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Si quieres puedes autoengañarte, pero si no ya tienes elementos más que suficientes y experiencias previas para saber que "voto útil" y "mal menor" es lo mismo que aborto, sodomía y "realidades nacionales" impulsadas desde el Gobierno y el Parlamento

Relativismo intrínsico

por Adriana I. Pena

La precisión del lenguaje puede evitar muchos conflictos. Cuando se apela al relativismo, antes de protestar hay que cercionarse que no se estan usando términos inherentemente relativos, o que no se está pidiendo juicios sin tener suficientes datos. Si esto ocurre, entonces debemos aceptar que estamos tratando de un relativismo legítimo, y que debemos esperar saber más antes de juzgar definitivamente. Sólo cuando hemos establecido que estamos tratando con objetos o fenómenos absolutos podremos condenar el relativismo espúreo.

Las ecuaciones matemáticas con más de una incógnita no tienen solución única. La ecuación de una sola incógnita "x+2 = 5" tiene solucion única (3), pero la ecuación "x + y = 5" no la tiene; x puede ser 5 cuando y es 0, puede ser 4 cuando y es 1, o también puede ser 790 cuando y es -795. Es preciso comprender esto: es imposible que exista una solución única cuando hay más de una incógnita - como tampoco existe una solución única en una ecuación cuadrática, ya que hay dos raices cuadradas igualmente válidas de un numero positivo (una positiva y otra negativa) - y que la raíz cuadrada de un número negativo simplemente no existe.. Tampoco existe una solución única para la intersección de una curva sinusoidal con un horizonte predeterminado - allí pueden haber infinitas respuestas o ninguna. Para obtener esa respuesta única hay que refinar la pregunta, proporcionando más datos y considerando la posibilidad que la respuesta no exista.

Póngase una ecuación de este tipo en un ordenador y pídase el valor de x. El ordenador contestará interminablemente "ponga un valor de y" , hasta que por fin se ponga ese valor o se corte la corriente. Cómo los humanos tenemos mejores modales - o porque nos cansamos tarde o temprano- decimos "depende de y", o "es relativo al valor de y".

Las interminables discusiones sobre el relativismo, se distinguen más por la retórica y la presunción subyacente de superioridad moral que por la precisión. Convendría, antes de acalorarse, tratar de distinguir si un reclamo al relativismo es falso y merecedor de crítica o si, por analogía matemática, no hay solución única, o sea que enfrentamos un relativismo intrínsico.

Los relativismos intrínsicos son más comunes de lo que se supone, dada la imprecisión del lenguaje que se usa en las discusiones. Demasiadas veces términos inherentemente relativos se usan como absolutos, y el resultado es equivalente a querer obtener una solución única para una ecuación de dos o más incógnitas.

Un ejemplo de relativismo intrínsico se encuentra al intentar medir distancias. "10 metros", "3 kilómetros", "5 centímetros" como valores son innegablemente absolutos, como lo son (en el sistema inglés) "2 pulgadas" o "23 millas". Pero "cerca" y "lejos" son intrínsicamente relativos. Por empezar, se usan estos vocablos sin precisar la locación del punto donde se empieza a medir la distancia. Después, siempre hay sitios cuya distancia es mayor o menor de cierto punto que el lugar en discusión. Siempre hay un punto mas cercano que convierte al que consideramos como "lejos" y uno mas lejano que lo convierate en "cerca". Por último, las circunstancias influyen en la adjudicacion de la cercanía o la lejanía. Si se hablar de caminar "5 kilómetros" se juzgará como "lejos ", pero si se habla de ir en automóvil, la misma distancia será "cerca". Por lo general se considera "3 metros" como "cerca", pero será "lejos" cuando se trata de la distancia a un enchufe de un electrodoméstico cuyo cable sólo se extiende por dos metros y medio.

Lo mismo ocurre con la temperatura: "23 grados", "100 grados", "40 grados", sean centígrados o Farenheit, son términos absolutos, pero "frío" y "caliente" son intrínsicamente relativos. La sensación en sí de "frío" o "calor" depende mucho de la sensación anteriror, tal como se desgaja de un experimento que aparecía en un manual escolar: póngase la mano derecha en una vasija de agua fría y la mano izquierda en una de agua caliente, pónganse luego ambas en una vasija de agua tibia: la mano derecha juzgará al agua como caliente y la izquierda como fría. Otra vez, las circunstancias modifican al juicio. Para temperatura ambiente,."40 grados" es más que caluroso, pero cocinar en un horno, es demasiado frío. Inversamente, "10 grados ",es frío como temperatura ambiente, pero excesivamente caluroso para un congelador.

Intrínsicamente relativos son también "arriba", "abajo", "subir", y "bajar". Es posible, sin contradicción alguna, decir en el mismo párrafo que se sube al segundo piso y se baja al tercero (basta tomar un ascensor del segundo piso al cuarto, y después bajar al tercero).

La mala gramática es otra causa del relativismo intrínsico cuando se usan verbos transitivos como intransitivos, robándoles el objeto. El resultado es que se discurre sobre sentencias incompletas, lo que no tiene sentido. Para poder discurrir ha que sobreentender el objeto (o creer que se lo sobreentiende) y muchas veces ocurre que quienes discurren sobreentienden diferentes objetos. Por ejemplo, alguien pregunta, mostrando un bote de pintura verde oscuro, si puede usarla para pintar. Si el que escucha la pregunta sobreentiende "un banco", "una persiana", "un poste" - todos objetos para los que la pintura es adecueda - dirá que sí, sin pensar que quien pregunta intenta pintar un cielorraso.

Este ejemplo es obvio. Menos obvio, pero más comun es olvidar que ciertos adjetivos, como "agradable", "convincente", o "repugnante" son derivados de verbos transitivos, y como tales exigen un objeto. Cuando este objeto se omite, el uso de esos adjetivos intenta elevar puras preferencias personales a valores absolutos. Bien dice John Lukacs que cuando alguien dice que una situación es intolerable, lo que quiere decir es que él no está dispuesto a tolerarla mas. Todo lo que agrada, agrada a alguien, todo lo que convence, convence a alguien, todo lo que repugna, repugna a alguien. Conviértase entonces "esto es agradable (convincente, repugnante)" a "esto me agrada (convence, repugna)" y se hablara correctamente, aceptando la posibilidad que otra persona no sea agradada, convencida o repugnada.

Esta construccion de verbo transitivo sin objeto es, además de incorrecto gramáticamente, el equivalente de una ecuación con más de una incógnita. La verdad o falsedad del juicio es la primera incógnita, pero el objeto del verbo, o sea la persona que hace el juicio es la segunda incógnita. (En el caso del adjetivo intolerable lo que se omite es el sujeto, la persona que tolera, pero la situación es la misma) Como las personas tienen juicios dispares sobre los mismos objetos o fenómenos la verdad o falsedad del juicio no puede determinarse.

Esta misma situación se da en la percepción de colores y sonidos. Vemos colores cuando ondas impactan nuestras retinas, y oímos sonidos cuando otras ondas impactan nuestros tímpanos. Sin ondas presentes no podemos ver colores ni escuchar sonidos. Pero en la ausencia de retinas o tímpanos las ondas no puede interpretarse como colores o sonidos, són sólo ondas, movimientos a través del aire. Como ecuación de dos incógnitas, diremos que las ondas son la primera incógnita, y que las retinas y tímpanos la segunda. La senstividad de las retinas y los tímpanos varía. Sabemos que los perros oyen sonidos que nosotros no percibimos, y que las abejas ven colores más allá del ultravioleta al que nosotros somos ciegos (se han fotografiado flores con filtros sensitivos al ultravioleta, y las fotos resultantes muestran que flores que, para nuestros ojos, son de color uniforme, tienen diseños de colores untravioletas).

No hay dos personas que tengan exactamente los mismos tímpanos o las mismas retinas, así que debemos aceptar que nadie ve exactamente el mismo color u oye el mismo sonido que otra persona ve u oye. Las ondas emitidas son siempre las mismas, pero nadie las percibe en su totalidad.

(Esto contesta la vieja adivinanza filosófica, de que si hace ruido un árbol que se cae en el bosque cuando no hay nadie para presenciarlo. La respuesta es que el árbol al caer, producirá ondas de toda clase, pero hasta que no haya un tímpano para recibirlas, ninguna de esas ondas será interpretada como ruido).

Este paradigma de ecuaciones de más de una incógnita se aplica también al uso del lenguage. Para que un lenguje sirva en su objeto de comunicarnos es necesario, que vocablos se usen para designar un objeto de tal manera que cada vocablo se refiera consistentemente a un objeto, y sólo a ese objeto, que quien que oiga ese vocablo indentifique correctamente al objeto designado. Sin esas condiciones, el vocablo es sólo una coleccion de sonidos. Tómense los vocablos "limón" y "zeputo". Todos sabemos que "limón" identifica a un fruto cítrico, amarillo y ácido, mientras que "zeputo" no tiene sentido. Lo que nos olvidamos es que no hay nada en el conjunto de sonidos que es 'limón" que sea frutal, or amarillo, o ácido. Sólo pensamos en esas caracteristicas porque hemos escuchado a otros llamar así a esos frutos, (y nosotros tambien lo hacemos).. Pero se podría igualmente bien llamar "zeputo" a un limón y si lo usamos consistentemente para identificar al fruto y quienes lo escuchan lo identifican correctamente, la conversación tendrá el mismo sentido que hubiese tenido si hubiesemos usado "limón". Nada de importancia habría cambiado.

Lo mismo ocurre con las notaciones musicales y las matemáticas. Una cruz (+) indica una suma, y una equis (x) una multiplicación. No hay razon intrínsica para estos símbolos. Si podrían usar dos puntos (:) para indicar una suma, y un signo de interrogación para una multiplicacion (?). Si se hiciese así consistentemente las operaciones seguirán siendo válidas y los resultados numéricos serán los mismos.

Paradójicamente, esta relatividad intrínsica de los símbolos, exige se trate a estos como absolutos de la manera mas estringente. A falta de razón intrínsica para usar cierto símbolo, la única manera de evitar la confusión es que el significado sea universalmente acatado. Un ejemplo de la confusión que puede resultar cuando esto no ocurre se encuentra en la notación numérica con bases no decimales: sea esta base binaria, de ocho, o de dieciséis. El simbolo "40" con base decimal es cuarenta, con base de ocho es treinta y dos, con base de dieciséis es sesenta y cuatro, y en base binaria - que sólo conoce los símbolos "1" y "0", es solo un garabato.

Un autómovil puede manejarse igualmente bien yendo por la mano derecha o por la mano izquierda como hacen los ingleses. No hay razón alguna para preferir una mano sobre otra. Pero sólo se llega ileso a destino si todos los que manejan van por la misma mano, sea la derecha o sea la izquierda.

Respecto al lenguaje, es interesante contemplar el caso del término "totalitario". En los 50 Hannah Arendt redefinió ese término que se habia estado usando desde los veinte y treinta, para darle el significado que tiene ahora. El resultado es que mientras Mussolini insistía en los 30 que Italia era un estado totalitario, Arendt, siguiendo su propia definición, negó que lo hubiese sido. Evidentemente hay confusión, y una instancia de relativismo intrínsico (porque para determinar el significado cuando leemos "totalitario" debemos averiguar la fecha en que fue escrito).

Esta relatividad intrínsica ocurre porque estamos rodedos de objetos y fenómenos con límites temporales. Infinidad de veces decimos frases que son ciertas una determinada hora y falsas a la hora siguiente. Dígase "el cielo está despejado", y esto será falso a las tres, pero verdadero a las cinco, porque a las cuatro y media vino un viento que se llevó las nubes. Hubo sequía en Agosto, pero después de las lluvias de Setiembre hay inundación en Octubre. El anuncio del embarazo de Isabel de Trastámara sería una vil calumnia en 1468 pero una occasion de regocijo en 1478. (Hay tambien límites geográficos. Dormir bajo una red anti-mosquito es imprescindible en Africa, pero completamente innecesario donde vivimos.) El tiempo y el espacio son incógnitas que se pueden aplicar en el esquema de ecuaciones. Si hay posibilidad que se hayan rebasado los límites temporales y espaciales, no será posible obtener una respuesta única sin establer el tiempo y lugar.

Eso significa que todo es relativo? No, aceptar que hay relativismo intrínsico no es dar permiso a que entremezclen elementos relativos con los que no lo son. Un sitio puede ser juzgado como lejano o cercano de acuerdo si vamos a pié on en automóvil, pero ir en automóvil no convierte a cinco kilómetros en tres. Ciertos elementos pueden cruzar los límites de tiempo y espacio, pero no todos. En medio del invierno, si hace seis horas era de noche y ahora brilla el sol, no por eso estamos en verano..

Estos ejemplo pueden ser ridículos, pero los hay más insidiosos. Un fraile del Siglo de Oro atiende enfermos con devoción y ofrece comunión sin lavarse las manos, propagando infecciones, a veces mortales. Ese fraile es una figura trágica, cuyos mejores impulsos son derrotados por su ignorancia, pero si hoy en día alguien en esa misma situación lo juzgamos con extrema severidad. Esto tienta a muchos a usarlo como argumento a favor de un relativismo espúreo. Es legítimo apuntar al límite temporal del conocimiento de los microbios y las infecciones. No lo es decir que no había microbios en el Siglo de Oro y por ende no había necesidad de lavarse las manos. Mucho peor es, partiendo de la base de que la ciencia del cuidado de los enfermos ha cambiado con el tiempo, concluir que también ha cambiado el propósito de dar al enfermo el mejor cuidado posible en la medida de nuestros conocimientos. La ignorancia bienintencionada del fraile puede así ser mal empleada en justificar la eutanasia o el negar cuidados a los incurables.

La precisión del lenguaje puede evitar muchos conflictos. Cuando se apela al relativismo, antes de protestar hay que cercionarse que no se estan usando términos inherentemente relativos, o que no se está pidiendo juicios sin tener suficientes datos. Si esto ocurre, entonces debemos aceptar que estamos tratando de un relativismo legítimo, y que debemos esperar saber más antes de juzgar definitivamente. Sólo cuando hemos establecido que estamos tratando con objetos o fenómenos absolutos podremos condenar el relativismo espúreo.

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Adriana I. Pena



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