La Caridad

por Ignacio María Doñoro de los Ríos

Sosinfancia.es, una forma concreta de hacerla

De qué te vale hermano hablar el lenguaje del mundo si no conoces el de Dios y si no conoces su lenguaje, cómo le vas a reconocer y amar, cómo le vas a servir.

Queremos tener la sencillez del niño, que nuestro hablar sea siempre humilde, natural, sin doble sentido, porque lo que se es interiormente fluye al exterior en la palabra. Nunca utilizar palabras ni gestos groseros. Pasar desapercibidos para mostrar la fuerza interior que es la que perdura. La sinceridad es medio para alcanzar la humildad, la verdad nos dará la libertad (Jn 8,32).

“Y si pudiese profetizar y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tuviera caridad, no sirve para nada”.

La verdadera sabiduría consiste en vaciarse de todo apego. Pobreza interior, renunciar a todos los derechos para dejar que el Espíritu nos invada.

“De qué sirve, hermanos míos, que alguien diga: «Tengo fe», si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarle la fe? Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de vosotros les dice: «Idos en paz, calentaos y hartaos», pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta. Y al contrario, alguno podrá decir:¿Tú tienes fe?; pues yo tengo obras. Pruébame tu fe sin obras y yo te probaré por las obras mi fe ”(Sant 2,14-18)

“ Y si repartiese todo su dinero para dar de comer a los niños, y entregase su cuerpo a las llamas, si ese hermano no tiene caridad, de nada sirve”.

Queremos dejar atrás el hombre viejo, el propio yo, amar a Dios con amor purísimo, por su infinita bondad, sin intereses ni motivaciones humanas .

Con los pies fijos en la tierra, pero con el alma que ansia el cielo. Será el triunfo definitivo de la gracia: la muerte al propio egoísmo.

San Francisco de Asís, cuya vida y obra inspira nuestro carisma decía: que eran “admirables la ternura y compasión con que socorría a los que estaban afligidos de cualquier dolencia corporal; y si en alguno veía una carencia o necesidad, llevado de la dulzura de su piadoso corazón, lo refería a Cristo mismo”… “De ahí que su alma se derretía de compasión a vista de los pobres y enfermos, y a quienes no podía echarles una mano les ofrecía su cordial afecto”

La caridad es el grado más alto. Entramos en SOS Infancia solo por amor, profundamente enamorados de Jesús realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Sentimos la necesidad de consagrarnos a El, de ser almas reparadoras que le consuelen, acompañen y adoren eternamente. Queremos santificarnos en medio de los niños que más sufren y necesitan porque en ellos está Cristo Abandonado.

”Contemplar a Cristo implica saber reconocerle donde quiera que él se manifieste, en sus multiformes presencias, pero sobre todo en el sacramento vivo de su cuerpo y de su sangre…. El rostro sufriente y, en ocasiones, deformado de los hambrientos, de sedientos, desnudos, enfermos, prisioneros, forasteros…, es para los discípulos de Jesús un lugar en el que podemos reconocer su rostro viviente” (Juan Pablo II Ecclesia de Eucharistia 6).

“La caridad es sufrida y benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sinrazón, no se ensancha”.

¡ Gozar con los éxitos del hermano, porque serán también los míos, sus obras serán las mías, sus preocupaciones también las haré mías, queremos tener un solo corazón.

Estando tan unidos los demás reconocerán al Señor: “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de Nuestro Señor Jesucristo… estar perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer” (1 Cor,1,10).“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os amais los unos a los otros.( Jn 13,35).“ Que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”.(Jn 1,17,21).

Mientras los hermanos se quieran así con un mismo corazón el Señor nos irá bendiciendo y mostrando su voluntad.

“No es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal.”

Entramos en SOS Infancia porque queremos ser felices, la felicidad forma parte de nuestra tarea. El secreto estará en buscar al otro, en dar sin esperar respuesta, ser esclavos unos de otros… meternos en el corazón de Cristo que me amó primero.

No pensaremos nunca mal de un hermano.¿Podría una madre pensar mal de su hijo?.El amor todo lo supera y ennoblece. Cómo apartarse de aquel al que amamos, cómo enojarnos si es mi hermano el que me ayuda a ser santo.

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Ignacio María Doñoro de los Ríos

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