dirección que Juan Pablo II marcó, que Europa redescubra su identidad; que España encuentre su misión hispánica; y, por tanto, que el País Vasco vuelva a ser la tierra que dinamizó el catolicismo hispano desde los tiempos de San Ignacio. •- •-• -••• •••-• Redacción |