Arbil cede expresamente el permiso de reproducción bajo premisas de buena fe y buen fin | Para volver a la Revista Arbil nº 88 Para volver a la tabla de información de contenido del nº 88 | La especialización obrera en la Acción Católica Española por Francisco García Piñero El papel jugado por algunos hombres e instituciones de la Iglesia Católica durante los años del régimen de Franco se ha configurado como uno de los temas a los que la historiografía actual le ha prestado mayor atención. En este marco, la Acción Católica ha recogido, desde hace algunos años, una curiosidad creciente por parte de los investigadores; en especial, las secciones de apostolado especializado obrero de la misma. No obstante, esta curiosidad ha sido muy minoritaria por lo que respecta a los orígenes de estas especializaciones. En el presente trabajo, exponemos los jalones más significativos que la Acción Católica Española va recorriendo, entre los años 1939 y 1946, de cara a la aparición de los movimientos apostólicos especializados obreros | Introducción. Es sabido que el papel jugado por algunos hombres e instituciones de la Iglesia Católica durante los años del régimen de Franco se ha configurado como uno de los temas a los que la historiografía actual le ha prestado mayor atención. En este marco, la Acción Católica ha recogido, desde hace algunos años, una curiosidad creciente por parte de los investigadores; en especial, las secciones de apostolado especializado obrero de la misma. No obstante, esta curiosidad ha sido muy minoritaria por lo que respecta a los orígenes de estas especializaciones. Términos de la cuestión. Ha venido siendo lugar común aceptar la idea de que el origen de la especialización obrera en la Acción Católica Española se debió a una decisión directa de Pío XII, transmitida a Plá y Deniell en su visita ad limina de febrero de 1945. Esta decisión cobra sentido en una doble circunstancia, a su vez histórica y política. En primer lugar, en el alejamiento histórico que la Iglesia en España había manifestado con respecto a la clase obrera. En segundo lugar, en la inminente caída de los regímenes totalitarios europeos circunstancia ante la cual, era previsible que se produjera una intervención aliada en España. Este hecho, unido al anterior, habría determinado la decisión de Pío XII de crear una base obrera para la fundación en España, de un partido democristiano. Presupuestos y fuentes documentales de nuestra investigación. En el presente trabajo, exponemos los jalones más significativos que la Acción Católica Española va recorriendo, entre los años 1939 y 1946, de cara a la aparición de los movimientos apostólicos especializados obreros. Una aproximación a las fuentes documentales contenidas en el Archivo General de la Acción Católica, nos ha permitido establecer la cronología de las acciones más relevantes que la Junta Técnica Nacional de la Acción Católica desarrolla entre estos años con vistas a dar un desarrollo orgánico a las bases para la reorganización de la Acción Católica en España. Los primeros pasos: de mayo de 1939 a diciembre de 1940. Tras la guerra civil la jerarquía de la Iglesia en España se dispuso a reorganizar el apostolado seglar, tarea que acometió en la reunión de metropolitanos celebrada entre los días 2 y 5 de mayo de 1939. Las nuevas bases de la Acción Católica fueron aprobadas en la reunión de la Junta de Metropolitanos españoles celebrada en el otoño del 39. La institución quedó organizada de modo jerárquico en una estructura vertical en la que partiendo de la Junta Suprema, constituida por la reunión de los metropolitanos, se iban transmitiendo las orientaciones a los distintos organismos nacionales, diocesanos y parroquiales. La base sexta, encargada de la organización de los centros parroquiales afirmaba: “...En las feligresías que cuenten con número crecido de fieles de una profesión determinada, con especiales necesidades espirituales, además de los centros generales, destinados a personas de cualquier profesión, se podrán establecer Centros especializados de una profesión determinada, para ejercer el apostolado entre los semejantes por medio de los semejantes”. Abierta la posibilidad de formar centros especializados dentro de la Acción Católica General se entendió, como requisito previo, que era preciso contar con un número suficiente de sacerdotes y seglares formados en las nuevas bases de la organización, para poder desarrollarlas de modo acabado. Esta es la tarea que se acomete en los años que transcurren entre el 1 de julio de 1940 y la celebración de la Primera Semana Nacional de la HOAC, a finales de octubre de 1946. Desde la Dirección Central de la Acción Católica, a través de la Junta Técnica Nacional, y de los Consejos Superiores de Jóvenes y Hombres, se van a desarrollar una serie de actividades formativas destinadas al abordaje de este objetivo. Por lo que respecta al primer organismo, dos van a ser las medidas dispuestas por la Junta Técnica para alcanzar aquel fin en este periodo inicial. La primera, en la reunión de la mesa directiva de la Junta Técnica Nacional celebrada el 1 de julio se informa de la decisión de la Dirección Central de celebrar en Madrid una Semana del Consiliario con el tema: Las nuevas bases de la Acción Católica. La finalidad del curso había de ser la formación del mayor número de sacerdotes en las nuevas bases de la Acción Católica para que acometieran la reorganización de la misma en sus respectivos centros. La semana fue dirigida por el joven sacerdote Vicente Enrique y Tarancón quien recibió el permiso de su obispo para trasladarse a Madrid a partir del 1 de septiembre, contando la organización del curso con ochenta becas para asistir a los doscientos sacerdotes que se esperaba confluyeran al mismo, de cuyo éxito informó Zacarías de Vizcarra a la mesa directiva de la Junta Técnica en la sesión celebrada el 2 de octubre de 1940. La segunda medida fue la creación del Instituto Central de Cultura Religiosa Superior, presentado por Zacarías de Vizcarra a la mesa directiva de la Junta Técnica el 22 de octubre. Por lo que respecta a los Consejos Superiores de rama, el de jóvenes contaba en noviembre de 1940 con un encargado de obreros que fue Benjamín Martín Pelayo, mientras que el consejo superior de hombres se había propuesto como objetivo para el curso: “coadyuvar a la formación de los miembros que se ocupen de esos centros (se refiere a los centros especializados) ... fomentando entre ellos el espíritu de apostolado, siguiendo las normas que a estos fines concretos reciba de la Jerarquía eclesiástica. También trabajará en la introducción del espíritu cristiano en las diversas organizaciones profesionales integradas por hombres que es uno de los fines que marca el reglamento general de esta rama”. A partir de este momento, tres etapas pueden distinguirse en el desarrollo de esta tarea formativa que marcan, a su vez, los jalones que se van recorriendo en el camino hacia la especialización obrera. Primera etapa: diciembre de 1940 – 1 de mayo de 1943. Mientras la Junta Técnica Superior dedicaba los últimos meses del año a la organización y puesta en marcha del Instituto Central de Cultura Religiosa Superior, el Consejo Superior de Jóvenes organizaba la peregrinación a Santiago de Compostela para la cual se habían organizado una serie de jornadas de estudio para la formación de dirigentes. También el Consejo Superior de Hombres realizó actividades encaminadas a la formación de seglares durante este curso 40-41. Entre los días 20 y 23 de marzo de 1941 organizó una jornada de estudio de hombres de la Acción Católica que tuvo lugar en Madrid. El programa de la jornada constaba de dos partes. Una estaba dedicada al estudio de temas relacionados con la organización y desarrollo de centros diocesanos y parroquiales. La segunda parte estaba dedicada al papel del sacerdote. Se habló de la dignidad del sacerdote, de la necesidad de la vida sobrenatural del sacerdote, de las obligaciones de la sociedad para con los sacerdotes, del papel de la familia como vivero de vocaciones, de la campaña pro-seminario y por último de la misión social del sacerdote. Durante los meses de verano del año 1941, los jóvenes de la Acción Católica se ocuparon de la especialización obrera, puesto que no fue la peregrinación a Santiago la única actividad organizada por el Consejo. En este sentido, el día 2 de julio de 1941 Manuel Aparici envió a Alberto Martín Artajo una carta en la que solicitaba subvención de la Junta Técnica para la celebración de una serie de cursos de formación durante ese verano. Dos eran los destinados a las especializaciones. Uno para la formación de vocales diocesanos de apostolado universitario y otro para la formación de vocales diocesanos de apostolado obrero. El costo total previsto era de dieciséis mil pesetas para lo cual se solicitaba a la Junta Técnica Nacional la subvención de los mismos. La contestación de la solicitud por parte de la Junta Técnica llegó el día 4 de julio en sentido negativo por problemas económicos, a lo cual el consejo superior de jóvenes insistió con una nueva carta el día 11 del mismo mes. El día 1 de octubre de 1941 Manuel Aparici Navarro firmaba la memoria de actividades del curso 1940-1941, en la que se afirmaba en relación a la especialización obrera que: “...Eligio Gómez Ríos, consiguió formar un grupo de obreros para nuestra Obra. Algunos de aquellos iniciaron durante este curso el secretariado, consiguiendo la organización de varios centros especializados obreros. En unas treinta diócesis existen tales centros, funcionando en ellos una Academia donde se les enseña cultura general y religión. El secretariado del Consejo Superior envió normas a los diocesanos para organizar este apostolado, que esperamos recoger en copiosos frutos durante el curso próximo”. Durante el curso 41-42 las actividades formativas se multiplican tanto por lo que respecta a la formación de consiliarios como de seglares. Entre los meses de octubre y diciembre de 1941, la Junta Técnica, a través del Instituto Central de Cultura Religiosa Superior, organizó un curso de formación para consiliarios que se celebró en Villa San Pablo de Carabanchel entre los días 21 de enero y 1 de febrero de 1942. También en relación con la formación de consiliarios en las nuevas bases de la Acción Católica y la difusión de la necesidad del establecimiento de especializaciones, está la publicación por Zacarías de Vizcarra de un artículo en Ecclesia el 7 de febrero de 1942 con el título: Esquema de la unidad y variedad de cada rama de la Acción Católica en la parroquia. Presenta dos partes, en la primera, se ocupa Vizcarra de enfatizar la necesidad de organizar centros especializados por ambientes como medio de garantizar el éxito del apostolado jerárquico organizado. La labor de penetración en un ambiente determinado está mejor garantizada si ésta es realizada por elementos de un mismo ambiente social: “Pero el apostolado de ambiente no se puede realizar adecuadamente si no se organizan centros especializados, integrados por elementos del mismo ambiente. Un centro general, abierto a toda clase de personas y formado por elementos de toda clase de ambientes, no tendrá fuerza de penetración en un ambiente determinado”. Tras lo cual, se dispone a explicar la forma que la Acción Católica ha establecido para la consecución de este objetivo sin mermar la debida unidad de la institución en torno a la parroquia. La unidad necesaria quedaba garantizada mediante: “el establecimiento de un centro principal y de un consiliario principal (cuya función será) mantener la debida unión y colaboración entre los socios de todos ellos (se refiere a los centros especializados y los de carácter general) por medio de la mesa directiva”. Las funciones de esta última serían: “...dirigir las actividades comunes de todos los socios, admitir oficialmente a los numerarios, y ejercer ante extraños la representación parroquial de su rama...”, mientras que la función del consiliario principal sería presidir: “...a los demás consiliarios de su Rama como delegado especial del párroco para los asuntos generales de toda ella”. En línea a la actividad desarrollada a principios de ese año, la Junta Técnica propuso un nuevo curso para la formación de consiliarios, previsto para el mes de julio de 1942 en el seminario de Vitoria sobre el tema genérico de “Acción Católica” , cuya celebración tuvo lugar entre los días 11 de julio y 10 de agosto de 1942. Cerrando el curso 1941-1942 con la programación y celebración de un nuevo curso de formación para seminaristas y consiliarios en Madrid, en la casa de los padres Paúles en Carabanchel. El curso se celebró entre los días 8 y 30 de septiembre de 1942 asistiendo a su clausura el viceconsiliario general de la Acción Católica, Hernán Cortés, quien afirmaba en su discurso que la Acción Católica era imprescindible en la tarea de reconstrucción espiritual de España puesto que a la falta de sacerdotes, se unía la repulsa que, en muchos ambientes, se manifestaba hacia ellos, siendo una obligación de los sacerdotes formar centros de Acción Católica en sus parroquias. El Consejo Superior de jóvenes de Acción Católica, también organizó actividades destinadas a la formación de militantes en el apostolado especializado obrero. Durante los días 1 a 5 de julio de 1942, se celebraron en Toledo unas Jornadas para presidentes diocesanos. A estas jornadas asistieron representantes de los consejos diocesanos de: “Almería, Astorga, Ávila, Badajoz, Ceuta, Cartagena, Calahorra, Cuenca, Córdoba, Gerona, Granada, Guadix, Jaén, Lérida, Madrid, Orense, Oviedo, Palencia, Pamplona, Plasencia, Salamanca, Santiago, Segovia, Toledo, Valencia, Valladolid, Vich, Vitoria, San Sebastián, Zaragoza y Barcelona”, desarrollándose un programa de once puntos del cual destaca el noveno: “el dirigente del aspirantado y de los apostolados especializados” y el décimo: “Acción conjunta de los dirigentes de la organización” . La función de los secretariados sería la de garantizar la formación de los dirigentes. Estos secretariados podrían ser de acción inespecífica o general y: “fundamentalmente de acción directa que liberan su acción de un modo exclusivo sobre un grupo de la juventud: Aspirantes, Universitarios, Obreros, Castrense. Su misión es la propuesta de planes para cada uno de sus grupos, como complemento a los planes generales que a ellos, como a todos los secretariados, les serán impuestos...” . A estas actividades se unió la preparación de un curso para la formación de dirigentes obreros cuya programación comenzó el día 29 de julio de 1942. La mesa directiva de la Junta Técnica recibe la notificación de que el consejo superior de los jóvenes está desarrollando un programa para la celebración durante ese mismo verano de un curso de formación para dirigentes obreros. A este respecto se solicitó una subvención a la Junta de Fomento de obras de la Acción Católica por valor de siete mil quinientas pesetas que la Junta Técnica elevó a la citada Junta con un informe favorable a la concesión de la misma. El curso se celebró durante los días 1 al 15 de agosto de 1942 en la villa de Cóbreces con la asistencia de un total de cuarenta y cinco obreros de Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Vigo, Asturias, Sevilla, Toledo, Palencia, Zaragoza, Burgos, Astorga, Málaga, Logroño y Guipúzcoa siendo el programa seguido el siguiente: “Métodos de apostolado, a cargo de Florentino del Valle, S.J.; Historia de la acción social de la Iglesia, a cargo de José Luis Díez, S.J.; Gracia y Jesucristo, a cargo del p. Ignacio; y por último, Acción Católica. Teoría y práctica, a cargo de Manuel Aparici”. El año 1942 se cierra con la celebración durante los días 12 a 14 de noviembre de unas jornadas de oración y estudio organizadas por el Consejo Superior de Hombres en Madrid en las que se desarrolló el siguiente programa: “Campaña de santificación de las fiestas; Vida económica de la rama; Fundamento sobrenatural del apostolado: medios de conseguirlo en los hombres de la Acción Católica; Formación específica de los hombres de la Acción Católica, y su irradiación a los hombres en general; Apostolado patronal y obrero; Apostolado con los necesitados: presos y pobres; Apostolado de los hombres en la familia, la profesión y la sociedad; Relaciones entre las ramas de jóvenes y hombres de la Acción Católica; Apostolado castrense y Permanencia de las anteriores campañas de Acción Católica”. Las jornadas fueron clausuradas por el arzobispo de Toledo, Plá y Deniell, quien afirmó que eran los hombres de la Acción Católica quienes debían llevar el espíritu cristiano a los distintos ambientes, y no sólo a los centros parroquiales, con la finalidad de contribuir a la reconstrucción de la nación en colaboración con la Jerarquía de la Iglesia. Dentro de esta tarea, era vital el apostolado con los obreros y clases populares en general por hallarse éstas, a entender del primado de España: “apartados de la Iglesia y sus preceptos”. Esta misión debía realizarse siguiendo el esquema propuesto por los Papas en su magisterio social y mediante la puesta en práctica de la formación y el ejemplo. Esta primera etapa va a terminar con la programación por parte de la Junta Técnica Nacional de un nuevo curso para la formación de seminaristas a celebrar en el seminario de Vitoria durante el verano de 1943. El curso comenzó a prepararse en la sesión de la mesa directiva de la Junta Técnica de 20 de enero de 1943 encargándose Zacarías de Vizcarra de todas las gestiones relacionadas con el mismo, que quedó definitivamente fijado en la sesión de 5 de abril de 1943. Este mismo día se dispuso la celebración, para el día 1 de mayo, del pleno de la Junta Técnica Nacional con el siguiente orden del día: “Memoria de los consejos superiores de las cuatro ramas. Informe sobre los distintos cursos de verano. Primeros pasos sobre el apostolado especializado (castrense, universitario y obrero) con arreglo a las bases vigentes de la Acción Católica”. Recogía la Junta Técnica las iniciativas que desde el curso 39-40 venían realizándose de cara al desarrollo íntegro de las bases de la Acción Católica. Segunda etapa: 1 de mayo de 1943 – 4 de mayo de 1946. Tras la celebración del pleno de la Junta Técnica, las actividades encaminadas a la formación de consiliarios y seglares serán patrocinadas en varias ocasiones por la misma Junta Técnica. Ésta se encargó de distribuir las ponencias sobre la especialización obrera desarrolladas en el Pleno del 1 de mayo, por todos los Consejos Superiores de rama. El 22 de mayo de 1943 el Consejo Superior de hombres informa a la Junta Técnica de las actividades relacionadas con la organización del apostolado especializado obrero. El camino marcado para la consecución de esta especialización fue la creación de secretariados obreros dentro de los centros generales de hombres en los que una minoría se formara como apóstoles de la clase obrera. La constitución de estos secretariados será la base sobre la que aparezca la HOAC a partir de octubre de 1946. El día 26 de mayo, la misma Junta Técnica decide patrocinar el cursillo para la formación de dirigentes obreros que el Consejo Superior de Jóvenes estaba organizando para el verano de ese año. El lugar elegido fue la casa que los padres Paúles tenían en Marín (Pontevedra) entre los días 5 a 20 de agosto de 1943 siendo el programa a desarrollar el siguiente: “1- La juventud de Acción Católica y el apostolado obrero; 2- Vida sobrenatural; 3- Doctrina social de la Iglesia; además se organizarán ciclos de conferencias sobre distintos temas como España en la historia de la cultura, San Juan Bosco, etc...” . Así mismo, se decidió invitar a distintas personalidades de otras ramas de la Acción Católica para que asistieran al cursillo de Marín destacando de entre los invitados: “Riaza y Rovirosa”. El año 43 se cierra con la decisión por parte de la Dirección Central de la Acción Católica de crear en el Instituto Central de Cultura Religiosa Superior una sección social con la finalidad de formar dirigentes obreros habilitándolos: “...para merecer el diploma de secretarios sociales y para que puedan asesorar exitosamente a sus compañeros de trabajo en el ejercicio de sus deberes y derechos sociales, familiares e individuales”. El 24 de enero de 1944 aprueba la Junta Técnica la celebración, durante los días 17 a 21 de abril, de un cursillo para la formación social de consiliarios en Villa San Pablo, Carabanchel. El programa a desarrollar se basó en los siguientes puntos: “1-Necesidad y eficacia de la especialización obrera dentro de la Acción Católica; 2-Organización parroquial e interparroquial de la Acción Católica obrera y funcionamiento de los grupos parroquiales en los centros interparroquiales; 3- Constitución y funcionamiento de los centros especializados obreros; 4- Misión y funciones de los asesores de centros obreros como auxiliares de los consiliarios; 5- Formación religiosa, social y ambiental que deben poseer o adquirir los asesores y asesoras de obreros; 6- Formación religiosa, moral y social de dirigentes obreros como medio de penetración y captación del ambiente obrero; 7- Necesidad de organizar obras marginales de carácter económico, cultural y recreativo en derredor de los centros de Acción Católica Obrera; 8- Manera de mantener y dirigir las obras marginales por medio de entidades colaboradoras de la Acción Católica; 9- Necesidad y características de la prensa obrera de Acción Católica; 10- Métodos de formación doctrinal, moral y apostólica de los obreros y eficacia especial de los Ejercicios cerrados y clasificados para estos fines; 11- Aspirantados y secciones infantiles a cargo de los Centros especializados obreros en fábricas y escuelas especiales” apareciendo las conclusiones del cursillo publicadas en Ecclesia el día 20 de mayo en las que se señaló la escasez de “apóstoles dedicados” al estudio y remedio de los problemas del medio obrero, para lo cual se impuso como necesario: “el estudio de los nuevos métodos que debe adoptar el apostolado obrero y el conocimiento mutuo de los apóstoles que trabajan actualmente en este campo” . Este cursillo tuvo su continuación en el celebrado en Vitoria entre los días 1 a 4 de agosto de 1944 que reunió a los consiliarios nacionales y diocesanos de las cuatro ramas de Acción Católica para tratar, entre otras cuestiones, de: “Información de experiencias practicadas por cada diócesis para establecer y fomentar la Acción Católica especializada sobre todo universitaria y obrera”. Durante el año 1944 los Consejos Superiores de rama de hombres y jóvenes desarrollaron actividades de formación relacionadas con la especialización obrera, que venían a sumarse a las organizadas por la Junta Técnica Nacional. Por lo que respecta al Consejo Superior de hombres, entre los días 16 y 20 de marzo de 1944, se celebró en la residencia de los padres Paúles de Carabanchel un curso de formación de dirigentes obreros. Al cursillo asistieron representantes de las diócesis de: “Astorga, Ávila, Barcelona, Burgos, Cuenca, Gerona, Huesca, León, Lérida, Lugo, Madrid-Alcalá, Málaga, Mallorca, Orense, Orihuela, Oviedo, Palencia, Toledo, Tudela, Tuy, Valladolid, Valencia, Vitoria y Zaragoza”, destacando la ponencia en la que se desarrolló el tema del apostolado obrero: “Ponencia sobre organización de apostolado obrero”. Planteaba en primer lugar que el apostolado obrero de los Hombres de la Acción Católica era una colaboración: “...con la Jerarquía en la regeneración religiosa y moral de las masas proletarias y en reintegrar a sus hombres al seno de la Iglesia; especialmente, proporcionando minorías de apóstoles, que a las órdenes de la Jerarquía puedan hacer realidad el pensamiento del Papa de conquistar un ambiente por apóstoles del mismo ambiente, y a los hombres de una profesión por apóstoles de su misma profesión”. Para conseguir este objetivo, era imprescindible la constitución de centros especializados organizados en función del número de ambientes que en el lugar concreto existieran. De este modo: “...en industrias con importante número de obreros estables es conveniente la constitución de un Centro especializado de empresa” siempre y cuando “exista un capellán de empresa que pueda ser el consiliario del Centro”. Teniendo presente que debía ser: “...por ahora, un apostolado de minorías y debe orientarse en un sentido de gran espiritualidad, lo cual con una minoría, es factible”, estando el resto de la formación centrada en: “...las encíclicas sociales, los derechos que la Iglesia reconoce a los obreros, la participación en los beneficios, cómo la Iglesia se preocupa por los humildes; pero sobre todo, debe tratarse de la dignidad de la persona humana, del valor del alma, de la miseria espiritual y moral en que yacen grandes masas de las clases humildes, de la obligación que nos incumbe de participar en el apostolado, de cómo no podemos permanecer indiferentes ante los males espirituales de nuestros prójimos, y especialmente de aquellos que lo son más por pertenecer a la misma clase social. En definitiva, hay que orientarse a formar hombres de vida interior que sean verdaderos apóstoles de la clase obrera, ejemplares en todo, incluso, lo que tiene importancia, en ser los mejores en su trabajo y oficio”. No obstante, el tercer punto tratado por la ponencia hacia referencia a la necesaria parroquialidad de los centros: “La organización del apostolado obrero en Centros especializados, tiene por objeto la atracción por medio de un ambiente adecuado, pero no el hacer una organización de clase, sino que debemos aspirar a restablecer la hermandad entre las clases sociales. Esta hermandad sólo puede basarse en el vínculo que liga a todos los cristianos de ser miembros de un mismo cuerpo, y por esto solo cabe establecerla en el seno de la Iglesia Católica, y como la parroquia es el órgano desde el que de manera ordinaria e inmediata la Iglesia santifica, enseña y rige a los fieles, es en ella donde debe establecerse esta hermandad” , tras lo cual insiste en la necesidad de crear secretariados obreros en todas las diócesis a fin de poder formar las minorías necesarias para ejercer el apostolado en medio obrero, del mismo modo que se recoge la urgencia de crear obras marginales, tales como escuelas profesionales, dispensarios médicos para: “recoger en ellas masas religiosas que corren el peligro de perderse o bien para ir adscribiendo a ella a muchos obreros atraídos por Ejercicios Espirituales u otros medios, pero que no están en condiciones de entrar en los Centros especializados” . La ponencia termina haciendo un llamamiento a la necesaria colaboración entre los miembros del apostolado obrero y patronal en el seno de la parroquia, elemento aglutinante de los apostolados especializados. Esta actividad encontró su desarrollo preciso en las ponencias que formaron el programa del Segundo Cursillo Nacional de Formación Apostólica de Dirigentes celebrado en Vitoria durante los días 16 a 24 de agosto. Por su parte, el Consejo Superior de jóvenes, organizó para este año, el tercer curso nacional de formación de dirigentes obreros cuya sede se fijó en el colegio que los Capuchinos tenían en Lecároz, Navarra, el día 19 de julio. El programa desarrollado en este curso se centró en los siguientes aspectos: “1- La doctrina social de la Iglesia, a cargo de Jesús Iribarren; 2- La Acción Católica y el apostolado obrero, a cargo de José María Noguer; 3- La técnica de la propaganda oral y escrita, a cargo del p. Florentino del Valle, S.J.; 4- Fomento Social, a cargo de Rafael Calvo Serer; 5- España en la historia de la cultura, a cargo de Rafael Calvo Serer; 6- Instituciones Sociales, a cargo de Pedro Gimeno, capellán de la Compañía Auxiliar de Ferrocarriles de Beasain; 7- San Juan Bosco, a cargo de Aresio González de Vega” . La última actividad realizada en el año 1944 corrió a cargo de la Junta Técnica Nacional y consistió en la celebración del pleno de la misma el día 22 de diciembre, en el que se desarrolló el siguiente orden del día: “1- Proyecto de reunión para el estudio del apostolado de la Acción Católica entre los hombres dedicados a profesiones liberales; 2- Proyecto de iniciación de trabajos del secretariado social, 3- Propuesta de segunda reunión nacional de presidentes de juntas diocesanas y 4- Información” . Los puntos mas directamente relacionados con la especialización obrera fueron el segundo y el tercero. En el segundo punto, se pusieron de manifiesto, en primer lugar, la necesidad de aumentar el número de alumnos matriculados en la sección social del Instituto Central de Cultura Religiosa Superior para lo cual se propusieron: “visitar a los párrocos y presidentes de centros masculinos de todo Madrid, a directores y jefes de personal del mayor número posible de empresas y a otras personas e instituciones que puedan ayudarnos en este asunto”. Y en segundo lugar, la necesidad de organizar cursos de verano para obreros debiendo comenzar su preparación de modo inmediato a la celebración de aquel pleno. En el tercer punto, se aprobó la celebración en Madrid de una reunión de presidentes de juntas diocesanas para examinar la marcha en cada una de las diócesis de: “los primeros pasos del apostolado especializado (universitario, castrense y obrero” Dicha reunión quedó programada para la segunda quincena de febrero de 1945 en la que se deberían debatir los siguientes temas: “1- Coordinación efectiva en Juntas diocesanas y parroquiales de ramas y asociaciones de católicos que realicen apostolado externo; 2- Institutos Central y diocesanos de Cultura Religiosa Superior. Escuelas parroquiales de Cultura Religiosa, con su cuestionario general y las contestaciones al mismo. Círculos de estudio; 3- Ecclesia y periódicos de las juntas diocesanas; 4- Hoja dominical y Hojas parroquiales; 5- Tarjeta de Acción Católica; 6- Servicio de crítica cinematográfica; 7- Servicio de orientación bibliográfica; 8- Publicaciones; 9- Propaganda. Captación y formación de propagandistas. Medios varios de propaganda; 10- Apostolados especializados: social, universitario y castrense; 11- Campaña de restauración cristiana de la familia; y 12- Seminario. Ayuda de la Acción Católica a los proyectos de restauración y ampliación. Iniciativas para acrecentar el amor y el interés de los fieles hacia el seminario”. Los frutos de esta sesión plenaria se recogieron en el año 1945 en el desarrollo de las siguientes actividades. Fue la primera la celebración en Madrid, según lo establecido en el pleno de diciembre anterior, entre los días 17 y 18 de febrero de la reunión de presidentes de juntas diocesanas según el programa previsto. Dando respuesta a lo discutido en el mismo pleno, en la sesión de la Mesa Directiva celebrada el día 16 de enero, se organizaron dos cursillos de formación más: uno para consiliarios de centros obreros y otro para la formación de dirigentes seglares obreros. El de consiliarios de centros obreros fue el primero en celebrarse, entre los días 9 a 13 de abril en Carabanchel, discutiéndose sobre los siguientes temas: “La necesidad de la especialización obrera dentro de la Acción Católica; sobre la conveniencia de la parroquialidad de este apostolado; y sobre los medios más eficaces para atraer a los obreros a nuestros centros”. El curso de dirigentes seglares no se celebraría hasta el mes septiembre en Villa San Pablo de Carabanchel con la asistencia de cuarenta y cuatro alumnos de dieciséis diócesis. La apertura corrió a cargo de Zacarías de Vizcarra, quien afirmó en su discurso que era deseo de la Jerarquía establecer las especializaciones en la Acción Católica, pero que para ello se necesitaba un grupo de seglares bien formados que actuaran en la masa como: “complemento y suplemento del sacerdocio” . Palabras que fueron ratificadas por Aresio González de Vega en la sesión de clausura al poner como clave del éxito del camino hacia la especialización obrera: “...la de que abunden consiliarios dedicados a esta labor. Los consiliarios son la gran necesidad para este apostolado”. •- •-• -••• •••-• Francisco García Piñero | | Para volver a la Revista Arbil nº 88 Para volver a la tabla de información de contenido del nº 88 La página arbil.org quiere ser un instrumento para el servicio de la dignidad del hombre fruto de su transcendencia y filiación divina "ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el Foro Arbil El contenido de estos artículos no necesariamente coincide siempre con la línea editorial de la publicación y las posiciones del Foro ARBIL La reproducción total o parcial de estos documentos esta a disposición del público siempre bajo los criterios de buena fe, gratuidad y citando su origen. | Foro Arbil Inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones. N.I.F. 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