El tema de este artículo
se apoya en una intuición no desarrollada para Iberoamérica del iusfilósofo
Carl Schmitt enunciada así: “Contra el universalismo de la hegemonía mundial
angloamericana afirmamos la idea de una tierra repartida en grandes espacios continentales”
Ríos de tinta se han volcado sobre este tema apasionante pues desde los albores mismos de la
independencia americana se vienen esgrimiendo razones en su favor y en su
contra.
Así, y más allá
de las banderías políticas, sean de izquierda o derechas, están aquellos que
opinan que ésta es una posibilidad a construir y otros que sostienen su
imposibilidad efectiva. Jorge Luís Borges era uno de estos últimos.
Pero hay algo en
que todos coinciden: en afirmar la existencia del hecho bruto de que Iberoamérica
está allí. Que es un gran espacio geográfico de 21 millones de km2, mientras
que China e India juntas suman 12,9 millones de km2, en tanto que Europa a
gatas roza los 10 millones de km2. Que si comparamos la relativa pequeñez de
Nicaragua con sus 130,000km2 y sus 5,5 millones de habitantes con Bangladesh,
con 144.000 km2, que tiene 150 millones de personas y que además observamos que
Nicaragua posee dos lagos de agua dulce de 8.000 y 1.000 km2 o peor aún si lo
hacemos entre el Amazonas y la estéril meseta tibetana, vemos que tanto
poblacional como geopolíticamente las ventajas son enormes a favor del gran
espacio iberoamericano.
En kilómetros cuadrados
Brasil solo contiene a casi toda Europa, Italia entra completa dentro de la
provincia de Buenos Aires en Argentina, que posee además otras veintitrés
provincias más. Brasil es el quinto país en el mundo en extensión y Argentina
el octavo espacio geográfico. Las comparaciones son inconmesurables en ciertos
casos como el hecho de que Suramérica posee 50.000 km de vías navegables con sus tres grandes cuentas: el Orinoco, el Amazonas y el Plata que a
su vez están interconectadas de modo tal que un barcaza de 1.200 toneladas
navega cómodamente desde el puerto de Buenos Aires hasta el Guayra en Venezuela
pasando por los ríos de La Plata, Paraná, Paraguay, Guaporé, Mamoré, Madeira,
Amazonas, Negro, Casiquiare y Orinoco. Europa occidental con todo el poderío
que ella representa posee solo 22.000 km de vías navegables
de los que 16.000 km transcurren entre Francia y Alemania por el que transita
el 40% de su transporte.
Cabe realizar
acá una primera distinción, europeos o americanos, nos está permitido hablar de
todo y sobre todo en la medida en que los temas no afecten el poder del one
World, del “mundo uno”. El filósofo neomarxista Slavoj Zicek lo afirma
sobre sus correligionarios: hoy los marxistas hablan y escriben limitados a
los problemas culturales nunca sobre el poder.
Sobre
Iberoamérica como ecúmene cultural se publican a diario cientos de miles de
artículos y ensayos, pero sobre Iberoamérica como posible creación de un poder
autónomo a los establecidos, casi nada. Y lo poco que se publica, en general,
viene tergiversado. La misión y el mayor logro de España en el concierto de la
historia de las naciones que han compuesto y componen este mundo en que vivimos
ha sido el descubrimiento, conquista y colonización de América, así como su
gran fracaso, por obra de sus enemigos históricos, ha sido el no haber podido
plasmar en una realidad política la unidad del continente. Estas últimas
cumbres de presidentes iberoamericanos que se vienen sucediendo son más un
hecho cultural, y por eso tolerado por el mundo anglosajón, que un hecho
político de consolidación y construcción de poder real y efectivo.
Por una cuestión
ideológica es que, nosotros nos inscribimos dentro de la corriente denominada
“realismo político”, nos vamos a limitar a Suramérica, pues tanto México como
toda Centroamérica, a excepción de Cuba, están enfeudados lisa y llanamente con
los Estados Unidos en su política continental y mundial.
Primera Parte
El tercer milenio comienza
en América del Sur con las relaciones de poder totalmente trastocadas. Estados
nacionales que perdieron todo su poder. Dirigentes políticos, sociales,
culturales y religiosos sin un sentido de pertenencia ni de preferencia por sí
mismos ni por los suyos. Modelo económico de exclusión de las amplias mayorías
nacionales. Con una población que oscila en los 380 millones, donde el 40% está
constituido por pobres, muy pobres y pobrísimos. Sólo el 10%, alrededor de 38
millones, tiene capacidad adquisitiva holgada.
La cuestión es saber hasta
cuándo la realidad de Suramérica puede soportar la agudización de las
contradicciones de un sistema político sin ninguna representatividad ni
legitimidad, manejado por las oligarquías partidarias a gusto e piacere.
¿ Hasta cuándo un modelo económico para hambrear pueblos puede tener
vigencia?.¿ Hasta dónde soportarán nuestros pueblos tamaña injusticia?.
Todas estas cuestiones y
muchas otras no tienen respuesta mientras no se cree o recree un poder nacional
autónomo y soberano que decida hacer lo contrario de lo que se viene haciendo.
Desde el punto de vista de
la estrategia internacional tiene Suramérica que proponer una distinta de la
que se nos viene imponiendo. Vayamos al grano.
Antigua Estrategia
Descubierta
América por Colón pasaron los españoles a conquistar y colonizar Suramérica
siguiendo una doble estrategia:
a) la
estrategia andina de dominación que estaban utilizando los incas.
Los
peninsulares se montaron sobre los grandes caminos que iban y venían del Cuzco.
No trazaron nuevas rutas sino que se apoyaron y utilizaron las creadas por el
Inca. Este es un dato no menor a tener en cuenta, pues el español no crea una
estrategia de dominio sino que se monta en una ya establecida como era la del
Inca para el control de las otras etnias.
b) la estrategia
fluvial y marítima de dominación.
Utilizaron los
grandes ríos Paraná, del Plata, Paraguay, Uruguay, Orinoco, Amazonas y las
costas atlánticas. Esta es la estrategia adoptada, fundamentalmente, por
portugueses y jesuitas en la colonización y conquista de los grandes espacios
boscosos y costeros.
Son estas dos
antiguas estrategias las que sirven como antecedente primero a lo que hoy
denominamos Pacto Andino y Mercosur. Desde el punto de vista historiográfico
merecerían un estudio detenido, pero no es este el lugar para hacerlo.
Estrategia Reciente
La
histórica estrategia de América del Sur se manejó desde la época de la Independencia a través de líneas de tensión. Líneas de tensión que buscaban tanto para Brasil
como para Argentina el uso directo de los dos océanos. Argentina lo tuvo pues
desde 1816 a 1825 fue bioceánica, pero merced a la gestión del primer
presidente argentino Rivadavia, al servicio de Inglaterra y al accionar del
general Alvear, pro inglés por nacimiento y educación, ante Bolivar, perdió ese
estado.
Lograr el carácter de
bi-oceánicos, al estilo de los Estados Unidos, o su impedimento, ha sido la
meta de estas líneas de tensión.
Así Brasil tiene dos líneas
madres, una hacia Santiago y otra hacia Bogotá. Argentina una hacia Lima y de
allí a Caracas, con lo que interfiere las líneas brasileras. Por su parte Chile
con su línea madre a Quito y de allí a San José cruza en su desarrollo las de
Brasil y Argentina.
Uruguay y
Paraguay no cuentan porque, desde siempre, medran entre las desavenencias
argentino-brasileñas. Es evidente que su actitud no es ni loable ni moralmente
aceptable, pero es sabido que la relación política no es entre buenos y malos
sino entre amigos vs. enemigos. Bolivia luego de la Guerra del Pacífico es un Estado enclaustrado que depende para su salida al mar de Argentina
(vía Bermejo) y Perú (puerto de Ilo). Es “un Estado imposible” en palabras de Juan
Bautista Alberdi ya en 1852, subsidiado por Argentina. Perú tiene un vínculo
privilegiado con Argentina desde el fondo de su historia (es el General San
Martín quien lucha por su indenpendencia) pero su peso relativo en la región es
muy poco. Con Ecuador sucede, mutatis mutandi, lo mismo pero su
vinculación es con Chile. En cuanto a Colombia que sí es bi-oceánica, desde el
asesinato de líder popular Eliécier Gaitán en 1948, está partida en dos: los
liberales y conservadores por un lado, que han ejercido desde entonces el poder
y las fuerzas populares desplazadas absolutamente del mismo. Con la guerrilla
marxista-Farc- más antigua del continente, es un Estado-Nación que como Saturno
se come a sus propios hijos. Posee el récord de asesinatos políticos y de los
otros. Esta carencia de seguridad así como la existencia de una base
territorial de la narcoguerrilla fuera del control del Estado- el presidente
Pastrana se retiró de ese espacio- vienen a justificar la teoría de los Estados
fracasados (failed states) que sostiene la Comisión Hart-Rudman de Seguridad nacional de USA para convalidar una intervención armada en
la región. Sigue Venezuela, al que lograron transformar en el más ajeno de los
países suramericanos a Suramérica tanto por su cuantiosa producción petrolera
que lo enfeudó a los Estados Unidos su máximo comprador como por su clase
política- socialdemócrata o socialcristiana-que respondió durante casi medio
siglo más a los dictados de las internacionales partidarias que a los
requerimientos de su propio pueblo. Ha sido el ejemplo más claro de totalitarismo
partidocrático. Esta clase ignoró por completo que “Venezuela, es como
un engranaje, un engranaje geopolítico entre el Caribe la Amazonia y los Andes y tiene una excepcional ventaja geopolítica. En la fachada caribeña
Venezuela, limita por el norte no como nos enseñaron a nosotros cuando éramos
niños con el Mar Caribe, no. Venezuela limita por el norte con República
Dominicana, Venezuela limita por el norte con Estados Unidos ahí está el Estado
libre asociado de Puerto Rico. Venezuela, limita por el norte con los países
bajos el Reino de los países bajos, Venezuela limita por el Caribe con Francia,
los llamados territorio de ultramar, lo cual nos da una configuración
geopolítica sumamente interesante además de todos estos países. Venezuela
pertenece a esa gran cuenca del Amazona, siete millones de kilómetros cuadrados
-me refiero a toda la Cuenca- con la que nos interconectamos no sólo con la
selva, sino con los grandes ríos. El Orinoco se une con el Amazona por ejemplo
en una gigantesca arterial vial, es como la arteria del Continente
Suramericano, una de las riquezas más grandes que tiene el planeta, en cuanto a
recursos de vías, biodiversidad y reservas para la vida humana” (Hugo
Chávez, Visión estratégica de Venezuela, conferencia en la Escuela Diplomática, Madrid, 16/5/02).
Paraguay y Uruguay medran entre Brasil y Argentina
según convenga a sus intereses. Como este planteo se inscribe, siguiendo a
Schmitt y Freund, dentro del realismo político, Chile no es tenido en cuenta en
este análisis pues sucede simplemente que desde siempre la república del
Arauco se aisló, tratando de desvincular sus destinos a los de Suramérica y no
existe, a nuestros ojos, ninguna razón por la que vaya a cambiar su histórica y
secular posición.
Quedan finalmente los
escándalos morales y políticos que ofenden los mínimos sentimientos de dignidad
como lo son la existencia de factorías europeas, formalmente declaradas
repúblicas independientes como son los casos de Surinam- bastardo Estado-nación
creado por la civilizada Holanda. Guyana, (Venezuela reclama tres cuartos de su
territorio) dependencia inglesa poblada por 800 mil parias traídos por
Inglaterra desde todos los rincones del mundo (hindúes, chinos, mongoles,
africanos). Babel lingüística que hace incomprensible los más elementales
trueques y tratos cotidianos. República cooperativa gobernada por una atroz
dictadura desde la época de su simulada independencia en 1966. Finalmente, la
colonia y presidio de Francia, Guayana, como último resabio de un colonialismo
europeo que no quiere morir.
Estas tres bazofias
políticas, Surinam, Guyana y Guayana, no participaron ni participarán jamás de
la historia político-social de la América del Sur –se piensan caribeñas- hasta tanto no dejen de ser una simple proyección europea para arrojar allí el
detritus que les molesta a holandeses, ingleses y franceses. Su participación
está condicionada a la opción por América, que aún no han realizado de motu
proprio.
Segunda Parte
Nueva Estrategia
El nuevo planteo que
nosotros proponemos es la denominada “teoría del rombo” que consiste en el
reemplazo parcial de las viejas líneas de tensión estratégica continental. Y
busca una mayor encarnadura y realismo político, habida cuenta de la opción ya
hecha por el gobierno mejicano por el ALCA y la efectiva subordinación de todos
los gobiernos de América Central y el Caribe (salvo el cubano) al poder
norteamericano.
La exigencia de un realismo
político descarnado, nos obliga a descartar por universalista y abstracto el
“latinoamericanismo” emotivo, cordialista y grato a nuestros oídos, pero
ineficaz a la hora de plantear una estrategia común para los pueblos
indoibéricos. Hablar hoy de Latinoamérica, además de ser un error conceptual y
una categoría espuria para determinarnos en lo que no-somos (lo crea Francia, y
lo adopta USA, el marxismo y la Iglesia), es un sin sentido geopolítico porque
es inviable y no plausible. Es un engaño porque es pensar sobre una categoría
sin arraigo, sin encarnadura, sin realidad. Es un universalismo más como lo es
el de “humanidad”, que no tiene manos ni pies al decir de Kierkegaard. O como
afirmaba Proudhon: Cada vez que escucho “humanidad” se que quieren engañar.
Esta exigencia de realidad
a partir de la cual debemos plantear la Nueva Estrategia Suramericana (NES) no es óbice para dejar de lado la participación los otros
pueblos americanos todos, pero claro está, ello se dará en mayor medida en que
esos mismos pueblos logren modificar la política de entrega y subordinación de
sus actuales gobiernos.
Sobre el antecedente más
ilustre de la NES es dable mencionar el de Juan Perón quien en una conferencia
de carácter reservado en la Escuela Nacional de Guerra durante noviembre de
1953 sostuvo: “tenemos que quebrar la estrategia del arco que va de Río a
Santiago y crear una nueva para América del Sur”. Y proponía a renglón
seguido la creación de un área de unión aduanera y libre comercio entre
Argentina, Brasil y Chile denominada ABC. Parece ser que no gustó a los
poderosos de entonces pues Getulio Vargas terminó en el suicidio (1954), Ibáñez
del Campo en el ostracismo interno y Perón, dos años después, en el exilio.
Para que una acción
política sea eficaz deben converger tres elementos: hombres, medios y
acontecimientos. Los hombres los tenemos, son los pueblos enteros hambreados de
la región y los cientos de dirigentes desplazados del ejercicio del poder por
los profesionales de la política.
Los medios también, claro
está, que son otros que los mass media, son las paredes de todas nuestras
ciudades y los muros de nuestras fábricas cerradas.
Y en cuanto a los
acontecimientos algunos nos son propicios y otros no. En Venezuela Hugo Chávez
está en el ejercicio del poder luego de 40 años de dictadura democrática de los
socialdemócratas y socialcristianos. En Brasil funciona el Foro de Porto Alegre
que conmovió al one world de Davos y todos los intereses que ello
representa y Lula posee una cierta autonomía respecto de USA. En Argentina el
inconveniente mayor está en su cancillería que ve toda integración suramericana
como una sumisión a la estrategia brasileña y en cuanto al Perú, su gobierno
actual, el segundo de Alan García no tiene ninguna vocación de integración
subcontinental.
Vistos los pro y los
contra, la teoría del rombo por la figura que forma la unión de los vértices en
Buenos Aires- Lima – Caracas- Brasilia como constitutivo de la nueva estrategia
suramericana es lo que proponemos en este trabajo.
Ello permitiría la creación
de un Gran Espacio con características de bi-oceánico, con salida tanto al
Atlántico como al Pacífico. Con una masa poblacional con peso específico y de
carácter homogéneo –lengua y convicciones similares-. Un gran espacio
geoestratégico y geoeconómico con materias primas (minerales, hidrocarburos,
gas, granos y carnes, flora y fauna) de primera importancia. Así, por ejemplo
en minerales se encuentran el oro, cobre, cinc, manganeso, el 90% de las
reservas conocidas de niobio del mundo, el 96% de las reservas de titanio y tungsteno,
este último indispensable para la construcción de naves espaciales y misiles
atómicos.
Este Gran Espacio cuenta
con la ventaja de no ser una creación ex nihilo, dado que se realiza
sobre el antecedente del Mercosur creación que tiene ya diez años de vigencia
efectiva (Tratado de Asunción 1991). A lo que se le suma la experiencia del
Pacto Andino. Y que al mismo tiempo se apoya en los ideales de Patria Grande de
Bolivar y San Martín.
El Hinterland suramericano
Esta Isla Continental que
es Suramérica tiene casi 18 millones de kilómetros cuadrados con una población
que sobrepasa los 374 millones de habitantes cuya mayor parte vive en la franja
costera que la bordea y donde se ubican las ciudades más importantes a
excepción de la reciente Brasilia.
“El Hinterland, afirmaba
hace ya un cuarto de siglo el venezolano José Curiel Rodriguez, es una gran
área del planeta que comprende las cuencas de los ríos Amazonas, Orinoco y del
Plata. Es una vez y media la superficie continental de los Estados Unidos.” [2]
Este enorme territorio
encerrado en este rombo imperfecto que expresa geométricamente nuestra teoría
se encuentra prácticamente despoblado y genera las ambiciones de dominio de las
potencias hegemónicas a través de teorías tales como la de “soberanía
limitada” o acciones concretas como la compra de grandes territorios por
sociedades estatales extranjeras. Con justa razón ha observado el politólogo
Adolfo Koutoudjian que “Si comparamos con Asia o Africa, lo llamativo de
este sub-continente es el enorme vacío central. Es la gran asignatura pendiente
de la geopolítica suramericana. Seguimos siendo un continente poblado en sus
costas que aún está avanzando hacia su interior. Esta situación implica un gran
desafío geopolítico y económico para las posibilidades de realización y
desarrollo de las patrias suramericanas. “El Dorado” aún puede estar en el
interior continental” [3]
Entre los megadatos que nos
ofrece este corazón suramericano es que genera el 30% del total
de agua dulce del mundo, poseyendo además el segundo acuífero del orbe (el
acuífero guaraní) y recursos hidroeléctricos incalculables. Encierra la tercera
parte de las reservas mundiales de bosques latifoliados.
Pero sobretodo es dable
destacar la inteconexión fluvial de Suramérica que en el siglo XVI utilizaron
los conquistadores españoles y que luego de cinco siglos permanece
prácticamente en las mismas condiciones.
La vinculación hidrovial
entre las tres cuencas: Orinoco, Amazona y del Plata permite la navegación
desde Buenos Aires hasta Caracas y de este a oeste se presentan al menos tres
conexiones interoceánicas.
Así el sistema Orinoco-Meta
permite la interconexión bioceánica entre el Puerto Buenaventura(Colombia) con
Puerto Ordaz(Venezuela) con 1866 kms. de vía fluvial y 779 de carretera.
El sistema Amazonas –
Putumayo que une el puerto Belem do Pará(Brasil) con el de San Lorenzo(Ecuador)
con 4535 kms. de vía fluvial, 230 de carretera y 549 de ferrocarril.
La alternativa
Amazonas-Marañón que vincula los puertos de Belem do Pará con el de Chiclayo en
el Perú con 4.796 kms. de vía fluvial y 700 kms. de carretera.
Además tenemos la salida al
Atlántico de Bolivia desde su capital, La Paz, a través del Beni, Madeira, Amazonas. Sin olvidar la conexión con la red peruana a través del istmo de
Fitzcarrald (3 kms.).
En cuanto a la navegación
norte-sur o viceversa, se realiza, como explicamos más arriba, a través del
sistema Orinoco, Casiquiare, Negro, Amazonas, Madeira, Mamoré, Guaporé,
Paraguay, Paraná y del Plata. Es de destacar que la conexión Paraguay-Guaporé
se realiza por sus respectivos tributarios los ríos Aguapé y Alegre y,
atravesando la Laguna Rebeca y el riacho Barbados. Todo esto fue bellamente
relatado por los hermanos Georgescu en su libro de viajes Los ríos de la
integración suramericana (Caracas, 1984). Lo que permite afirmar que el
tráfico fluvial entre Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Brasil,
Paraguay, Uruguay y Argentina, nueve de los diez países suramericanos, es una
realidad al alcance de la mano que con un mínimo esfuerzo de los Estados involucrados
se pondría en movimiento inmediatamente.
El transporte fluvial
consume tres veces menos combustible que el ferrocarril y siete veces menos que
el automotor por tonelada y por kilómetro, al par que reduce ostensiblemente la
contaminación ambiental. Comparando los tres tipos de transportes se realiza
una economía de potencia de nueve y tres veces respectivamente. Una barcaza
fluvial carga 1200 toneladas, un tren 40 por vagón y un camión sólo 30, lo que
significa una clara economía de esfuerzos tanto en la carga y descarga como en
el número de viajes. Así, esta hidrored, barata y segura permitirá la
conformación de un espacio autocentrado en economía, ampliando el Mercosur y el
Pacto Andino, con lo que su recurrencia a los mercados exógenos pierde el
carácter de obligatorio como sucede hoy día, pues puede llegar al
autoabastecimiento sin dificultades mayúsculas.
La participación argentina en ese corazón de la tierra,
según hemos propuesto, se debe realizar a través del eje Salta-Santa Cruz de la Sierra, porque la estrategia del Estado brasileño nos veta e impide nuestro acceso fluvial a
través del Paraná-Paraguay-Guaporé. Además de contar con la renuente y esquiva
participación del Paraguay, Estado meramente comercial. Puerto Suárez (Bolivia) y Corumbá(Brasil)
dos ciudades separadas por el río Paraguay están a distancias equivalentes de La Paz, Brasilia, Sao Paulo, Asunción y Salta(Argentina), que forman entre ellas un rectángulo
casi perfecto. Cada gran espacio tiene su centro geopolítico, así Puerto
Suárez-Corumbá lo es para Suramérica como la isla de Malta lo es para el
Mediterráneo.
Mapa del Sector
Nosotros
defendemos y proponemos como el más beneficioso para América del Sur este
corredor bioceánico mixto(marítimo, fluvial, ferro-vial) que tiene como gozne
Corumbá-Puerto Suárez. En donde Argentina puede integrarse en forma expedita
tanto desde Corrientes-Resistencia(acceso siempre impedido por Brasil) como de
Salta.
El aporte de la
Comunidad Económica Europea a Bolivia en la construcción del vínculo entre
Puerto Suárez y Santa Cruz de la Sierra, nos está indicando una inteligencia
sobre este asunto de vital importancia geoestratégica para nuestra región.
Porque la ciudad importante en el corazón de América del Sur es ésta. Se ve
claro el movimiento, los europeos, que no son tontos, están pivoteando sobre
Santa Cruz, la ciudad fundada por Ñuflo de Chávez que tenía como lugarteniente
a Juan de Garay, futuro fundador de Buenos Aires en 1580. Retoman una
estrategia de 400 años, con la diferencia que ahora se puede salir, con cargas
de gran peso, directamente a Europa desde Santa Cruz, por ferrocarril hasta
Trinidad sobre el río Beni y de allí derecho en barco por el Madeira- Amazonas
al Atlántico.
Está en
nosotros, los americanos del sur, captarlo y redimensionarlo con un sentido
propio y para beneficio nuestro. La construcción de un gran espacio
autocentrado como son los 18 millones de kilómetros cuadrados suramericanos no
es un chiste ni una idea baladí, es la construcción de un poder, y eso siempre
despierta los celos y resistencias de aquellos que hoy lo poseen.
No tenemos
ningún reparo, y forma parte de las relaciones bilaterales entre dos Estados,
en que nuestras provincias limítrofes con Chile saquen por allí todas sus mercaderías,
pero que no se disfracen dichas salidas, con la bandera de la integración
suramericana. Por favor, que no se amañen falsas razones para que Argentina a
su costo tenga que mantener 1.200 km. de rutas (Bs.As.-Mendoza) para que
transiten alegremente los camiones de Brasil y Chile, que no aportan ningún
beneficio ni al Estado nacional ni a la comunidad argentina, ni a la
integración.
La Confederación
Suramericana va más allá de las buenas relaciones bilaterales entre Estados,
pasa, más bien, por la integración de los grandes vértices de poder continental
como lo son Buenos Aires, Brasilia, Caracas, que hoy tienen líderes políticos
afines, y en menor medida Lima. Si nos desviamos del fortalecimiento de los
ejes marcados por este rombo imaginario, creando artificiales e
interesados corredores bioceánicos lo que vamos a lograr es, más bien, la
desintegración de Suramérica.
El espacio autocentrado
El carácter de
autocentrado de este gran espacio está garantizado tanto por las producciones
básicas como por la complementación tecnológica que, de hecho, realizan los
países involucrados en el mismo. Así Argentina se ha destacado desde siempre en
la producción de carnes, granos (la cosecha 2006-2007 llegó a la friolera de
100 millones de toneladas) y en las últimas décadas en el aprovechamiento
nuclear de la energía (centrales atómicas, tecnología misilística). Brasil en
la tecnología armamentista, subacuática, en medicamentos e informática así como
en la producción de alimentos elaborados. Perú en industria pesquera. Bolivia
en su industria minera. Ecuador en la tecnología farmaceutica indiana en
medicina no-alopática. Venezuela con su capacidad petrolera y derivados.
Paraguay y su capacidad horticultora y florifrutícola.
La existencia
cierta de una capacidad productiva y tecnológica complementaria de todos
nuestros países de la América del Sur le garantiza la autonomía y rompe la
dependencia respecto de los otros mercados mundiales. Y lo trágico, y lo
risible, es que esta capacidad está, que existe, o al menos existió. Y si bien
fue desmantelada por los poderes exógenos para un mayor y mejor dominio sobre
nosotros, es de fácil restauración. No hay que crear ex nihilo sino sólo
reparar y recuperar.
Dado que
Iberoamérica posee todos los elementos necesarios para desarrollar sus propias
empresas transnacionales con capacidad para enfrentar a las del primer mundo,
el sociólogo Heinz Dieterich Stefan, el principal colaborador de Noam Chomsky
para Iberoamérica, afirma “El complejo biotecnológico-farmacéutico-medico de
Cuba es, hoy día, en todos sus aspectos, comparable a una de las grandes
transnacionales de Occidente. Si se uniera en una o dos grandes holdings con la
respectiva industria brasileña y argentina, podría ocupar exitosamente una
parte considerable del surplus mundial en este segmento de mercado que alcanza
los trescientos mil millones de dólares.
La empresa
aeronáutica brasileña Embraer, a su vez, tiene todo el potencial para compartir
en partes iguales con Airbus y Boeing el mercado mundial de la aviación y, más
temprano que tarde, de la industria espacial, aprovechándose al Ecuador como el
lugar geográfico de mayor ventaja comparativa para el lanzamiento de cohetes al
espacio. Varias líneas aéreas latinoamericanas podrían fusionarse y garantizar
no sólo un mercado natural para la industria aeroespacial criolla, sino que
competiría en condiciones iguales con los europeos y estadounidenses.
Las
gigantescas exportaciones de materia prima -petróleo, minerales, granos,
madera, etc.- garantizarían, por otra parte, varias grandes industrias navales
en el subcontinente. En el sector energético se ofrece un Complejo
suramericano, creado a través de la unión entre PdVSA de Venezuela, Petrobras
de Brasil y la reestatizada YPF de Argentina. La física nuclear argentina y la
brasileña mantienen todavía, pese a los sabotajes de los gobiernos
neoliberales, un alto nivel de competencia y podrían ser el germen de un
Complejo suramericano capaz de competir con las transnacionales Westinghouse y
Siemens en energía nuclear. Y así, ad infinitum.
El Rombo
El eje Lima-Caracas es
fundamental para la estrategia particular del Brasil pues pone coto a la
injerencia internacional sobre la Amazonia. Intervención que se ve venir bajo excusas como el Plan Colombia para combatir al narcoterrorismo por parte de las tropas norteamericanas, tarea que Colombia no puede realizar sola. Es sabido que también desde centros europeos de poder, sobretodo los estados nórdicos, han propuesto considerar la Amazonia de soberanía limitada por parte del Brasil, con el argumento de que proteger la
flora y fauna del pulmón del mundo. Sobre este punto es clara la
ambición de los Estados Unidos quien a través de su ex candidato Al Gore como
de su actual presidente Bush, dijo por boca de este último: Propongo que los
países que tienen deuda con los Estados Unidos cambien esas deudas por sus
florestas tropicales, lo que fue completado por el primero: Al contrario
de lo que los brasileños piensan, la Amazonia no es de ellos sino de todos nosotros.
Cabe hacer notar acá que
esta línea de tensión cuenta con un antecedente ilustre: el de San Martín,
quien persiguiendo por el gran río a los españoles libertó la región de Maymas
(Amazonia peruana). El historiador peruano Víctor Andrés Belaúnde nos recuerda
al respecto: “Nos dice un documento español de la época que San Martín al
liberar Maymas se propuso comunicarse con Europa a través del Amazonas. Este
ideal del padre de la Patria y de su gran ministro Unanue, tenía que marcar el
rumbo a la política peruana.” .
Vemos como el General San Matrín adopta durante su gobierno en el Perú una
estrategia fluvial. ¿ Se deberá eso, al hecho de ser oriundo de la mesopotamia
argentina, ese complejo formado por los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay y
colonizado por los jesuitas?.
En cuanto al eje
Caracas-Brasilia le permitiría a Hugo Chávez consolidarse en el poder, porque
contrapesaría la marcada influencia cubana en su gobierno, que por reacción en
contrario genera naturalmente golpistas, alentados y financiados por los centros
de poder mundial que ven en esta influencia peligrar sus intereses más
inmediatos.
Tanto Brasil como Argentina
están obligados a un doble esfuerzo de persuasión y de aspiración con
respecto a Venezuela y Perú. De persuasión respecto de la adopción de esta
estrategia del Rombo en cuanto a los beneficios que redundaría y de
aspiración como el mecanismo natural de movimiento político de toda la región.
Finalmente cabe
recordar dos argumentos de autoridad: 1) que el eje Brasilia-Buenos Aires fue
descripto por el pensador peruano Francisco García Calderón hace ya casi un
siglo, cuando sostuvo proféticamente: “El ochenta por ciento del comercio
sudamericano corresponde al Brasil y la Argentina reunidos. Situados frente al Atlántico, el océano civilizador, son para el Nuevo Mundo los canales
necesarios de la cultura occidental”.
Y 2) el de Fidel Castro cuando
estuvo en Argentina el 25 y 26 de mayo de 2003 cuando declaró a la prensa: “Es
vital que Argentina, Brasil, Perú y Venezuela lideren un cambio en América. Y
aclaró: Hablo como un observador externo sin incluir a Cuba en un posible
eje suramericano” ¡Qué interesante observación!. De Castro se puede decir que conculca
las libertades individuales, que se perpetúa en el poder, que está viejo y
divaga un poco, pero lo que no nos está permitido es pensar que tiene una
estrategia pro norteamericana. Si algo representa y va a representar en la
historia, es la postura independiente y autónoma respecto del imperialismo
norteamericano, cosa que ha hecho desde 1959. Ahora bien, si un hombre resistió
durante, hasta ahora, 47años, en el poder y a pesar de los bloqueos, las
invasiones y las bases en su territorio, no cayó; esto nos está diciendo que
este hombre sabe de estrategia, no es un improvisado ni un aprendiz.
Este argumento de autoridad que estamos esgrimiendo,
muestra dos cosas: que esta nueva estrategia suramericana que proponemos es la
correcta, aun cuando nuestra cancillerías no la adopten y, segundo: que en los
grandes líderes mundiales, también prima el planteo estratégico sobre el
planteo ideológico. La autoexclusión de Cuba por parte de Castro es una prueba
de ello.
La consolidación de este
eje es de vital importancia en la construcción de un gran espacio
suramericano de lo contrario perderemos definitivamente la posibilidad de
ser y existir en forma libre y soberana en el mundo. Ello lo afirma
categóricamente el pensador brasileño Helio Jaguaribe en un reciente reportaje:
“ Si no logramos la consolidación del Mercosur y si no logramos constituir
un área de libre comercio en Suramérica mediante un pacto apropiado entre
nosotros y el Pacto Andino, estamos condenados a ser absorbidos por alguien en
el 2005. En el momento que se constituye ALCA perdemos soberanía, pasamos a ser
dependientes de fuerzas externas a la nuestra” .
Finalmente no se cumplió esta advertencia de Jaguaribe pues en el
cumbre de presidentes americanos de Mar del Plata se rechazó la propuesta
usamericana de integrarse en bloque a ALCA(tratado de libre comercio) En
este sentido es atingente pensar que así como USA pretende, en menor medida,
entorpecer el funcionamiento de la Unión Europea alargando la OTAN hacia el Este, en una incorporación permanente de naciones que hagan finalmente imposible dicha
Unión, de la misma manera pretende alargar el Mercado de Libre Comercio hasta la Antártida, absorbiendo así a toda la América sudcentroamericana.
Conclusión
A la potencia
mundial talasocrática- aquel imperio cuyo poder radica en el dominio de los
mares- que busca absorber nuestra región al ALCA – Tratado de libre comercio
desde Alaska a Tierra del Fuego- enunciado por G.Busch(padre) en el parlamento
de Estados Unidos en 1991 y enmarcado en el proyecto de one
world- esta Nueva Estrategia Suramericana(NES) propone la creación de un “puente
con la Unión Europea ” y en particular con las naciones que nos son afines
tanto por lazos culturales – España, Portugal, Italia, Francia- cuanto por las
inmensas inversiones que realizaron en nuestra región. Inversiones que los atan
firmemente a los destinos de Suramérica, aunque más no sea en defensa de sus
intereses empresariales.
La estrategia de la región
no debe agotarse en este “puente con Europa” sino que debe proyectarse
hacia la Antártida para poder discutir con poder en el siglo XXI sobre ese
continente internacionalizado por el Tratado Antártico. Adjuntamos a la
presente meditación nuestro trabajo sobre la Antártica Suramericana como un complemento de la misma.
Esta estrategia debe
continuarse hacia las naciones del África atlántica – Camerún, Guinea
Ecuatorial, Angola y su proyección a Mozambique, con las que compartimos
similares cosmovisiones. Ello permitiría hacer del Atlántico Sur una especie de
Mare Nostrum , como observara sagazmente el ilustre pensador portugués
Antonio Sardina (1887-1925), al modo como lo fue el Mediterráneo para los
europeos meridionales en la antigüedad.
Sobretodo se debe trabajar
sobre el Atlántico, habida cuenta que como muy bien afirma el General Heriberto
Auel “en el siglo XXI el Pacífico será el océano político, así China, el
antiguo Imperio del Centro que tradicionalmente no ha salido de sus fronteras, navega
hoy con una Fuerza de Tareas las costas americanas del Pacífico ” .
De modo tal que la ocasión nos es propicia para fijar una estrategia sobre el
Atlántico, que ha perdido interés para la potencia talasocrática mundial. Aun
con marcadas diferencias respecto de nuestra propuesta, también el General
brasileño Carlos de Meira Mattos, destacado especialista en temas geopolíticos
también propone una estrategia Atlántica.
Plantear esta NES desde el
movimiento obrero organizado argentino, que es el marco de mi pertenencia
política y desde donde lo hago, disidente con el orden neoliberal de aplicación
en la hora actual y su modelo político económico de exclusión de las grandes
mayorías nacionales y populares en la participación de las decisiones que
afectan los destinos de nuestros pueblos, es un signo más del cambio epocal a
que estamos asistiendo.
Así como nuestros políticos
han perdido toda credibilidad y prestigio debido a que las oligarquías
partidarias usufructúan del poder para beneficio propio. Los candidatos son
siempre los mismos y no tan solo los padres sino los hijos, nietos, sobrinos y
parientes. De la misma manera nuestras cancillerías no están en condiciones de
fijar ninguna política exterior habida cuenta que a partir de la tesis del
“no-conflicto” del canciller de Alfonsín y de “la de las relaciones carnales
con USA” del canciller de Menem, nuestro país quedó sometido “ a ser el de
abajo” en las relaciones internacionales.
Ante estas dos gravísimas
abdicaciones proponemos esta Nueva Estrategia Suramericana (NES).
·- ·-· -······-·
Alberto Buela
Notas:
1) La CGT disidente, el Centro de Estudios Peruanos,
sindicalistas del Frente Bolivariano de Trabajadores de Venezuela y de la CGTB de Brasil reunidos en Buenos Aires en la sede del sindicato de mecánicos los días 29 y
30 de marzo de 2001 a propósito del Primer Encuentro del Pensamiento
Estratégico de la Patria Grande sostuvieron y propusieron esta teoría que luego
presentaron en el II Foro Social Mundial de Porto Alegre como una alternativa
concreta al modelo neoliberal en el plano de la política internacional
suramericana. Siendo conscientes que la gran cuestión es, como sostiene el
filósofo peruano Alberto Wagner de Reyna: “¿Puede el espíritu contrapesar el
mercado?. Sabemos, al menos, que hay acciones y rentas morales que no juegan en
la Bolsa. Es menester demostrar que los pueblos son valores superiores a los
“valores” cotizados en Bolsa. Los pueblos llegan a su felicidad por la
afirmación de sus propios valores” .
2) La población estimada
de Suramérica a mediados de 2008 se distribuye aproximadamente así:
Brasil: 188 millones
Colombia: 42
Argentina: 39
Venezuela: 27,5
Perú: 27
Chile: 16
Ecuador: 14
Bolivia: 10
Paraguay: 7
Uruguay: 3,5
Total 374 millones
3) En cuanto a
la distorsión geográfica de los mapas mundiales en uso es dable señalar que el
científico alemán Arno Peters ha sido recientemente el primero en denunciar la
falsedad del mapa mundi desarrollado por el cartógrafo Mercator (Gerhard
Kremer) en 1569 y que desde entonces ha sido de uso universal. Así puede verse
el paradigma eurocentrista de Mercator en el siguiente mapa en donde Suramérica
con 17,8 mill.de km2, aparece más pequeña que Europa con tan solo 9,7mill.de
km2.
Arno Peters –
Cartografía - año 1998
4) La Teoría del rombo de la primera parte de este trabajo se enriquece con la Teoría del rectángulo y se completa con esta tercera meditación sobre la Antártida suramericana, que nace por una aguda sugerencia del hidrógrafo y marino Cachaza
Iramont quien en carta personal del 30-9-04 nos dice: “Sugiero
que el rombo en su lado sur-occidental no sea un límite sino una frontera
flexible y permeable a los intereses nacionales que nos permita ejecutar el
sueño de ocupar efectivamente todos nuestros territorios que abarcan también la Antártida y los maritimos”.
La Antártida Suramericana
La Antártida es
el continente situado en el interior del círculo polar antártico con un
territorio cubierto de hielos de aproximadamente 14 millones de kilómetros
cuadrados. Está separada de los otros continentes por las siguientes
distancias: de Suramérica 1.000 km.; de África, 3.600 km.; de Australia, 2.250 km.
Para la
descripción geográfica de la Antártida se utiliza, por convención, la teoría de los cuadrantes según la cual se divide el continente en Oriental y
Occidental, tomando como punto de referencia los meridianos de Greenwich, el de
los 90° este y el de los 90° oeste. La Antártida Oriental está compuesta por los cuadrantes australiano y africano y la Occidental por los suramericano y pacífico.
Cada cuadrante
lleva el nombre del océano o continente que enfrenta, así, de los 0° a los 90°
oeste se conoce como cuadrante suramericano, de los 90° a los 180°oeste se denomina Pacífico. Africano desde 0° a 90° este y Australiano de 90° a 180°este.
El cuadrante suramericano se caracteriza por comprender la península Antártica y gran
cantidad de islas, las más conocidas por el gran público son las Orcadas,
Georgias, Sandwich y Shetland del Sur. Están también las islas Biscoe, la Belgrano, y la más grande del Continente: la Alejandro I. En el límite del nuestro cuadrante
con el del Pacífico se encuentra la isla Pedro I.
Mapa de los cuadrantes
Reclamaciones territoriales
Las pretensiones de
posesión sobre las tierras antárticas datan del siglo XIX y principios del XX.
Sólo en el cuadrante suramericano existen grandes problemas por la
superposición de pretensiones, en el resto la cuestión está mucho más clara y
definida. Así, el cuadrante africano está todo pretendido por Noruega pero en
forma longitudinal, el australiano por Australia y Nueva Zelanda, existe, como
es natural por su carácter de ex potencia colonialista, una superposición francesa.
En tanto, que el cuadrante Pacífico, salvo un pequeño sector por Nueva Zelanda,
no está reclamado por nadie.
El que si tiene
problemas de reclamaciones territoriales es el cuadrante suramericano en donde
se superponen las pretensiones de Chile sobre parte del sector pretendido por
Argentina y las pretensiones de Gran Bretaña que abarcan todo el sector
argentino y casi toda la reclamación chilena.
El sector
chileno va desde los 90° oeste, límite del cuadrante suramericano hasta los 53°
oeste. Gran Bretaña va de los 80° oeste hasta los 20° oeste, mientras que
Argentina reclama el sector que va desde los 74° oeste hasta los 25° oeste.
Mapa de reclamaciones territoriales
Es obvio, y manifiesto a todas luces, que
Argentina está en mejores condiciones que Chile y Gran Bretaña para hacer
valores sus pretensiones antárticas. Su masa continental es la que está más
cerca. Geológicamente existe una continuidad del continente en la península
antártica. Sus posesiones son más antiguas, ya que desde 1904, con el
establecimiento de un observatorio metereológico y magnético en las islas
Orcadas del Sur, ocupa en forma permanente, pública y pacífica los territorios
antárticos que reclama para sí. Pero el éxito de los reclamos de reconocimiento
territorial entre los Estados-nación soberanos que componen el derecho público
internacional no se logra sólo con buenas razones e intenciones, sino sobre
todo a través del poder persuasivo que se pueda acumular en la defensa del
reclamo.
Tratado Antártico
Ya en junio de
1822 empezó a emplearse el adjetivo "panamericano", cuando se discute
la posibilidad de celebrar en Washington (EEUU) una conferencia de Estados
Americanos. En 1823, en presidente Monroe da a conocer al mundo su doctrina
sintetizada en el dogma “América para los americanos” que desde entonces
siempre se entendió y aplicó políticamente como “América para los
norteamericanos”.
El
panamericanismo pretende la aglutinación de América y la unificación política y
cultural del continente, con arreglo a las normas e instituciones del pueblo
norteamericano.
Con dicho fin, se han seguido los sistemas del "big stik"(política
del garrote) y de la ayuda económica y técnica (Alianza para el Progreso- de
ellos), y se ha pasado del terreno puramente especulativo al terreno
institucional, mediante la creación y perfeccionamiento de la Organización de los Estados Americanos con la firma de la Carta de Bogotá en abril de 1948.
En el marco de
esta idea fuerza los Estados Unidos imponen el Tratado Antártico que se firma
el 1 de diciembre de 1959. De la misma manera que una década antes impuso el
Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca(TIAR) o Tratado de Río de
Janeiro(1947) y treinta años después, en 1978, alentó y creó la Organización del Tratado de cooperación amazónica(OTCA). Y en nuestros días busca imponer por
todos los medios el Area de libre comercio de las Américas (ALCA).
Si con el TIAR
no intervino en Malvinas cuando fuimos invadidos por una potencia europea como
Inglaterra, lo que buscó fue penetrar toda la inteligencia bélico-militar de
América del Sur el día después de la Gran Guerra. Y con la OEA colonizó todas nuestra cancillerías y nuestras políticas exteriores; con la creación de la OTCA busca penetrar en el Amazonas declarándolo de “soberanía limitada por parte de Brasil”.
Y termina con el ALCA en la construcción de un gran supermercado de Alaska a
Tierra del Fuego.
Luego de la
firma del Tratado Antártico el status jurídico del territorio antártico
quedó reducido en forma similar al de los fondos de los mares o al del espacio
extraterrestre; es decir, de uso común a toda la humanidad y no se reconocen
soberanías nacionales sobre él. El territorio queda reservado para usos
pacíficos y, por ende, desmilitarizado.
Dos son los
grupos de países que firmaron el tratado: a) los reclamantes de sector:
Argentina, Chile, Gran Bretaña, Noruega, Australia, Nueva Zelanda y Francia y
b) los no reclamantes: Estados Unidos, Unión Soviética, Japón, Bélgica y
Sudáfrica. Se sumaron como adherentes a partir del año 1961: Brasil, Polonia,
Checoeslovaquia, Dinamarca, Holanda, Rumania, Alemania. En la actualidad se han
sumando al Tratado 28 países.
Como una muestra
y mueca más, de esta historia política contemporánea de la que los países
suramericanos no formamos parte y si lo hacemos es a título de convidados de
piedra, paradojalmente el secretario ejecutivo del Tratado es un holandés, Jan
Huber y la 18a reunión consultiva del Tratado Antártico, se realizó muy cerca
del Ártico, en Estocolmo en 2005.
Nueva estrategia Antártica:
Hacia una Antártida Suramericana
Es sabido que, lo que es
de todos no es de nadie, o lo que es peor aún, aquello que se declara
pertenecer a todos, termina siendo de los más poderosos. Al eliminar, de
facto, el Tratado Antártico la soberanía nacional de los Estado-nación
sobre el territorio antártico, lo que ha logrado es multiplicar los
asentamientos y las bases de los Estados poderosos sobre los sectores
reclamados por los Estados débiles, en este caso Argentina y Chile. Si esto
continua manejándose en estos términos, y todo indica que así será, terminará la Antártida siendo explotada por empresas multinacionales asentadas en el G8.
Como hasta ahora, incluso
en últimas publicaciones
se viene hablando de “Antártida Sudamericana” para referirse al cuadrante
suramericano de la Antártida y no a la proyección política de nuestro
territorio sobre el continente blanco, nosotros proponemos una estrategia
suramericana sobre la Antártida para así poder constituir políticamente una
Antártida suramericana.
Existen razones geológicas,
políticas, históricas y culturales a favor y en contra de los distintos
reclamos, que luego de casi un siglo de disputas estériles de los suramericanos
sobre los territorios antárticos no logramos casi nada, y menos aún, el reconocimiento
de los otros, que es el principio de existencia en el orden internacional.
Así, los Estados existen porque son reconocidos como tales por los otros
Estados, de ahí que el reconocimiento sea en algunos casos expeditivo como el
apurón de Gran Bretaña en reconocer nuestros estados suramericanos en
detrimento de España o lento como el Vaticano en reconocer al Estado de Israel,
sabiendo que en ese acto perdía Jerusalén.
Por lo tanto nuestra
propuesta consiste en afirmar la soberanía de Suramérica como un todo sobre el
sector de la Antártida. Y esto se logra en nuestra opinión, de forma clara y
distinta, por la proyección de los puntos extremos- geográficos, externos y
evidentes- del continente suramericano y las islas que le pertenecen.
Así, más allá de algunos
grados más o grados menos que pierdan o ganen nuestros respectivos países,
desde las islas Sandwich del Sur(Argentina) a los 25° oeste, pasando por Joao
Pessoa, en Brasil a los 45° oeste, y Punta Pariñas en Perú a los 81,5° oeste,
hasta la Isla de Pascua(Chile) a los 110°oeste pasando en línea por la isla
Pedro I, este gran sector que coincide prácticamente con el cuadrante
suramericano, debe ser reclamado y defendido a través de una política
continental conjunta.
Mapa de la Antártida Suramericana
Nuestros diez estados
suramericanos se implicarían así en una política antártica común que recupere
para el subcontinente el manejo soberano de su sector en la Antártida, porque sus territorios no son res nullius (de nadie) sino que deben estar bajo
la soberanía de nuestros países. Y allí si, y solo allí, podrán ser
considerados con provecho para nuestros respectivos pueblos como territorios res
communis(de uso común).
En este manejo común de la Antártida suramericana mucho tendrán que ver y trabajar las respectivas direcciones
nacionales del Antártico y la Reunión de administradores de programas
antárticos latinoamericanos (RAPAL) que desde 1990 se reúne todos los años y
congrega a Brasil, Uruguay, Chile, Perú, Ecuador y Argentina.
Y trabajar a dos puntas: a)
en la realización de expediciones y establecimiento de bases comunes en la Antártida suramericana y b) en la educación del sentimiento de pertenencia común a la Patria Grande.
Sabemos de la resistencia y
renuencia chilena a cualquier proyecto de integración suramericana, por eso el
esfuerzo argentino como nación más privilegiada debe ser doble. Afirmarnos en
lo que somos, para ayudar a los chilenos a liberarse de esa rémora atávica de
la geofagia como alimento. Ir más allá de la teoría de los límites estatales,
por otra parte siempre móviles para la intelligensia chilena, supone
mostrar los beneficios que otorga una única y común Antártida suramericana.
Porque como dijera ese gran pensador que fue Joaquín Edwards Bello en su
bellísimo libro Nacionalismo Continental(1926) “la primera razón de nuestra
debilidad(la suramericana)es la manía de aislamiento, defecto fatal, iniciador
de la pequeñez general”.
Y también hay que decirlo
aunque resulte impolítico, la construcción de una Antártida suramericana tiene
al enemigo histórico del subcontinente iberoamericano, Gran Bretaña, ocupando de
facto casi todo el sector y las islas aledañas como las Malvinas. En este
sentido hay que recordar la enseñanza de ese patriota criollo que fuera
Indalecio Gómez, quien siempre se negó a que Inglaterra fuera árbitro en
nuestras disputas limítrofes dado que ella es usurpadora de parte de nuestra
soberanía nacional y mal puede ser juez y parte al mismo tiempo.
Reiteramos entonces, la
construcción de una Antártida suramericana supone una acción conjunta de los
pueblos de la América del Sur, apoyada en un sentimiento común de pertenencia
de esa porción de patria irredenta, para lo cual necesita realizar una economía
de fuerzas para ser aplicadas en el momento justo a fin de disuadir a aquellos
que por astucia y por la fuerza pretenden usurpárnosla.
Schmitt, C.: La
lucha por los grandes espacios y la ilusión norteamericana(1942)
Curiel Rodriguez, José:
Pensando en Venezuela, Ed.Cultural Venezolana, Caracas, 1978, p.23
Koutoudjian, Adolfo: Geopolítica
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de las empresas transnacionales latinoamericanas, Bs.As. agosto de 2002,
publicación de internet, p.3
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< García Calderón: Francisco: La
creación de un continente, Biblioteca de Ayacucho, Caracas, 1978, p. 305
Diario La Nación de Buenos Aires, 27/5/03 p.6
Jaguaribe, Helio: Reportaje en revista
“Línea ”, Buenos Aires, octubre 2000
Auel, Heriberto: El océano político, Academia
argentina de asuntos Internacionales, Buenos Aires, 2001, p.8
Wagner de Reyna, Alberto: Crisis de
la aldea global, Ed.del Copista, Córdoba(Arg.), 2000
Decimos suramericano y
no sudamericano como comúnmente se denomina, porque este último término es un
galicismo que nos dejó la colonización cultural francesa. Nuestra lengua es el
castellano y en ella debemos correctamente expresarnos y expresar la toponimia.
Al respecto conviene recordar que el eximio poeta Leopoldo Marechal decía: No
olvides que todo nombre indica un destino.
Fue el geógrafo chileno Luis Riso Patrón
quien en un opúsculo de 1907 titulado La Antártida Sudamericanael primero que utilizó el término. En esa línea se han publicado infinidad de títulos similares, el último del que tenemos noticias es el de Eugenio Genest Antártida Sudamericana, Buenos Aires, 2001.
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