No pretendemos biografiar en toda su extensión la figura de
Tomás Domínguez Arévalo [1],
sino aportar datos poco conocidos de su figura, personalidad y quehacer
político, escasamente divulgados o nunca plasmados por escrito.
Era de madre andaluza y se crió siempre en Carmona,
municipio próximo a Sevilla. Tenía fincas en el Sur de Navarra. Hombre rico,
listo, pero considerado por algunos de sus coetáneos correligionarios de
carácter indolente.
En las Cortes desde 1916, tanto como senador como diputado,
se destacó siempre en la defensa de la religión, los ideales tradicionalistas,
y contra la legislación laicista y separatista. En febrero de 1935 suscribe una
proposición a la Cámara [2],
defendida por Cano López, para que se sirva declarar la adopción de medidas
oportunas para impedir que ningún miembro de los Cuerpos armados de la Nación
pueda pertenecer a la masonería, pues como asociación secreta, “a cuyos
mandatos se obligan con votos, tantas veces incompatibles con los altos
intereses de la Patria, a la que han prestado juramento de lealtad
incondicional” [3].
Fue el Jefe Delegado de D. Alfonso Carlos hasta diciembre de
1935, en que don Alfonso Carlos conociendo que no tenía ninguna ilusión ni convicción
alguna acerca del porvenir del Carlismo, y convencido de su ineficacia, su
escepticismo y su indolencia, le cambió por D. Manuel Fal Conde, a la sazón
secretario general de la Comunión Tradicionalista, cargo que desempeñaba desde
mayo de 1934.
Tomás Domínguez Arévalo se mantiene como Jefe de los
Carlistas navarros. Éstos siempre han creído que Navarra, cuna natural del
Carlismo, debería tener prevalencia sobre las demás regiones de España y que
los tenían que mandar eran ellos y no la Junta Nacional que cogía a todas las
demás provincias españolas. En esta tesitura Mola empezó a tener negociaciones
con Fal Conde, Zamanillo y Lamamiè de Clairac, que eran los representantes de
don Javier de Borbón Parma, para pactar en qué condiciones los carlistas se sumaban
al golpe militar que tramaba Mola. La realidad de las negociaciones fue que Fal
Conde, Delegado regio, Zamanillo, Delegado nacional del Requeté, y el Rey, en
vez de haber reconocido que Mola era un militar inteligente y con un acendrado
sentido del honor y de servicio a España, una especie de “mirlo blanco” al cual
le tenían que haber dado toda clase de facilidades, porque en medio de aquel
naufragio nacional cuando estaban todas las milicias rojas en la calle, quiere
organizar un golpe, sublevación que sólo había intentado Sanjurjo en cinco años
de República, le ponen bastantes pegas para sumarse al Alzamiento [4].
El ofrecimiento de Mola encuentra un muro infranqueable.
Mola se encuentra desesperado, cuando aparece una figura de
Pamplona, llamado “Garcilaso”, seudónimo del entonces director del Diario de
Navarra, Raimundo García García, que le dice a Mola:
- Usted lo que tiene que hacer es cambiar de interlocutor. En vez de
usa de interlocutor a Fal Conde, use usted de interlocutor, salvándose el
organigrama establecido, a los carlistas navarros y al Conde de Rodezno, que le
dirán que sí. [5]
Mola sigue el consejo, convoca un encuentro secreto, y
Rodezno y los navarros tienen una primera entrevista con Mola, que pregunta a
los navarros:
- Ustedes, ¿qué quieren a cambio de su incorporación al Alzamiento?
- Que nos de usted los Ayuntamientos de Navarra. [6]
Mola se quedó helado de ver la exigüidad microscópica de la
petición que le hacían frente a las altas exigencias de la Jefatura Carlista
Nacional: ayuntamientos de pueblos pequeños, y que muchos se encontraban
recónditos en el medio de sierras. A cambio de eso van hacer entrega de todo el
Carlismo.
Rodezno contribuye a ese pacto, a la postre entendido como
traición por el Rey, que se lo reprocha, y la mayoría de los carlistas extra
navarros, acusándole de haber hecho un cortocircuito desautorizando y
malogrando las negociaciones que ellos tenían con Mola, y achacándole
igualmente el colocarse también de interlocutor con una representación que
nadie le ha dado.
A partir de aquí la figura de Rodezno, considerado dentro
del círculo afecto a don Alfonso Carlos un saboteador y traidor, cae en
desgracia, aunque ciertamente mantiene su prestigio entre muchos
tradicionalistas, en particular entre los navarros.
Tras el Alzamiento,
permanece en la retaguardia organizando a los Requetés y colaborando
estrechamente con Mola y con el Generalísimo Franco. Franco le llama al Cuartel
General, para notificarle, no para informarle ni pedirle su opinión, que va
hacer a las 48 horas el Decreto de Unificación. Rodezno vuelve a Navarra,
convoca a su gente en el Círculo Carlista, y echándose a llorar, se lo comunica
a su gente, justificando la necesidad de Decreto para mantener la España
Nacional sin fisuras internas. Tras el Decreto de Unificación de FET y de las
JONS, 19 de abril de 1937, Franco le nombra Ministro de Justicia, cargo que
desempeñará desde el 30 de enero de 1938 hasta el 9 de agosto de 1939, llevando
a cabo una notable labor en la construcción jurídica del Nuevo Estado. Nunca
abdicó de su carlismo militante, apareciendo en el desempeño de su cartera
ministerial fotografiado con la boina roja al lado del Generalísimo.
Quitando Navarra, donde se le ha respetado hasta la muerte,
en el resto de España su figura era muy discutida dentro del Carlismo, al igual
que la de otros muchos carlistas que aceptando cargos políticos de relevancia
decidieron leal y estrechamente colaborar con el Movimiento Nacional en el
engrandecimiento de España [7].
Tras la muerte de don Alfonso Carlos en septiembre de 1936, progresivamente se
va alejando de don Javier, alejamiento que culmina en su salida política del
Carlismo al servicio de don Javier, y así lo hace en 1943 pasando a la
obediencia de don Juan de Borbón, en el considerado el primer trasbordo del
carlismo [8],
junto con otros carlistas como Joaquín Manglano y Cucalo de Montull, Barón de
Cárcer y Llaurí, primer alcalde de Valencia tras la liberación [9].
Don Juan lo trató de manera displicente y no le dio ninguna beligerancia.
Retirado de la vida política, a las diez menos cuarto del
domingo 10 de agosto de 1952, a los sesenta y nueve años, muere rodeado de su
familia en su casa-palacio de Villafranca de Navarra. Durante esa noche veló el
cuerpo el ministro de Justicia, que representó al Jefe del Estado. A las seis
de la mañana del día 11 se iniciaron las misas en la capilla ardiente, que
duraron hasta las once y media, hora en que se celebró el funeral, tomando
asiento en el presbiterio los obispos de Pamplona, Ciudad Real, Plasencia y
Sigüenza, y el abad mitrado del Monasterio de la Oliva. Presentes los ministros
de Justicia, Asuntos Exteriores y Obras Públicas. Terminado el funeral, se
verificó la conducción del cadáver, en féretro cubierto con la bandera de la
Hermandad de la Pasión del Señor, al panteón familiar, mientras la Banda
Municipal interpretó el Himno Nacional. [10]
El 30 de octubre de ese mismo año, en la iglesia de San Fermín de los Navarros,
en Madrid, organizada por la Real Congregación del mismo nombre, se dijo una
Misa de Réquiem por el eterno descanso de don Tomás Domínguez Arévalo,
asistiendo el ministro de Justicia. [11]
2. José María Arauz de Robles Estremera
Tuvo su nacimiento en 1898. Familia acaudalada con tierras
en la zona de Soria y Bajo Aragón. Tenía un hermano notario en Madrid y él era
abogado del Estado. Extraordinariamente simpático e inteligente. Pronto se
adscribe al tradicionalismo político, no sólo intelectual, sino combativo.
Vivía en la calle Gurtubay, nº 3, una calle pequeña que va de la calle
Velázquez a la calle Lagasca, en Madrid. En la misma dirección dispondrá
también su despacho profesional.
Ya abogado del Estado y destacado miembro de la Asociación
Católica de Padres de Familia, asume la Secretaría de la misma, y a principios
de la década de los 30 imparte conferencias en el domicilio social de la
asociación, sita en la calle Manuel Silvela, nº 7, de Madrid. Otros prohombres
del tradicionalismo como Víctor Pradera [12]
y el conde de Vallellano [13],
comparten tribuna con Arauz de Robles. En una sesión solemne de la Asociación
celebrada el 24 de abril de 1930, presidida por el conde de Rodríguez San
Pedro, conde de Mirasol, expone la importante misión de defender la familia
cristiana y organizar los padres “para la propaganda de los ideales que puedan
salvar los hogares de los peligros que hoy los cercan” [14] .
En noviembre de 1930 toma parte en la Junta reglamentaria celebrada por la
entidad, interviniendo junto con San Martín, el general Sebastián Mantilla [15],
Mazas, Gil de Santibáñez [16],
Espinosa, Toledo Robles, o Portillo y tomando acuerdos concretos sobre futuras
actuaciones [17].
El 9 de noviembre del mismo año 1930 participa como orador
en un mitin de campaña de orientación social, presidido por Ruiz de Velasco y
compartiendo tribuna con D. Esteban Bilbao, Luis Jordana de Pozas y el conde de
Vallellano. Por este orden, Esteban Bilbao diserta sobre la “Religión”, José
María Arauz de Robles sobre “Familia”, Luis Jordana de Pozas habla del “Orden”,
y el conde de Vallellano de “Monarquía”. En una brillantísima intervención de
Esteban Bilbao, calificó de absurdo el proyecto de establecimiento de una
República conservadora, por ser revolucionaria, y de la cual, dijo, “no era
otra cosa sino el resultado de toda nuestra historia política, pródiga en
alevosías” [18].
A continuación Arauz de Robles habló de la familia y enalteció la defensa de los principios, hoy
vilipendiados, de Religión, familia, orden y Monarquía. Exhortó a todos los
ciudadanos a emprender vigorosamente una campaña para salvar algo que está
amenazado y que interesa a todos los hogares, ya que se hace preciso hacer
frente a las imposiciones que tratan de derribar los fundamentos de la vida
social. [19]
Con fecha 12 de noviembre, como iniciador del proyecto y
acompañado de más de 200 personas que formaban parte de las comisiones de los
pueblos interesados en la construcción de ferrocarril La Roda-Tarazona, en el
salón de conferencias del Ministerio de Fomento, es recibido por el Ministro de
Fomento, Leopoldo Matos y Massieu, presentándole un escrito en el cual los
comisionados suplican la petición, fundada, de construcción del nuevo camino
férreo La Roda-Tarazona. [20]
El 27 de noviembre, en su cargo de secretario de la Junta
central de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia, imparte una
conferencia sobre “Organización y fines de las Asociaciones de Padres de
Familia. La mañana del 29 de noviembre, y bajo la presidencia del cardenal
Primado y el patriarca de las Indias, imparte una conferencia en la Semana
Social de Acción Católica [21].
Con fecha 27 de diciembre el nombre de José María Arauz de
Robles vuelve aparecer en el diario ABC, aportando una cantidad
económica, sumatoria a la suscripción que el propio diario ABC había
puesto en marcha, a beneficio de las familias de todas las víctimas que
perecieron por cumplir su deber en el choque con los elementos revolucionarios
de Jaca. [22]
Se presenta como candidato agrario a las elecciones de
octubre de 1931 por Guadalajara, quedando tras el marqués de Villabrágima
(liberal-agrario) y de Miguel Bargallo (socialista). Con fecha 10 de octubre
publica una carta en el ABC, carta fechada el día anterior, acusando, a
la par que aporta datos concretos sosteniendo la imputación, al marqués de
Villabrágima de deslealtad a un acuerdo tomado por ambos antes de las
elecciones, y de dividir a los elementos agrarios y a los directivos de Unión
Nacional. [23].
Con fecha 15 de noviembre de 1931 resulta elegido, conjuntamente con Manuel
Cano, Cirilo Tornos [24],
José María Sopranís, Joaquín Espinosa Ferrándiz, Francisco Orfila y Escobar,
Carlos Martín Álvarez, Mariano Mañeru, Antonio Escudero, conde de Santa María
de Pomés, Pablo Menéndez, Arizcun, Juan Cervera y Jácome [25],
José Martínez Pereiro, Miguel Sancho Izquierdo y Jesús Requejo San Román [26],
miembro del Consejo Directivo de la Confederación Nacional de las
Organizaciones de Padres de Familia de España. A mediados de diciembre imparte
una conferencia en la Sociedad Aspiraciones, apelando a que es divino designio
providencial que la mujer salga al palenque en las luchas para defender la
religión, la Patria y la familia, ha de desplegar todas sus aptitudes y
entusiasmos para el logro de la victoria. [27]
La tarde del 5 de febrero de 1932 acompaña a Ramiro de
Maeztu en la inauguración de los locales de la Sociedad Acción Española. [28]
Allí estaban también los señores condes de Rodezno y Gamazo, vizconde de Casa
Aguilar, y señores Alcalá Galiano, Antonio Goicoechea, Ansaldo, Fuentes Pila,
Pradera, Loygorri, Palacios, Vegas Latapié, Artiñano y Cavestany.
El 16 de abril de 1932 pronuncia junto con Gómez Acebo y
Herrero elocuentes discursos en Atienza (Guadalajara) en un acto de la Acción
Regional Agraria.
Fue miembro de la directiva de la Comunión Tradicionalista
durante la Segunda República. El 2 de julio de 1932 se encuentra junto con
otros tradicionalistas, la condesa de Vastameroli, marqueses de Quitanar[29],
Albayda[30],
y Eliseda[31],
Ramiro de Maeztu, Rodríguez Tarduchy, director de La Correspondencia,
Fuentes Pila, los hermanos Antonio y Rogelio Ochoa, González de Gregorio[32],
González Escudero, o Víctor Pradera en un banquete ofrecido en el restaurante
Molinero en honor del escritor Julián Cortés Cabanillas, para celebrar el éxito
de su libro, La caída de Alfonso XIII. Pocos días después, el 12 de
julio asiste en el hotel Victoria al banquete organizado por el Centro Femenino
Tradicionalista madrileño, en honor de la activa propagandista Srta. María Rosa
Urraca Pastor[33].[34]
Allí coincide con el conde de Rodezno, Torre Letieri, Pradera, Jaime Chicharro,
Manuel Ignacio Senante Esplá[35],
Ansaldo, Rafael Díaz Aguado y Salaberry, Lamamiè de Clairac, Federico
Bertodano, Sánchez Cuesta, Echenique o Argamasilla.
Organizado por el partido tradicionalista, el domingo 11 de
diciembre de 1932 acompaña a Esteban Bilbao en un elocuente discurso celebrado
en el cine de la Ópera, en Madrid. A la hora del comienzo del acto aparece en
el escenario junto con el orador, Esteban Bilbao, Torres Setién y Manuel
Quevedo, siendo saludados con una grandísima ovación por los asistentes.[36]
Al siguiente domingo, 18 de diciembre, conjuntamente con el conde de Rodezno, y
los diputados a Cortes Esteban Gómez Rojí y Oriol, y los señores Chicharro,
Pradera y Rodríguez de Rivera, ocupan la presidencia del acto organizado por el
partido tradicionalista en el Monumental Cinema, teniendo como conferenciante a
Antonio Goicoechea.[37]
En enero de 1933 el gobernador civil de Valencia niega
autorización a Arauz de Robles para celebrar una conferencia en el teatro de
los Obreros.[38]
Igualmente bajo la organización del partido tradicionalista, el domingo 8 de
enero presenta en el Monumental Cinema de Madrid a Luis Hernando de Larramendi
y Ruiz[39],
director del periódico Criterio, que desarrolló el tema “Régimen natural
y orgánico de España”.[40]
El sábado 21 del mismo mes asiste en los locales de la Acción Regional Agraria
de Guadalajara a la Asamblea de dicha entidad, donde “propuso el plan de nuevas
actuaciones después de que la Junta hubo acordado aceptar el programa de las
derechas federadas”[41].
El domingo 22 de enero, en el Monumental Cinema de Madrid, que se encontraba a
rebosar, quedando en la calle centenares de personas sin poder entrar, acompaña
a Pemán en un brillante acto político organizado por el partido
tradicionalista. A las once en punto entran al escenario Víctor Pradera,
Chicharro, Pemán, Arauz de Robles, Hernando de Larramendi y los diputados a
Cortes conde de Rodezno y Joaquín Beunza[42].
El público puesto en pie les tributa una gran ovación. Pemán diserta sobre la
“Necesidad de un movimiento nacional en torno a los principios
tradicionalistas”.[43]
El domingo 29 de enero en otra multitudinaria conferencia tradicionalista en el
Monumental Cinema, presentó al diputado a Cortes por Salamanca José María
Lamamiè de Clairac. Arauz de Robles pronunció las siguientes palabras:
La comunión tradicionalista –añade- no necesita hacer distinción
de sus hombres. Aquí no pasa lo que en varios partidos políticos, que
consideran cosa obligada el caudillaje de un hombre que vaya al frente de la
masa. En el partido tradicionalista todos sus hombres obscurecen su
personalidad, para trabajar con fe y ahínco en al defensa de sus ideales, que
son la única salvación de España. La bandera de la neutralidad antes, los
dogmas nacionales preconizados por Mella después, y ahora la defensa de las
Órdenes religiosas que el odio sectario persigue con furia satánica, son obra
del tradicionalismo.
El 11 de mayo, obedeciendo a una consigna, unas turbas
miserables quemaron conventos e iglesias. Ahora se prepara un nuevo incendio,
más hondo, más profundo, en el hemiciclo del Congreso. Nuestra obligación es
estar preparados a su defensa y confiar en que con la ayuda de Dios el porvenir
será nuestro.[44]
También en Madrid, en el Monumental Cinema, el 5 de febrero
presentó a Víctor Pradera, que disertó sobre “Religión y política tradicional”.[45]
En el curso de los actos organizados de propaganda por provincias, el 19 de
febrero imparte una conferencia en Málaga y el 5 de marzo da una conferencia en
Sevilla.
Sevilla 6, 10 mañana. Como en domingos anteriores, se
celebró ayer, a las once de la mañana, un mitin tradicionalista en el salón de
la calle Adriano, que se vio completamente lleno. Entre el público había muchos
trabajadores.
El obrero ferroviario Ginés Martínez pronunció un elocuente
discurso.
Recordó que la Tradición fue siempre un partido
eminentemente popular, porque es negación de las doctrinas de Rousseau, en las
cuales se apoyó un capitalismo sin entrañas para explotar a los trabajadores,
originando la reacción marxista y la lucha de clases.
La única solución que puede salvar a España es el
tradicionalismo, que hermana los factores de la producción, acoplando a cada
hombre en su sitio.
Hace un cumplido elogio de Arauz de Robles, joven y
entusiasta propagandista del ideal. El discurso fue subrayado con numerosas
ovaciones.
El Sr. Arauz de Robles se congratula de que le haya
precedido en el uso de la palabra un hijo del pueblo, como los que siempre
nutrieron las filas de la Tradición.
Dice que esta República de trabajadores ha originado una
víctima: el pueblo, que falto de pan y sin la luz de la fe, encuentra cerradas
todas las puertas, y sobre todo la de los Centros oficiales, donde triunfa la
nueva burguesía enchufista.
La Tradición nada tiene que ver con las causas del caos
presente, fruto de los errores liberales. Los Estados liberales, con la
desamortización, repartieron entre unos cuantos amigos usureros los bienes de
las Corporaciones, de los que se beneficiaba al pueblo; y éste, al verse
defraudado, cayó en el marxismo, que es un engaño todavía mayor, y nos llevaría
a un feudalismo peor que los peores de la Edad Media.
Antes que la restauración económica y que la misma de las
instituciones es preciso restaurar el mundo del trabajo.
Para esto es necesario, ante todo, restaurar la doctrina y
la moral católica, en las cuales se dignifica el trabajo, como lo demuestran
aquellas florecientes Hermandades del siglo XIII, donde se armonizaba la piedad
y el trabajo. Y el catolicismo, al mismo tiempo que establece la obligación del
trabajo, fija también las obligaciones del capital.
Por último es necesario también la restauración integral de
las actividades humanas, oponiendo al odio marxista la fusión armónica del
capital y el trabajo.
En un brioso párrafo rebate el cargo de reaccionario lanzado
contra el tradicionalismo, y ensalza la magnífica organización social de la Edad
Media.
Fustiga duramente la comedia de la oposición lerrouxista,
fruto del sistema, y dice que Europa está despertando para aplastar la conjura
judaico-socialista, que pretendía entronizar la dictadura en todo el
continente.
También en España, la juventud escolar y obrera debe ponerse
en pie para dar la batalla a la anarquía, inspirándose en las normas
tradicionales.
El Sr. Arauz de Robles fue aplaudidísimo.
Finalmente, el Sr. Fal Conde anunció que en domingos
sucesivos hablarán los señores Chicharro, Gómez Roji y Lamamiè de Clairac.[46]
El 11 de marzo, organizado por la Juventud Tradicionalista
de Madrid, participó en un banquete en honor de la Srta. María Rosa Urraca
Pastor. Ocuparon la mesa presidencial con la festejada tres veteranos
carlistas: el general carlista Díez de la Cortina[47],
Tomás de Uruñuela y el Sr. Artola. Los demás puestos los ocupaban las condesas
de Rodezno y de Vigo; marquesa de Cartagena, señoras Álvarez de Linera y viuda
de Sánchez Toca, condes de Rodezno y de la Florida y Sres. Arauz de Robles y
Marín Hinojosa.
El 15 de marzo de 1933 José María Arauz de Robles pronuncia
una memorable y recordada conferencia en Valencia.
Don José María Arauz de Robles, a las once de la mañana,
pronunció una conferencia en el teatro de los obreros, totalmente lleno de
público, especialmente huertanos y gentes del pueblo. Hizo la presentación del
orador el joven propagandista Sr. Herreros.
Al levantarse a hablar el Sr. Arauz fue acogido con una gran
ovación. Desarrolló el tema de “La organización de la contrarrevolución”.
Afirmó que la revolución no era un proceso natural de las sociedades, sino el
desarrollo de un propósito, concebido y preparado en la oscuridad de los
centros enemigos de las civilizaciones cristianas para subvertir el orden
natural de éstas.
Expuso las cosas, que, sin necesidad y por cumplir sólo
compromisos revolucionarios, ha acometido la revolución española, especialmente
en materia religiosa, agraria y de enseñanza, y la insensibilidad de la mayoría
parlamentaria ante las razones y los hechos. Manifestó que la organización
contrarrevolucionaria en España, si bien ateniéndose a las formas impuestas por
la época, tenía que conservar la substancia y las características españolas.
Hizo un llamamiento a la juventud para ingresar en las filas “boinas rojas”,
haces de España. Recordó que por el camino que abrieran esas organizaciones
tenía que avanzar una civilización nueva con un orden verdaderamente nuevo. En
un período de cálida exaltación cantó los levantamientos magníficos de los
pueblos de Europa, diciendo que los arcos triunfales de todos los tiempos
estaban añorando nuevos desfiles heroicos y terminó la lucha por los ideales
nobles, ya que hasta el Rey Pacífico por excelencia, Cristo, había levantado su
Cruz como una bandera, en torno de la cual se habían reñido, se riñen y se
reñirán todas las batallas de la Historia.
El Sr. Arauz de Robles, interrumpido frecuentemente con
aplausos, fue ovacionado al concluir.
A las dos y media, y acompañado del barón de Cárcer y Laconi
[(sic). Debería poner Llaurí], salió el Sr. Arauz de Robles para Castellón de
la Plana, donde, a las seis, de la tarde, tuvo lugar un brillante acto en el
salón de los Sindicatos Agrícolas, que aparecía materialmente atestado de
público.
El Sr. Arauz de Robles aludió al fervor tradicionalista que
se observa en toda España y del que esta región era magnífico exponente.
Manifestó que este despertar tradicionalista respondía al despertar general de
todos los pueblos en torno de sus nacionalismos peculiares. Hizo un examen detenido
de los puntos más esenciales del pensamiento español tradicionalista, fijándose
especialmente en la imputación de absolutista que se hacía a la Monarquía
Tradicional. Atacó rudamente el empirismo de los partidos políticos, y terminó
cantando, en un brioso párrafo, la vuelta de los viejos caudillos, cuyas almas
llenaban todavía el ambiente de la Plana y el Maestrazgo.
(…) El Sr. Arauz de Robles visitó, en Valencia, los locales
del nuevo Círculo Central Tradicionalista, así como los locales para los Secretariados
técnicos y para el nuevo rotativo tradicionalista, que ha de salir en breve en
aquella capital, y para el que ha sido ya adquirida la maquinaria, felicitando
a la Junta regional por la actividad y acierto con que se desarrolla su
gestión.[48]
Conjuntamente con Salaberry, imparten el 1 de abril,
continuando la campaña tradicionalista iniciada por toda España, sendas
conferencias en Gerona. Arauz de Robles, con un memorable discurso, continúa la
campaña el día 2 en Badalona.
Badalona 3, 11 mañana. En el amplio teatro del Círculo
Tradicionalista, completamente lleno de gente, se ha celebrado un acto público,
en el que han hecho uso de la palabra los Sres. Puigrefagut y Arauz de Robles.
Sobre las localidades había extractos del programa tradicionalista y cantones
con pensamientos y dogmas alusivos a este ideario.
El Sr. Puigrefagut pronunció un elocuente discurso en
catalán, poniendo de manifiesto que hoy en casi todo el mundo las gentes se
separan de los partidos políticos medios, que, día a día, pierden terreno, y se
van hacia los partidos de ideas claras y precisas, guiados por una lógica
irrefrenable.
El Sr. Arauz de Robles dijo que el fenómeno hecho observar
por el Sr. Puigrefagut de la desaparición de los partidos medios es debido a
que el sistema de opiniones y partidos políticos y de convivencia y libre
manifestación de todas las ideas, característica del parlamentarismo y la
democracia, no era talmente un sistema de Gobierno ni un régimen con el cual se
pudiese gobernar a los pueblos, sino una táctica revolucionaria para asaltar el
poder la Revolución, negándonos luego las libertades que ella había ejercido.
Terminó cantando la resurrección de España, diciendo que el
viernes día 14 de abril se conmemoraban dos fallos del sufragio universal: el
que condenó a Cristo y el que condenó a España. Pero si Cristo murió, también
resucitó, y con Él resucitará también España, ahora crucificada por la
persecución sectaria. El orador, que fue interrumpido frecuentemente con
ovaciones, fue despedido con una muy cariñosa al abandonar el local.[49]
El día 4 da mitin en Manresa y el 12 de abril, organizado
por la Acción Regional Agraria Ciudadana, participa en la plaza de toros de
Guadalajara en un gran mitin de derechas, en el que también toman parte la
señorita Pilar Velasco, Antonio Royo Villanova y el ex ministro Sr. Goicoechea.
En el transcurso del mitin se producen alborotos producidos por saboteadores
socialistas, siendo arrojados los perturbadores de la plaza por las fuerzas de
Seguridad. Fuera de la plaza, grupos de agitadores profesionales cantan la
Internacional, y más tarde, amparados en la masa vociferante y animalizada, la
chusma socialista apedrea los coches de los conferenciantes.
En enero de 1934 dirige una carta al jefe de la minoría
agraria, Martínez de Velasco, en la que dice que es opuesto a la constitución
de toda especie de partido agrario, denunciando la ficción de los partidos y el
error de la democracia inorgánica[50].
En febrero de 1934, como tradicionalista, se presenta
electoralmente por Granada en la candidatura de centro-derecha, integrada por
Herrera Oria, Moreno Dávila, Ruiz Alonso, Torres López y Fernández Arroyo,
cedistas; Francisco González Carrascosa, agrario; Gonzalo Muñoz, progresista y
Natalio Rivas, portelista. El 9 de febrero participa en un mitin
contrarrevolucionario en Campotejar (Granada), al que asistieron
representaciones de numerosos pueblos. Compartieron tribuna como oradores junto
con José María Arauz de Robles, los Sres. Guerrero Gijón, Blanes, Zábala,
Hernández Carrillo y Torre López[51].
En las elecciones de ese mismo mes de febrero sale elegido diputado a Cortes
por Granada.
Formando parte desde los inicios de la República de la Junta
Nacional Carlista, a mediados de marzo de 1936 asume la secretaría de la
minoría tradicionalista, bajo la jefatura de José María Lamamiè de Clairac[52].
Estuvo concentrado en la finca “La Ferme”, de la Vizcondesa de La Gironde,
descendiente de los legitimistas franceses, en el Sur de Francia, próximo a la
frontera con Navarra en cuanto se produjo el asesinato de Calvo Sotelo, junto
con todos los altos dirigentes de la cúpula carlista que fueron a la mencionada
finca, donde la condesa tenía un palacete. Poco después de estallar el
Alzamiento Nacional entró en España por Navarra, pasando, desde la cúpula de la
Comunión Tradicionalista, tanto a integrar desde el 2 de septiembre de 1936 la
Junta Nacional Carlista de Guerra, con sede en Burgos, como a poner en marcha
la Obra Nacional Corporativa (ONC), que es la organización obrera, no clasista,
del Tradicionalismo, la cual fue una tarea inmensa que tuvo dos partes: una, la
edición de un libro tamaño folio, único en su género, explicando que es la ONC
como instrumento de representación política de los obreros, que además de los
esquemas políticos copiados del Ministerio de Corporaciones de Mussolini trae
unos conceptos maravillosos acerca de la dignidad del Trabajo. Otra parte de su
tarea fue organizar en todos los núcleos de población pisos para el
reclutamiento y encuadramiento de los obreros tradicionalistas, con los cuales
pobló la zona nacional. Pero surgieron rivalidades a propósito del
reclutamiento de los obreros con otra red paralela que se llamaba las Centrales
Nacional Sindicalistas (CNS), que era la herramienta de la Falange. Fricciones
que indudablemente contribuyeron, unidas a otras de la retaguardia y el frente,
a la Unificación decretada por Franco, FET de las JONS. A partir de la
Unificación, abril de 1937, el Nuevo Estado asume una entidad, FE de las JONS,
la cual tiene su Central Nacional Sindicalista (CNS), pero que teóricamente
englobaba la red de la Obra Nacional Corporativa (ONC). En la práctica las CNS
absorben, engullen, fagocitan a las oficinas de la ONC que acaba desapareciendo[53].
La figura política de José María Arauz de Robles se mantiene
leal en el Movimiento Nacional al servicio de la construcción de una gran
patria. Arauz de Robles, miembro conjuntamente con Fal Conde, Zamanillo,
Sáenz-Díez, Valiente y José María Lamamiè de Clairac de la Junta Nacional
Carlista de Guerra, de Burgos, acepta los sacrificios inherentes a la
Unificación, disintiendo fuertemente con Fal Conde y Zamanillo acerca de la
decretada unificación, y pasa a colaborar estrechamente con Franco y el Nuevo
Estado.
A la par del ejercicio profesional como abogado del Estado,
en 1945 adquiere la ganadería de Mariano García de Lora, ganadería fundada por
los años 1910 a 1912 por Rufo Serrano con vacas de distintos orígenes. A la
muerte de Rufo, García de Lara compra la ganadería, y ese mismo año se la
traspasa a José María Arauz de Robles, el cual, modificó el anterior hierro y
adquirió dos sementales, uno a Samuel Flores y otro a Juan Guardiola. Sin estar
catalogada como ganadería señera, sus toros salieron en las principales plazas
de España.
En la España de la Paz, empezó a mostrar en el seno del
Carlismo reticencias frente a la presunta pasividad política de don Javier de
Borbón Parma, que continuaron cuando éste fue liberado al final de la II GM por
el Ejército Norteamericano del campo de prisioneros alemán donde se hallaba
recluido. Aquella labor a favor de pasarse los tradicionalistas a reconocer a
don Juan de Borbón, culminó en el acto de Estoril en 1957[54],
en el cual Arauz de Robles, ex miembro de la Junta Nacional tradicionalista
nombrado por don Javier de Borbón Parma, el conde de Rodezno[55],
los ex diputados tradicionalistas Luis Arellano y Jesús Elizalde, y otros
dirigentes tradicionalistas, seguidos de figuras de segunda fila en número de
más de 40, se presentaron en Estoril a saludar a don Juan, que se puso una boina
roja, y llorando dijo que él había sido carlista toda la vida.[56]
Poco después del acto, el 3 de enero de 1958, Fal Conde dirige una carta a
Arauz de Robles, como figura señera de los “estorilos” criticando su decisión
de reconocer a don Juan como rey carlista.
Posteriormente al acto de Estoril, Don Juan estuvo dos años
diciendo que él era carlista, poniéndose la boina roja y organizando
peregrinaciones carlistas a Lourdes[57].
A los dos años llega un momento que se descubre que han jugado “de pillo a
pillo”. Don Juan descubre que a Arauz de Robles la mayoría de los carlistas no
le seguían, y Arauz de Robles y los que habían ido a Estoril descubren que don
Juan trataba con liberales y estaba en permanente contacto con las izquierdas.
Se descubre que ha sido un engaño recíproco y entonces Arauz de Robles ya se
retira de la política activa.
Con fecha 25 de octubre de 1963, firma la tercera del ABC
aconsejando, en la configuración política del Estado, el seguro referente
al perenne “principio” de la legitimidad de ejercicio. Un “principio”,
el de la “legitimidad”, el del Gobierno consagrado por una
prescripción secular, que se identifique con un orden de Derecho Natural y haga
de su restauración su tarea política (…). Este principio capaz de llevar a cabo
la restauración del orden a que él se debió siempre, midiéndose con su época,
tenga conciencia clara de su trascendental tarea y sea para su pueblo un
luminoso futuro y no sólo un glorioso pasado.[58]
Su labor cultural a mediados de la década de los cincuenta y
sesenta se encuentra ligada a la “Asociación de Amigos de Maeztu”[59],
asociación surgida como un intento de gente de derechas católicas
intelectuales, leales al ideario de la Doctrina Social Católica, de romper la
muralla de Franco de hacer política fuera de FE de las JONS, y que trataba de
reconstruir la derecha altamente cabreada y preocupada no por Franco, sino
inicialmente por el progresismo y posteriormente por el Concilio Vaticano II
que estaba cambiando el orden de las cosas; Concilio que había sembrado en
España la confusión doctrinal y que aplicado por la Jerarquía española, con
honrosas excepciones masivamente sumisa a los dictados de Roma a pesar del
inicial rechazo a la libertad religiosa, estaba conduciendo a España a la ruina
espiritual por disolución de la integridad de la doctrina católica, a la
degradación moral por consunción y disolución de los referentes morales
objetivos ligados a la, hasta entonces, fe verdadera, y a la pérdida de sentido
del ser y misión de España, y por ende, de un orden político garante de la
Unidad y Confesionalidad Católica de un Estado, puesto que éste ya no sólo se
consideraba un bien a preservar, sino que en virtud de la libertad religiosa,
debía demolerse. Así, en febrero de 1957, conjuntamente con el conde de Ruiseñada,
Jesús Marañón, Lucas Oriol, Jorge Vigón, Torcuato Luca de Tena, Rafael Calvo
Serer, Gonzalo Fernández de la Mora, Eugenio Vegas Latapié y el marqués de
Valdeiglesias, firma la convocatoria de la “Asociación de Amigos de Maeztu”
para la cena-homenaje a Vicente Marrero, a la sazón Premio Nacional de
Literatura; y en abril del mismo año, también en el curso de la convocatoria de
actos de la “Asociación de Amigos de Maeztu” firma, juntamente con los
anteriormente mencionados a los que se suman José Maria Pemán, José Raimundo de
Basabe, Antonio Millán Puelles, Martín Almagro, el marqués de la Eliseda y
Amalio García Arias, la convocatoria de cena-homenaje a José Luis Vázquez
Dodero. En mayo de 1960, también convocado por la “Asociación de Amigos de
Maeztu”, suscribe una cena en honor de Gonzalo Fernández de la Mora.
El 1º de abril de 1964 reivindica en el ABC los
principios permanentes, mostrando confianza en el futuro por ser las
construcciones políticas “irremplazables”.
El Alzamiento del 18 de Julio fue esencialmente político. Se
dirigió, en efecto, contra el régimen imperante, contra la República, lógica
conclusión de los sistemas impuestos al pueblo español y último escalón de un
proceso que, coreado por todas las ideas, actitudes y fuerzas extrañas a nuestro
ser y sentir, sólo cuando fue interrumpido nos permitió algún período de paz.
No faltó quien quiso reducir su alcance, limitándolo a
algunos arreglos y correcciones dentro de aquélla. Pero el poderoso empuje
popular que lo hizo posible planteó la lucha en términos inequívocos. Gracias a
esto fue posible la Victoria, y hemos disfrutado, a pesar de tantas cosas,
veinticinco años de paz.
De este fundamento tienen que partir todos para encontrarse
con el futuro. Los unos, porque la fidelidad a aquel designio al que se
inmolaron tantas vidas, en el título que justifica su actuación; los otros,
porque no podían pretender reconstruir ni sus partidos ni un régimen tan
catastróficamente hundido; los de más allá, porque menos todavía puede
intentarse volver a empezar el proceso; las nuevas generaciones
“despolitizadas”, porque una época que se caracteriza por “el fin de las
utopías” y la primacía de los privado, necesita un nuevo orden.
Las construcciones políticas son irremplazables. Las
económicas necesitan de sus sólidos cimientos, y las sociales están
condicionadas por ellas. Pretender resolver estos problemas sólo desde el
Estado, como hace el marrismo, supone la ruina de la libertad y la destrucción
de la personalidad. Responsabilizar a todos en ellos lleva consigo la
restauración de estructuras y soberanías, por quien debe encontrar en esta
tarea, su interés y su justificación.[60]
Frente a la incipiente despoblación de los campos, gentes
empeñadas en “uniformarse con la masa urbana”, deslumbrados por la ciudad y
convertidos en seres desarraigados de su vida, hogar y tierras, engañados con
un vacuo y frustrante progreso y viviendo angustiados en la urbe, muestra al
hombre del campo, apelando metafóricamente a la fidelidad a la tradición, que
ahí en lo sencillo es donde encuentra su plenitud, “en el fondo de su alma
conserva el tesoro de la serenidad, forjada en los días tranquilos de su vida”[61].
Con fecha 8 de junio de 1966 publica una carta en el ABC,
sosteniendo la Monarquía Tradicional como “continuadora y superadora, no
regresiva”, de la victoria militar de nuestra Cruzada de Liberación, puesto que
La Monarquía Tradicional, o sea, continuadora, no es una
opción, es una necesidad, y sus instituciones y estructuras no pueden reducirse
a poner parches a sistemas en descomposición.
En orden a su restauración hay dos tendencias: la de los que
ven en ella la posibilidad de volver a un libre juego de partidos políticos,
que llaman normalidad constitucional, y que esgrime como principal argumento lo
que pasa en otras partes, y la de los que aspiran a que abra el camino a la
gran obra política, digna de nuestra Cruzada, que reivindique nuestra
personalidad, incorpore directamente al pueblo al nuevo orden político y haga
posible, en un Estado abierto, una mayor aproximación con los demás de nuestra
estirpe.
El Tradicionalismo representa esta segunda tendencia. Ha
dejado todo carácter de partido político, porque no se ve obligado a vivir en
un sistema y porque lo que podía hacerle aparecer como tal, o sea la cuestión
dinástica, por designio providencial, a dejado de existir.[62]
Con fecha 10 de diciembre de 1966, responde por escrito en
el ABC, a la siguiente cuestión, “¿Qué votará usted el día 14 y por qué?”, a
colación del referéndum nacional en el que se sometía a la aprobación de los
españoles la Ley Orgánica del Estado. Arauz de Robles escribe:
Voy a votar que sí, porque sin entrar a considerar la
constitución de algunos órganos, el riesgo de que algunas representaciones
puedan ser desvirtuadas y los reparos que a todo sistema electoral con ámbito
nacional pueden moverse, mucho más si se someten a él cuestiones resueltas en
actuaciones irrevocables, la Ley resuelve dos problemas capitales en el
ordenamiento político: el primero, el de la sustitución de los “partidos”, que
interpuestos como cuerpos extraños entre la nación y el Estado creaban entre
ellos una situación de divorcio permanente, opinión pública, impidiendo el
libre acceso de la misma al Poder y a la Representación, que quedaba así
suplantada por una oligarquía, sea de un partido, sea de varios, por los
organismos corporativos, en que los hombres, naturalmente, se asocian, viven,
trabajan y crean en legítimas repúblicas que permiten decisiones democráticas
responsables y la presencia ante el Estado de la Sociedad, tal como ella es y
siente cada momento.
El segundo problema que resuelve la Ley es el del Régimen
que queda definido como Monarquía, no sólo por fidelidad al 18 de Julio, de
donde arranca todo, como advirtió Franco en su mensaje, sino porque así como la
República, fruto de la escalada del principio electivo inorgánico, es el
régimen propio de una sociedad masificada y de un Poder sin limitaciones
efectivas, la Monarquía, con su raíz familiar y su automatismo sucesorio, es el
régimen adecuado a una sociedad viva y orgánica, en posesión de una soberanía
propia que condiciona y limita la del Estado.
Estas dos soluciones, la orgánica y la monárquica, se
complementan y apoyan mutuamente, haciendo más fáciles los comportamientos
ciudadanos.
Pero el quehacer no acaba con la aprobación de la Ley. La
representación orgánica no debe ser desfigurada ni, menos, monopolizada por
ningún grupo o fuerza. La Monarquía no puede tener otra misión que la
reconstrucción social. Es su interés y su justificación. Para que la cumpla
debe ser aceptada como es. Sus reglas la obligan más que todos los compromisos
que, sin duda, pueden exigírsele.
Sólo así podrán abrirse los horizontes, que ABC señalaba en
su manifiesto editorial del día 2 del corriente mes.
Votaremos que sí, porque, además, confiamos en los hombres
que han de darle vida.[63]
En junio de 1968, organizado por la Hermandad de Cristo-Rey
de requetés de ex combatientes, hermandad que trataba de unificar políticamente
los requetés y el carlismo sociológico para prestar servicio a D. Juan de
Borbón, imparte una conferencia mostrando su confianza en la figura de D. Juan
de Borbón.
Coincidiendo con la fecha onomástica del Conde de Barcelona,
tuvo lugar la clausura de ciclo de conferencias que este curso ha organizado la
Hermandad de Cristo-Rey de requetés ex combatientes.
Ante un público que abarrotaba el local, pronunció unas
palabras el presidente de la Hermandad, don Luis Suárez Quesada, aludiendo a la
fecha que se celebraba y en que se conmemora el santo del Jefe de la Casa Real
española. A continuación, el abogado del Estado don José María Arauz de Robles
pronunció una conferencia en la que analizó la eficacia del sistema monárquico
de cara al futuro de España.
Examinó primeramente lo que representa la figura del Rey en
la institución monárquica, de acuerdo con la tradición y con la moderna ciencia
política. El Rey es el hombre que, por la designación de una serie de
realidades, nacionales e históricas, y de acuerdo con la clarísima mecánica
sucesoria, ejerce la primera magistratura de la comunidad política.
Precisamente porque su designación es automática, y no está
sujeto a los azares de ninguna elección, puede ejercer el Rey el supremo
arbitraje, con plena garantía de independencia, por encima de las presiones de
los distintos grupos e intereses. Su interés se confunde con el interés del
pueblo.
El conferenciante analizó después el futuro del régimen
actual, que es oficialmente un reino, y elogió la prudencia y experiencia
política del Generalísimo Franco.
Planteó después la necesidad de reconocer la legitimidad
histórica de la Institución, que se encarna en una persona concreta; esa
concreción, ese automatismo e indiscutibilidad son inseparables de la forma
monárquica de Estado, y la clave de su verdadera eficacia. El conferenciante
trató por último una semblanza humana de Don Juan de Borbón. Conde de
Barcelona, cuya inteligencia, madurez política e inquebrantable sentido del
deber representan la mejor esperanza para el porvenir de España.[64]
El mes de febrero de 1974, ante la pretensión de algunos
Procuradores en Cortes de creación de las asociaciones políticas, avalados por
el discurso de Arias Navarro del mismo mes, replica duramente en las páginas de
la revista Maestrazgo:
“Me parece impensable, que entre los auténticos protagonistas
de nuestra guerra, pueda haber alguien que acepte esa ‘idea’ de las
asociaciones políticas, para participar no sé en qué si no es, en el desastre
que se avecina”.[65]
En julio de 1974 firma un artículo demoledor contra la
democracia inorgánica que algunos grupos sociales estaban postulando.
Los pueblos se sienten, naturalmente, ajenos a las empresas
en las que no participan y de las que son simples destinatarios. Despertar en
ellos la conciencia de su protagonismo ha sido el secreto de su incorporación a
las tareas históricas.
Por no acordarse de ellos más que al pedirles el voto, las
“democracias” cambian de rumbo en cada elección, engendrando el desaliento y
haciendo posibles los totalitarismos, que han venido a ser la última forma
defensiva de los partidos y sus Estados.
(…)
La libertad política necesita de una posición independiente
de los partidos que le permita pronunciarse sobre las cuestiones e intereses de
la comunidad y aportar a las decisiones del Estado las voces y las fuerzas de
una realidad social a cuyo servicio se debe.
Y termina afirmando que
La democracia de los partidos políticos conduce a la perdida
de la libertad política, porque la masa, sin otra protección que la del Estado,
acaba entronizando en éste, el despotismo irreversible de los archipiélagos
rusos.[66]
En enero de 1975 recibe un caluroso y agradecido homenaje
por parte de la Junta Directiva de la Hermandad de Cristo Rey de Requetés
Excombatientes.
En diciembre de 1976, cuando ya la moda y el virus
partitocrático, impuesto sibilinamente desde los aparatos del Estado, se habían
adueñado de gran parte de la sociedad, reproduce en el ABC el mismo
artículo, “¿Participación o restitución?”[67],
que dos años antes había publicado.
Profundamente antiliberal, rechazando y denunciando la lacra
partitocrática que se cernía sobre nuestra Patria, sin renegar de su carlismo y
con la fe puesta en Dios, entrega su alma en gracia el 6 de agosto de 1977 en
Vega de Arias, Molina de Aragón. Se ofrendan varias Misas en sufragio por su
alma, destacando la celebrada el 5 de octubre del mismo año en la Parroquia de
la Concepción, Madrid, iglesia que quedó pequeña con numeroso público a las
puertas para rendirle el último homenaje.
Casado con Mercedes López Ramiro, tuvo cinco hijos:
Fernando, José María, Jesús, Javier y Santiago. Javier, torerillo, se casó con
una hija del falangista Sancho Dávila, y como su hermano menor Santiago,
también abogado del Estado, sanearán y levantarán el patrimonio familiar,
manteniendo la explotación de tierras y la ganadería brava, prestigiando la
marca Arauz de Robles.
3. Francisco Elías de Tejada y Spínola.
Junto con Álvaro D`ors, Melchor Ferrer, Rafael Gambra y
Manuel de la Santa Cruz (seud.) puede considerarse una de las cinco grandes
figuras intelectuales e historiográficas del Carlismo del siglo XX.
Nació el 6 de abril de 1917 en el seno de una familia
extremeña: “la paterna era oriunda de Muros de Cameros, en el Solar de Tejada
(Rioja), y la materna, de origen italiano”[68].
Era pariente mío. La madre de Elías de Tejada era Encarna
Spínola Cárdenas y mi abuelo era Márquez de Prado Cárdenas. Su madre, doña
Encarna Spínola, era admirador de mi padre que era Diputado liberal y Senador
con Alfonso XIII.
Francisco Elías de Tejada se educó con los jesuitas, en
el Colegio Nuestra Señora del Recuerdo, en Chamartín, Colegio el 11 de mayo de
1931 profanado y quemado por la chusma de la II República. Mi hermano fue
compañero suyo en el Bachillerato con él. Me decía mi hermano que Paco [Francisco
Elías de Tejada] tenía una memoria increíble. Había la norma que durante la
comida, un alumno leía algún texto durante unos minutos, mientras todos los
demás comían callados, y Paco, al finalizar la lectura, era capaz de reproducir
exactamente lo que se había leído con puntos y comas.[69]
Su vocación universitaria fue movida en el bachillerato por
Fernando María de Huidobro, S.J.[70],
que él mismo calificó de santo. A este jesuita “le debo los principios de mi
orientación intelectual y la firmeza en mantenerlos, tan en contraste con las
mudanzas de ahora”[71].
A Francisco Elías de Tejada lo conozco al escaparme de
casa, en Badajoz, para viajar a Madrid con motivo de asistir en la Castellana
al desfile de la Victoria de 1939. Fue un desfile apoteósico. Todo Madrid
estaba en la Castellana. Yo estaba cerca de la tribuna donde estaba Franco que
impuso la Laureada al general Varela. Veo desfilar el Ejército de Tierra y
falangistas bajo continuos aplausos. De repente apareció el Tercio de
Montejurra que iba en formación de “nueve en fondo”. Iban el Comandante de la
Unidad, las 9 Banderas, y detrás una primera fila de nueve Oficiales y luego la
Tropa. Aquello era una estampa impresionante. Primero: 9 crucifijos, el Cristo
negro de Montejurra, detrás las 9 banderas, y detrás los Oficiales. Aquello fue
apoteósico. El fervor religioso de la gente cuando ve a los requetés con 9
crucifijos, fue impresionante. Yo lo recuerdo con emoción siempre. Aquello un
delirio. Se venía abajo la Castellana. Paco era entonces Teniente Jurídico[72],
y vivía en la calle Núñez de Balboa, semiesquina con la calle Alcalá, un piso
pequeño, bien acondicionado. Entonces, con 22 años, ya preparó la cátedra de
Derecho Político que no aprobó. Como he comentado, tenía una memoria
prodigiosa. En 6 meses “que se encerró” en el año 1939, después de la Cruzada,
salió hablando alemán.[73]
En 1940 por Orden del Ministerio de Educación Nacional[74],
se le readmite al servicio activo como Ayudante de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Madrid. Por otra Orden del Ministerio de Educación Nacional[75],
se nombran Catedráticos de las Universidades de Murcia y de Santiago a don
Francisco Elías de Tejada Spínola y a don José Maldonado y Fernández del Torco.
En abril de 1942 por nueva Orden del Ministerio de Educación Nacional[76],
se le nombra Catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de
Salamanca.
Paco Elías de Tejada ya Catedrático de Derecho Natural, a
principios de la década de los cuarenta, en torno a 1942 y 1943, sostiene que
la legitimidad de la Comunión Tradicionalista de España recae en la Casa de
Braganza, en D. Duarte Nuño, hijo de D. Duarte Pío, el Duque de Braganza,[77]
lo que dio lugar a una protesta de los legitimistas portugueses y varias
sonadas disputas. A finales de los años 60 se sitúa al lado de D. Sixto.
En Madrid paraba en el hotel-pensión Montesol, en la
calle de la Montera.
Desde 1943 frecuenta la Peña tradicionalista en el café
“Xauen” con los hermanos Padura, Eduardo Trigo y José María Beltrán de Heredia,
después Rector de la Universidad de Salamanca, y académico de la Academia de
Jurisprudencia.[78]
Por Orden de 21 de mayo de 1951[79]
se concede permuta de sus cátedras a los Catedráticos don Francisco Elías de
Tejada Spinola y don Joaquín Ruiz-Jiménez Cortés, pasando a las Universidades
de Sevilla y Salamanca, respectivamente.
En el transcurso Concilio Vaticano II, y cuando se discutía
la declaración de libertad religiosa, desde España, Elías de Tejada reafirmó la
catástrofe que vendría sobre la civilización cristiana si llegaba a aprobarse
tal libertad de perdición. Hecho poco conocido es que Elías de Tejada que tenía
invitación como perito conciliar, incomprensiblemente no la recibió hasta
finalizado el Concilio. Este dato, conocido por tradición oral del Carlismo,
aparece plasmado en una carta de la Secretaría General de “Tradición Española”,
firmada por Eloy Landaluce, remitida a don Domingo Fal Conde.
Uno de los mayores males que estamos sufriendo ha sido la
intromisión de ideas totalmente opuestas al Carlismo (…). Es simplemente la
destrucción de la doctrina carlista, o sea, nuestra total destrucción.
Otros apoyando la libertad de cultos por la que siempre ha
luchado el liberalismo, a pesar de las enérgicas condenas de los Santos Padres.
Se invitó al Concilio a uno de los hombres más preclaros del Carlismo, Don
Francisco Elías de Tejada. ¿Qué pasó? ¿Confabulación o qué, que después del
Concilio, una alta dignidad de la Iglesia le entregó una invitación que habían
olvidado hacerlo? Así, quien más se ha sacrificado por la Iglesia, el Carlismo,
fue marginado y la libertad religiosa, interpretada libremente, ahí está,
destrozando la fe de la Patria con la entrada libre de las iglesias enemigas y
la invasión de una plaga de sectas, alguna demoníaca, destrozando la fe del
pueblo español.
Se ignoró totalmente el acuerdo en pleno, sin excepción, de
los obispos españoles, inmediatamente del Concilio, de que España podía
continuar con la Unidad y la Confesionalidad Católica del Estado.[80]
En 1964, como presidente del Centro Zumalacárregui, prepara
la organización del Primer Congreso de Estudios Tradicionalistas en Madrid,
congreso que se repetirá, en su segunda edición, en 1968, presentando en ambos
ponencias. Un año después, en 1969 el Centro Zumalacárregui organiza las
Primeras Jornadas Catalanas en Barcelona, donde también presenta ponencia. En
marzo de 1971 aparece su nombre en un volumen, ¿Qué es el Carlismo? al
lado de los principales pensadores tradicionalistas del momento.
En los años setenta, aparece Paco Elías de Tejada en
“Gregory”, un café-bar, que era el antiguo Parador de Velázquez, calle
Velázquez semiesquina Goya, donde tenía yo tenía una peña carlista, a la que
asiste con frecuencia, junto con Fernando Arauz de Robles, Eduardo Trigo,
Eugenio Mazón Berdejo o Jesús Evaristo Casariego, más otros carlistas
octavistas que se incorporaron cuando murió Carlos VIII, como el abogado Suárez
Kelly o el doctor Ramón Gassio Bosch[81]
También frecuenta “Misión” era un Círculo carlista
oficioso que teníamos en la calle de La Cruz, número 1. Ahí estaba don Luis
Ortiz Estrada.
Soltero, se casó tarde, con una italiana, intelectual
nieta de un rector de la Universidad de Nápoles e historiador de la literatura
italiana, llamada Gabriela Percopo.
En la Comunión Tradicionalista gozaba de un prestigio
intelectual grande. Era un hombre oído por todos. Pero también tenía un gran
orgullo. Fue postergado por el catedrático Alvaro D`ors en una visita que D.
Carlos Hugo hizo a Franco, y eso nunca se lo perdonó a D. Carlos Hugo. La
ruptura definitiva se consumó en casa de don José María Valiente, que había reunido
a D. Carlos Hugo y a Paco Elías, tratando con su buen talante diplomático que
se reconciliasen. Paco Elías después de lanzarle varias puyas, sentenció “Yo no
tengo poder para hacerle Rey de España, pero puedo hacer que no lo sea”. Aquí
acabó la conversación. Carlos Hugo se levantó y dio por zanjada el encuentro.
La ruptura se consumó.[82]
En 1977 accede a la Cátedra en la Universidad de Madrid.
Aunque políticamente milita en la Comunión Tradicionalista, Francisco Elías de
Tejada, que ya había dado conferencia en la sede de Fuerza Nueva, en la sede de
la calle Velázquez, en Madrid, amigablemente franquista en sus últimos años,
firme defensor del Estado del 18 de julio y consciente de que el partido Fuerza
Nueva, presidido por el notario D. Blas Piñar López, defiende el franquismo,
recogiendo las más puras esencias del ideario carlista, los principios de la
Tradición que él siempre sostuvo, llega a presentar en mayo de 1977 su
candidatura como Senador por Sevilla en las filas del partido Fuerza Nueva, encabezando
la lista, seguido de José María del Nido Borrego, padre del que sería
presidente del Sevilla C.F., Ramón Guzmán Guerrero y Manuel Luciano Mariscal
Angulo, renunciando a la candidatura a finales de ese mismo mes, por estimar un
timo la democracia liberal y que en la práctica no había posibilidades reales
de elección. Testimonia Blas Piñar López[83],
ex presidente de Fuerza Nueva, que D. Sixto que no compartía la postura oficial
de la Comunión Tradicionalista, reacia a acudir a las elecciones, pero tampoco
podía oponerse a esa decisión, tras una entrevista en París de una comisión ad
hoc mandada por Blas Piñar, autorizó a que se presentasen como independientes,
pero dentro de las lista de Fuerza Nueva, varios carlistas afines al partido
Fuerza Nueva. D. Sixto vino a Madrid, y en reunión personal don Blas, éste le
expresó su deseo de entendimiento y de unión, muy intenso, y que ahí donde se
presenten carlistas, Fuerza Nueva les cederá el primer puesto de la
candidatura, y así ocurrió tanto con José María Codón Fernández, en Burgos[84],
como con Elías de Tejada, en Sevilla.
En julio de 1977, en los albores de la democracia inorgánica
española, concede una entrevista a Blanco y Negro en la que denuncia la
situación de la Universidad española, sosteniendo que ésta lisa y llanamente no
existe por corresponder nuestra Universidad a unas gentes que han perdido la
identidad de patria y vivir en una “copia simiesca de lo europeo”. Denuncia
asimismo la politización de la Universidad, afirmando que:
Hoy se llega a hablar de ‘Universidad democrática’, que
es el mayor entre los absurdos, porque la democracia jamás creó saberes. En
todas sus facetas, el saber es fruto de las minorías, más aún, de individuos.
Desde Arquímedes hasta Einstein, desde Platón a Menéndez Pelayo, desde Fidias
hasta Miguel Ángel, la ciencia y la belleza la han creado hombres solos. Aunque
un equipo ayude a la tarea, la verdadera creación es siempre individual y el
equipo auxiliar no pasa de meritísimo comparsa.[85]
Termina la entrevista con una carga de profundidad a la
partitocracia liberal que ya amenazaba nuestra Patria.
Pues la democracia a
lo rousseauniano, revolucionaria a la francesa, es políticamente la mayor de
las tiranías, la tiranía irresponsable de las masas sin rostro, y
culturalmente, el triunfo de la mediocridad.[86]
Pocos meses más tarde, en febrero de 1978, fallece
inesperadamente.
Muere en la Clínica de Loreto, en la Avenida Reina
Victoria, de Madrid, tras una operación de hernia diafragmática. Una operación
en principio sencilla, sin riesgo, pero a un amigo suyo, Tomás Barreiros, antes
de la operación le dice: “Tomás, no salgo de la operación”.[87]
Era miembro del Institut d`estudis catalans y de la Academia
de Ciencias Sociales y Políticas de Sao Paulo. Doctor Honoris Causa por la
Universidad de Barcelona y por cuatro Universidades extranjeras, entre las que
se encuentra la Nacional de Buenos Aires. Fue enterrado en la cripta de la
Almudena. Considerado uno de los prohombres de los “Amigos de la Ciudad
Católica”, dejó una Fundación que preside Vallet de Goytisolo, ocupando la
vicepresidencia de la misma Manuel de la Santa Cruz.·- ·-· -······-·
José Martín Brocos Fernández.
[1] Puede consultarse a este respecto: Wenceslao
Fernández Flores, Acotaciones de un oyente. II, (1931-1933), Madrid,
Prensa Española, 1962; Juan Francisco Lasso Gaite, El Ministerio de
Justicia. Su imagen histórica (1714-1981), Madrid, Imp. Saez, 1984;
Manuel Rubio Cabeza, Diccionario de la Guerra Civil Española, Barcelona,
Planeta, 1987; Ángel del Río, Diccionario biográfico de Madrid. Mil hijos
ilustres, curiosos, populares y pintorescos, Madrid, Marcial Pons, 1997;
José Manuel Cuenca Toribio y Soledad Miranda García, El poder y sus hombres.
¿Por quién hemos sido gobernados los españoles (1705-1998), Madrid, Actas,
1998; Ángel García-Sanz Marcotegui [et al], Diccionario biográfico de los
diputados forales de Navarra (1931-1984) y secretarios de la Diputación
(1834-1884), Pamplona, Departamento de Presidencia e Interior, 1998; José
Javier López Antón, Escritores carlistas en la cultura vasca. Sustrato lingüístico
y etnográfico en la vascología carlista, Pamplona, Pamiela, 2000; Pedro
Álvarez Lázaro (dir), Cien años de educación en España. En torno a la
creación del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, Madrid,
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2001; Mateo Madridejos, Diccionario
onomástico de la guerra civil. Las fuerzas en presencia, Barcelona, Flor
del Viento, 2006; J. Agirreazkuenaga [et al], Diccionario biográfico de los
parlamentarios de Vasconia (1876-1939), Vitoria-Gasteiz, Parlamento Vasco,
2007; Fernando de Bordeje Morencos, Galería de personajes españoles,
Arganda del Rey (Madrid), Egartorre, 2007.
[2]
Congreso de los diputados, Diario
de las Sesiones de Cortes, Sesión celebrada el viernes 15 de febrero de
1935, Tomo X, Núm. 160, en concreto la Proposición no de ley del Sr. Cano López
sobre medidas del gobierno para impedir que sus miembros pertenezcan a
Asociaciones Secretas que los liguen mediante votos incompatibles con el
interés nacional, en concreto a la masonería, págs. 6374 a 6391 (en la página 6374 aparece la firma de Tomás Domínguez Arévalo como uno de los Diputados
que suscriben la proposición; y en la página 6391, el voto “Si” de la votación
nominal).
[3] Congreso de
los diputados, Diario de las Sesiones de Cortes, Sesión
celebrada el viernes 15 de febrero de 1935, Tomo X, Núm. 160, pág. 6374.
[4] Con todo, no puede afirmarse que el Carlismo
permaneciese inactivo y expectante ante los sucesos desmembradores de España
que acontecían en esos meses. Puede afirmarse con probado rigor histórico que
el Carlismo ya tenía trazado su propio plan de Alzamiento, pergeñado por el
propio Zamanillo, pero ciertamente en la negociación con Mola trataban de
obtener, con elevadas y quizás insalvables pretensiones, futuras concesiones
políticas. Cfr. José Martín Brocos Fernández, “Zamanillo y González-Camino,
José Luis”, en Diccionario Biográfico Español, Real Academia de
Historia, (en fase de impresión).
[5] Testimonio recogido de Manuel de la Santa Cruz,
noviembre 2008.
[6] Continuación testimonio recogido de Manuel de la
Santa Cruz, noviembre 2008.
[7] Descuellan en un primer momento, desde los albores
del Alzamiento, junto con el Conde de Rodezno las figuras tradicionalistas de
Esteban Bilbao, José María Oriol y José María Valiente. Cfr. Francisco Javier
Caspistegui Gorasurreta, El naufragio de las ortodoxias. El carlismo,
1962-1977, Pamplona, Eunsa, 1997, pág. 13.
[8]
El trasvase del año 1943 no fue un trasvase tan organizado, tan visible, tan
formal y tan colectivo como el segundo trasbordo, el sonado, el del año 1957
protagonizado por Arauz de Robles, sino que fue un goteo insidioso más a título
individual, menos formal y significativo.
[9] Dicho trasvase aparece pormenorizadamente relatado en
la obra Manuel de la Santa Cruz, Apuntes y documentos para la Historia del
Tradicionalismo español, 1936-1966, Año 1943, Madrid, Gráficas Gonther,
1980.
[10] Cfr. Redacción, “El Conde de Rodezno falleció el
domingo por la mañana, en Villafranca de Navarra”, en ABC 12 de agosto
de 1952, pág. 8.
[11] Cfr. Redacción, “Exequias fúnebres por el Conde de
Rodezno y el General Yagüe”, en ABC 31 de octubre de 1952, pág. 19.
[12] Acerca de Víctor Pradera, mártir de la persecución
roja y masónica de 1936, puede verse la exhaustiva obra del profesor José Luis
Orella Martínez, Víctor Pradera. Un católico en la vida pública de
principios de siglo, Madrid, BAC, 2000.
[13] Fernando Suárez de Tangil y Angulo, Director General
de Primera Enseñanza en 1921 y Diputado a Cortes. Oficial Letrado del Consejo
de Estado y Alcalde de Madrid de 1924 a 1927. Delegado Nacional de la Cruz Roja
en septiembre de 1936, y en julio de 1951 recibe nombramiento de Ministro de
Obras Públicas hasta febrero de 1957. Padre de ocho hijos.
[14] Cfr. Redacción, La Asociación Católica de Padres
de Familia, en ABC, 25 de abril de 1930, pág. 21.
[15] General de brigada Sebastián Mantilla Irure. Desde
febrero de 1928 se encontraba en situación de primera reserva. Había ocupado la
Jefatura de Estado Mayor de la octava y de la sexta Región Militar.
[16] Hombre con una muy holgada posición económica. Más
tarde al servicio de don Juan, coqueteando con “Acción Española”.
[17] Cfr. Redacción, La Asociación Católica de Padres
de Familia, en ABC, 5 de noviembre de 1930, pág. 25.
[18] Cfr. Redacción, Mitin de Orientación Social,
en ABC, 11 de noviembre de 1930, pág. 26.
[20] Cfr. Redacción, “Gestiones de una comisión. El
ferrocarril La Roda-Tarazona”, en El Imparcial, 13 de noviembre de 1930,
pág. 5.
[21] Vid. Redacción, La Semana Social de Acción
Católica, en ABC, 30 de noviembre de 1930, pág. 48.
[22] Redacción, Suscripción de ABC para las familias de
las víctimas que murieron en cumplimiento de su deber durante el intento
revolucionario, en ABC, 27 de diciembre de 1930, pág. 21. Cfr. etiam
Redacción, “Suscripción para la Guardia Civil”, en El Imparcial, 28 de
diciembre de 1930, pág. 5.
[23] José María Arauz de Robles, “De las elecciones
últimas en Guadalajara”. Una carta del Sr. Arauz de Robles”, en ABC 10
de octubre de 1931, pág. 30.
[24] Cirilo Tornos y Laffite, abogado, con gran prestigio
profesional.
[25] Poco más tarde integrado en “Acción Española”.
[26] Registrador de la Propiedad y Diputado por la CEDA.
Escribió un libro sobre el Cardenal Segura, prologado por Ramiro de Maeztu.
Asesinado por los rojos en 1936.
[27] Redacción, “En la Sociedad Aspiraciones”, en ABC
19 de diciembre de 1931, pág. 21.
[28] En esa memorable tarde Maeztu dio un verdadero curso
de Historia circunscribiéndose a los siglos XVIII y XIX. En el siglo XVIII se
produjo en España un cambio de mentalidad inficionado por el virus de los ilustrados
que condujo a la pérdida del verdadero espíritu español, que es lo que
realmente produjo la pérdida de América un siglo después. La Monarquía
española, que en los siglos anteriores había sido misionera, en el siglo XVIII
cambia ese espíritu, lo que ocurre también en la aristocracia que cree que la
civilización de Versalles y París es superior a la nuestra, y ahí
maquiavélicamente operó la masonería que se infiltró en nuestro país
adueñándose de él. Con la pérdida de la fe y al traicionar la Monarquía y la
aristocracia su sentido misionero, el Imperio español pierde su razón de ser y
se disuelve.
[29] De “Acción Española”.
[30] Se integraría a partir de 1933 en “Acción Española”.
[31] Hijo del Conde de los Andes, adicto a Alfonso XIII.
Dirigente de “Acción Española”.
[32] Aurelio González de Gregorio y Martínez de Azagra,
Caballero de la Orden Militar de Montesa, y perteneciente a la nobleza
extremeña desde que en 1925 asume el título aristocrático de Conde de la Puebla
de Valverde. Hombre extremadamente acaudalado, cuando don Manuel Fal Conde se
hace cargo de la Comunión Tradicionalista, y frente a la indolencia de Rodezno,
toma el mando y pone al carlismo en pie de guerra pero dando al carlismo, si
cabe, un espíritu más acendradamente religioso. Por amistad topográfica, Fal
Conde tenía su epicentro de actuación en Sevilla, Aurelio es movilizado e
invitado por el propio Fal Conde a realizar Ejercicios Espirituales. [N.B. En
este sentido, la figura de don Manuel Fal Conde resulta un caso insólito en la
política mundial, pues toda la gente que le iba hablar de política le
encajonaba unos ejercicios espirituales. “Sí, si, vamos hablar de política,
pero usted primero hace unos ejercicios espirituales, cerrados, y después
hablamos de política”]. Aurelio, tras los ejercicios impuestos por Fal Conde se
convierte a un plano más profundo de religiosidad y lo primero que hace es
repartir muchos de sus bienes, entre ellos su enorme ropero, entre los pobres.
Se compra un traje de pana y este traje lo lleva hasta su muerte. A pesar de
sus todavía cuantiosísimos bienes, pasa a vivir con exigencia de suma
austeridad, y a la par que continúa administrando sus bienes, se dedica a
organizar las juventudes carlistas extremeñas, que empiezan apoyados por
Falange Española la guerrilla en la calle contra los rojos, apoyados éstos por
el gobierno republicano. Nombrado poco antes de estallar el Alzamiento Nacional
de 18 de Julio Jefe Nacional de Juventudes Tradicionalistas, su zona “de
caudillaje natural” cae en zona liberada por la autoridad militar del bando
nacional. Notable del lugar, y declarado el Estado de Guerra, organiza una
milicia tradicionalista, denominada Tercio de Aurelio González de Gregorio, que
logra importantes derrotas de los rojos en el frente. Entra en Toledo,
colaborando también activamente en la organización e inspección del Tercio del
Alcázar, que dirigirá Sanz de Diego. Cercanos al final de la guerra ya había
bastantes desavenencias topográficas entre los carlistas y Falange, -que fue
una de las razones por las que en su día Franco, de una manera genial, dijo que
una de las primeras razones de un Generalísimo es que a mi no se me pudre la
retaguardia como se le pudrió al Kaiser alemán Guillermo II en la I G.M., y
para evitar la traición de la retaguardia inventó el Decreto de Unificación,
invento accidentalmente malo, pero sustancialmente genial-, y en medio de aquel
desorden, ocurre que cuando a un capitán glorioso que tuvo la Comunión
Tradicionalista, Antonio Coello Cuadrado, de La Rioja, que se había formado con
otros Requetés, aproximadamente unos 150, en la Italia de Mussolini, con cursos
de formación militar -por eso cuando estalla la guerra la Comunión
Tradicionalista tiene cuadros de oficiales esparcidos por toda España- estando
en Trujillo, Cáceres, una Bandera de la Legión y el Tercio de Cristo Rey, del
que era Capitán Antonio Coello, unos legionarios de adscripción falangista
pegan a unos requetés. Los requetés van al Capitán Coello, y éste decidido hace
plantar en la plaza de Trujillo ametralladoras dispuesto a enfrentarse a los
legionarios. Se organiza un tinglado del demonio. Estaba entonces, en Cáceres,
de Jefe de la División el general Rada, Inspector General de Requetés antes de
la guerra, coge a Antonio Coello y le da dinero de la División para que se quite
de en medio. Con los ánimos muy caldeados, en La Codosera, un pueblito al lado
de Trujillo, Aurelio organiza unas jornadas de juerga y distensión, con una
capea de confraternización de los requetés con los legionarios, y en una de
esas, sacando fotografías en un encierro de vaquillas, una de esas vaquillas le
embiste en el vientre a Aurelio, y lo mata.
[33] Hija de militar. Tras instaurarse la Segunda
República, hacía política de “trincheras”, en primera fila, dando mítines
tradicionalistas por ciudades. En la Paz asiste al I Consejo Nacional de FET de
las JONS, en el Monasterio de las Huelgas.
[34] Cfr. Redacción, “Banquete a la Srta. María Rosa
Urraca Pastor”, en ABC 13 de julio de 1932, pág. 29.
[35] Juez. Hijo de Manuel Senante, director vitalicio de El
Siglo Futuro. Casado con una señorita de la familia Sánchez-Guardamino,
familia tradicionalista distinguidísima.
[36] Cfr. Redacción, “El Domingo dio una conferencia
acerca de `La posición del tradicionalismo en las actuales circunstancias´ el
ilustre orador D. Esteban Bilbao”, en ABC 13 de diciembre de 1932, págs.
19 y 20.
[37] Cfr. Redacción, “Elocuente conferencia de D. Antonio
Goicoechea acerca de ‘La Tradición española y el programa de las derechas´”, en
ABC 20 de diciembre de 1932, págs. 19 y 20.
[38] Redacción, “La conferencia del Sr. Arauz de Robles en
Valencia, suspendida”, en ABC 8 de enero de 1933, pág. 23.
[39] Guipuzcoano de nacimiento. Abogado de Madrid, se hará
famoso en la defensa del anarquista José Naquens, impresor anarquista que
mantuvo escondido unas horas a Mateo Morral en su imprenta tras el intento
fallido de éste de asesinar a Alfonso XIII cuando regresaba de su boda en los
Jerónimos. Esta defensa seguida con avidez por toda la opinión pública española
se hizo famosa, pasando su despacho a defender en juicio a algunos anarquistas
que acudían a solicitar sus servicios profesionales jurídicos. Fue secretario
político del rey don Jaime III, reemplazando a Pascual Comín. Hizo frente al
cisma de Vázquez de Mella. En la Segunda República dio numerosos mítines
tradicionalistas y luego, tras el Alzamiento de julio de 1936, sobrevivió a su
situación apuradísima en zona roja gracias a la complicidad de unos anarquistas
amigos suyos con los cuales mantenía amistad a raíz de los contactos que
acabamos de mencionar.
[40] Redacción, “Conferencia tradicionalista de D. Luis
Hernando de Larramendi. Palabras del Sr. Arauz de Robles”, en ABC 10 de
enero de 1933, págs. 37 y 38.
[41] Redacción, “Actuación de las derechas en
Guadalajara”, en ABC 22 de enero de 1933, pág. 29.
[42] Abogado carlista, su amor por los fueros le puso en
relación con los Jelkides que promovieron el Estatuto de Estella. Diputado por
la minoría vasco-navarra, tras el Alzamiento es detenido por los separatistas
vascos, siendo encerrado en la cárcel de Ondarreta, de San Sebastián, y
trasladado posteriormente al fuerte de Guadalupe, termino municipal de
Fuenterrabía. Al fracasar el Alzamiento Nacional del 18 de julio se convierte
en una guerra civil. Ante esta nueva situación don Javier de Borbón Parma
inicia unas negociaciones para una paz separada con don José Antonio Aguirre
Lecube, presidente del gobierno vasco independiente. El general Mola, al
conocer esos contactos entre el Cuartel General de don Javier en su Puesto de
Mando de la finca “La Ferme”, en el Sur de Francia, mediante sacerdotes
vascos-franceses, las manda interrumpir alegando que el único capaz de tener
contactos con el enemigo es él en su calidad de General Jefe del Ejército del
Norte y amenaza con fusilar inmediatamente a cualesquiera otras personas, que
intenten contactos con el enemigo. Ante esa interrupción de aquellas
negociaciones los separatistas vascos, que por su parte también hubieran tenido
dificultades con los marxistas asturianos de haberlas proseguido, se
enfurecieron y como represalia mandaron fusilar a Víctor Pradera, a Joaquín
Beunza y a otros rehenes carlistas de menor entidad encerrados en el Fuerte de
Guadalupe. No entró en este asunto, en la represalia de los separatistas vascos
contra la interrupción de las negociaciones, por otro lado represalia
absolutamente demencial y absurda, don Javier Pradera, hijo de don Víctor,
letrado del Ayuntamiento de San Sebastián, asesinado por los marxistas, por
haber encontrado éstos en un registro de la sede de Falange Española en San
Sebastián, una carta de encendida adhesión de don Javier Pradera a Falange
Española a raíz del asesinato de José Calvo Sotelo.
[43] Redacción, “El insigne orador D. José María Pemán, en
un elocuentísimo discurso, aboga por la unión circunstancial de las derechas”,
en ABC 24 de enero de 1933, págs. 23-24.
[44] Redacción, “Actos de propaganda política celebrados
el domingo en Madrid y en provincias”, en ABC 31 de enero de 1933, pág.
31.
[45] Redacción, “Actos políticos celebrados el domingo en
Madrid y provincias”, en ABC 7 de febrero de 1933, págs. 21-22.
[46] Redacción, “En provincias. Conferencia del Sr. Arauz
de Robles en Sevilla”, en ABC 7 de marzo de 1933, pág. 37.
[47] Pasa la primera revista a una formación de requetés,
mandada por Enrique Barrau, en la finca “El Quintillo”, en Sevilla, el día 15
de abril de 1934.
[48] Redacción, “Conferencias del Sr. Arauz de Robles en
Valencia y Castellón”, en ABC 16 de marzo de 1933, pág. 32.
[49] Redacción, “Actos de propaganda tradicionalista en
Casa de la Selva y Badalona”, en ABC 4 de abril de 1933, pág. 3.
[50] Cfr. Redacción, “Los labradores y el partido
agrario”, en ABC 27 de enero de 1934, pág. 15.
[51] Cfr. Redacción, “Mítines del frente
contrarrevolucionario en provincias”, en ABC 10 de febrero de 1936, pág.
23.
[52] Cfr. Redacción, “Los partidos políticos fijan sus
actitudes. Los tradicionalistas reiteraron su fe nacional y política y su
decisión de afrontar abiertamente la lucha que se avecina por la salvación de
España”, en ABC 17 de marzo de 1936, pág. 17.
[53] Cfr. Cfr. Francisco Javier Caspistegui Gorasurreta, El
naufragio de las ortodoxias. El carlismo, 1962-1977, Pamplona, Eunsa, 1997,
pág. 108.
[54] En el sostén que los derechos carlistas recayeron en
la línea alfonsina, no a través de Isabel II, sino a través de Francisco de
Asís, dando cumplimiento así a la legitimidad de origen, el día 20 de diciembre
de 1957 se celebró un acto en Estoril en el cual muchos de los representantes
más significados de la rama carlista reconocieron que los derechos de su línea
dinástica habían recaído en la persona de don Juan de Borbón, Conde de
Barcelona. La justificación de los “estorilos” aparece plasmada en un artículo
del ABC fechado el 9 de febrero de 1964, página 56, “Si en 1833 hubiera
existido la Ley Sálica”.
Durante casi un siglo
y medio los carlistas han venido defendiendo con tenacidad y lealtad ejemplares
una ideología católica y tradicional enraizada en lo mejor del alma nacional
española. El drama del carlismo fue la muerte de don Alfonso Carlos en 1936 sin
dejar sucesión directa de varón. Los carlistas entonces se encontraron con la
necesidad de buscar el sucesor legítimo según la Ley Sálica. La solución de
este espinoso problema ha sido la que vamos exponer a continuación.
Vaya por delante que
para nosotros la razón hereditaria en 1833la tenía Isabel II, puesto que
históricamente se puede probar con el máximo rigor que la Ley Sálica o
Autoacordado de 1713 había sido derogado. Pero vamos a suponer, según la
afirmación carlista, que en 1833 existía la Ley Sálica. Entonces la Corona
española no hubiera pasado a Isabel II, sino al hermano de Fernando VII, Carlos
María Isidro, al que los carlistas llamaban Carlos V. A Carlos María Isidro le
sucedió su hijo Carlos (VI), muerto sin sucesión; a éste, su hermano Juan, a
quien los carlistas no reconocieron por ser un príncipe liberal que acató la
línea isabelina. De manera que los derechos pasaron al hijo de Juan, el gran
Carlos (VII), un hombre extraordinario. A Carlos (VII) le sucedió le sucedió su
hijo Jaime (III), que murió sin sucesión. Al morir Jaime (III) sin sucesión y
no tener Carlos (VII) más hijos varones, los derechos carlistas pasaron al
hermano de Carlos (VII), don Alfonso Carlos, que era un anciano sin hijos. Al
morir en 1936 don Alfonso Carlos sin sucesión, con lo que quedaba agotada la
rama carlista en línea de varón, dejó en su testamento como Regente a don
Javier de Borbón Parma para que procediera a entregar los derechos como sucesor
de la rama carlista al príncipe que reuniera la legitimidad de origen y la de
ejercicio.
Naturalmente
extinguida la línea carlista en don Alfonso Carlos, los derechos, según la Ley
Sálica, pasaban al hermano de Carlos María Isidro, primer titular de la rama
tradicionalista, es decir, a don Francisco de Paula, cuyo hijo primogénito, don
Francisco de Asís, casó con Isabel II, teniendo como sucesores directos por
línea de varón a Alfonso XII, Alfonso XIII y don Juan de Borbón, Conde de
Barcelona. Los derechos carlistas, naturalmente, no han recaído en la línea
alfonsina a través de Isabel II, sino a través de Francisco de Asís. Después de
casi ciento cincuenta años la Providencia reunía ambas ramas dinásticas,
resolviendo un pleito sucesorio que ensangrentó a la nación en tres guerras
civiles. El día 20 de diciembre de 1957 se celebró un acto en Estoril en el
cual los representantes más significados de la rama carlista reconocieron que
los derechos de su línea dinástica habían recaído en la persona de don Juan de
Borbón, Conde de Barcelona.
(…) Venturosamente,
el pleito dinástico que se inició en 1833 ha quedado resuelto en la actualidad.
Este artículo adolece de
varias imprecisiones y errores.
Primero: Cierto que don
Alfonso Carlos no dejó sucesión directa de varón, pero si dejó sucesión
indirecta por medio de la Regencia de don Javier de Borbón Parma;
Segundo: No había
necesidad ninguna de buscar sucesor legítimo según la Ley Sálica. No hubo esa
necesidad, puesto que esa necesidad fue cubierta por el propio don Alfonso
Carlos que a su falta de descendencia directa le busca una salida, que es el
Real Decreto estableciendo la Regencia;
Tercero: La razón
hereditaria no era de Isabel II, sino de Carlos María Isidro;
Cuarto: Al morir Alfonso
Carlos sin sucesión, no dejó es su testamento como regente a don Javier, sino
que en su Real Decreto de 23 de enero de 1936, no es un testamento;
Quinto: No para que
“procediera a entregar los derechos como sucesor de la rama carlista al
príncipe que reuniera la legitimidad de origen y la de ejercicio”, sino para
que “procediera a entregar los derechos como sucesor de la rama carlista al príncipe
de mejor derecho que reuniera la legitimidad de origen y la de ejercicio”;
Sexto: La realidad es
que la postura de los “estorilos” carece de fundamento sólido puesto que el
padre de don Francisco de Paula no era Carlos IV, hermano de Carlos María Isidro,
sino que era hijo de Godoy y María Luisa de Parma, que había puesto los cuernos
a Carlos IV. El heredero de Fernando VII era don Carlos María Isidro, porque
don Francisco de Paula estaba excluido de la sucesión por ser hijo de Godoy y
de María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV, estar afiliado a la masonería y
servir a los ideales de la Revolución Francesa. Francisco de Paula se parecía a
Godoy de manera exageradamente llamativa y era “vox populi” su paternidad. Por
todo ello: por ser hijo de Godoy, por estar afiliado a la masonería francesa y
liberal y por apoyar los principios de la Revolución Francesa, Francisco de
Paula queda invalidado, resultando indigno de ser un eslabón de la legitimidad
española;
Séptimo: De lo anterior
se colige que Francisco de Asís ya no tiene nada que heredar a quien no tiene
nada de transmitir;
Octavo: No se puede
afirmar en rigor histórico que el pleito sucesorio ensangrentó la nación en
tres guerras civiles, sino que fue la negación de los derechos de Dios y por
ende la asunción de los principios liberales por la monarquía y su imposición
al pueblo llano lo que generó una respuesta popular contra estos principios
ajenos a la realidad española, sostenidos ciertamente por una dinastía liberal,
y fueron los masones y liberales que sostuvieron los referidos principios
revolucionarios, por esencia antiespañoles, los que realmente ensangrentaron y
dividieron España; y
Noveno: No acudieron a
Estoril “los representantes más significados de la rama carlista”. Cierto que
fueron relevantes tradicionalistas, pero allí no estaban ni apoyaron el acto
figuras políticas como Fal Conde, Zamanillo, Valiente, Lamamiè de Clairac,
Márquez de Prado o Sáenz Díez; ni intelectuales como Raimundo de Miguel, Elías
de Tejada o Alvaro D`ors.
[55] Conde consorte de Rodezno, esto es, yerno del viejo
Rodezno, casado con una hija del Conde de Rodezno por antonomasia, don Tomás
Domínguez de Arévalo.
[56] Los discursos y las notas escritas que se
intercambiaron entre don Juan y el grupo de Arauz de Robles, están
minuciosamente transcritas en la obra Manuel de la Santa Cruz, Apuntes y
documentos para la Historia del Tradicionalismo español, 1936-1966, Tomo 19
(y II), 1957, Madrid, Gráfica La Torre, 1989.
[57] Cfr. Manuel de Santa Cruz, Apuntes y Documentos para la historia del
Tradicionalismo Español, 1939-1966, Colección completa 32 tomos más un Índice Temático,
Madrid, Edición del autor, 1979-1993 [uno por año salvo cuatro años que son de
dos tomos], en concreto consúltese el año 1957, volumen II, que está dedicado
al trasbordo de una serie de tradicionalistas a las filas de D. Juan, entre
ellos Arauz de Robles, que les recibe con una boina roja, produciéndose un acto
emotivo en el que fácilmente salen lágrimas, y en el que D. Juan asevera que él
siempre ha sido carlista, y así estuvo dos años, hasta que D. Juan se dio
cuenta que sólo se había sumado una minoría de carlistas, puesto que la gran
mayoría “habían continuado en sus montes”, y que él no se había enriquecido con
el trasbordo. Entonces deja de jugar la carta de retratarse con la boina roja y
de decir que él era carlista. Resulta
vergonzante que el prolífico don Luis María Ansón, otrora destacado intelectual
tradicionalista y que en sus primeros libros doctrinales refutaba sólida y
certeramente los males del liberalismo, la libertad religiosa y el ecumenismo,
y que pasa por ser el más autorizado biógrafo de don Juan, en su biografía de
“Don Juan”, en un rasgo de impúdica deshonestidad intelectual, omite, mutila
intencionadamente toda referencia no solo al acto de Estoril sino a la masiva
peregrinación carlista, encabezada por don Juan con boina roja, al Santuario de
Lourdes.
[58] José María Arauz de Robles, “Trances decisivos”, en ABC
25 de octubre de 1963, pág. 3.
[59]
No se puede decir que la “Asociación de Amigos de Maeztu” legítimamente
sucediera Acción Española, ni formal ni informalmente. Se abusaba de decir que
una serie de asociaciones que se intentaban y que abortaban enseguida, eran
sucesoras de “Acción Española”. Estuvo de moda decir que todas las asociaciones
de derechas que iban intentándose eran asociaciones formalmente continuadoras
de “Acción Española”. Si es cierto que era la misma gente, pero esa misma gente
conformó otra serie de asociaciones, antes y después.
[60] José María Arauz de Robles, “El Alzamiento, la
Victoria y el futuro”, en ABC 1 de abril de 1964, pág. 211.
[61] Cfr. José Mª Arauz de Robles, “El Vendedor de
Tomillo”, en ABC 4 de abril de 1965, pág. 9.
[62] José María Arauz de Robles, “La Monarquía
continuadora”, en ABC 5 de junio de 1966, págs. 64-65.
[63] José María Arauz de Robles, “¿Qué votará usted el día
14 y por qué”, en ABC 10 de diciembre de 1966, pág. 77.
[64] José María Arauz de Robles, “Arauz de Robles habla a
los requetés de Cristo-Rey en el día de San Juan”, en ABC 26 de junio de
1968, págs. 77-78.
[65] Francisco Javier Caspistegui Gorasurreta, El
naufragio de las ortodoxias. El carlismo, 1962-1977, Pamplona, Eunsa, 1997,
pág. 160.
[66] José María Arauz de Robles, “¿Participación o
restitución?”, en ABC 24 de julio de 1974, pág. 9.
[67] José María Arauz de Robles, “¿Participación o
restitución?”, en ABC 31 de diciembre de 1976, pág. 7.
[68] Redacción, “Quien es quien en la Universidad.
Francisco Elías de Tejada, Catedrático de Filosofía del Derecho de la Facultad
de Derecho de la Universidad de Sevilla”, en Blanco y Negro, 27 de Julio
al 2 de Agosto de 1977, pág. 67.
[69] Testimonio Arturo Márquez de Prado recopilado por el
autor, Julio 2008.
[70] Nació en Santander el 10 de marzo de 1903. Ingresó en
la Compañía de Jesús el 20 de octubre de 1919, emitiendo los últimos votos
finales el 5 de abril de 1937. Capellán del ejército nacional, falleció por una
bomba lanzada por los rojos el 11 de abril del mismo año.
[71] Redacción, “Quien es quien en la Universidad.
Francisco Elías de Tejada, Catedrático de Filosofía del Derecho de la Facultad
de Derecho de la Universidad de Sevilla”, en Blanco y Negro, 27 de Julio
al 2 de Agosto de 1977, pág. 67.
[72] Arturo Márquez de Prado testimonia que Elías de
Tejada repartía tarjetas como “Teniente Jurídico”, pero lo cierto es que en Orden
publicada en el BOE, emanada del Ministerio de Defensa Nacional, Subsecretaría
del Ejército, se dispone el pase a la situación “Al servicio de otros
Ministerios” al Alférez, asimilado, de Ingenieros, don Francisco Elías de
Tejada y Spinola. Cfr. BOE nº 236, 24/08/1939/, pág. 4650. Su empleo de
Alférez, viene avalado por el hecho de que en el Archivo Militar de Segovia,
que custodia los expedientes de la oficialidad desde el siglo XIX, no figura su
hoja de servicios militar.
[73] Testimonio Arturo Márquez de Prado recopilado por el
autor, Julio 2008.
[74] Cfr. BOE nº 232, 19/08/1940, pág. 5736.
[75] Cfr. BOE nº 238, 26/08/1941, págs. 6530-6531.
[76] Cfr. BOE nº 98, 08/04/1942, pág. 2480.
[77] Manuel de la Santa Cruz recoge este apoyo de Elías de
Tejada a la candidatura de Don Duarte Nuño de Braganza, siendo en cerebro de la
operación, Luis Hernando de Larramendi. Cfr. Manuel de la Santa Cruz,
Apuntes y documentos para la Historia del Tradicionalismo español, 1936-1966,
Tomo 3, 1941, Madrid, Talleres de la Editorial Católica Española, 1979.
[78] Continuación testimonio Arturo Márquez de Prado
recopilado por el autor, Julio 2008.
[79] Cfr. BOE nº 153, 02/06/1951, pág. 2680.
[80] Eloy Landaluce, Secretario General de Tradición
Española, Carta enviada al Excmo. Sr. Don Domingo Fal Conde, Jefe de la Junta
Nacional de la Comunión Tradicionalista Carlista (Felipe II, 19-3º 7. 41013
Sevilla. 29 de abril de 1997).
[81]
Continuación testimonio Arturo Márquez de Prado recopilado por el autor, Julio
2008.
[82] Continuación testimonio Arturo Márquez de Prado
recopilado por el autor, Julio 2008.
[83] Testimonio recogido el 12 de septiembre de 2008 por
el autor.
[84] Retiraría su candidatura alegando que su hijo se
presentaba por Unión de Centro Democrático (UCD) y él no quería competir con su
hijo.
[85] Redacción, “Quien es quien en la Universidad.
Francisco Elías de Tejada, Catedrático de Filosofía del Derecho de la Facultad
de Derecho de la Universidad de Sevilla”, en Blanco y Negro, 27 de Julio
al 2 de Agosto de 1977, pág. 67.
[86] Redacción, “Quien es quien en la Universidad.
Francisco Elías de Tejada, Catedrático de Filosofía del Derecho de la Facultad
de Derecho de la Universidad de Sevilla”, en Blanco y Negro, 27 de Julio
al 2 de Agosto de 1977, pág. 67.
[87]
Continuación testimonio Arturo Márquez de Prado recopilado por el autor, Julio
2008.
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