A finales de agosto, el presidente de Arbil, navarro junto con varios miembros y simpatizantes del foro Arbil-Navarra y otros amigos, visitaron la localidad navarra de Leiza. Este es un pequeño pueblo cercano a la muga con Guipúzcoa, de vieja raigambre carlista, pero que se hizo famoso por el control que ejercía la izquierda abertzale del pueblo. Leiza es un pueblo de tres mil habitantes, que vive de la papelera, la cantera y la práctica tradicional de la ganadería. Sin embargo, el pueblo adquirió fama por contar su ayuntamiento con una mayoría de la izquierda abertzale y producir continuos choques con la parte del pueblo que no respondían a su ideología.
El asesinato de José Javier Múgica, concejal de UPN, del pueblo afloró la tensión y la presión que un sector del pueblo ejercía sobre el resto de la población. Población vascófona, Leiza es una población hermosa y agradable que reúne las tradiciones propias de la montaña navarra. No obstante, los militantes abertzales, originarios en su mayor parte de la inmigración demandada por la industria papelera, favorecieron con su comportamiento que sólo pudiese existir una sola opinión en el pueblo. El asesinato de Múgica trajo a colación los asesinatos cometidos en años anteriores contra muchos habitantes inocentes de pueblos del interior vasco, para poder controlar mejor las áreas rurales vascófonas. La visita que se hacía en este momento era para apoyar y compartir un rato de hermandad con aquellos vecinos que un día decidieron dar la cara y demostrar que Leiza era una población plural, y que el pueblo sólo podía salir adelante con el apoyo de todos, sin imposiciones de un sector a los demás. Reunidos en el txoko, los arbilianos navarros y los leizarras pasaron una jornada bien regada y ambientada con las palabras que el bertsolari local pronunciaba, arrancaba a un alma forjada en el dolor. Después se pasó a visitar algunos amigos de Goizueta y Arano, que por circunstancias personales no habían podido trasladarse. •- •-• -••• •••-• Redacción |