Arbil cede
expresamente el permiso de reproducción bajo
premisas de buena fe y buen fin |
Para
volver a la Revista Arbil nº 113
Para volver a la tabla de
información de contenido del nº 113 |
Los aportes del siglo XVII
por
Alberto Buela
El siglo XVII produce la primera expresión propiamente americana con el barroco como escuela. Y es América con su extraño paisaje quien despierta un nuevo y más profundo interés por las ciencias de la naturaleza.
|
Así
como en el siglo XVI se destaca la Escuela de Salamanca o segunda escolástica
con inteligencias poderosas, entre otros, como: Francisco de
Vitoria(1480-1546), Domingo Soto (1494-1560), Bartolomé Carranza (1503-1576),
Melchor Cano (1509-1560), Diego de Covarrubias (1512-1577), Juan de la Peña
(1513-1565), Domingo Bañez (1528-1604), Luis de Molina (1535-1600), Juan de
Mariana (1535-1624) y Francisco Suárez (1548-1617) que realizan el esfuerzo filosófico más importante para definir la misión española en América, y nunca
jamás intentado ni antes ni después por ningún imperio. Así también como toda
la corriente mística con Fray Luis de León, Fray Luis de Granada, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Avila, en España, y Alonso de la Vera Cruz y Sor Juana Inés de la Cruz en América. A lo que hay que sumar como fruto de la
contrareforma católica al concilio de Trento (1545-1563) y la fundación de la
Compañía de Jesús en 1540.
Así,
de la misma manera, el siglo XVII produce la primera expresión propiamente
americana con el barroco como escuela. Y es América con su extraño paisaje
quien despierta un nuevo y más profundo interés por las ciencias de la naturaleza. Recordemos al canónigo Carlos Sigüenza y Góngora (1645-1700) figura emblemática
de la ciencia en el Nuevo Mundo. Pero además tenemos la relación armónica entre
fe y razón que recorre todo el siglo que termina justamente en 1700 con el fin
de la Casa de Austria – los católicos Hasburgos -.
De
modo que el orden político hispano del siglo XVII transcurre en una
tranquilidad ordenada jerárquicamente, esto es, en paz, según la definición de
San Agustín: tranquilitas in ordine. Como dato paradójico sabemos que
circula libremente el Leviathan del inglés Hobbes en América y España,
pero es quemado en Londres y París el Defensio fidei de Francisco Suárez por peligroso para ambos Estados.
En el
siglo XVII se fija definitivamente la identidad americana al través del barroco
como expresión específica. Es por eso que afirmamos que el barroco es la clave
de bóveda que nos abre a la identidad americana.
El Barroco
El término
barroco deriva del vocablo portugués berrueco que indica una perla no
perfectamente esférica, significando por lo tanto algo irregular y diferente de
lo común. ¿será por este antecedente que no somos los iberoamericanos algo
totalmente definido y acabado? ¿es esta nuestra riqueza y nuestro orgullo o
signo de nuestra miseria y autodenigración?
El concepto de
barroco no se limita solo al arte y la literatura sino que posee la amplitud
de una cosmovisión, por ello tampoco se circunscribe al siglo XVII sino que
pude extenderse a diversos momentos históricos.
Encontramos un
primer barroco en la época helenística a la que contribuyeron las nuevas
condiciones políticas y sociales originadas por las conquistas de Alejandro
Magno puede ser caracterizada como barroca. En el imperio entraron en plano de
igualdad griegos y bárbaros, idea inconcebible en Aristóteles, su maestro.
Florecieron otros centros culturales, además de Atenas, como Alejandría,
Pérgamo y Siracusa. Aparecen dos nuevas escuelas el epicureísmo y el estoicismo
pero las controversias permanentes entre ellos y con los académicos hace
aparecer el eclecticismo que prevalece durante todo el siglo II a.C. A partir
de allí comienza un fuerte influjo de las religiones orientales que termina en
el denominado sincretismo alejandrino, llegando así, la filosofía griega a su
nivel más bajo.
Un segundo
ejemplo de barroco fuera de su período estricto, el siglo XVII, es el que se da
en Alemania con el movimiento romántico-sincretista a fines del siglo XVIII y
principios del XIX con autores como Herder, Goethe, Novalis, Schleiermacher.
que se rebelan contra la concepción mecánica de la naturaleza y la idea
individualista de la sociedad. Y oponen al racionalismo francés de las idées
claires una visión intuitiva y directa de la realidad que conjuga
imaginación con objeto. “En este movimiento de la Europa del norte y del
oeste, sobre todo germanos- afirma Christopher Dawson- volvieron a
descubrir su propio pasado medieval con algo del mismo entusiasmo y asombro que
había experimentado la Italia del Renacimiento al recuperar la antigüedad
clásica. Por primera vez desde el siglo XVI, el arte y la cultura de la Edad Media fue comprendida y apreciada. Para los hombres del siglo XIX, era como el
descubrimiento de un nuevo mundo, y provocó una reacción general contra la
cultura racionalista de la época precedente” .
El barroco, que
aparece en el siglo XVII, es la tercera síntesis luego de lo románico y lo
gótico, se enfrenta con el clasicismo. En Europa fue la expresión de la
cultura católica renovada en el Concilio de Trento, también conocida como
Contrareforma. Se manifestó en la difusión de los valores sensibles en la vida
religiosa: el culto a la eucaristía, a los santos, a la Virgen, todo lo cual
provocó un impulso del arte religioso.
En arquitectura
se destacó la gran riqueza ornamental y la columna en espiral con coronación de
ramas y guirnaldas, denominada salomónica.(Bernini)
En pintura la
movilidad de las formas y la expresividad de las emociones en los
personajes(Diego Velázquez, Rembrandt, Rubens, Caravaggio)
En escultura
busca la expresión de los movimientos y el contenido teatral de los
grupos(Bernini).
En literatura
los autores del siglo de oro español y sus pinturas de la vida. Su fin es conmover.(Quevedo, Cervantes, Góngora, Lope, Calderón, Tirso)
En la música se
destacan los giros melódicos, como instrumentos se destacan el órgano, la clave
y el violín y como formas musicales el oratorio, la cantata, la pasión, pero
sobre todo, la ópera que implica representación escénica. Como autores tenemos
a Bach, Haendel, Vivaldi.
Es tesis del
cubano José Lezama Lima que el renacimiento español tuvo lugar en América y
gracias a América, y así sostiene: “Cuando se afirma por los historiadores
de la cultura, la carencia en España de las manifestaciones renacentistas,
bastaría para refutarlos la contemplación del Renacimiento español hecho en
América. Una cultura como la española no podía manifestarse por juego
cortesanos ni por la influencia viajera de los humanistas, tenían que ser
hechos históricos de gran relevancia como el Descubrimiento y la Contrareforma,
los que afirmaron y expresaron su voluntad de creación artística” .
Es sabido que el
descubrimiento de América coincide con el comienzo de la modernidad pero lo
característico de ésta en nuestras tierras es que en realidad es una
tardomodernidad. De modo tal que la modernidad la tenemos que redefinir desde
América.
Hemos desarrollado
una modernidad no capitalista porque estamos constituidos por un mundo cultural
diverso y distinto al de la racionalidad y sensibilidad iluminista.
Históricamente Iberoamérica tomó un camino diferente al resto de Occidente
desde su inicio en el siglo XVI.
Nuestro ethos
fue fijado de una vez y para siempre por el ethos barroco, que posee
otra racionalidad y otra sensibilidad que procede del mestizaje indoibérico,
que nos determinó en lo que somos. Y afirmamos “de una vez y para siempre” porque
la conciencia católico-barroca descubridora, en mixtura con la originariedad de
América, selló desde el momento mismo del descubrimiento y durante tres siglos
sin interferencias ajenas a ella, la originalidad iberoamericana. El hecho es
irreductible, salvo que se produjera un extrañamiento u alienación total ella.
En América el
barroco potenció la valoración de lo autóctono en el arte con los preciosos
trabajos del quichua Kondorí, se destacaron además los imagineros
hispano-criollos de raíz católica, en Brasil el Aleijadinho(1730-1814) y en la
expresión política se destacó la defensa de lo propio a través del Estado
–Nación de carácter paternalista(Rosas en Argentina, Portales en Chile, Madero
en Méjico, García Moreno en Ecuador).
Pueden
distinguirse en Nuestra América dos tipos de barroco: El primero que es un
estilo muy arquitectónico, se destacan la iglesias sobre todo. Y el segundo que
se hace más escultórico. Y conviviendo con ambos la expresión literaria de Sor
Juana Inés de la Cruz , el canónigo Carlos Siguenza y Góngora y la pintura
cuzqueña con sus arcángeles arcabuceros. Según el antropólogo Damián Bayón se
pueden distinguir varios: “¿Barroco en singular? No, barrocos en plural. Sin
dividir exageradamente la materia, creo que se pueden distinguir al menos nueve
con características independientes: el mexicano, caribeño, centroamericano,
septentrional suramericano, de la costa peruana y chilena, del altiplano, de la
llanura y de la selva argentino-paraguaya, en fin del Brasil en sus dos más
notorios casos: el nordeste y sus prolongaciones, y el de Río y Mina Gerais”
.
El barroco buscó
la recuperación del pluralismo en contra de la mentalidad homogeneizadora,
uniformadora, totalitaria e intolerante de la pedagogía jacobina que dramatiza
lo perfectamente normal. Al mismo tiempo que insistió en la búsqueda del bien
común frente al individualismo de corte liberal.
El pensamiento
barroco reúne razón y pasión, magia y ciencia, sagrado y profano, español e
indígena, catolicismo y heterodoxia. Todo ello es la base última del
pensamiento popular hispanoamericano que se volcó luego en múltiples formas de
acción y construcción política, que van desde la experiencia del obispo Vasco
de Quiroga con sus pueblos hospitales y la jesuítica de las misiones
hasta las últimas formas de organización política como lo fue la comunidad
organizada de Perón.
El pensamiento
político del barroco encuentra su máxima expresión en el teólogo jurista
dominico Francisco de Vitoria(1492-1546), obviamente anterior al barroco, lo
que confirma el principio que lo primero en la concepción es lo último en la realización.
Vitoria desde su
cátedra aplicó todo el saber del tomismo renovado y liberado del lastre
escolástico de su tiempo a resolver los problemas que presentaba la
colonización americana, sosteniendo que el descubrimiento no es un título
legítimo, que el ser cristianos no confiere derechos sobre pueblos no
cristianos y que el único título jurídico legítimo es el encargo misional del
Papa a la corona de Castilla.
Al participar de
la Junta de Valladolid en 1550/51 sostiene que América no es res nullius,
tierra de nadie, sino que al existir allí comunidades políticas como en Europa
y al ser toda comunidad política de origen natural no artificial y dado que el
derecho natural tiene a Dios por autor. La autoridad es conferida a la comunidad por Dios y ésta por consentimiento a los gobernantes. Es la famosa
teoría traslacionista del poder, según la cual todo poder viene de Dios al
pueblo, y de este, a los gobernantes.
En la misma
línea de pensamiento se movió la ilustre pléyade de sus discípulos: Domingo de
Soto, Melchor Cano que enseñaron en Salamanca, Andrés de Tudela en Alcalá,
Diego de Cháves en Santiago, Martín de Ledesma en Coimbra, Tomás Manrique en
Roma, Pedro Guerrero en Segovia, Alfonso de Veracruz en Méjico. A los
misioneros procedentes del convento de la orden dominicana de San Esteban de
Salamanca, todos discípulos, se les debe la fundación de seis Universidades en
América y una en Filipinas. Esto último da al traste con la peregrina y
arbitraria tesis según la cual el origen de las universidades en Nuestra
América se debe a los jesuitas y por eso están contaminadas ab ovo del
espíritu moderno e ilustrado de la orden.
En el siglo XVII
se consolida el arquetipo humano del criollo americano, sea gaucho en
Argentina, sur de Brasil y Uruguay, llanero en Colombia y Venezuela, charro en
México, montubio en Ecuador, huaso en Chile, cholo en Perú y La Paz y camba en
Santa Cruz, ladino en Guatemala, borinqueño en Puerto Rico. La primera
conclusión es que no se puede pensar en forma genuina la identidad
ibero-criolla sin tener en cuenta el barroco americano, tanto en el orden
artístico, como político y social.
Ello nos permite
afirmar, en oposición a los manuales de historia y sociología al uso, que
nuestra identidad no nació a principios del siglo XIX sino que hunde sus raíces
en un suelo más profundo, apenas recubierto por la capa de tierra del orden
republicano de los movimientos independentistas.
Hombres y
movimientos de independencia del siglo XIX, nefastos para la cultura raigal de
Nuestra América porque su error fue que al tratar de liberarse de una
dependencia, la española, cayeron en la otra, la europea librepensadora,
masónica e iluminista. Y lo peor que para hacerla propia la imitó, la copió y
la sigue copiando. Se transformaron así en fieles secuaces, en pedisecuos de
una cultura extraña a nuestras realidades y al sentir de nuestros pueblos. Ello
trajo como consecuencia una esquizofrenia político, social y cultural que dura
ya, casi dos siglos: Entitativamente somos una cosa, pero la representamos
falsamente. Esta tragedia cultural que nace con la metodología de la
imitación y el remedo, primero de la Ilustración y luego del positivismo
durante el siglo XIX, es producto de la mentalidad liberal de los hombres de
nuestra independencia y se prolonga hasta nuestros días.
Los Letrados
Si bien en la América Indoibérica se destaca este siglo por la fundación de universidades (veintitres), la primera Argentina es la de Córdoba en 1614, de donde egresa el primer maestro argentino de
filosofía, Luis de Tejeda (1604-1680), lo más significativo en orden al
conocimiento real de aquello que fuimos e hicimos lo encontramos en “los
letrados”. Célebres juristas y pensadores administrativistas que contribuyeron
en grado sumo tanto al desarrollo del pensamiento político como la creación de
doctrinas de gobierno en América. Antonio de León Pinelo con su obra Aparato político de las Indias occidentales (1625), Gaspar de Escalona y Agüero y su Gazophilatium
regium Perulicum (1647) y sobre todo Juan de Solórzano Pereira con su
insuperable Política Indiana (1647) en donde trató todos los aspectos
del gobierno y de la política en América. Es la obra irremplazable para poder
conocer bien el siglo XVII en Nuestra América.
Mientras que en
la América española se realizaban estos tremendos e impresionantes esfuerzos
filosóficos, teológicos, jurídicos, sociales, culturales y políticos en la
América lusitana los funcionarios civiles de la corona de Portugal, junto a los
fazendeiros y los bandeirantes se dedicaban a la explotación
lisa, llana y cruel de todo lo que caía a su paso, sean hombres o cosas. Una
sola fuerza se le oponía ocasionalmente, la Compañía de Jesús.
Los bandeirantes
eran grupos de asaltantes de entre cien a mil que invadían el interior de ese
inmenso territorio de lo que hoy es Brasil para conseguir esclavos y así mano
de obra sin costo. En cuanto a los fazendeiros eran señores feudales que con
ejercito propio defendían su mano de obra. Ellos eran la ley y su objetivo y
fin no era moral ni religioso, sino el enriquecimiento.
En lucha tan
desigual vale la pena recordar los combates de Casapaguasa y de río Mbororé en
donde los bandeirantes y paulistas sufrieron derrotas tremendas a manos de los
indios dirigidos por los jesuitas.
¿Qué nos queda
hoy del siglo XVII?. En primer lugar el ejemplo de un siglo gobernado
políticamente con criterio y prudencia, que produjo toda la riqueza del barroco
americano bajo sus mil formas y apariencias. Nos queda el ejemplo del trabajo
puntilloso de los letrados que mostraron que también desde Nuestra América se
puede hacer ciencia jurídica, política y sociológica y también ciencias
naturales como los mejores. Nos queda, en definitiva, un siglo para pensar que
en América también se pudo vivir en calma y tranquilamente, creando y
produciendo. Todo un mentís a las tesis de los ilustrados franceses del siglo
siguiente que afirmaban que todo lo nuestro era menor, como los leones sin
melena y los indios sin barba, y alborotado, saltando de revuelta en revuelta
sin un orden ni una finalidad.
·- ·-· -······-·
Alberto Buela
Bayon, Damián: Reflexiones para la comprensión del fenómeno barroco, en
revista Eco, Bogotá, 1982, p.313.-
Congreso Nacional Jóvenes Provida
***
Visualiza la realidad del aborto: Baja el video Rompe la conspiración de silencio. Difúndelo.
|
|
Para
volver a la Revista Arbil nº 113
Para volver a la tabla de
información de contenido del nº 113
La página arbil.org
quiere ser un instrumento
para el servicio de la dignidad del
hombre fruto de su transcendencia y
filiación divina
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y
Crítica", es editado por el Foro
Arbil
El contenido de
estos artículos no necesariamente
coincide siempre con la línea editorial
de la publicación y las posiciones del
Foro ARBIL
La reproducción total o parcial
de estos documentos esta a disposición
del público siempre bajo los criterios
de buena fe, gratuidad y citando su
origen.
|
Foro
Arbil
Inscrita en el
Registro Nacional de Asociaciones. N.I.F.
G-47042954
Apdo.de Correos 990
50080 Zaragoza (España)
ISSN: 1697-1388
|
|
|