España no tiene futuro sin españoles.
¡No la pongas en manos de quienes los matan!

Los abortos legales realizados en España durante el periodo de Felipe González desde el 5 de Julio de 1985 (sanción de Juan Carlos I) hasta el 5 de Mayo de 1996 (Toma de posesión de Aznar) fueron 359.624.

Los abortos legales realizados durante la presidencia de José María Aznar desde el 6 de Mayo de 1996 (Primer día de gobierno) hasta el 17 de Abril de 2004 (Toma de posesión de Rodríguez) fueron 511.429

(Fuente: Subdirección General de Promoción de la Salud y Epidemiología)

Se dirá, como se proclama desde hace ya medio siglo al menos, que la suya era la auténtica revolución, traicionada por el dogmatismo stalinista, desde que Lenin muriera a comienzos de 1924. Incluso los comunistas más ortodoxos, ciertamente en silencio porque su burda fe les prohibe toda liturgia pública en favor del renegado, adorarán en sus conciencias al príncipe León, gestor auténtico de la revolución callejera de noviembre de 1917, aunque ciertamente fue Lenin quien la concibió desde su mente.

Habra seminarios, artículos, disputas agrias con los leninistas-stalinistas y quizás hasta agresiones físicas en nombre del trotskismo, en fidelidad plena a sus tesis de la revolución permanente. No faltarán quienes sostengan que Trotsky era la revolución, mientras que Stalin fue la contrarevolución. Porque, los trotskistas han tratado siempre de presentarse como los chicos buenos, mientras culpaban a los stalinistas de ser la peste (y viceversa). Curiosamente, a pesar de esta disputa feroz, ambos han invocado a Lenin como la mente superior y fundacional de esa revolución que unos u otros, sus rivales respectivos, habrían traicionado. Es que así se maneja semánticamente la realidad desde el marxismo, aún no definitivamente fenecido.

Pero la historia enseña otra cosa: que ahí donde hubo cualquier forma de marxismo durante el siglo XX, hubo muerte; que ahí donde hubo trotskismo, stalinismo, maoísmo o castrismo, hubo mucho sufrimiento y mucha muerte. Por una u otra vía, muchos millones de muertos han quedado al paso del marxismo, cualquiera que haya sido su vertiente. Octavio Paz, junto con admirar a Trotsky en su dimensióin literaria y heroica, no vacilaba en caracterizarlo duramente: "No supo dudar de su razones; creyó que su filosofía le abría las puertas del mundo; en verdad, lo encerró más y más en sí mismo; murió en una cárcel de conceptos; en eso terminó el culto a la lógica de la historia."

Por eso, estos aniversarios sirven para dejar en claro una vez mas cómo la izquierda busca mantener viva y fresca la imagen de algunos de sus íconos. Trotsky, Guevara, la Gladys, todos en su específica dimensión, son utilizados en la funcion pedagógica que el marxismo siempre ha cultivado y que en Chile ha causado tantos estragos durante más de 80 años.

En ese culto a las personalidades supuestamente liberadoras, pero francamente criminales, en esa pedogogía del odio fueron formados Ominami y Navarro, Pavez y Hirsch, y por cierto, la Bachelet.

¿Escandalosas palabras estas últimas? ¿Inaceptable referencia a la inmaculada presidenta que no puede ser vinculada con pasado alguno?

Por cierto, así es para mentalidades entreguistas, pero los historiadores estamos para develar trayectorias, influencias, vinculaciones, y nada exime a la actual líder socialista de las más estrechas relaciones con el marxismo duro, tenga eso las consecuencias que cada uno quiera darle. Que cada quien juzgue si eso importa o no, pero en el marxismo están sus origenes y gran parte de su trayectoria.

Vida, aventuras y muerte de Leon Trotsky, tema de formación obligado para los que piensan que habría dado lo mismo que hubiera o no un 11 de septiembre en Chile; para los que creen que da lo mismo quién gobierne Chile a futuro.

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Gonzalo Rojas Sánchez

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