Arbil cede expresamente el permiso de reproducción bajo premisas de buena fe y buen fin | Para volver a la Revista Arbil nº 101 Para volver a la tabla de información de contenido del nº 101 | Tambor de El Bruc, óleo de F. Galofré (Ayuntamiento de Manresa) Superando la tiranía de los gobernantes nacionales y locales, vendidos a ideologías e intereses foráneos, cuando la situación ha llegado al límite, el pueblo catalán, como el resto de los españoles, siempre ha sabido responder.
El Real Señorio de Molina por Francisco Angel Cañete Páez Una síntesis de su historia secular | La Muy Noble, Leal y Fidelísima Ciudad de Molina de Aragón, antes llamada de los Condes y también de los Caballeros, capital del Señorío de su nombre, es una ilustre villa cargada de historia, en la provincia de Guadalajara, a las puertas de cuyo recinto amurallado llegué en una muy fría mañana de Diciembre de 1.978, al mando de una Patrulla Militar de Reconocimiento y con la misión de realizar unos levantamientos topográficos en la zona. Establecido el vivac de la patrulla en las inmediaciones del pueblo y tras cumplimentar al alcalde y al comandante de Puesto de la Guardia Civil – a quienes desde aquí, y después de tantos años les reitero mi gratitud y afecto por las muchas facilidades que me dieron para que llevase a cabo de la mejor manera la misión que tenía encomendada- me dispuse a aprovechar mis escasos ratos libres, en imbuirme en la historia y heroicas vicisitudes acaecidas a lo largo de los siglos, en tan ilustre villa. De origen celta, poco sabemos de Molina en la antigüedad. Sánchez Portocarrero. Ilustre molinés, aventura que su fundación pudo deberse a Molión, personaje mitológico; pasando con el transcurrir de los años a llamarse Moliona, y también Maulía y Maxilissa, y por fin Molina. Pasa Roma conquistadora de imperios y Molina siente sobre su calzada el paso marcial de las legiones, dejándonos como legado histórico, un magnífico puente romano sobre el Río Gallo, que aún hoy, después de tantos siglos, conserva firme su calzada y airosa su grácil silueta. Los árabes invadieron el territorio molinés después de haber puesto su planta en Toledo, y Molina pasa a depender del Califato de Córdoba, y al desmembrarse éste, depende unas veces de los reyes moros de Toledo y otras, de los de Zaragoza, Valencia y Albarracín. Reconquistada por Alfonso I el Batallador en 1.129, nueve años mas tarde, en 1.138, el Conde Don Manrique de Lara funda el Señorío de Molina y se convierte en su Primer Señor, dotándola en 1.142, de un magnífico tratado jurídico denominado FUERO DE MOLINA, que hoy, transcurridos mas de ocho siglos, aún se conserva custodiado en el Ayuntamiento de la ciudad. Este códice valiosísimo –que merced a la generosidad del Alcalde de Molina pude tener entre mis manos- joya de nuestros incunables, que comparte antigüedad y nobleza con el propio Cantar de Mio Cid, está escrito en romance castellano, sobre pergamino auténtico y cuya grafía ha permanecido inalterable con el paso de los siglos. No sabemos el nombre del escribano que lo realizó, pero desde aquí le rindo mi modesto homenaje de admiración por la pulcritud y belleza de su caligrafía. Posiblemente fuese un monje del “Mester de Clerecía”; aquél “Menester u oficio de clérigos” que cantaron a la Virgen Nuestra Señora, utilizando el curso rimado de la cuaderna vía, y que desde la soledad del claustro de algún convento de los que por aquellas calendas se fundan en Molina, lega a la posteridad esa joya inapreciable, cual es el Fuero de Molina. La ciudad, por este tiempo(Siglo XIII) se convierte en corte de la poderosa familia de los Lara, que la mandó repoblar, y que hizo del Monasterio de Huerta, en tierras de Soria, su panteón. A Don Manrique de Lara, Fundador del Señorío y su Primer Señor, le sucede su hijo el conde Don Pedro Manrique de Lara(1.167), y a este, el también su hijo Don Gonzalo Pérez de Lara, III Señor de Molina (1.212), que dota al Señorío de nuevas leyes y privilegios y combate con sus molineses, junto a Alfonso VIII, el día glorioso de las Navas de Tolosa (16 de Julio de 1.212). Por la “Concordia de Zafra” (1.223) se puso fin a las contiendas entre Don Gonzalo y el Rey Fernando III de Castilla, acordándose en la misma que Doña Mafalda Manrique de Lara, hija de Don Gonzalo contraería matrimonio con el Infante Don Alfonso, hermano del Rey Fernando, y que a la muerte de su padre heredase el Señorío de Molina –pese a tener Don Gonzalo un hijo varón- el cual cedería a su esposo Don Alfonso. La “Concordia de Zafra” fue el origen de la futura incorporación del Señorío de Molina a la corona castellana, El año 1.239, fallece Don Gonzalo Pérez de Lara, heredando el Señorío –según lo pactado en Zafra- su hija Doña Mafalda, quien lo cede a su esposo Don Alfonso que se convierte así en el IV Señor de Molina. Los Infantes Don Alfonso y Doña Mafalda, fueron los padres de Doña Blanca Alfonso, V Señora de Molina, que heredó el Señorío en 1.262, y según el ilustre historiador molinés Don Claro Abanades López era :” de una belleza no común, valerosa, enérgica, amable, de alma grande y corazón magnánimo, cuidadosa del bienestar de sus súbditos y pendiente en el gobierno de su Estado”. A su fallecimiento en Molina (1) el 15 de Mayo de 1.293, y según cláusula testamentaria, legó el Señorío a su hermana Doña María (2)Reina de Castilla y León y, desde ese día, VI Señora de Molina. (Esto fue así, por haber desaparecido misteriosamente el esposo de Doña Blanca, el Infante Don Alfonso El Niño, hijo de Alfonso X El Sabio, y haberle precedido en el óbito su dos hijas Mafalda e Isabel). En el Señorío se lloró mucho la muerte de su Señora Doña Blanca, pues eran muchas las buenas cosas que había hecho por el mismo a lo largo de su mandato:. Añadió importantes cláusulas al “Fuero de Molina”, acabó las obras del impresionante castillo-alcázar que domina la ciudad; hizo un segundo recinto y lo cercó de murallas con torreones, fosos y barbacanas. En el apartado social, consiguió, a través de su hermana la Reina Doña María, la exención de ciertos impuestos y almojarifazgos a favor de los habitantes del Señorío; protegió a los trabajadores del campo y premió a los jóvenes que se distinguían en artes y oficios mecánicos. El Rey Don Sancho IV junto a su esposa Doña María hicieron su entrada solemne en Molina el día 10 de Junio de 1.293, disponiendo de inmediato la celebración de solemnes honras fúnebres por Doña Blanca en el templo de San Francisco y en el convento de Santa Clara, donde fue inhumado el cuerpo de la Infanta-Señora. Finalizadas las exequias, Don Sancho, tomó posesión del Señorío en nombre de su esposa la Reina Doña María. La Reina Doña María junto a su hermana Doña Blanca, son las dos mas egregias personalidades del Señorío de Molina. Tan es así, que Doña María, pese a los numerosos títulos, grandezas y señoríos que ostentó en su larga y azarosa vida – Reina de Castilla y León, por su matrimonio con el Rey Sancho IV El Bravo; Reina Regente a la muerte de su esposo y durante la minoría de edad de su hijo Fernando IV y de su nieto Alfonso XI- siempre prefirió adicionar a su nombre el título que le otorgaba la capital de su Señorío y donde vió la luz por vez primera :DOÑA MARÍA DE MOLINA, con el que ha pasado a la Historia. Desde su nacimiento, Doña María siempre llevó a Molina en su corazón, si bien y por desgracia, sus estancias en la capital del Señorío, fueron cada vez mas escasas y esporádicas, debido a las múltiples luchas y disputas que hubo de sostener en sus largas y dificilísimas regencias, al objeto de que no le arrebatasen la corona, primero a su hijo Fernando , y a la muerte de éste,(3) a su nieto Alfonso. La Reina Doña María , VI Señora de Molina, falleció en Valladolid el 1º de Julio de 1.321, siendo enterrada en el Monasterio de las Huelgas Reales, de dicha ciudad – fundado a sus expensas-, para descansar después definitivamente junto a su esposo Sancho IV, en la capilla de Reyes Nuevos de la catedral de Toledo. En su testamento dejaba el Señorío a su nieto el Rey Alfonso XI, que inicia la egregia nómina de Reyes de Castilla y mas tarde los de España, que ostentan el título de “SEÑOR DE MOLINA”, que en la actualidad ostenta nuestro Monarca Don Juan Carlos I. En cuanto a su denominación de Molina de Aragón, con la que se conoce a la capital del Señorío, no deja de ser curiosa por demás, sobre todo si se tiene en cuenta que Molina sólo ha pertenecido a lo largo de su historia, seis años a Aragón : desde el 5 de Julio de 1.369, en que fue cedida por los molineses a Don Pedro IV El Ceremonioso –disgustados estos por la cesión que del Señorío había hecho Don Enrique de Trastámara a Don Beltrán Dusguesclin-, hasta el 20 de Mayo de 1.375, en que el Señorío revierte a la Corona de Castilla, por la boda del Príncipe Don Juan, hijo del Rey de Castilla, con la Infanta Doña Leonor, hija del de Aragón. En la guerra de Sucesión entre Doña Isabel de Castilla y Doña Juana la Beltraneja, Molina toma parte activa por la Reina Doña Isabel, y dícese que molesta ésta con los habitantes de Medina del Campo, por haberle negado en Cortes convocadas en dicha ciudad los créditos oportunos para hacer frente a las exigencias de la guerra, hasta el punto de tener que echar mano de un tercio de los bienes de la Iglesia, y habiéndose distinguido en defender los intereses de la soberana un caballero apellidado Malo, de la villa de Molina, Doña Isabel pronunció la siguiente frase que ha recogido la historia “Mas que buenos de Medina valen Malos de Molina”; con lo que ensalzó el Señorío de este nombre y refundió en uno solo el ilustre apellido del noble molinés, legando a sus descendientes el apellido de “Malo de Molina”. Durante la Guerra de la Independencia se creó en Molina de Aragón una Junta de Defensa presidida por el Corregidor Don Antonio Vilariño, que en la mañana del 10 de Junio de 1.808 movilizó y reclutó alzando bandera por Don Fernando VII, a todos los hombres útiles del Señorío, formando un batallón de cuatro compañías y un escuadrón de caballería que se cubrió de gloria en el transcurso de la guerra. El general francés Roquet, penetró al frente de sus tropas y tomó la ciudad, pese al bravo pelear de los molineses, quienes cuenta la tradición que, al carecer de artillería, hacían sus cañones ahuecando troncos de olmo, a los que reforzaban con cuerdas embreadas. Roquet sitúa su puesto de mando en Molina, hasta que hostigado casi a diario por las guerrillas de Juan Martín El Empecinado, abandona la ciudad el 2 de Noviembre de 1.810, tras ordenar que le prendan fuego a toda ella. Arde Molina en la noche de tan fatídico día, presa de las antorchas francesas, sin mas delito que el de haber luchado con tesón por la independencia de la Patria. De su esplendor medieval, conserva Molina las torres vigilantes de su recinto amurallado sobre el cerro a cuyos pies reposa. Cuatro torres de evocadores nombres quedan aún en pie del otrora poderoso recinto defensivo. De las once parroquias que la ciudad tuvo en épocas pretéritas, se conservan tres, a las que hay que añadir el viejo convento de Santa Clara, obra de transición románico-gótica, donde está sepultada la Infanta Doña Blanca, su fundadora. Y ya en apretada síntesis resaltar, que durante el siglo XIX y primeras décadas del XX, hijos de Molina participan en cuantas contiendas se llevan a cabo bajo los colores de la bandera de España. El héroe mas destacado es el insigne molinés Don Félix Arenas Gaspar (aunque nacido accidentalmente en Puerto Rico, se crió y educó en Molina) Capitán de Ingenieros y Caballero Laureado de la Real y Militar Orden de San Fernando, muerto gloriosamente por la Patria en tierras de África en el trágico mes de Julio de 1.921. Molina, agradecida erigió un monumento en honor de su heroico hijo; monumento que fue descubierto el día 5 de Junio de 1.928, en solemne acto presidido por S.M. El Rey Don Alfonso XIII, Señor de Molina, que se desplazó hasta la capital del Señorío a tal efecto, tributándosele un grandioso recibimiento por parte de todo el vecindario y con la hidalguía y nobleza que se desprende de la leyenda que reza en el escudo nobiliario del Fundador del Señorío “NOS NON VENIMOS DE REYES, QUE REYES VIENEN DE NOS”. Este apoteósico recibimiento se repetiría cincuenta años mas tarde, en la persona de un nieto de Don Alfonso XIII, S.M. El Rey Don Juan Carlos I, quien en unión de la Reina Doña Sofía, hizo su entrada triunfal en Molina, en la mañana del 20 de Abril de 1.978, para tomar simbólica posesión del Señorío, como su XXXI Señor. Y cierro estas líneas sobre Molina, con las palabras del gran escritor y periodista César González Ruano, cuando dice “ Molina me parece una de las ciudades históricas mas bellas y completas que he conocido. Cargada de escudos, de recuerdos, de grandeza admirada y serena; parece Molina una gran señora que se ha apartado del mundo y vive sola y retirada leyendo su Libro de Horas; un Libro de Horas sin manecillas de minutos. Esta es la Molina de hoy”. •- •-• -••• •••-• Francisco Angel Cañete Páez Notas. (1) La escritora Almudena de Arteaga, en una reciente biografía (Marzo de 2.004) sobre Doña María de Molina, afirma que Doña Blanca se suicidó arrojándose al vacío desde una de las torres que completaban el recinto amurallado de Molina de Aragón. He investigado en libros y documentos de Molina sobre este hecho y la verdad es que no he podido constatar la veracidad de este aserto. (2) Doña María de Molina era hermana de padre de Doña Blanca; toda vez que al fallecer Doña Mafalda Manrique de Lara, primera esposa del Infante Don Alfonso, y madre de Doña Blanca, éste contrajo segundas nupcias con Doña Teresa González de Lara, y al enviudar de nuevo, casó por tercera vez con Doña Mayor Alfonso Téllez de Meneses, madre de Doña María de Molina. (3) Don Fernando IV, falleció repentinamente en la frontera de Jaén, el 7 de Septiembre de 1.312; justo al mes de que fuese “emplazado” por los hermanos Juan y Pedro de Carvajal a comparecer ante el Tribunal de Dios, al ser condenados – al parecer sin pruebas fehacientes- a morir arrojados desde la peña de Martos, acusados de un crimen que tal vez no cometieron. Los restos mortales del Rey Fernando IV, se inhumaron en la Catedral-Mezquita de Córdoba para pasar después (el 8 de Agosto de 1.736) a la Real Colegiata de San Hipólito, en la capital cordobesa, donde reposan en la actualidad. La ciudad de Sevilla, le dedicó una de sus calles, sin mas mérito a mi entender,que el de haber nacido en su Real Alcázar el año 1.285. Señores de Molina I.El Conde Don Manrique de Lara. Fundador del Señorío..1.138 II.Don Pedro Manrique de Lara..............................................1.167 III.Don Gonzalo Pérez de Lara...............................................1.212 IV.Don Alfonso, Infante de Castilla........................................1.239 V.Doña Blanca Alfonso, Infanta de Castilla...........................1.262 VI.Doña María de Molina, Reina de Castilla y León..............1.293 VII.Don Alfonso XI, (nieto de Doña María de Molina)...........1.321 VIII.Don Pedro I, Rey de Castilla y León...............................1.350 IX.Don Pedro IV El Ceremonioso; Rey de Aragón...............1.369 X.Don Enrique II de Trastámara. Rey de Castilla y León......1.375 XI.Don Juan I, Rey de Castilla.................................................1.379 XII.Don Enrique III El Doliente................................................1.390 XIII.Don Juan II........................................................................1.406 XIV.Don Enrique IV El Impotente...........................................1.454 XV.Doña Isabel I de Castilla...................................................1.474 XVI.Doña Juana I de Castilla..................................................1.504 XVII.Don Carlos I, Rey de España........................................1.516 XVIII.Don Felipe II..................................................................1.556 XIX.Don Felipe III...................................................................1.598 XX.Don Felipe IV....................................................................1.621 XXI.Don Carlos II....................................................................1.665 XXII.Don Felipe V de Borbón................................................1.700 XXIII.Don Fernando VI...........................................................1.746 XXIV.Don Carlos III................................................................1.759 XXV.Don Carlos IV.................................................................1.788 XXVI.Don Fernando VII.........................................................1.808 XXVII.Doña Isabel II (desde 1.833 hasta 1868).................1.833 XXVIII.Don Amadeo I de Saboya (1.871 hasta 1.873).......1.871 XXIX.Don Alfonso XII.............................................................1.875 XXX.Don Alfonso XIII (desde 1.886 hasta 1.931)...............1.886 XXXI.Don Juan Carlos I..........................................................1.975
| | Para volver a la Revista Arbil nº 101 Para volver a la tabla de información de contenido del nº 101 La página arbil.org quiere ser un instrumento para el servicio de la dignidad del hombre fruto de su transcendencia y filiación divina "ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el Foro Arbil El contenido de estos artículos no necesariamente coincide siempre con la línea editorial de la publicación y las posiciones del Foro ARBIL La reproducción total o parcial de estos documentos esta a disposición del público siempre bajo los criterios de buena fe, gratuidad y citando su origen. | Foro Arbil Inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones. N.I.F. G-47042954 Apdo.de Correos 990 50080 Zaragoza (España) ISSN: 1697-1388 | | |