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por José Luis Orella Las claves de la victoria del candidato de la derecha fueron tres: La profunda división en el campo de la izquierda, la unión de la derecha desde la primera vuelta y la elección de un candidato de peso político |
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| Anibal Cavaco Silva, catedrático de finanzas, que se había marchado hace unos años dejándonos una imagen de desgarbado y tímido, ha vuelto a la vida pública, para ocupar la máxima magistratura del país, la Presidencia de la República Portuguesa.
Con un 50´6 % de apoyo social, ha triunfado en la primera vuelta, confirmándose como el primer presidente de derechas, después de la célebre revolución de los claveles. Nacido en la pequeña localidad de Boliqueime, , en el seno de una familia humilde, el 15 de julio de 1939, el joven Anibal estudió en el Instituto Superior de Ciencias Económicas y Financieras, doctorándose en la Universidad de York (Gran Bretaña) en 1974. A su vuelta a Portugal dio clases en la Universidad Nova de Lisboa y en la Universidad Católica, convirtiéndose en el director del departamento de estudios económicos del Banco de Portugal. Cavaco Silva es quien mejor representa la imagen de un hombre hecho a si mismo. Natural del Algarve, la región sur más pobre del país, consiguió despuntar como el representante tecnócrata del gobierno centrista del carismático Francisco Sa Carneiro, fallecido en un misterioso accidente aéreo. Desde su cargo de ministro de Finanzas en 1980, resaltó por su buena gestión profesional. Su nombre entró en la historia de Portugal, cuando al ser elegido líder del Partido Social Demócrata (liberal) en 1985, ganó las elecciones generales y fue presidente del gobierno de 1985 a 1995. En esta década, Portugal protagonizó un fuerte desarrollo económico, gracias a los Fondos de Desarrollo europeos, que hábilmente, Cavaco orientó a modernizar las infraestructuras del país, y que aplicando con recetas liberales, adaptó la economía lusa a niveles de la Unión Europea. La popularidad lograda, la demostró cuando ganó la mayoría absoluta en 1987, y la repitió en 1991. Era la primera vez, que un partido perteneciente a la derecha, a pesar de su denominación, obtenía la mayoría absoluta en un país sociológicamente de izquierdas. Sin embargo, tras su retirada del gobierno, se presentó en 1996 a las elecciones presidenciales, siendo derrotado por el socialista Jorge Sampaio. La derrota le retiró temporalmente a la vida privada. No obstante, la crisis sufrida por la derecha portuguesa por el abandono de la presidencia del gobierno, de su líder José Manuel Durao Barroso, en favor de la jefatura de la Comisión Europea, llevó a la victoria socialista por mayoría absoluta en 2004. La necesidad de una victoria y de un liderazgo fuerte llevó al rescate del “flaco”, de su vida tranquila. La recuperación de Anibal Cavaco Silva, restauró la tranquilidad en su partido y la alianza con los otros grupos de la derecha, para luchar por la máxima magistratura del país con una candidatura única. En esta nueva ocasión, las claves de la victoria del candidato de la derecha fueron tres. La profunda división en el campo de la izquierda, que partió con dos candidatos socialistas; el poeta Manuel Alegre y el expresidente Mario Soares, pero este último con 82 años, incapaz de poder liderar una imagen renovada de la izquierda lusa. En cuanto al resto de los candidatos, Jerónimo de Sousa representaba la oficialidad comunista, y Francisco Louca a la izquierda radical alternativa. Otra razón fue, la elección de un candidato de peso político, como Cavaco Silva, ligado al desarrollo económico y la buena gestión, que disponía de un apoyo personal, más amplio que la base sociológica de derechas del país. Por último, la derecha había partido unida para la primera vuelta, aunque respetando la diversidad de sus componentes. Anibal Cavaco Silva sumó al apoyo de su partido, el PSD, que representaba al segmento liberal; al CDS-PP, democristiano, pero de línea conservadora; y a Nueva Democracia, escisión del último y extraparlamentario, que encabeza Manuel Monteiro y defiende un discurso de derecha nacional y social. Este último aporte resultó decisivo, porque aunque sólo sumaba 42.000 votos, Cavaco superó el listón del 50 % por 31.000 escasos apoyos. La victoria electoral de Cavaco Silva se fraguó en el norte del país, de amplia tradición católica y legitimista (derecha tradicional). En los distritos septentrionales como Vila do Castelo, Vila Real, Braganza, Viseu y Guarda, la cosecha de votos superó la media del 60 %, mientras la izquierda, dividida no alcanzaba cuotas del 20 %. En los distritos centrales del Tajo, las votaciones se aproximaronn a los resultados nacionales, con un apunte al 60 % en Vieira, donde el despegue turístico y las zonas residenciales de la clase media tienen su asiento. En el sur, se toca los feudos de la izquierda, en Beja, la primacía la mantiene Jerónimo de Sousa, líder del comunismo oficial, que ayer todavía mantenía el apellido de prosoviético. En los distritos sureños, la candidatura derechista baja a niveles muy pobres. Excepto en la costa del Algarve, tierra de Cavaco y con una economía turística fuerte, concentrada en Faro, donde la derecha recupera posiciones de primer orden. En las islas Azores y Madeira, también supera el 50 % del apoyo ciudadano. Portugal inicia el camino de la cohabitación, con una presidencia fuerte, liderada por un economista liberal, y un gobierno socialista. ·- ·-· -···
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