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por Luis Losada Pescador El vicepresidente económico parece cansado de ser el “Iker Casillas” del gobierno Zapatero. La ausencia de autoridad presidencial le permiten ciertos desaires |
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| La permanencia de Solbes en el gobierno es una permanente incógnita. Al aterrizar de su tranquilo retiro comunitario afirmaba sin rubor que tenia que atar en corto a los "ministros más jovenes" del gobierno, esos con una permanente tentación del gasto. Ahora el trabajo se le multiplica: además de tener que lidiar con el comando del gasto, debe de gestionar las tensiones nacionalistas para adelgazar el Estado y a su propio jefe de filas, un indocumentado de la Economía que t5odavía no ha tenido tiempo para las dos tardes. Es vicepresidente segundo, pero pasa por los grandes asuntos como de puntillas. En el debate sobre aceptación a trámite del Estatut, se permitió no aplaudir a Zapatero. Y en la reciente OPA de Gas Natural sobre Endesa hizo notable ejercicio de cintura para dejar que la "vice" que manda, Mª Teresa Fernández de la Vega, diera las explicaciones oportunas. Al terminar la rueda de prensa, Solbes salió como una exalacxión, temeroso de las incómodas preguntas de los informadores, mientras De la Vega, permaneció en corrillo animando a Gas Natural a que siguiera adelante con la operación. Es sólo un ejemplo. Pero significativo de la ausencia de un Solbes que parece cada día más quemado. Y con razón. La decisión de la OPA se basó en un informe de Industria, no de Economía. Solbes ha quedado al margen de la decisión más importante de su gobierno y se le ha utilizado para que ofrezca los detalles técnicos. Lo mismo ha ocurrido con la propuesta financiera del Estatut. Antes del acuerdo ZP-Mas, Solbes se mostró contrario a incrementar la cesión del IVA por considerarlo un impuesto estatal. Enésima en la frente. Además, Solbes siempre se ha mostrado contrario a territorializar las inversiones, porque considera que son precisamente las infraestructuras la mejor herramienta para fomentar la cohesión interterritorial. Después, tuvo que alabar el acuerdo para territorializar las inversiones en Cataluña debido al déficit acumulado en la última década. Más. Solbes anuncia que su intención con el impuesto de sociedades es más bien bajar el tipo, más que bajaqr el impuesto. Los sucesivos recortes en las deducciones, harían que el sistema quedara lo comido por lo servido. Pues bien, al anunciar la reforma fiscal, señala que la reforma del impuesto sobre sociedades tendrá un coste cercano a los 2.000 millones de euros. ¿No habñiamos quedado que sería lo comido por lo servido? Por último. Solbes se muestra bastante remolón en cuanto a la promoción de la Ley de la Dependencia. Es consciente de que eso puede generar un agujero de difícil salida teniendo en cuenta que las previsiones gubernamentales apuntan a que en el 2011 comenzarán las dificultades financieras de la Seguridad Social. Es tan sólo un capítulo más del permanente enfrentamiento entre la sonrisa irresponsable de nuestro presidente de gobierno y el "Iker Casillas" del gobierno, obligado a parar todos los goles que sus compañeros tratan de meter en propia meta. La incógnita es hasta cuánto aguantará Solbes en un gobierno que le desautoriza un día sí y otro también ·- ·-· -···
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