Madrid, la ciudad que vio nacer la obra del padre Tomás Morales allá en los años 50, acogió del 8 al 10 de octubre el I Congreso Internacional “Profeta de nuestro tiempo”, sobre la figura y carisma de este sacerdote jesuita fallecido hace, ahora, 10 años. A la cita, acudieron más de 500 personas provenientes de diversas ciudades de la geografía española y del extranjero; participantes de Irlanda, Alemania, Italia, Perú, México, Colombia, Chile, Estados Unidos y Australia estuvieron presentes en el Congreso. Los asistentes formaban un ramillete variado de perfiles distintos de la sociedad actual y de los miembros de los institutos por fundados por el padre Morales: juveniles y jóvenes del Movimiento Milicia de Santa María, consagrados de los Institutos seculares Cruzados y Cruzadas de Santa María, matrimonios y niños de los Hogares de Santa María, así como jóvenes profesionales –y los ya jubilados–, empresarios, pedagogos, sacerdotes, amigos, simpatizantes que han recibido el carisma del padre Morales, bien por contacto directo o a través de sus hijos. La vida y enseñanzas de este hombre de Dios, han influido y siguen influyendo en todas las generaciones. La tarde del viernes 8 dio comienzo el evento de la mano del conocido periodista Miguel Ángel Velasco, director del semanario católico Alfa y Omega, quien presentó su obra Tomás Morales, sacerdote de Jesucristo. Se trata de una nueva biografía sobre el jesuita redactada por un periodista de primera línea que, como él mismo afirma, tuvo “la suerte de conocerle personalmente”. Sería difícil describir en unas líneas la riqueza espiritual y humana del padre Morales, así como sus obras, escritos y pedagogía. Entre las múltiples perspectivas desde las cuales se puede analizar la vida del sacerdote, los organizadores eligieron cuatro aspectos en los que centrarse y en torno a los cuales giraron las ponencias, mesas redondas y comunicaciones: El padre Morales como “Formador y maestro de vida”; la “Vigencia y presencia de un carisma”, la figura del jesuita como “Testigo de la vida del Espíritu” y Tomás Morales como “Dinamizador de laicos para la nueva Evangelización”. En la Conferencia inicial el Arzobispo de Toledo y Primado de España, D. Antonio Cañizares, resaltó la necesidad de que los bautizados fueran santos, algo en lo que se empleó el padre Morales, impulsor y movilizador del laicado. Dirigiéndose especialmente a los jóvenes les dijo: “Se puede ser joven, de hoy, y ser santos”, que recordaba las palabras pronunciadas en mayo de 2003 por Juan Pablo II en Madrid “es posible ser moderno y profundamente fiel a Jesucristo”. Animó a los presentes y a todos los laicos a “meterse enteramente en el mundo, enraizándose en la tierra como se enraizó el Verbo encarnado” ya que los seglares juegan “un papel singular en esta hora de la nueva evangelización”. El arzobispo, que conoció al padre Morales y trató con él durante su ministerio episcopal en Ávila, aseguró que el padre Morales fue un verdadero maestro pues dio testimonio de coherencia: “vivió como pensó y pensó como vivió”, puntualizó. En su primer encuentro con el sacerdote jesuita, Mons. Cañizares quedó impactado; el padre Morales le anunció “usted va a sufrir mucho”, pero a la vez le recordó el ejemplo de Cristo y María ante el Padre, “Fiat Voluntas Tua” (Hágase tu voluntad). Sin duda, era el lema del Padre Morales. De su persona destacó, además, su sencillez y humildad, su amor a la pobreza, su práctica de las bienaventuranzas, y su pasión por la Iglesia, “por quien dio su vida”. El Congreso ha sido una lluvia de testimonios de aquellos que conocieron al padre Morales y aprendieron de él a ser fieles a Jesucristo y a ser testigos del Evangelio en todos los ámbitos sociales. La conferencias y comunicaciones completaron como un puzle las distintas facetas del jesuita. Entre ellas mencionamos su profunda veneración a la Virgen María, su sentido del humor, su valoración a la mujer, su pedagogía de la superación, la formación de hombres y mujeres de acción o su preocupación por la institución familiar. El Congreso finalizó con una Eucaristía presidida por el obispo auxiliar, Mons. Eugenio Romero Pose, quien sustituyó al Cardenal Rouco a causa de su enfermedad. En la homilía el obispo resaltó la figura del padre Morales como “profeta de nuestro tiempo al estilo del profeta Eliseo quien acogió a los que necesitaban sanarse y purificarse para presentarse delante de Dios”. Igualmente comparó al sacerdote con san Pablo, un apóstol que predicó la gloria de la cruz, y “el padre Morales quiso abrazar su cruz y compartirla, predicarla porque es la única que nos libera”, manifestó Mons. Romero Pose. El padre Morales nació en Macuto (Venezuela) el 30 de octubre de 1908. Consagró su sacerdocio a la animación de los laicos, lo cual que queda reflejado en sus fundaciones y en sus libros, entre los que destacan Forja de hombres, Laicos en marcha y Hora de los Laicos. Falleció el 1 de octubre de 1994 y en el año 2000 se abrió su proceso de canonización. •- •-• -••• •••-• Altagracia Domínguez |