Ante todo las cuestiones científicas no quedan resueltas definitivamente por mayoría de votos, como fue el caso, y los filósofos medievales tenían una frase que indiscutiblemente sigue en vigor: contra el hecho no valen argumentos. Si una persona consigue pasar de homosexual a heterosexual, no sé si la palabra adecuada es curación, pero estamos ante esa palabra o algo muy parecido. El asunto tiene su transcendencia moral y práctica, porque si la causa de la homosexualidad es biológica y hereditaria, la consecuencia es que el homosexual es así y por tanto el cambio es prácticamente imposible. No nos extrañe por ello que sean las personas con tendencias homosexuales que quieren continuar siéndolo, los defensores más encarnizados de la base biológica, aunque si creemos en la libertad humana, se le puede exigir al homosexual, lo mismo que al heterosexual, responsabilidad y dominio de sí.. Pero si se trata de una causa adquirida, entonces no es imposible llegar a la heterosexualidad. La traducción a nuestro idioma del libro de R. Cohen, Comprender y sanar la homosexualidad (LibrosLibres), es posible que levante una gran polvareda porque lo mínimo que se puede decir de él es que se trata de un libro políticamente incorrecto. Cohen, psicoterapeuta y experto en terapia de reorientación sexual asegura haber experimentado personalmente el paso de la homo a la heterosexualidad y también afirma haberlo conseguido con otras personas. Para ello requiere que la persona afectada desee salir de su condición homosexual y esté dispuesta a luchar para llegar a la heterosexualidad. Cohen cita a otros psiquiatras como Masters y Johnson, Nicolosi, van den Aardweg y otros, quienes afirman haber logrado que miles de personas de ambos sexos han logrado pasar de homo a heterosexuales y se oponen rotundamente a admitir la existencia de una homosexualidad transmitida hereditariamente, pues no se ha demostrado científicamente que la homosexualidad sea el resultado directo de causas biológicas, genéticas o neurohormonales, sino que lo más que se puede decir es que tal vez exista en ciertos casos alguna base genética, hormonal, neurológica o cerebral que predispone a la homosexualidad. Hoy en día la cuestión de las causas, o tal vez mejor, factores de la homosexualidad es un debate que sigue abierto y con muchos puntos oscuros, si bien va ganando terreno la hipótesis de que la orientación sexual se establece en edades muy tempranas y que la homosexualidad es un trastorno emocional que se origina en la niñez, aunque se consolida tras la adolescencia. No es extraño por ello que muchos homosexuales piensen honestamente que ellos han nacido así. La identidad sexual, es decir el hecho de ser hombre o mujer, es un dato objetivo; sin embargo la orientación sexual es el resultado de un proceso y no de un hecho que se impone desde el nacimiento. La orientación sexual es la manera como las personas se sienten, relacionan, comunican y expresan como seres sexuados, y se construye en los primeros años por una serie de identificaciones con el padre o con la madre… Si no hay un verdadero equilibrio en el hogar que da a cada uno su sitio, hay peligro de una desviación afectiva del niño. Entre los factores que intervienen en la génesis de la homosexualidad, es muy importante el papel de la madre, generalmente excesivamente dominante o por el contrario demasiado dominada por su marido. Está claro que también influye y a veces fundamentalmente el error correspondiente del padre, excesivamente pasivo, ausente o autoritario, así como el abandono del hogar por el padre para los chicos y de la madre para las chicas. Podemos decir que la homosexualidad masculina puede ser la resultante de la combinación de defectos de ambos padres. Esto nos ayuda a entender que la homosexualidad no es un fenómeno individual limitado a quien lo sufre, sino con frecuencia es un síntoma de un desequilibrio familiar y, no raramente, de discordia entre los padres, aunque también hay otros factores que predisponen, como los complejos de inferioridad, especialmente frente a niños de su misma edad y sexo, por lo que también es importante sentirse aceptado como uno más por la comunidad de coetáneos de su sexo. Por ello los psiquiatras que afirman que salir de la homosexualidad es posible, tienden a verla como una interrupción o bloqueo en el desarrollo psicosexual del individuo, y no se fijan tanto en las causas físicas o de herencia. Para éstos nadie nace con una orientación homosexual, ni existen datos científicos que indiquen una base genética para las atracciones hacia personas del mismo sexo, sino que esta atracción es el resultado de traumas sin resolver que conducen a una confusión de género. Piensan por tanto que la homosexualidad se aprende, es decir ven su origen en el clima familiar y social, pues consideran que muchos varones homosexuales tienen o han tenido una relación anormalmente estrecha con su madre, así como tensa y hostil con su padre o posteriormente con sus compañeros, por lo que el chico incurre en una reacción defensiva de rechazo de lo masculino, dificultando así su desarrollo y no llegando a interiorizar completamente su identidad sexual masculina. Por el momento puede afirmarse que son los componentes psicosociológicos los que parecen ser los más prevalentes e importantes Con ello uno se hace homosexual, sucediendo algo parecido, cambiando lo que hay que cambiar, en la homosexualidad femenina, es decir la condición homosexual generalmente indica un apego no sano o un desapego emocional extremo con uno o con ambos padres. Es decir, todo homosexual es de forma latente un heterosexual y simplemente se ha estancado en una fase temprana de su desarrollo psicosexual. La homosexualidad sería, por tanto, una condición adquirida. Desde luego siempre que las estructuras familiares no logren su desarrollo normal, la homosexualidad surge más fácilmente. La homosexualidad es un problema humano que ha afectado en todas las épocas de la historia a una parte minoritaria de la humanidad. Educar sobre la orientación sexual y la homosexualidad puede ser muy conveniente para disminuir los prejuicios contra los homosexuales, pero siempre teniendo muy claro que la homosexualidad no es una simple variante de la heterosexualidad y que la educación ha de intentar llevar hacia ésta. Además, si cada vez hay más personas que han salido de la homosexualidad, está claro que puede salirse de ella, por lo menos en unos cuantos casos. La educación sexual debe saber respetar el estadio de latencia sexual, respondiendo a todas las preguntas, pero no yendo demasiado lejos: un interés demasiado vivo y precoz por estos problemas no es factor de equilibrio, sino que puede ser síntoma de anormalidad sexual. Ha de procurarse hacer todo a su tiempo, sin reticencias, sin mentiras, sin retrasos, pero también sin excesivas prisas. •- •-• -••••••-• Pedro Trevijano Ficha técnica: Título: Comprender y sanar la homosexualidad Autor: Richard Cohen Editorial: LibrosLibres Más información: www.libroslibres.info
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