Empezaba el mes de Mayo de
1852 y era plena primavera. En el pueblecillo de Petilla de Aragón,
enclave navarro en el Alto Aragón, tus padres los baturros Justo y Antonia ,
escucharon el primer y fuerte grito de su primogénito santiago.
Comenzaba así tu andadura en
este mundo, empezaba el camino de santiago Ramón y Cajal no lejos del
trazado de otro Camino de Santiago, el del hijo del Zebedeo, Santiago el
Mayor y mediante el cual fluían hacia Compostela, allá en La Galicia, desde
siglos atrás miles de esforzados peregrinos venidos de todo el orbe
cristiano.
A mí, enamorado de los
Caminos de Santiago, déjame santiago soñar con que el Carisma del Apóstol
impregnaba a toda España y aún más a aquellas comarcas afortunadas por
donde discurría alguno de sus Caminos. Déjame pensar que el estigma de
Santiago era tan poderoso que tus padres decidieron llamarte santiago.
Y seguramente fuese cierto
porque Petilla está a una quincena de kilómetros de Undués de Lerda y de otros
lugares enclavados en el antiguo Camino de Santiago Aragonés y dista poco más
de otras localidades más conocidas, también hitos del Camino de Santiago y ya
en tierras navarras como Yesa, Javier y Sangüesa.
El Camino de Santiago
Aragonés, una de las penosas rutas que llevan los Peregrinos tras cruzar los
majestuosos Pirineos a través del impresionante y larguísimo cañón del
“Summus Portus” y también por el Puerto del Palo, para descender por tierras
oscenses y proseguir su andadura por Navarra, Burgos y Palencia en Castilla y
tras rebasar León, alcanzar al fin su destino, la mágica Santiago de Compostela.
santiago, en tu vasta,
prolífica y atareada existencia como médico y científico te mostraste
también como poeta, filósofo y hombre con imaginación y yo
he saboreado esas facetas tuyas en tus “ cuentos de vacaciones”. En esas
simpáticas historias, te amparaste en la ciencia subtitulándolos
“narraciones seudocientíficas” pero en ellos diste rienda suelta a tu fantasía.
Por ello, permíteme que te recite una breve poesía por mí compuesta y
dedicada a tu homónimo Santiago:
Fantasía mía
No te
retendría Como la ilusión
Todo corazón
Como
la poesía
Sólo mía
Estoy ahora convencido que
aceptarás de buen grado que en mi relato, pequeño homenaje a tu memoria, mi
fantasía se recree con el juego entre tu camino, el de santiago, y
el Camino de Santiago. Y con tu venia pongo manos a mi obra que en tu
honor me permito subtitular como relato seudofantástico.
El empeño no es fácil pero
con mi encomienda a Santiago y tu comprensión, santiago, intuyo que merecerá la
pena el intento y que tengo poco que perder y mucho que ganar al contar como
respaldo adicional con otro de tus magníficos pensamientos filosóficos:
“seamos piadosos y
comprensivos y juzguemos al autor por su saber positivo, es decir, por lo que
aporta y no por lo que ignora” .
Santiago, el hijo del
trueno, andó con ímpetu imponente hasta “Finis Terrae” y predicó sin
descanso la Fé en su Maestro y su Doctrina: ”Si os mantenéis en mi palabra,
veréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad y la verdad os hará
libres”. Santiago puso los cimientos espirituales de tantos Caminos de Santiago
que después han surcado multitudes de todo origen y condición. Santiago no
cesó nunca de predicar la Doctrina de su Maestro.
Y tú santiago, hijo del
modesto médico rural Justo Ramón y de la ejemplar ama de casa Silveria
Cajal, no cesaste de divulgar la verdad de tu ciencia y así luchar por la
libertad humana estableciendo doctrina durante los largos y fecundos
ochenta y dos años de tu vida , años llenos de esfuerzo que se reflejan en una
de tus frases compendio para mí de tu amplia y fuerte personalidad a la vez
un tanto orgullosa y humilde ” la historia de mis méritos es muy sencilla; es
la vulgarísima historia de una voluntad indomable resuelta a triunfar
a toda costa”.
De modo santiago, que
estuviste siempre resuelto a triunfar con una vida plena de sacrificio para
demostrar tu ciencia, y vaya si lo lograste.
Y con Santiago sucedió algo
parecido, su vida fue un combate continuo para cristianizar a los gentiles
con la Palabra de su Maestro y su Fé, manteniéndola sin tregua hasta expirar
mártir bajo el verdugo.
Y yo continúo soñando que
el Camino de Santiago se inició en Tierra Santa y para llegar a Hispania los
hitos debieron ser muchos y difíciles surcando tierras y mares.
Y tu camino santiago,
empezó en Petilla y se fue jalonando primero con aquellos lugares a donde la
tenacidad de tu padre le movía en aras de una vida digna para su prole y
después con los sitios a donde tu “voluntad indomable” te fué llevando.
De niño y adolescente
conociste Larrés, Luna, Valpalmas y Ayerbe, localidades Aragonesas que fueron
hitos en tu camino y donde te forjaste con la dureza y hermosura de la Tierra
y con la de aquellos difíciles tiempos del XIX. Esos lugares se consideran
enclaves del Camino de Santiago conforme a aquél que parafraseando lo de
“Todos los caminos llevan a Roma” sentenció que “ En Santiago de Compostela
confluyen tantos Caminos como peregrinos”.
También después conociste
otros hitos como Jaca, Huesca y Gurrea de Gállego y en alguno de ellos me
parece a mí que debiste toparte frente a frente con el Apóstol; sin ir más
lejos, la Parroquia de Santiago en Jaca con imágenes del apóstol Peregrino y de
Santiago matamoros se encuentra a unos metros de donde cursabas el
Bachillerato.
Como sabes, el siglo XIX
ha sido juzgado por algunos cronistas como el peor centenio en la historia
política de España, con pérdida de las últimas colonias de lo que fue un
magno imperio; sin embargo dio el fruto de genios como tú mismo y a final de
siglo toda una familia de intelectuales, la generación del 98.
No figuras en el elenco
oficial de componentes de la generación pero sé muy bien que fuiste un
crítico - tan certero como algunos del elenco - de aquellos tristes años.
También conozco el espíritu patriota que mostraste en muchas
ocasiones y en ésta, acentuado además por tu experiencia directa como médico
militar en la guerra de Cuba en la que contrajiste disentería, paludismo y
tisis.
Uno de tus múltiples
esfuerzos e iniciativas médicas fue el estudio de enfermedades tropicales y
como botón de muestra de tu fino humor generaste el alias de “Dr.
Bacteria” y sobre el cual reseñaste: ”seudónimo terrible que usaba para mis temeridades
filosófico – científicas”.
El Apóstol Santiago dejó a
su padre el Zebedeo, pero tuvo como Maestro y Padre a Jesucristo y la
leyenda cuenta que durante sus correrías por Hispania estaba rodeado por
discípulos que proseguían su labor evangelizadora y cuyos nombres subsisten en
rincones de nuestra geografía: Isicio, Elpidio, Efrén y otros.
Y tú, santiago, tuviste
maestros y científicos en los que te inspiraste para tus investigaciones pero
también dispusiste del saber y de la ayuda de otras personas, unas directamente
y otras a través de sus obras escritas que devoraste para ser además de
científico un sabio y un filósofo.
En tu fecunda vida como
médico dejaste discípulos conocidos como Pío del Río Ortega y Rafael Lorente
de No y un rosario de otros anónimos - en España y el extranjero - fruto de tu
dedicación a la docencia y a tu pluma de fecundo escritor. Recordaré lo
que dijo otro médico e investigador que ganó el Nóbel mucho después que tú, en
1959, el Dr. S. Ochoa: “ Creo que sin Cajal yo no hubiese sido quien soy ”.
La primera persona que te
ayudó durante años fue tu padre Justo, a pesar de tu rebeldía y de las ganas
enormes que tuviste precozmente de ser tu propio Yo e independiente de casi
todos. Los trabajos que pronto hubiste de desempeñar como aprendiz de
zapatero y aprendiz de barbero fueron como todo lo que pasó por tu
existencia fuente bien aprovechada de maestría y de desarrollo de tus habilidades
manuales que tan importantes serían luego para tu profesión.
Tu espíritu se fue
cimentando al igual que en la cita de Ovidio ” La gota horada la roca no por
fuerza sino por constancia” y se fue engrandeciendo con las numerosas
disciplinas que cultivaste y dominaste: la gimnástica, la literatura, la
filosofía, la psicología, el dibujo, la fotografía y el amor a la
naturaleza.
Y a pesar de la constante austeridad
de tu vivir, tu espíritu inicialmente muy travieso lo mantuviste siempre
despierto y así en tu libro “reglas y consejos sobre investigación
cientifica”, con fina ironía escribiste: “los espíritus críticos que
se necesitan en la investigación se hallan en discípulos indómitos que
dotados de rica e inquieta fantasía, gastan el sobrante de su
actividad en la literatura, el dibujo, la filosofía y todos los
deportes del espíritu y el cuerpo”.
Claro es que en esa
descripción, te dibujabas como asimismo lo hiciste con la cámara fotográfica
en tus autoretratos familiares donde se te vé con el cable obturador
bajoulsación en tu mano derecha; además revelabas con destreza tus tomas como
el consumado fotógrafo que fuiste.
Así que santiago, no me
creo la fama que algunos biógrafos han querido darte de celebridad meramente
científica y siento tu corazón y tu espíritu cuando en tus primeros
momentos de estudiante de medicina, eres poeta y recitas a la joven María:
“Mi corazón libre estaba libre estaba Antes que a tus ojos viera. Risueño sol
contemplaba, Y en eterna primavera, Alegre y feliz soñaba.”
Este poema resultó una
premonición de tu futuro.S oñabas con eterna primavera como
conocedor de la hermosura de la estación alegre por naturaleza y cómo
te comprendo amigo, yo que como senderista y peregrino, gozo una y cientos de
veces recorriendo extasiado las tierras de España.
Mientras en estos hermosos
días Semana de Santa y Pascua, en Abril, compongo este relato en el Alto
Aragón , te percibo en primavera andando feliz por Ayerbe, la que fue tu patria
chica hasta que cumpliste los 17 años.
Ayerbe, ¡hito de uno de los
ramales del Camino de Santiago! ¡hito importante del camino de santiago Ramón y
Cajal! lugar cargado de historia, al pie de las sierras de Loarre y Luna,
paso de la calzada romana del Summus Portus a Caesaraugusta y en la margen
del río Gállego que justamente desciende del Pirineo y atraviesa Huesca para
morir junto a la Augusta Zaragoza alimentando al Ebro.
Te imagino al
contemplar las hermosuras arquitectónicas de tantos lugares en la comarca y
los frescos, retablos y relieves románicos y góticos que embellecen iglesias y
palacios; en Ayerbe, el Castillo “Os muros”, el Palacio, la Parroquia de San
Pedro, la joya románica que es la ermita de Santa Lucía, las pinturas de
la bóveda de la ermita de San Pablo y la decoración mural de la Virgen de
Casbas en la carrretera a Ejea de los caballeros que la constituyen en la Capilla Sixtina del Alto
Aragón. ¿Cómo no ibas a salir un gran dibujante con
tu “voluntad indomable” y tanta obra maestra a tu alrededor?
Te sueño con ilusión y fuerza,
descolgándote por los pétreos mallos gracias al buen gimnasta que
fuiste, atravesando los viejoos carrascales y pinares, alegrándote con el
reflorecer de los almendros y remojándote con el murmullo de los arroyos.
Y te sigo imaginando
madrugando en una primavera cuando aún enfermo tras la campaña en Cuba se
te complicó la convalecencia con hemoptisis y pasaste una temporada en el
Monasterio Nuevo de San Juan de la Peña.
En el ascenso a la sierra
de la Peña entre encinas y robles admirabas la naturaleza y te asombrabas bajo
los primeros rayos del risueño sol del refulgir del brillantísimo acebo
del sotobosque y apreciabas el vuelo poderoso de los buitres junto a los
soberbios farallones. Estuviste fascinado cuando al doblar un recodo de la
pendiente observaste de pronto - frente a ti- la impresionante estampa del
viejo Monasterio de San Juan Bautista, epicentro del milenario Reino de
Aragón, bajo la gigantesca roca de los farallones.
Te recuperabas soñando
despierto y caminando entre la belleza del paraje, del tapiz de
florecillas lilas y amarillas sobre el verde del prado y la hermosura de los
frescos y relieves del Monasterio.
De seguro que no cesabas
de filosofar y me acuerdo de tu pensamiento “el hombre no debe
doblar la naturaleza ante una idea, sino doblar la idea ante la naturaleza”.
Pensabas si el prodigio arquitectónico al alcance de tu mano era producto sólo
de mera ciencia o si también hubo algo espíritu y qué influía en tu
rápida recuperación. Pues mira, ¡qué coincidencia!, un ramal del Camino de
Santiago, el del Apóstol de Espíritu ciclópeo, pasa precisamente por
el tesoro románico que es el Monasterio de San Juan de la Peña y su
fantástica base visigótica.
¡y otra coincidencia! La
historia del Monasterio cuenta que allí estuvo custodiado el Santo Grial y de
ser verdad ¿podría haber un Espíritu más poderoso?
Al atardecer seguías
caminando escuchando el canto del cuco más abajo junto al río y preguntándote
como escalar las colosales cumbres nevadas del Pirineo oscense allá al Norte y
frente a tus siempre ávidos ojos.
Y apartándome con pesar de
la naturaleza, te comento que tuviste una ventaja sobre tu tocayo
Santiago y es que te casaste con la guapa, esbelta, inteligente y recia maña,
Silveria Fañanás. Tus diversos valores humanos armonizan en este
importantísimo acontecimiento pues tu corazón se llenó de repente de amor
por una desconocida y tu razón también conjugó pues como tu mismo
dijiste “había estudiado a fondo su psicología, que resultó ser, según
yo deseaba, complemento de la mía“
Y por fantasía me
permito saltar a la Leyenda Aurea que cuenta que la Madre de
Jesucristo, en carne mortal, vino en ayuda del Apóstol, un tanto agotado en su
brega por cristianizar a los indómitos iberos. Ella se le apareció a Santiago
sobre un Pilar en Zaragoza, motivo por el que en los Pilares suele aparecer
la Cruz de Santiago.
Cuando ya eras un
investigador con fama alguien dijo que” la mitad de Cajal, es su mujer” y,
entre tú y yo te diré que tu esposa Silveria Petra Rafaela Josefa
Florentina Fañanás y García fué en tu camino de santiago algo más que
un acierto. ¡Que coincidencia! Ella constituyó el auténtico pilar de
tu vida. Y después, conviviendo con tu estupenda compañera, con austeridad y
esfuerzo común y con tu trabajo y tu voluntad indomable, fueron llegando
poco a poco los reconocimientos a tu labor.
Y ya que hablamos de
mujeres te recordaré en este punto que en tu haber consta el haber tenido como
alumno a Concepción Aleixandre, una de las primeras féminas que se
doctoró en Medicina en España. Concepción fué un fenómeno, con un expediente
académico cuajado de sobresalientes y seguramente tanto por méritos propios
como por haberte tenido a tí de maestro.
Y por cierto que sigo con
mi fantasía soñando en eterna primavera e imagino el
parecido del camino trazado con los nombres de tus descendientes y los
nombres - que entre otros- acompañan el Camino de Santiago: La Fé y el Pilar.
Y si no, ¿por qué se llamó Fé vuestro primogénito? ¿ Y por qué se bautizó al
segundo vástago como Santiago? ¿ Y por qué al quinto le pusistéis Enriqueta
Pilar?
¿Son otra coincidencia de
mi fantasía? ¿son incógnitas dentro de tu sabiduría?
Para el temprano
crecimiento de tu saber y sin demérito a tu esfuerzo y vocación de conocer,
te diré que pienso que ya desde niño tuviste la fortuna de disponer en
Ayerbe de una pequeña biblioteca que te abrió la puerta de la literatura
universal.
Después como estudiante de
Bachillerato tuviste accceso a libros en Jaca y Huesca y más tarde en las
universidades de Valencia, Zaragoza ,Barcelona y Madrid. Desde luego santiago
que aprovechaste a tope esas ventajas y además hiciste sacrificios
para ser suscriptor de las revistas extranjeras punteras; así disfrutaste a lo
grande con tu faceta filosófica en las tertulias y círculos de
debate entonces de moda y en los que fuiste tertuliano destacado. Cito
lo que contabas sobre la tertulia del café Suizo en Madrid. “ Allí elevamos
un poco el espíritu, exponiendo y discutiendo con calor las
doctrinas de filósofos antiguos y modernos, desde Platón y Epicuro a
Schopenhauer y Herbet Spencer”.
Como todo el que combate
con fé por la verdad, no importa el precio pagado. Santiago obtuvo el haber
de la siembra cristiana en la piel de toro y la cura de las almas y de los
cuerpos de sus pobladores y pagó con el cansancio de su constante peregrinar
y como colofón con el martirio a su vuelta a Palestina. Muerto, mereció
después en este mundo el ser Patrón de España y de Galicia, estandarte en la
reconquista frente al Islam y referente espiritual para toda la Cristiandad.
santiago, con la
siembra de tu ciencia, colocaste la piedra angular para el conocimiento y cura
del cerebro humano y con tu dedicación a la medicina y a la investigación y
tus conocimientos de psicología curaste cuerpos y aliviaste espíritus.
Tras decenios de lucha
por establecer la verdad, pudiste al fin en la primavera de 1906 recibir
alegre y feliz el sueño del premio Nobel de Medicina y Fisiología, galardón eterno como
avanzaste premonitoriamente en tu poesía de juventud. El precio pagado incluyó estrecheces,
desengaños y
envidias y el ver morir en tu camino a algunos de tus seres más queridos como
a tus hijos santiago y enriqueta pilar y a tu fiel compañera Silveria.
Los peregrinos de los
Caminos de Santiago se servían para su misión, primero y sobre todo de la
Fé , y después de la esclavina y del bordón. La escarcela, vestido hecho de
cuero, les aliviaba a modo de manto de las inclemencias y les identificaba
como personas austeras soportando constantes sacrificios de toda índole. El
bordón era el apoyo frente a las adversidades del terreno y la defensa frente
a alimañas y asaltadores para llegar así seguro a los pies de Santiago,
ganar el jubileo y el descanso del alma y regresar sanos y salvos al lar
cantando y pregonando las hermosuras vividas a lo largo del Camino.
Y tú santiago te serviste
de tu inquebrantable tesón y austeridad y de tu fé en la ciencia para con
constantes sacrificios ser en la vida lo que querías ser. Te serviste de
una capa para proteger tu modesto traje frente a las inclemencias del Laboratorio
y de un abanico vital de valores humanos resultado de tu voluntad
indomable y de tu compleja y genial personalidad.
Para corroborar lo que tu fé
e imaginación te dictaban, usaste el microscopio, mejoraste el teñido Golgi
de tejidos con el método de nitrato de plata gracias a tus habilidades
manuales, a tus conocimientos de tintes de curtidos y de fotografía.
Gracias a tu destreza y a
muchos de tus valores, exponente de un gran hombre fuiste el primero en
conocer con exactitud la estructura neuronal y fijar tu doctrina que hoy
perdura. Tu ley de la polarización dinámica de las neuronas: “La
excitación se propaga en las neuronas desde las dentritas al axión ” es Ley.
Fuiste pionero en los avances
de la Neurocirugía y la Neurología moderna te debe grandes progresos
especialmente en el campo de la morfología nerviosa; por ti mismo llegaste
a producir más que los otros neurólogos reunidos: métodos técnicos,
instrumentos de trabajo e innumerables descubrimientos que han servido de catalizadores
hasta en la Fisiología y en la Patología. Después te serviste de tu don de dibujante para divulgar
tus observaciones y tus preciosos y precisos gráficos
histológicos incluso hoy en día con el avance de la fotografía producen
auténtico asombro.
El nombre de Santiago y sus
variantes: Jacobo, Jaime, Diego y Yago se encuentra en los más apartados
rincones del Globo y en personas y en toda suerte de ciudades, plazas,
calles, iglesias y accidentes geográficos, hoy y hasta el fin de la Tierra.
El genio y figura de
Santiago, su Espíritu y su Memoria es recordada cada día por los peregrinos
que acuden cada día a orar al Apóstol y abrazar su imagen en la catedral Compostelana.
Y allá muy arriba, en lo
alto de nuestro firmamento, está la Vía Láctea, ¡el colosal Camino Estelar de Santiago ¡El Espíritu
de Santiago, Apóstol de la Fé, iluminando el espacio
infinito y para toda la eternidad!
Y tus apellidos Ramón y
Cajal - y ojalá que mañana también tu nombre, santiago,- se hallan en
numerosas calles y plazas de nuestras ciudades y en hospitales y centros de
investigación en todo el mundo. Tu genio y figura, santiago, tu espíritu y tu
memoria son recordados cada día por los visitantes que acuden cada día a la
casa familiar de Ayerbe, al “Centro de Interpretación de la vida y obra de
santiago ramón y cajal” donde puede apreciarse tu historia, tu obra y tu
fantasía, tu poesía y tu filosofía.
Tu Ciencia y tus
descubrimientos permanecen en los libros y como nadie es profeta en su tierra
resulta que hoy en Estados Unidos se constata que el investigador más
mencionado en libros científicos a lo largo de la historia de la Medicina,
eres tú, nuestro admirado compatriota; a veces y según la costumbre sajona se
te denomina tan sólo por el apellido Cajal y recuerdo tu humor ante
la dificultad de esas gentes foráneas para pronunciar la recia “jota”
aragonesa y castellana.
Ojalá que mañana, un sabio
tuviera la buena ocurrencia de bautizar con tu nombre una supernova o una
galaxia y al igual que el Apóstol tu memoria empape con brillo y por siempre
el Cosmos.
¿ Y si hubiese un camino
estelar de santiago sería demasiada coincidencia con el Camino Estelar de
Santiago?
Resulta que ¡la nave
espacial Neurolab en 1998, llevaba a bordo, en el fuselaje unas planchas- a
modo de grabado- con tus apellidos y con reproducciones de tus hermosos
dibujos plasmando la estructura neuronal.!
Allá ,muy arriba, en lo alto
de nuestro firmamento, ¡el espíritu de santiago Ramón y Cajal , apóstol de la
ciencia , repleto de valores humanos, amparado por el soñar y la ilusión
acompañado de sus hermosos dibujos, flota iluminando el espacio infinito y
para siempre!
Y acercándome al término de
mi cuento pseudo - fantástico cito el pensamiento de Fray Clemente, Abad de
Silos que te cuadra a la perfección:
“ El hombre es viandante, aunque no surque senderos de
la Tierra, ni peregrine a un lugar determinado, pues está llamado a recorrer
también los senderos de la mente y el espíritu en búsqueda continua del sentido
pleno de su propia vida”
Y como en los comienzos de
mi cuento dediqué una poesía a Santiago, alumbro - como despedida- otra para
ti:
santiago peregrino
En
la Tierra viviste Cargado
de tu ciencia Y
de gran sabiduría Al soltar tu fantasía Y volar tu corazón En el Cielo quedaste Eterno
Peregrino
·- ·-· -······-·
Alfredo Espiga Gómez – Lobo Notas del autor.
1.- El lector se habrá percatado a lo largo de la obra del juego de palabras con el verbo Santiago aplicado al Patrón de España y el vocablo santiago usado para nuestro admirado Ramón y Cajal y ruego a los ortodoxos – que en aras de la poesía y de la fantasía- me eximan en este ensayo de la necesidad académica de la mayúscula para el nombre de nuestro premio Nobel.
2.- Amén de otras lecturas como los “cuentos de vacaciones” se ha utilizado en la bibliografía la obra “Triunfar a toda costa” de J. Calvo.
Se ha usado alguna cita de la documentación del Centro de Interpretación de Ayerbe, del Gobierno de Aragón.
3.- Ha sido otra coincidencia del destino que me tocara en gran suerte el componer este cuento durante unas vacaciones en el Pirineo y en el Alto Aragón y precisamente ultimarlo en la víspera de San Jorge donde se fomenta – al igual que en otras regiones de España- la lectura de libros. Ojalá que esta coincidencia sea un signo para que la memoria del insigne santiago Ramón y Cajal sea más y mejor difundida y como se merece.
4.- Las comunicaciones al Autor pueden dirigirlas a la dirección de correo electrónico siguiente:
alfredoespiga@hotmail.com
***
Visualiza la realidad del aborto: Baja el video Rompe la conspiración de silencio. Difúndelo.
|