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Las formas elementales de la vida religiosa en Durkheim. Una metafísica de la inmanencia.
por
Arsenio Alonso Rodríguez
Un análisis sobre el pensamiento del autor, tan influyente, sobre el tema
|
1. La obra de E. Durkheim (1858-1917), Las formas
elementales de la vida religiosa se presenta como una filosofía de la
religión atea, una metafísica grandiosa de la inmanencia que ensaya explicar
el hecho religioso desde las solas claves hermenéuticas de la ciencia
sociológica aún entonces naciente.
En un intento de contextualizar dicha obra, recojo
brevemente algunos apuntes introductorias del pensamiento sociológico del autor
raíz para comprender todo su pensamiento y después de hacer una breve introducción
de la obra y sin perder de vista la totalidad de la misma
me centro en la conclusión. Conclusión donde creemos, se recoge, a modo
quintaesenciado, el discurrir de su teoría sociológica de la religión.
2. Para Durkheim la sociología es una ciencia
positiva que como toda ciencia tiene un objeto y método propios.
Si el objeto de la sociología pudiera ser confundido
con los fenómenos que son estudiados por otras ciencias (por la psicología, en
concreto), entonces esta disciplina no podría aspirar a la autonomía. Durkheim
se va a esforzar también en mostrar que el hecho social es un fenómeno absolutamente
específico que no se deja reducir a los comportamientos de los agentes
individuales. De manera general, la sociedad no es para Durkheim la suma de
los individuos que la componen, y el hecho social es una realidad que
trasciende (le es a la vez superior y exterior) al hombre individual. La prueba
es que, en nuestra vida cotidiana, no cesamos de obedecer reglas (en nuestra
conducta con respecto al otro, por ejemplo) o de conformarnos a normas
(vestidos, matrimonio, prácticas religiosas, etc.) que no solamente no hemos
hecho nosotros, sino que ni siquiera tenemos conciencia de ellas la mayoría de
las veces). Tales son los hechos sociales que consisten “en maneras
de actuar, de pensar y de sentir, que son exteriores al individuo y que están
dotadas de un poder de coerción en virtud del cual se imponen a éste”.
El Método: Durkheim recomienda que el sociólogo
aborde la sociedad con el mismo estado de ánimo con que el químico aborda la
materia –lleno de humildad, sin ideas preconcebidas, sirviéndose de las solas
guías de la observación y la experimentación. Este es el sentido de la frase
suya: “ la primera regla y la más fundamental es considerar a los hechos
sociales como cosas”. Durkheim no ha querido decir con esto que los hechos
sociales sean semejantes a los hechos de la naturaleza, sino que a los unos y a
los otros no es posible conocerlos más que desde el exterior, en tanto que
fenómenos (y no como noúmenos).
3. En Las formas elementales de la vida religiosa Durkheim
está persuadido de que la religión tradicional debe eclipsarse ante la ciencia,
sin embargo está persuadido de la importancia social de las creencias
religiosas. Es la naturaleza y la forma de esta especie de autoridad moral
inherente a todo lo que es religioso lo que el autor quiere elucidar, a la vez
que se aplica a mostrar que nuestras categorías mentales, de las simples a las
más complejas son de origen religioso. En esta obra examina la religión a su
juicio más simple (el sistema totémico australiano), a fin de comprender la
génesis de las categorías fundamentales del pensamiento y la naturaleza de la
autoridad. La religión es considerada aquí como un fenómeno social universal que
no se define por la creencia en una trascendencia , sino por la oposición entre
sagrado y profano. El totemismo ve en el tótem una fuerza impersonal y anónima
exterior al individuo y cuyos símbolos son considerados sagrados. Esta fuerza
es la única que sobrepasa a los individuos, mas es de hecho la sociedad misma
la que expresa así indirectamente su dominio sobre ellos.
4. Centrémonos detenidamente en el estudio de los
cuatro apartados en que se estructura la conclusión de la entera
obra.
Los apartados I y II se centran en la definición de
religión: Qué es (definición sustantiva) y qué hace (definición funcional).Se
trata de una definición mixta de religión. Veamos.
Apartado I:
Las religiones no se definen por su verdad sino por su
función ( nos recuerda el principio evolucionista de Lamarck cuando afirmaba
que “la función crea el órgano”). “La verdadera función de la religión no es
hacernos pensar y enriquecer nuestro conocimiento ...sino hacernos actuar y
ayudarnos a vivir. El hombre religioso puede más... Una idea no puede
tener esa eficacia”. La experiencia religiosa es un hecho real, no una ilusión
. Es una experiencia específica distinta y no inferior a la experiencia
científica. Ahora bien, lo que la define no es la verdad o luz que arroja sino
la función social que desempeña .“La fecundidad es la mejor prueba del valor
de sus raíces” . “La realidad que fundamenta la experiencia religiosa no se
corresponde objetivamente con la idea que se hacen de ella los creyentes”. No
existe una realidad transcendente, o realidad divina. “La causa objetiva,
universal y eterna de esta realidad que constituye la experiencia religiosa es
la sociedad”
Las categorías religiosas no son más que categorías
sociales, representación del alma colectiva o alma de la sociedad. Así se
explica el papel preponderante del culto en las religiones. La sociedad
sólo puede hacer sentir su influencia en acto y sólo se encuentra en acto
cuando los individuos que la componen están reunidos y obran en común. A
través de la acción común ella toma conciencia de sí misma. Por eso es la
acción la que domina la vida religiosa.
“Si la religión ha engendrado todo lo esencial de la
sociedad, es porque la idea de la sociedad es el alma de la religión”
De idéntico contenido son estas otras expresiones: “las fuerzas religiosas son
fuerzas humanas, fuerzas morales... no son otra cosa que sentimientos
objetivados. La función de la religión es “actuar sobre la conciencia moral” . Sólo
se puede percibir el verdadero significado de las religiones si se las
contempla desde esta perspectiva. Por ejemplo los ritos no buscan ejercer una
especie de dominio físico sobre fuerzas ciegas e imaginarias (sobrenaturales),
esta sería la envoltura exterior, sino llegar a las conciencias, tonificarlas y
disciplinarlas .“Todas las religiones son espiritualistas de algún modo pues
las potencias que ponen en juego son principalmente espirituales y, además, su
principal función consiste en actuar sobre la vida moral”. “La religión es la
imagen y reflejo de la sociedad real incluso en sus aspectos vulgares y
repulsivos” .
La idea de alma o la conciencia colectiva: Durkheim nos
dice que de la misma manera que la vida mental del individuo depende del
encéfalo, e incluso del organismo en su totalidad, así le parece evidente que
la vida social depende de su sustrato y lleva su marca. Pero la conciencia (
alma) colectiva es algo más que un simple epifenómeno de su base morfológica
(contra el materialismo histórico de Marx), lo mismo que la conciencia
individual es diferente de una simple fluorescencia del sistema nervioso. Para
que aparezca la conciencia colectiva, se requiere que se produzca una síntesis sui
generis de las conciencias particulares. Esta síntesis provoca todo un
mundo de sentimientos, de ideas e imágenes que, una vez nacidos, obedecen a
sus propias leyes. Se atraen y se rechazan, se funden, se dividen y proliferan
sin que todas esas combinaciones vengan directamente ordenadas o requeridas por
el estado de la realidad subyacente. La vida que así se suscita (la vida de la
conciencia colectiva) goza de tanta independencia que, a veces, da lugar a
manifestaciones sin ningún objetivo, sin utilidad de ninguna clase, por el mero
placer de afirmarse a sí misma (este es el caso, a veces, del pensamiento
mítico y ciertos ritos) .
Apartado II.-
Vuelve Durkheim a recordarnos que la Religión no aporta
verdad ni menos aún verdades absolutas que trasciendan la inmanencia humana. “No
hay evangelios inmortales, y no hay motivos para creer que la humanidad se haya
vuelto incapaz de concebir otros nuevos...los antiguos dioses envejecen o
mueren, y aún no han nacido otros nuevos...nuestras sociedades conocerán horas
de efervescencia creadora, surgirán nuevas ideas, se inventarán nuevas
fórmulas.
La religión no está llamada a desaparecer sino a transformarse. Pero frente a
todo cambio hay algo eterno en la religión que está destinado a
sobrevivir a todos los símbolos particulares : todo aquello que apunta a su
función o papel social, pues “ no puede haber ninguna sociedad que no sienta la
necesidad de mantener y revitalizar, a intervalos regulares, los sentimientos
colectivos y las ideas colectivas que le dan unidad y la individualizan” .
“En la religión hay algo eterno: el culto y la fe”.
Se refiere al culto, ritos, fiestas que responden a necesidades universales y permanentes bajo la apariencia formal cambiante de multiplicidad de símbolos.
Pero la religión no es sólo un sistema de prácticas sino
también un sistema de ideas. Son dos los elementos de la vida religiosa: la
acción (la fe, el culto, ritos) que ya hemos visto, y la especulación ,
el pensamiento. ¿Es este último elemento, algo eterno en la religión, y por
tanto universal y necesario? Durhkeim dirá que no. También él piensa, como A.
Comte, que la religión y la ciencia persiguen el mismo objetivo y que el
pensamiento científico no es sino una forma más perfecta del pensamiento
religioso. Y, que parece natural ,que el segundo se borre ante el primero, a
medida que éste se va haciendo cada vez más apto para esta tarea. Es indudable,
afirma, que en el curso de la historia se ha ido produciendo esta regresión.
Cuando la ciencia avanza, la religión retrocede. En esto consiste el conflicto
entre la ciencia y la religión.
Ahora bien, la religión en cuanto que es acción y es un
medio que hace vivir a los hombres, nunca podrá ocupar su lugar la
ciencia. La ciencia podrá intentar explicar la fe (la experiencia religiosa),
pero eso mismo demuestra que la supone. Así, pues, de las dos funciones que
primitivamente cumplia la religión, a saber, a) la acción (todo aquello que
ayuda a vivir, que impulsa a obrar) y b) la especulación (ciencia, verdad,
razón) ahora hay una, pero solo una que se le escapa progresivamente a la
religión: la función especulativa. La ciencia le discute a la religión esa
función. “ Lo que la ciencia le discute a la religión no es el derecho a
existir, sino el derecho a dogmatizar ( o sea a hablar con autoridad) sobre la
naturaleza de las cosas, la competencia para conocer al hombre y al mundo. La
religión no arroja luz alguna. Ella no porta verdad. La autoridad en torno a la
verdad la ostenta ahora la ciencia y sólo ella.
Apartado III.-
Se centra en el origen de la lógica, base de las
nociones fundamentales de la ciencia.
Pero como en el origen de la ciencia está la religión habrá
que remontarse más atrás y ver en el origen de la religión la vida social.
Luego, será ésta, la fuente de la vida lógica.
Si nos fijamos la lógica está hecha de conceptos. Luego,
“investigar cómo la sociedad ha podido desempeñar un papel en la génesis del
pensamiento lógico nos lleva, pues, a preguntarnos cómo ha podido intervenir en
la formación de los conceptos”.
El concepto no es una idea general es decir, aquello
que el individuo pueda abstraer por comparación de las cosas o sea
generalizar. Pues lo general existe sólo en lo particular, es lo particular
simplificado y empobrecido. Además hay conceptos cuyo objeto son individuos (en
toda religión los dioses son individualidades). Así que hay que definir el concepto
por otras características. Según D.- el concepto está fuera del tiempo y del
devenir, es relativamente inmutable y si no es universal es al menos
universalizable. Surge como una representación esencialmente impersonal, y
gracias a él se comunican las inteligencias humanas. Esta definición de la
naturaleza del concepto proclama su origen: el hecho de ser obra de la
comunidad, no de una inteligencia particular sino de una inteligencia única
en la que todas las demás coinciden y donde vienen , de algún modo a nutrirse.
En este sentido como es obvio, el lenguaje es un sistema de conceptos producto
de aquella elaboración colectiva. Decir que los conceptos son representaciones
colectivas quiere decir que son representaciones concretas, no son
abstracciones que sólo tendrían realidad en las conciencias particulares y
corresponden a la forma en que piensa las cosas concretas (mediante conceptos;
categorías y clases) de su propia experiencia ,ese ser tan especial que
es la sociedad. Si los conceptos fuesen sólo ideas generales, no
enriquecerían mucho el conocimiento, pues como ya hemos dicho, lo general no
tiene mayor contenido que lo particular. Pero, si por el contrario, son
representaciones colectivas, añaden a lo que puede enseñarnos nuestra
experiencia personal toda la sabiduría y la ciencia acumulada por la
colectividad a lo largo de los siglos.
Sobre el concepto de verdad. La impersonalidad y la
estabilidad son las dos características, diferente de las apariencias sensibles
ha tardado siglos en surgir y constituirse fruto de la experiencia colectiva.
Por el mero hecho de que exista la sociedad, existe también, fuera de las
sensaciones e imágenes individuales, todo un sistema de representaciones, es un
mundo de nociones tipo, un reino intelectual en el que participa el individuo y
le sobrepasa que es el reino de la verdad.
Una representación colectiva, (un concepto) por ser
colectiva, presenta ya las garantías de la objetividad (= verdad), pues se ha
podido generalizar y mantener con la suficiente persistencia . Si no estuviera
de acuerdo con la naturaleza de las cosas, no hubiera podido conquistar un
ascendiente tan amplio y prolongado sobre el pensamiento. Pero no basta con que
sean verdaderos los conceptos para que sean creíbles. Si no armonizan con las demás
creencias y opiniones, o sea, con el conjunto de las representaciones
colectivas, serán negados, se encontrará cerrado el entendimiento y será como
si no existieran. Hay una fe en la ciencia, y esa fe no difiere esencialmente
de la fe religiosa. El valor que atribuimos a la ciencia depende de la idea que
nos hacemos colectivamente de su naturaleza y de su papel en la vida, es decir,
que expresa un estado de opinión. Y en la vida social todo, incluso la ciencia
misma, se basa en la opinión
Apartado IV.-
Si las categorías son objetos sociales, ¿cómo han
adquirido ese carácter? Se pregunta Durkheim. No sólo proceden de la
sociedad, sino que también las cosas que expresan son sociales (es decir, su
contenido lo forman diferentes aspectos del ser social). Menciona a titulo de
ejemplo algunas categorías. La categoría de género comenzó siendo
indistinta del concepto de grupo humano; es el ritmo de la vida social lo que
está en la base de la categoría de tiempo; es el espacio ocupado por la
sociedad lo que ha proporcionado la materia de la categoría de espacio; y
la fuerza colectiva ha sido el colectivo de fuerza eficaz, que es el elemento
esencial de la categoría de causalidad.
Las categorías son conceptos eminentes cuya función es
dominar y abrazar a todos los demás conceptos convirtiéndose en los marcos
permanentes de la vida intelectual.
Ahora bien la noción de todo ( de totalidad),
que está en la base de la citada clasificación que hemos aportado como ejemplo,
no puede provenir del individuo, que no es sino una parte en relación al todo y
que nunca alcanza sino una ínfima parcela de la realidad. Efectivamente, no hay
experiencia individual, por dilatada y prolongada que sea, que pueda hacernos
sospechar siquiera la existencia de un género total que abarcaría a la
universidad de los seres.
La idea de totalidad es , según Durkheim la categoría más
esencial y como el papel de las categorías es abarcar a los demás conceptos, la
categoría por excelencia debe ser el concepto mismo de totalidad. Y como
el universo no existe más que en cuanto que es pensado, y como sólo es pensado
totalmente por la sociedad, entonces el concepto de totalidad no es sino la
forma abstracta del concepto de sociedad.
Sobre el ser de la sociedad y la conciencia colectiva.-
La sociedad es para Durkheim una realidad supraindividual
que esta más allá del individuo, no es un mero nombre ni un ente de razón sino
un sistema de fuerzas actuantes, tiene alma o conciencia.
La conciencia colectiva (o social) es la forma más alta de la vida psíquica,
pues es una conciencia de conciencias. Colocada fuera de las contingencias
individuales y locales y por encima de ellas, sólo ve las cosas en su aspecto
permanente y esencial, que fija en nociones comunicables. Además de mirar desde
arriba, mira muy lejos y en cada instante abarca toda la realidad conocida,
porque sólo ella puede proporcionar a la inteligencia los marcos que se aplican
a la totalidad de los seres y que permiten pensarlos . He aquí el origen social
del pensamiento lógico .
·- ·-· -······-·
Arsenio Alonso Rodríguez
Bibliografía:
DURKHEIM, E : Las formas elementales de la vida religiosa,
Alianza Editorial, Madrid, 2003.
- COPLESTON,F: Historia de la Filosofía 9, Ed Ariel,
Barcelona, 2004, pp 126s
- MILANESI, G: Sociología de la religión. Central
Catequística Salesiana, Madrid, 1993 pp 60 ss
- BERGER, P.L: Para una teoría sociológica de la religión ,
Ed. Kairós, Barcelona, 1971, pp 14-15
- MARTIN VELASCO, J.L: Introducción a la fenomenología de la
religión, Ed Cristiandad, Madrid, 1987, pp 34 ss
- MARVIN HARRIS: El desarrollo de la teoría antropológica. Una
historia de las teorías de la cultura, Siglo veintiuno editores,
Madrid, 1978, pp 407-410
- GAMARRA, S: Teología espiritual, BAC, Madrid, 1994, pp
32-33
- HUISMAN, D:Diccionario de las mil obras clave del pensamiento ,Ed
Tecnos, Madrid, 1997, p 302
- HUISMAN, D: La Historia de los filósofos ilustrada por los
textos, Editorial Técnos, Madrid, 2001, p 367 ss
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