-¿Por qué la Familia espiritual del Padre Morales ha querido organizar el Primer Congreso Internacional sobre su figura? Mª Consolación Isart: El 1 de octubre se han cumplido diez años desde su fallecimiento. A medida que han ido pasando estos años, nos hemos ido dando más cuenta del valioso patrimonio espiritual y pedagógico que nos ha legado con su vida y sus obras; de algún modo, nos vemos en la obligación de difundirlo y hacer partícipes de él a toda la Iglesia, pues vivimos un estilo de santidad laical, apto para todos, en medio de las más variadas realidades temporales. - El Congreso ha llevado por título “El P. Morales, Profeta de nuestro tiempo”¿Por qué se le ha considerado “Profeta”? Mª Consolación Isart: Desde el comienzo de sus actividades apostólicas, en el Madrid de los años 40-50, comprendió que el laicado era un potencial inexplorado y que sólo a través de él se haría realidad la misión evangelizadora de la Iglesia. Así pues, casi veinte años antes del Concilio urgía a que todos los bautizados tomaran conciencia de su compromiso bautismal; cuando en 1982 Juan Pablo II visitó Javier, se sintió plenamente identificado con las palabras que desde allí nos dirigió a todos y una y otra vez nos las repetía: “un católico que toma conciencia de su fe, se hace misionero”. Por otro lado, los que vivimos muchos años junto a él, comprobamos cómo solía adelantarse siempre a los acontecimientos, saliendo al paso de futuras necesidades y ofreciendo de antemano la solución. El primero que se refirió al siervo de Dios como “profeta” fue monseñor Mario Tagliaferri en el funeral celebrado en su honor: “Podemos afirmar que es como un profeta del Concilio Vaticano II en su visión sobre la formación del laicado en la Iglesia y en el mundo”. - ¿Qué estructura han querido dar al Congreso? Mª Consolación Isart: El Congreso ha girado en torno a tres grandes ponencias: el Padre como dinamizador de laicos, como formador y maestro de vida y como hombre de Dios. Numerosas comunicaciones se han presentado, además, acerca de estos tres grandes temas. La conferencia inaugural corrió a cargo de D. Antonio Cañizares, Arzobispo de Toledo y Primado de España, y la de clausura de Dª Lydia Jiménez, Dtra. Gral. De las Cruzadas de Santa María. Puesto que la Obra del P. Morales se encuentra ya muy extendida por Europa y América, se completó el programa con dos mesas redondas en las que intervinieron importantes personalidades de otros países, Alemania, Italia, Chile, Perú, etc. - ¿Qué aspectos destacaría de la personalidad del P. Morales? Mª Consolación Isart: Quizá los más destacable es que fue un gran formador de hombres, apóstol de la juventud y suscitador de vocaciones. Dedicó toda su vida a formar hombres –forjar, como solía decir-. Más de cincuenta pacientes años los dedicó a estas tareas. Para ello se sirvió de campamentos en la sierra –la naturaleza es una excelente maestra para la vida-, de círculos de estudio con vistas a la formación intelectual, y de actividades sociales, que obligaban a los que se formaban a su lado a salir de sí mismos y preocuparse de la formación de otros Apóstol de la juventud, con santa audacia nos impulsaba a defender a la Iglesia con valentía en nuestros centros de estudio o trabajo y a animar a que todos vivieran también con coherencia su compromiso bautismal. El padre Morales tuvo siempre una única obsesión: la salvación de las almas; y un único dolor: la indiferencia de los bautizados. Sus ámbitos principales fueron el mundo de la cultura y la educación, el trabajo y la familia. Daba preferencia a la educación, pues sabía que quien forma a la juventud se hace con el futuro de la sociedad. Buscaba soluciones eficaces a largo plazo y por eso nunca le importó ocultarse en esta formación de pequeñas minorías, convencido de que es el mejor modo de cambiar la sociedad. No buscó nunca el éxito inmediato, sino que prefirió esta labor abnegada y oscura. Fue, de modo muy especial, suscitador de seguimientos radicales a Jesucristo. Su entrega abnegada en el confesionario y, sobre todo, su modo de dar los Ejercicios Espirituales, según el más genuino estilo ignaciano, ayudaron a muchos jóvenes a descubrir el camino que Dios quería para cada uno de ellos. Siempre fue consciente de la responsabilidad que Dios había puesto en sus manos. De su dirección espiritual han salido cientos de matrimonios que aspiran a la santidad en la donación mutua en la familia, pero también de consagrados, en la Cruzada de Santa María -consagración laical en medio del mundo- decenas de contemplativas, carmelitas, clarisas, salesas o agustinas, y más de cien sacerdotes seculares. -¿El Padre Morales definía a la Cruzada como “tronco ignaciano y savia carmelitana”, ¿qué quería decir con esto? Mª Consolación Isart:: De la espiritualidad ignaciana hemos recibido su estilo educativo, su formación humana e intelectual, su celo ardiente por la salvación de las almas. De Sta. Teresa su amor a la contemplación, a una vida de total intimidad con Cristo, puesto que nuestra vocación vivida en medio del mundo requiere de manera especial una fuerte vida interior. - ¿Cómo entendía el P. Morales el papel de los laicos en el mundo? Mª Consolación Isart: Comprendió muy pronto que sólo se puede dar una nueva evangelización si se produce antes la conversión del propio corazón. No puede haber una reforma de las estructuras si cada día no nos volvemos cara a Dios. Era consciente de que para hablar, disertar, criticar, siempre había muchos dispuestos; para cambiarse a sí mismos, muy pocos. Pero, hombre profundamente realista, sabía que no podía ser de otro modo, que sólo formando uno a uno a los que se ponían a su lado, enseñándoles a dominar pasiones, vencer defectos de carácter, inculcándoles un alto ideal en sus vidas, se podría lograr esa reforma de la sociedad que todos buscaban. Pedagogía más a largo plazo, pero pedagogía realista, profundamente realista, avalada con toda su vida. - ¿Cómo se ha extendido la Obra por el mundo? Mª Consolación Isart: A finales de los años 80, siguiendo la insinuación del Santo Padre a su paso por el Pilar de Zaragoza, con motivo del V Centenario de la evangelización de América, dimos el salto a éste continente. Primero fue Perú, luego vino Méjico, Colombia y finalmente Chile. Allí trabajamos en varias Universidades –como docentes y atendiendo la Pastoral Universitaria (en Lima, Monterrey, Medellín, etc.)-, pues consideramos prioritario, como un nuevo reto a evangelizar, el areópago de la cultura. En la Jornada Mundial de la Juventud de Compostela, en 1989, el Santo Padre hizo un llamamiento a la nueva evangelización del viejo continente. Supuso para toda la Institución un fuerte impulso para acudir también a algunas Universidades europeas: Munich, Colonia, Roma y Dublín, de momento. El Padre Morales pudo ver aún con ilusión el inicio de esta extensión por América y Europa. - ¿Cuál es el sello de identidad de todas las obras fundadas por este jesuita? Mª Consolación Isart: El profundo amor a la Virgen y el celo por la salvación de las almas. Sin la Virgen, sencillamente, el P. Morales no podía vivir. Su apostolado lo hizo siempre a través de Ella. Estaba convencido por propia experiencia de que, si Dios se quiso servir de Ella para venir al hombre, ahora para llegar hasta Dios es también el camino más directo •- •-• -••• •••-• Redacción |