“La fuerza capaz de superar al chileno
está dentro de sí mismo; por ello, el nacionalismo es la más realista de las
concepciones, pues su política es aplicable solamente a un ser conocido y
determinado: el chileno”.
Enrique Campos Menéndez, “Las perspectivas
del nacionalismo”, en Pensamiento nacionalista
El martes 12 de junio, del año de gracia
de 2007, falleció un patriota hispanoamericano y un notable escritor chileno.
Su nombre era Enrique Arturo Campos Menéndez (1914). Nacido en Punta Arenas, en
el último confín del mundo; fue Premio Nacional de Literatura 1986, diputado de
la República por dos períodos, embajador de Chile en el Reyno de España,
antiguo director de la DIBAM, y asesor cultural, en sus primeros tiempos, de la Junta de Gobierno formada en septiembre de 1973.
De todas las manifestaciones de los
talentos y dones con que contaba -cineasta, animal político y conferencista de
nota-, el más amado, y a la que dedicó gran parte de sus energías, fue a la
carrera de escritor. Donde brilló dejando una estela creadora de interés y
sugerente. Sin embargo, existieron, y gritan, voces que han intentado
ningunearlo. En efecto, de “escritor mediocre y tipo oscuro”, lo ha tildado,
recientemente, el nefasto y mafioso de Germán Marín (en La Tercera, el 13 de junio de 2007). ¡Con qué ropa y qué desvergonzado es el señor Marín!
De esta manera, se deduce, que éste y sus esbirrios, guiados por bajas pasiones
como la envidia y el resentimiento, simplemente no saben leer, pues si
comparamos cualquier novela de Campos Menéndez, con alguna sobrevalorada del
susodicho matón, se cae de maduro, y lo saben hasta los niños, quién
verdaderamente sabe redactar una obra de ficción, y quién ha recurrido a las
prebendas y favores para forjarse un falso sitial en la literatura criolla. En
fin, ¡clamemos por tiempos mejores…!
Pero, ¿realmente era un narrador
aplaudible Campos Menéndez, o me nubla el juicio mis simpatías hacia su persona
y sus opiniones políticas? Me apoyo en Hernán Díaz Arrieta, alias Alone, el
crítico por excelencia de nuestras letras, quien calificó a la reedición de Sólo
el viento, el mejor libro aparecido en nuestro país el año de 1973, para
decir que sí, que a nivel nacional, estaba con largueza por sobre la media. Este último dato es algo que tiene un valor superlativo en sí mismo, ya que todo
chileno leído, sabe que el autor de La sombra inquieta, no prodigaba
elogios y alabanzas gratuitas a cualquier oportunista de turno...
Así las cosas, en la humilde opinión de
este comentarista, los mejores libros del puntarenense fueron la novela Lautaro
Cortés (1949), la biografía novelada Se llamaba Bolívar (1954) –el
texto del filme que nunca hizo Dino de Laurentis-, el citado conjunto de
relatos Sólo el viento (1964), que es una versión acabada de su
inaugural Kupen (1940); y las sagas de Los pioneros (1983),
inspirada en la gesta colonizadora de su heroico Magallanes natal, y Águilas
y cóndores (1986), evocadora del amanecer glorioso de la independencia de la América española. Ahora bien, mis amigos, ustedes deben leerlo, si no lo han hecho, y
alcanzar sus propias conjeturas.
Adiós, Enrique Campos Menéndez, lo despido, como usted lo hizo con el mayor de los genios dado por
nuestra patria grande, Simón Bolívar: “En esta hora undécima en la que pasado y
futuro se funden en lo eterno, Jesucristo, don Quijote y el Libertador, se ven
reunidos en la raíz de su esencia. Cristo murió en la Cruz para redimirnos; don Quijote, batalló contra las sombras y murió triste para señalarnos
el camino de la luz y la alegría; y él, emancipador de pueblos, muere pobre y
repudiado por haber querido abrir el camino de la libertad hacia la unidad”.
·- ·-· -······-·
Vicente Lastra
Bibliografía selecta de Enrique Campos
Menéndez
CAMPOS MENÉNDEZ, Enrique, Kupen.
Cuentos de la Tierra del Fuego, Kau, Buenos Aires, 1940.
____________________________, Fantasmas,
Emecé, Buenos Aires, 1943.
____________________________, Todo y
nada, Emecé, Buenos Aires, 1947.
____________________________, Lautaro
Cortés, Zig-Zag, Santiago de Chile, 1949.
____________________________, Se
llamaba Bolívar, Zig-Zag, Santiago de Chile, 1954.
____________________________,
Sólo el viento, Zig-Zag, Santiago de Chile, 1964.
____________________________, Chile
vence al marxismo, Ediciones Portada, Santiago de Chile, 1973.
____________________________, (editor) Pensamiento
nacionalista, Editora Nacional Gabriela Mistral, Santiago de Chile, 1974.
____________________________, Los
pioneros, sin editorial., Santiago de Chile, 1983, 3 volúmenes.
____________________________, Viejos y
nuevos fantasmas, Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, 1984.
____________________________, Águilas
y cóndores, Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1986, 2 volúmenes.
____________________________, Una vida
por la vida: Vicente Izquierdo Sanfuentes, un gran médico chileno y su época,
1850-1926, Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile,
1996.
____________________________, Andrea, Emecé,
Buenos Aires, 1999.
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