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Cuatrocientos aniversario de la expulsión de los moriscos, cuestión de vida o muerte para España, por su complicidad continua con el peligro turco
Ideología, verdad y vida. Reflexión sobre la muerte de Eluana
por
José Mª Martí Sánchez
En el presente estudio se abordan, tomando pie en un asunto de actualidad, la muerte por deshidratación de Eluana Englaro, el efecto distorsionador de las ideologías. Éstas tienen dos efectos, constatable en los hechos que se mencionan, vicia la relación y el acercamiento con la realidad, y manipula el reflejo que de ella ofrecen los medios de comunicación social. La persona concreta se supedita así a las expectativas del círculo más próximo. También es frecuente que se reduzca a una pieza al servicio de objetivos políticos. La Iglesia tiene recursos y la obligación de humanizar las situaciones especialmente difíciles. La clave, iluminarlas, desde el amor y el sentido trascendente de la persona. Sólo así recobra el ser humano el puesto central que le corresponde, su dignidad.
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No sé cómo me
llamo.../Tú lo sabes, Señor./Tú conoces el nombre/que hay en tu corazón/y es
solamente mío;/el nombre que Tu amor/me dará para siempre/si respondo a Tu voz./Pronuncia
esa palabra/de júbilo o dolor.../¡Llámame por el nombre/que me diste, Señor!
(E.
de Champourcín, El nombre que me diste, 1960).
I. Introducción.
El caso de Eluana Englaro
nos permitirá asomarnos al tema de las «Ideologías, pensamiento y gestión
política».
Sobre la vida de Eluana, asunto de actualidad y gran
proyección, ha recaído particularmente la fuerza de la ideología. Este
factor ha trastocado los hechos y ha velado la dignidad de la
mujer postrada.
Se ha pretendido supeditar la dignidad a la conveniencia. Es la denominada, en
fórmula de Juan Pablo II, «cultura de la muerte». El desprecio de Eluana o del
embrión humano viene favorecido porque, de acuerdo a la escala de valores en
boga (de índole materialista y sin anclaje en la trascendencia), no poseen, ni representan,
ningún bien identificable (ni producen, ni consumen, ni detentan poder o
«atractivo»). En consecuencia, les es negada la vida, primer derecho derivado
de la dignidad.
Pero, ¿qué hay detrás de esta actitud? La técnica y la
colectivización, marco en que hoy se desenvuelve la sanidad, puede
comprometer su razón de ser: el bien de la persona.
Así se deduce de muchos acontecimientos de la actualidad. El más documentado y
alarmante fue el protagonizado por el Dr. Luis Montes, Coordinador de las
Urgencias del Hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid) desde 2000. Éste y su
equipo aplicaban sedaciones terminales sin criterio terapéutico e
incluso, en algunos supuestos, sin autorización. La mortalidad en el servicio
se duplicó, pero también la rentabilidad del hospital. Las víctimas
estaban seleccionadas por el equipo,
entre los considerados carentes de «utilidad social».
En consecuencia, no careció de respaldo por parte de grupos sociales o líderes
políticos.
Estos acontecimientos sirvieron, además, una vez destapados
(marzo 2005), para reintroducir, como lo había hecho Mar Adentro unos
meses antes, el artificial «debate social» sobre la eutanasia. Ya en aquel
entonces se había recurrido a la expresión «muerte digna».
Es interesante constatar, para lo que sigue, que el Dr.
Montes ha seguido gozando del favor del partido en el poder y de la
«izquierda», en general. Prueba de ello fue que se le encomendase, por la
Universidad Internacional Menéndez Pelayo la dirección del Curso de verano; «Muerte
digna, asistencia ante la muerte» (Santander, 7-11 julio 2008).
Asimismo, su imagen ha aflorado en relación con los acontecimientos que se
relatan abajo. Especial cobertura le ha concedido Público [10] .
II. La técnica y la ideología en el campo de la salud.
La técnica puede alejarnos de la realidad. Desde hace tiempo
se viene advirtiendo de su peligro. Ortega y Gasset, en la Rebelión de las masas, señalaba cómo la técnica influyó en la aparición de una
nueva barbarie. La nota distintiva era el tener acceso a una rica realidad que
ni se conocía ni se respetaba. La Gaudium et spes apunta a que los
modernos avances del conocimiento propician la pérdida de sabiduría ,
de una síntesis de conjunto, que guarde las debidas proporciones y sirva
para afrontar la vida de un modo humano (cf. n. 8, 57, 59 y 61, y Octogesima
adveniens). El fenómeno de dispersión lo expresan estos versos: « Dónde
está la sabiduría, que se ha perdido en conocimientos? ¿Dónde están los
conocimientos, que se han perdido en información?» (T.S. Eliot).
Ya Mater et magistra (1961) percibió, como efecto de
los logros científicos y técnicos, un «olvido del hombre», un oscurecimiento de
la dignidad de la persona (cf. nn. 242-243). La técnica entorpece la relación
del hombre con el mundo. En palabras de Álvaro D’Ors, «aproxima lo distante y
distancia de lo próximo»,
o, de modo compendioso, induce a la prepotencia y una visión acomodaticia de la
realidad, como manipulable.
La técnica ha hecho posible la «sociedad de la comunicación»,
pero en ella hay más soledad y aislamiento. Por ejemplo, se habla poco
entre los cónyuges, o entre éstos y sus hijos. Éste es uno de los motivos de la
«fragilidad del hombre actual», la crisis de las relaciones interpersonales.
Para Cantelmi «el tercer milenio se caracteriza por una relación
"tecno-mediatizada". Hoy no hay nada más difícil, más complejo, más
incomprensible que una relación interpersonal estable y duradera».
Asimismo, el mapa del genoma humano no ha contribuido a aumentar el
conocimiento del hombre,
ni los avances en genética el respeto del embrión. Al contrario, tantos medios
han eclipsado lo fundamental, que allí late un ser humano, vulnerable pero con
su dignidad intacta. Eluana nos lo recuerda.
Pero si la técnica crea el clima de confusión y el
aislamiento es la ideología la que provoca la distorsión. Decía Jean François
Revel que: «La ideología es una máquina de rechazar los hechos, cuando estos
podrían obligarla a modificarse. También sirve par inventarlos, cuando resulta
necesario para perseverar en el error».
De ahí que no indigne lo mismo una guerra (Irak) que otra (Afganistán); ni una
dictadura (el Chile de Pinochet), por lo demás económica y socialmente más
exitosa, que otra (la Cuba de los Castro).
Recientemente se preguntó al Presidente del Gobierno, en el
programa televisivo «Tengo una pregunta para Vd.» (26 enero 2009), «¿Vd. cree
que el embrión o feto es un ser humano?» A pesar de que le fue reiterada, no la
contestó. Habló de cómo ampliar y justificar el aborto. Se ha utilizado una estratagema
similar con el terrorismo, otro atentado contra la vida, cuando «tocaba»
negociar con él.
La ideología cristaliza en un esquema mental de propósito
utilitarista .
No se vincula a la verdad sino al deseo (liberacionismo o autoafirmación
del yo).
Conviene precisar el concepto de libertad
porque es uno de los que más se presta a malos entendidos. Así por ejemplo,
se decía que Eluana quería «vivir libre y con dignidad o morir». Para una primera acepción,
negativa, de libertad
ésta no es otra cosa que la liberación de
diversas estructuras (injustas), económicas, políticas, incluso naturales, como
la familia. La libertad se alía, pues, con la protesta y la revolución. Su
principal inspirador es Rousseau. Para este autor: «el hombre ha nacido
libre y, sin embargo, por todas partes se encuentra encadenado».
La misma idea también la aplicaba al terreno educativo, donde entendía se
sometía el entendimiento del niño a pautas artificiales.
La idea de alienación (Marx)
entronca con aquella . Para el Cristianismo, por el
contrario, lo central no es la libertad politizada sino la libertad
interior.
Consiste ésta en la reunificación del hombre en torno a un proyecto, a un
modelo de desarrollo pleno. La propuesta la encarna Cristo y sólo en él puede
ser vivida. Él nos redime del pecado y posibilita vivir en libertad, en
medio de cualquier condicionante externo.
Es ilustrativa de la postura
liberacionista la sentencia de Rodríguez Zapatero: «No es cierto que la verdad
nos hace libres, es la libertad la que nos hace más verdaderos». Sin embargo, la Encíclica Veritatis Splendor (6 agosto1993) previno de que «en algunas
corrientes ateas del pensamiento moderno se ha llegado a exaltar la libertad
hasta el extremo de considerarla como la fuente de los valores».
Este cristal deformante es el que se ha aplicado a Eluana
Englaro. De este modo se pudo afirmar que se había convertido «en un vegetal».
Su desvalorización es evidente cuando se contrapone con las privaciones a que
fueron sometidos los talibanes de Guantánamo (prisioneros de guerra). Los
mismos —grupos políticos y medios de comunicación social— que entonces
protestaron ahora justifican que retire el alimento y el agua a Eluana. También
las miras utilitaristas son perceptibles en la politización del caso.
Nos detenemos en este fenómeno atendiendo, fundamentalmente,
a dos medios de comunicación nacional (Público y La Razón). Asimismo recurriremos a otros diarios on line, con un enfoque
cristiano, como Análisis Digital y Forum Libertas.
III. La historia de Eluana Englaro.
Para centrar el asunto éste ha de ser el punto de Partida.
Eluana falleció con 38 años de edad, tras 17 años en coma, por un accidente de
tráfico. Tenía entonces cerca de 20 años.
En 1997 el padre, Beppino (Giuseppe) Englaro inicia el camino para que se la desconecte «de
la máquina que la mantiene con vida».
Su postura se refleja en alguna de sus declaraciones. «Desde el 18 de enero de
1992, cuando tuvo el accidente, Eluana no ha existido», dijo a Corriere TV,
así como que lleva años pidiendo que «cese la agonía» que está viviendo su
hija. Añadió que estaba seguro de poder ganar su batalla para que Eluana deje
de ser alimentada artificialmente, aunque es consciente de que esto le puede
llevar mucho tiempo. « Desconectad las máquinas, dejad morir a mi hija, tened un
poco de dignidad», repitió.
Se observa, en este modo de
proceder, que no juzgamos por la situación difícil de quien la sufre, el curso argumental de la
ideología: se declara que la mujer ya murió, mas luego se pide la
intervención porque está sufriendo, «en agonía». Aquí se confunde el estado de
Eluana, que según sus últimas cuidadoras parece era de calma y que corresponde al misterio
humano, con la incomodidad, e incluso sufrimiento, de su entorno (más
frágil). G. Herranz, señaló que, anteponer el estado de ánimo de los que rodean
al enfermo, es un retroceso ético.
Además, según declaración de un
médico: «Hasta ahora Eluana no ha sufrido, al menos así lo establecen las
evidencias científicas disponibles. Pero si se le interrumpe la alimentación y
la hidratación, preparémonos a un nuevo caso Terri Schiavo. Las úlceras que se
le formarán en la piel, los labios resecos, las hemorragias, las convulsiones,
la necesidad de morfina, como sucedió a Terri, todo esto ¿es un bien para
Eluana?».
Se debería evitar que, como se busca en el análisis de la
historia, se superpongan sentimientos y clichés ideológicos sobre situaciones
que quedan así alteradas y manipuladas. Da la impresión de que sobre Eluana se proyectó el
miedo, faltos de una confianza plena,
y el prejuicio ideológico. Tampoco hay que olvidar el utilitarismo de
quien hace de la vida algo disponible a propio capricho (liberacionismo).
El padre siempre defendió que su hija era partidaria de que se interrumpiesen
los cuidados. Poco antes del accidente visitó «a un amigo en coma» y le «dijo
que no habría querido nunca vivir en ese estado». Y le hizo prometer «que si le
pasaba lo mismo a ella nunca debería mostrarla en esas condiciones».
La clínica Beato Luigi Talamoni de Lecho se hizo cargo de
Eluana desde 1995. Allí estuvo atendida por las Hermanas de la Misericordia, hasta que fue trasladada a Udine, donde murió. Hay que reconocer que, por falta
de financiación pública, en estos lugares no se ofrecen cuidados especiales:
«se les trata como si fueran pacientes comunes».
Sin embargo, lo fundamental es que no se ignora su humanidad. Así lo refleja el
testimonio de las religiosas.
Movido por su propósito, el
padre recurrió a los tribunales. En 1999 se dictó la primera sentencia
contraria a la muerte de la joven. Más la Corte de Cassazione, en
sentencia de octubre de 2007, autorizó la revisión del caso y dio algunas
pautas. Si el tutor lo solicita un juez puede autorizar, ante un coma
irreversible, que cese la alimentación.
En julio de 2008 el Tribunal de
Apelación de Milán, capital de Lombardía, revisó una anterior decisión suya y
permitió la retirada de la sonda que alimenta a Eluana. El Parlamento italiano
recurrió al Tribunal Constitucional el 16 de julio de 2008.
Planteaba la incompetencia de la magistratura
para pronunciarse sobre un tema con un vacío legal. Pero aquel, en sentencia de
octubre de 2008, no paró el proceso. Finalmente, a requerimiento del padre, el
Tribunal Supremo (Corte di Cassazione) se
pronunció a favor de autorizar dejar morir a Eluana, el 13 de noviembre. Se
hacía depender de la voluntad del paciente en base a que: «El derecho
constitucional a rechazar cualquier tipo de cuidados médicos, es un derecho de
libertad absoluto». El recurso, ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos,
presentado por varias asociaciones italianas, no fue admitido.
Notemos que el denominado, por la Ley española (Ley de autonomía del paciente, 2002), «consentimiento informado», trata de preservar
la dignidad del paciente de modo que no deje de ser el centro del
tratamiento terapéutico. El consentimiento —del paciente o su familia— procura preservar
la razón de ser de la asistencia médica: la curación de la persona. Es un modo
de evitar la experimentación o el ensañamiento terapéutico, pero no de
propiciar la muerte (recordemos el citado art. 2 del Convenio Europeo sobre
los derechos humanos y la biomedicina de 1997).
Frente a la actuación del padre, el Presidente de la región,
Roberto Formigoni, se opuso a que se abandonase a Eluana. Una orden (3
septiembre 2007) prohibió a todos los centros públicos o privados de la región
que retirasen la alimentación asistida a sus pacientes. Finalmente el Tribunal
administrativo de Lombardía decidió anular la circular de la autoridad que
prohibía a los centros médicos regionales desconectar a Eluana Englaro. Acogía
así el recurso presentado por el padre. En palabras de su abogado, Vittorio
Angiolini, «estamos muy satisfechos porque esta sentencia confirma la
legitimidad de Giuseppe Englaro para que se cumpla la sentencia del Supremo».
No obstante, la sentencia encontró, para su ejecución, un
obstáculo en la circular del Ministerio de Sanidad a todas las regiones (17
diciembre 2008).
Allí se prohíbe a cualquier centro médico público o privado que se interrumpa
la alimentación a pacientes en estado vegetativo. La prohibición hizo dar
marcha atrás a la única clínica de Udine (norte de Italia) que en un principio
se había mostrado dispuesta a ayudar a morir a Eluana.
Pero finalmente, esta Residencia para ancianos «La Quiete», que no era legalmente un centro sanitario,
se decidió a desconectar la sonda que mantenía con vida a Eluana. En el momento
de la muerte, que fue repentina, no se hallaba su padre.
Fue inútil el último esfuerzo del Gobierno. Éste Intentó,
primero, elaborar un Decreto de urgencia, mas el Presidente de la República se negó a firmarlo, y luego, introducirlo como proyecto de ley «antieutanasia»
(prohibición de cortar la alimentación a una persona en coma). A los tres días
de retirársele los auxilios del exterior, Eluana murió deshidratada (9 febrero
2009). Ese mismo día se discutía el proyecto de ley en el Senado. Su votación
—que sería favorable— se pospuso. El Vaticano mostró tanto el apoyo al Gobierno
italiano, por su diligencia, como contrariedad ante el Jefe del Estado, por no
querer colaborar en la firma del decreto.
IV. El falseamiento en la presentación de la noticia.
Aparte de mucha desinformación, por falta de precisión (en
fechas, fases, órganos judiciales, etc.), es de notar que el tratamiento
mediático del asunto, deliberadamente o no, ocultó la realidad del problema.
Ésta fue posteriormente presentada así: «el caso de Eluana Englaro es una
excepción entre los 3.000 italianos que viven en estado vegetativo permanente.
Pese a la falta de ayudas, la inmensa mayoría decide seguir adelante».
Es más, noticias como la de Eluana, descontextualizadas, causan una gran
zozobra a los enfermos, sus familias y cuidadores. Se cuestiona lo esencial de
su preocupación, en situaciones de por sí límites.
Lo segundo que encontramos es que aquí se clasifican las
cosas —y peor aún, a las personas— por categorías o «etiquetas»:
izquierdas-derechas, progresista-conservador, intelectual-fundamentalista
(fascista), etc. Contra este modo de proceder ya alertó Ortega y Gasset
y Ratzinger.
Es el fenómeno de la manipulación por el lenguaje .
De esto hubo mucho en las noticias de Eluana. Se habló de dejar de alimentar
o, en palabras de la casa de reposo donde falleció: «suspensión de la nutrición
artificial»,
o interrumpir la alimentación (no de matar de hambre).
También de dignidad,
de respeto al padre, de descansar, de morir «en paz»,
de «limitar el esfuerzo terapéutico» (Bernat Soria),
etc.
Incluso el tono de la información, sobre la muerte,
no se correspondía precisamente con el duelo propio de este suceso. Para algún
medio era un éxito. Y este no se refiere sólo al trágico desenlace. También en
momentos anteriores se olvidó la dimensión humana, el drama de una vida
indefensa carente del amparo familiar.
En este aspecto nos parece que el cardenal Barragán, al
hablar de posible homicidio, nos situó ante la triste y terrible realidad.
En tal dirección de profundización, destacan los medios on
line y su análisis de los hechos. La información, siguiendo la secuencia
cronológica, y su reflexión, una vez acontecidos, se ha esforzado en abarcar
todas sus implicaciones.
Estos medios, con sus colaboraciones y noticias, intentaron dar cobertura y
ofrecer diversos enfoques: el médico, el legal, el familiar, el social, el
político, etc. Predominó, en el seguimiento de los hechos, el referente
personal (moral). En esto coincidieron o adoptaron el criterio marcado por la
Iglesia católica.
El mensaje final, transmitido por estos diarios on line,
incluso explícitamente, es lúgubre: el mundo que nos espera, si se condiciona
la dignidad del ser humano a algún factor, sea el que sea, será peor. Desde ese
momento, todo el edificio de la civilización caerá por tierra.
Primero se excluirá a unos, pero luego, se buscarán nuevos atajos. Nadie estará
seguro y la sensación de que la propia vida se cuestiona —continuamente— llevará
a la desesperación, al suicidio.
V. Los efectos que se buscan (rentabilidad política) y el
daño (moral) que se ocasiona.
En España hemos visto cómo se ha incorporado a la agenda
política, no sólo de partidos minoritarios, considerados antisistema, sino de
aquellos con responsabilidad de gobierno, la eutanasia. Es una novedad. Con el
discurso de extender derechos de ciudadanía (de emancipación y ruptura con la moral)
se atenta contra la dignidad de la persona y sus instituciones básicas, como el
matrimonio y la filiación.
De esta naturaleza son los gestos del Gobierno de arropar el
estreno de «Mar Adentro» de Alejandro Amenábar, en 2004,
o, por parte del Presidente, de abrazar al Dr. Montes (2008).
En las Resoluciones del 37 Congreso Federal (julio 2008) se incluye la
ampliación del aborto, o la «muerte digna».
«Este ejercicio pleno de los derechos fundamentales implica
también garantizar que los ciudadanos y ciudadanas deben ser dueños de una
esfera individual de decisión en el que no puedan interferir instancias
externas […]. En este sentido los socialistas consideramos especialmente
importante seguir extendiendo derechos de ciudadanía en las siguientes
materias: Derecho a una muerte digna. Esta esfera individual de autonomía y de
decisión abarca toda la biografía de las personas, incluida la fase final de la
vida».
Asimismo, tales pretensiones reflejan que el impulso
creciente de la política no respeta ni derechos fundamentales ni esferas de
autonomía personal o social. Uno de los detalles más llamativos es la
implantación de «Educación para la ciudadanía», pero también, en el ámbito de
lo sanitario, de los comités de ética en los hospitales, con competencia
en decisiones importantes, adoptadas desde la «asepsia» del frío cálculo
técnico. Las confesiones, por el contrario, aún siendo custodias de una
sabiduría acumulada o de la voluntad de los enfermos y de su proyecto de vida,
son arrinconadas. Se les condena a la irrelevancia y la sospecha de intromisión.
Por último, se ha de destacar cómo Público, en varios
de sus comentarios, puso en relación la situación y desenlace de Eluana Englaro
y la discusión de la eutanasia en España. Es el planteamiento, verbigracia, de su
columnista Nativel Preciado. Para ella, los padres de Eluana «merecen absoluto
respeto e incluso admiración porque, gracias a su valerosa actitud, se reabre
un debate inacabado y necesario sobre la eutanasia».
Subrayamos que el juicio moral sobre los padres parte de la utilidad de
su decisión, para defender una tesis o postura política.
Este diario situaba, el 4 de febrero de 2009, en la misma
página, la información sobre la llegada de Eluana a La Quiete y el debate, en la Comisión de Justicia del Congreso, de la proposición de IU-ICV, para
crear una comisión de estudio sobre la eutanasia. La propuesta fue rechazada,
pues ahora no era prioritaria.
Para Público, que recoge declaraciones de Bernat Soria, «partidario […] de
abrir el debate e incluso de regular la eutanasia», «quizá ahora sea ya
inevitable» abordar el asunto (11 febrero 2009).
VI. Rescatar a la persona del encubrimiento y la
falsificación.
Se trata de una apuesta decidida por el mensaje del amor y
la vida. La iglesia asume este compromiso con la fuerza de defender el núcleo
de los derechos humanos.
Es importante destacar, pues, sino la caricatura es inmediata,
que se defiende a la persona viva o la vida de ésta. No, al modo
ideológico, un principio abstracto a pesar del costo humano de mantenerlo. El
objetivo es conocer y vivir en la verdad, como única opción digna del hombre.
Además, tampoco se puede olvidar el buscar medidas concretas que auxilien al
enfermo y a su entorno (familia y cuidadores). Para ello la iglesia cuenta con
recursos y experiencia suficiente. También la oración teje una red de
solidaridad y apoyo que debe ser puesta en marcha. El Papa, en el Ángelus del 8
de febrero de 2009, se refirió a la oración por estas personas que son
totalmente dependientes.
Luego está el problema de acercarse a aquellos que están
intoxicados por las categorías ideológicas. Sería menester aquilatar bien los
términos y devolver la confianza a la razón, como instrumento que acerca al
misterio del hombre. Hay que desterrar los prejuicios que siembran la
desconfianza y el egoísmo. Se trata de que tanto la ciencia, la técnica, las
leyes, y principalmente la ética se ponga al servicio de la vida, de la persona
viva.
También en un sentido comunitario que hoy, en los a veces fríos
hospitales y con la familia en crisis, se echa de menos. La comunidad religiosa
también puede y debe prestar su aliento en estas situaciones. En sus manos está
el aportar el amor que todo lo transforma. Como se dice en las normas sobre
asistencia religiosa, humanizar el medio [67] .
A ello contribuyen los símbolos religiosos que son aceptados, con normalidad,
en muchos espacios y servicios públicos.
Crean un marco apto para que, cada persona, descubra el sentido de su vida en
las concretas circunstancias que atraviesa.
Para concluir, nos parecen acertada la reflexión de López
Schlichting: «Es interesante que […] quienes cuidan al enfermo —sus padres o
las monjas— son partidarios de dejarlo en paz y quienes ya no viven a diario
con él prefieren que muera».
Efectivamente, la distancia y la ideología han deshumanizado a ese semejante.
Sólo así es factible empujarlo a la muerte «digna». El antídoto, el amor, la
cercanía y el servicio. «Porque en la vida nuestra/sólo valen las voces/La Voz,
la Única Voz» (E. de Champourcín, La pared transparente, 1984).·- ·-· -······-·
José Mª Martí Sánchez
Los datos de esta reflexión se han extraído de medios
de comunicación social, con información fluctuante. Aunque he intentado depurar
los hechos, los detalles no se pueden dar por conclusivos.
Cf. C. Centeno
Cortés, «Confianza y defensa de la vida», en X Congreso Católicos y
Vida Pública. Cristo, la esperanza fiable. Noviembre, 2008, pendiente de
publicación.
Cf. Cardenal
Bertone, «Los derechos humanos en el magisterio de Benedicto XVI» (5
febrero 2009).
Cf. J.L.
Parada Navas, Apuntes de Bioética, Editorial Espigas, Murcia,
2008, pp. 9-10. De hecho la Bioética debe mirar por el objetivo que estableció
el art. 2 del Convenio Europeo sobre los derechos humanos y la biomedicina
(4 abril 1997): la «primacía del ser humano». «El interés y el bienestar del
ser humano deberán prevalecer sobre el interés exclusivo de la sociedad o de la
ciencia».
Se seguía una tabla de mortalidad, para detectar
casos en que no estaba, a priori, explicado un fallecimiento. El enfermo tenía
la máxima probabilidad de fallecimiento cuando la mortalidad de la enfermedad
principal era alta; tenía una edad avanzada, y su estado general al ingreso en
el hospital era malo. Sobre este cuadro se decidía la sedación terminal. Cf. C. Losada, Morfina roja, Libros
libres, Madrid, 2008, p. 68.
Cf. C. Losada,
Morfina roja, pp. 53-54.
Cf. C. Losada,
Morfina roja, pp. 85-87; 90-92, y 94-97, principalmente.
Cf. C. Losada,
Morfina roja, p. 87.
El curso fue presentado por el Ministro de Sanidad,
Bernat Soria, y estuvo patrocinado por la «Asociación en defensa del Hospital
Severo Ochoa», el Ayuntamiento de Leganés, la «Red nacional de ciudades
saludables» y el Servicio Cántabro de Salud. Cf. El Confidencial Digital. Secc.
Vivir, 13 junio 2008.
Cf. la entrevista, a página completa, «Este país es
maduro para debatir sobre eutanasia», en Público, 27 enero 2009, p. 28,
y F. Soler Grande/L. Montes Mieza,
«Eluana y la muerte digna», en Público, 10 febrero 2009, p. 7.
«Los resultados positivos alcanzados no deben llevar
a descuidar el hecho de que la razón misma, movida a indagar de forma
unilateral sobre el hombre como sujeto, parece haber olvidado que éste está
también llamado a orientarse hacia una verdad que lo transciende. Sin esta
referencia, cada uno queda a merced del arbitrio y su condición de persona acaba
por ser valorada con criterios pragmáticos basados esencialmente en el
dato experimental, en el convencimiento erróneo de que todo debe ser dominado
por la técnica […]. En consecuencia han surgido en el hombre contemporáneo, y
no sólo entre algunos filósofos, actitudes de difusa desconfianza respecto de
los grandes recursos cognoscitivos del ser humano. Con falsa modestia, se
conforman con verdades parciales y provisionales, sin intentar hacer
preguntas radicales sobre el sentido y el fundamento último de la vida humana,
personal y social» ( Fides et ratio,n.
5).
T.S. Eliot,
«Coros de la Piedra», en Poesía reunida (1919-1962), tr. J.Mª Valverde,
Alianza, Madrid, 1981, p. 169.
Cit. D. Negro,
Lo que Europa debe al Cristianismo, 2ª ed., Unión Editorial, Madrid,
2006, p. 161.
«La tecnología promete la salvación haciendo
comprender que todos estos problemas se pueden resolver, renunciando a la
relación cara a cara, y proponiéndole un mundo virtual, lleno de emociones,
narcisismo, ambigüedad y enmascaramiento», en «Entre patología psiquiátrica y
satanismo cultural (II). Entrevista al presidente de la Asociación Italiana de
Psicólogos y Psiquiatras Católicos», Zenit.org,
25 febrero 2009.
«Entre patología psiquiátrica y
satanismo cultural (II). Entrevista al presidente de la Asociación Italiana de
Psicólogos y Psiquiatras Católicos», Zenit.org,
25 febrero 2009.
«En junio del año 2000, el mundo científico dio a
conocer que la información contenida en el ADN había sido decodificada, lo que
actualmente ha permitido conocer qué enfermedades genéticas hereditarias puede
sufrir una persona para tratarlas a tiempo. El genoma humano puede detectar
para cada persona el funcionamiento, el metabolismo, la resistencia a
infecciones y otras enfermedades» (Zenit, 20 febrero 2009).
Cit. C. Losada,
Morfina roja, p. 75.
Contra el que previene Benedicto XVI, «la verdadera
libertad es contraria al yo absoluto». Cf. visita al Seminario Mayor de Roma,
Ciudad del Vaticano, 23 febrero 2009, en Zenit.org.
Carta del lector «El derecho de Eluana», en Público,
10 febrero 2009, p. 8.
Isaiah Berlin, en su ensayo, Dos conceptos de
libertad, distingue entre la libertad (negativa) como exención de
obstáculos al ejercicio de la propia voluntad y la libertad (positiva) de
perseguir un bien verdadero a los ojos del sujeto.
Contrato social, Título I, Libro I, tr. F.
de los Ríos, Espasa Calpe, Madrid, 1990, p. 37.
En carta dirigida a Philibert Cramer (13 octubre de
1764), define su libro El Emilio como «obra filosófica basada en el
principio, avanzado ya en otros escritos por mí mismo, de natural bondad del
hombre. Para acordar este principio con esta otra verdad, no menos cierta, de
que los hombres son malos, era necesario mostrar el origen la historia de los
vicios del corazón humano» (cit. A. Delibes Liniers , La gran estafa. El secuestro del sentido común en
educación, Grupo Unisón ediciones, Madrid, 2006, p. 28).
Cfr. M. Fazio
Fernández, Historia de las ideas contemporáneas. Una lectura del
proceso de secularización, Ediciones Rialp, Madrid, 2006, pp. 237-243.
Congregación
para la doctrina de la fe, Instrucción sobre ciertos aspectos de la
Teología de la liberación, XI, 17. Cf. G.
Weigel, La elección de Dios, tr. C. Hidalgo Gallardo, Criteria,
Madrid, 2006, p. 217.
[26] Escuela Tomás Meabe, 16 julio 2005. En la misma
dirección el ex-Ministro de Justicia, Fernández Bermejo, en el Congreso de los
diputados, el 18 de febrero, rechazó la petición insistente de dimisión del
Partido Popular, porque «tiene que seguir trabajando por España», Libertad
Digital, 16 febrero 2009. Literalmente dijo: «Estoy
aquí por un proyecto y no dimito». Es decir, el proyecto tapa la razón
de ser de su cargo, contribuir al buen funcionamiento de la justicia, y su
connivencia con un juez que instruye causas de alcance político.
Sobre esta tendencia, cf. J. Ratzinger, Introducción al Cristianismo, tr. J.L.
Domínguez Villar, 11ª ed., Ediciones Sígueme, Salamanca, 2005. p. 20; idem,
Fe, verdad y tolerancia, tr. C. Ruiz Garrido, 4ª ed., Ediciones Sígueme,
Salamanca, 2005, pp. 200 y ss., y J. Ratzinger,
Verdad, valores, poder, tr. J.L. del Barco, 4ª ed., Rialp, Madrid, 2005.
J.C. Escudier,
«Italia, en fase terminal», Público, 11 febrero 2009, p. 9. El País, 17
octubre 2007, decía que: «vive como un vegetal, en
una cama y es, como dice su padre, sólo un cuerpo en las manos de quienes la
asisten». En las antípodas, en una entrevista concedida al diario La
Repubblica, el cardenal Barragán estimó que «el estado vegetativo es un
término que sólo debe ser utilizado para las plantas, y no para los seres
humanos» ya que «a diferencia de los hombres, las plantas pueden ser cortadas». (El caso Eluana Englarro: "El derecho a morir no
existe", recuerda el Vaticano,AnálisisDigital.com, 15 noviembre 2008.
Subrayado nuestro. La expresión « máquina» para
referirse a las sonda nasogástrica es habitual en Público (por ejemplo,
4 febrero 2009, p. 31, y 11 febrero 2009, p. 22). También en El País, 17
octubre 2007.
El País, 17 octubre 2007.
Cf. C. L.
Schlichting, «Pobre padre», La Razón, 11 febrero 2009.
Aunque, según los datos del padre y de la única
periodista, amiga de la familia que la visitó, de deterioro físico a causa de
la inmovilidad, con llagas y atrofia del estómago. Su aspecto era malo. Pesaba
40 kilos. Cf. La Razón, 11febrero 2009, p. 28.
Cf. La Razón, 11 febrero 2009, p. 11.
Entrevista en Zenit.org,
10 de julio de 2008.
Fernando Marín, Presidente de la Asociación Derecho a Morir Dignamente, se refirió al caso diciendo: «Eluana al fin descansará
tranquila, como ella deseaba». Es más la redactora, tras incluir expresiones
para describir la situación de «encarnizamiento», decía: «Si se hubiera podido
expresar, Eluana hubiera pedido a los médicos que la desconectaran de la
máquina [sic] de la que se retiró tres días antes de morir, según defendía su
padre y tutor legal Beppino». (Público, 11 febrero 2009, p. 26)
Cf. Kilo Argüello, en V Congreso
Católicos y Vida pública. ¿Qué cultura?, Volumen 1, Fundación Santa María,
Madrid, 2004, pp. 1000-1001, y en Alfa y Omega, nº 377, 20 noviembre
2003. «La exigencia de una base sobre la
cual construir la existencia personal y social se siente de modo notable sobre
todo cuando se está obligado a constatar el carácter parcial de propuestas que
elevan lo efímero al rango de valor, creando ilusiones sobre la posibilidad de
alcanzar el verdadero sentido de la existencia» ( Fides et ratio, n. 6).
Cf. La Razón,11 febrero 2009, p. 28. El testimonio lo confirmaban algunas amigas. Cf. La Razón, 10 febrero 2009, p. 33.
Cf. La Razón, Sección «Vivir el día», 15 febrero
2009.
I. Aréchaga,
«Las que cuidaron de Eluana», en Aceprensa, 12 febrero 2009.
En que el Senado abrió un procedimiento para
presentar ante el Tribunal Constitucional un conflicto de atribuciones entre
esa Cámara y el Supremo tras la sentencia que autoriza al padre de Eluana a
interrumpir el tratamiento que la tiene en vida. Cf. AnalisisDigital, 18 julio
2008.
Cf. AnalisisDigital.com, 18/11/2008 «Más de treinta
asociaciones italianas en defensa de la vida presentarán un recurso en
Estrasburgo para no suspender la alimentación de Eluana».
Se fundaba en un
estudio de 2005 del Comité italiano de bioética y en el artículo 25 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas, que
declaraba que era ilegal privarlos de alimentación. Éste decía: impedir que se
nieguen, de manera discriminatoria, servicios de salud o de atención de la
salud o alimentos sólidos o líquidos por motivos de discapacidad"
Era la Casa di Cura Cittá di Udin . Cf. «La única clínica dispuesta a dejar de alimentar a
Eluana Englaro se echa atrás»,17 enero 2009.
Curiosamente, Público (el 4 y 11 febrero, pp.
31 y 22, respectivamente) habla de «la clínica» La Quiete. Por lo reiterativo del término da la impresión de que es una opción consciente de dar
rigor científico a lo que allí se haga.
El colegio de Médicos de Udine abrió, de modo
rutinario, un expediente disciplinario al equipo sanitario que ayudó a morir a
Eluana. Cf. La Razón 11 febrero 2009, p. 29.
Cf. La Razón, Sección «Vivir el día», 15
febrero 2009. A esa realidad también comienza aludiendo N. Preciado, «Una muerte ejemplar», Público, 11 febrero 2009,
p. 9, pero luego la abandona para centrarse en lo político.
La Rebelión de las masas, El País,
Madrid, 2002, p. 32.
J. Ratzinger,
Verdad, valores, poder, p. 63.
Cf. P. Santos
Rodríguez/R. Santos Rodríguez, «Algo se muere en el alma…, “Palabras,
libertad e identidad”», en VII Congreso Católicos y Vida Pública. «Llamados
a la libertad», Volumen 2, CEU Ediciones, Madrid, 2006, pp. 253-257.
Veamos cómo tituló una noticia la Cadena Ser (17
diciembre 2008) « El Gobierno
italiano prohíbe dejar de alimentar a Eluana Englaro». Luego hablaba de la
decisión de «desconectar la sonda alimenticia».
Cf. La Razón 9 febrero 2009, p. 33.
Como cuando se habla de interrumpir el embarazo, para
referirse al aborto o de «muerte digna», para hacerlo a ocasionar la muerte de
un enfermo.
Asociada a la muerte o eutanasia. Cf. Público, 11
febrero 2008, p. 26.
Cfr. Público, 4 febrero 2009, p. 31. Este comentario
es especialmente manipulador, pues, la muerte por deshidratación, aún atenudada
por los sedantes, provoca gran sufrimiento.
Público, 11 febrero 2009, p. 26.
«El presidente del Consejo Pontifico para la Pastoral
de la Salud, cardenal Javier Lozano Barragán, pidió, igualmente, que "el
Señor la acoja en su seno y perdone a quien se le ha llevado de este
mundo" y advirtió que "si la intervención humana ha sido decisiva
para la muerte de Eluana, continuaré pensando que es un delito". Por su
parte, el cardenal Saraiva Martin, prefecto de la Congregación para la Causa de
los Santos y miembro del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud,
aseguró: “ha sido un asesinato». Cfr. AnalisisDigital.com, 10 febrero 2009.
En AnalisisDigital.com, el número de registros sobre esta noticia era de 30.
Entre las no citadas: «El párroco que celebró
el funeral por Eluana: “La Iglesia ha estado cerca de tu sufrimiento”», 13
febrero 2009; V.A.
Morro López, «¿A quién hacía daño Eluana?», 11 febrero 2009; « La plataforma
“Hay Alternativas” denuncia que la muerte de Eluana es un homicidio», 11 febrer
2009; J.Mª
Martí Sánchez, «Reflexión y dolor ante la muerte de Eluana», 11 febrer
2009; I. Viladomiu Olivé, «Eluana
Englaro y los deseos », 11 febrero
2009; «Eluana: la muerte física no es nunca, para el cristiano, la última
palabra. Radio Vaticana», 11 febrero 2009; « Italia prosigue dividida en
torno al dramatico caso. Con su muerte, Eluana se ha convertido en símbolo de
vida, afirma el cardenal Lozano Barragán», 11 febrero 2009; R. Pi, «Caso Eluana: una conclusión
provisional. La Gaceta de los Negocios», 10 febrero 2009; «Fallece tres
días después de dejar de recibir alimento. La carrera contrarreloj para
salvarla ha sido inútil: Eluana ha muerto», 10 febrero 2009; «En contra de la
eutanasia. La Federación Provida de España apoya a Berlusconi por su
"firmeza e integridad" en el caso de Eluana Englaro» 10 febrero 2009;
«El Ministerio de Sanidad de Italia califica de “irregular” la hospitalización
de Eluana en la clínica Quiete», 9 febrero 2009; «¿Cómo se puede llamar el no
dar alimento y agua a una persona? El cardenal de Génova exhorta a no callar
ante el “injusto destino” de Eluana», 8 febrero 2009; «"Verdaderamente
sorprendido". Berlusconi acusa de "crueldad" a los médicos que
ayudarán a morir a Eluana », 8 febrero 2009; «Eulania tardaría dos semanas en
agonizar. El padre de Eluana invita a Berlusconi y Napolitano a acudir al
hospital para ver cómo está su hija», 8 febrero 2009; Gádor Joya, «Eluana, todavía hay esperanza. Cope.es»,
6 febrero 2009; «¿Se puede detener el “abominable asesinato” de eluana? El
cardenal Barragán pide "frenar la mano asesina" que desconectará a
Eluana», 4 febrero 2009; «El caso Eluana es nuestro caso», 4 febrero 2009; «Debate
sobre la eutanasia. El arzobispo de Turín reitera que desconectar a Eluana
sería eutanasia», 22 enero 2009; «El presidente del Consejo Pontificio para los
Operadores Sanitarios Tribunal de Estrasburgo dice sobre la sentencia de Eluana
que “matar a un inocente es algo totalmente negativo”», 23 diciembre 2008; «El
Gobierno italiano prohíbe a los centros médicos desconectar a Eluana», 17
diciembre 2008; «El presidente del Consejo superior de la Sanidad italiano dice
que el caso de Eluana es eutanasia», 21 noviembre 2008; F. Pascual, «Eutanasia: el caso Eluana Englaro. Gama 9»,
16 julio 2008.
Por su parte en ForumLIbertas.com, se publicaron: P. Viganego, « Eluana y la justicia de los
hombres», 18 febrero 2009; J.I. Munilla, «¡Eluana vive!», 16 febrero 2009; J. Miró i Ardèvol, « Los cuervos de Josep Ramoneda»,
11 febrero 2009; « El significado del caso Eluana»,
9 febrero 2009; J.I. Munilla, «Jesucristo:
Victoria del Amor », 7 enero 2009;
« Un misionero de Paraguay devuelve
un título honorífico al presidente italiano por el caso Eluana», 23 febrero 2009; «Una parte de la oposición votó a
favor de la propuesta de Berlusconi en el caso Eluana», 20 febrero 2009; Comunión y Liberación,
« Eluana: “Necesitaríamos una
caricia del Nazareno”», 20 febrero 2009;
« En Israel Eluana no habría muerto», 13 febrero 2009; M. Ozores, «La Santa Sede pide una
investigación por la muerte de Eluana», 11
febrero 2009.
«Vendrán por ti, por mi, por todos», en
ForumLibertas.com, 23 febrero 2009. Aquí se trata de glosar la poesía de Blas
de Otero: «Me llamarán, nos llamarán a todos. Tú, tú y yo, nos turnaremos en
tornos de cristal, ante la muerte. Y te expondrán, nos expondremos todos a ser
trizados ¡zas! por una bala. Si bien lo sabéis. Vendrán por ti, por ti, por mí,
por todos». O de la escena que vivió Martin Niemöller, en una prisión alemana
durante la visita rutinaria del capellán a los reclusos. Éste, perplejo tras
toparse con un igual entre rejas, le preguntó: «¿Qué hace usted aquí?». A lo que
respondió: «Dada la situación de nuestro país, soy yo el que le pregunta: ¿Qué
hace usted que no está aquí dentro conmigo?». Experiencia que también se
refleja en su poema: «Primero fueron por los comunistas, pero yo me callé
porque no era comunista...». (J. García
Domínguez, «Bretch nunca escribió eso », en Libertad Digital, 22 febrero 2009).
C. Losada, Morfina
roja, pp. 15-19.
C. Losada, Morfina
roja, p. 19. O, de otro orden, cuando la Vicepresidenta del Gobierno, justificó, repitiendo los mismos motivos, la ampliación del aborto como un
mecanismo de proteger a las mujeres «que han visto peligrar los derechos de
confidencialidad de sus datos. Se trata de garantizar la equidad y la calidad
en la interrupción voluntaria del embarazo». Y sobre todo: «Es nuestra
obligación, como Gobierno, seguir garantizando los derechos de todos y de todas
y no vamos a consentir que se vulneren los derechos de ninguna mujer que haya
tenido o tenga que hacer frente a una decisión tan dolorosa como la de
interrumpir su embarazo». ( ABC, 2 febrero 2008). Es fácilmente
perceptible la instrumentalización de la vida del menor, a beneficio de
clínicas y de quien quiere suprimir su vida, para que puedan hacerlo con la
mayor comodidad o lucro.
El Convenio de colaboración entre la Comunidad de Madrid y la Provincia Eclesiástica de Madrid para la asistencia religiosa
católica de los centros hospitalarios públicos dependientes de la Comunidad de Madrid (2 enero 2008), dejaba una participación, a título de asesor, al capellán
católico en los comités. Sin embargo, se produjo, en algunos sectores, una
oposición frontal. La denuncia partió de la Cadena Ser el 24 de abril de 2008.
Se hizo eco de ella el diputado Álvaro Cuesta y fue seguida de la amenaza de la
Vicepresidenta, Fernández de la Vega, de interesar del caso a la Fiscalía. De
ello se iba a hacer cargo el Ministro de Justicia. Cfr. J. Morales Martín, «Capellanes de hospital: ¡pero si era un
convenio de 1985 con Felipe!», en ForumLibertas, 2 mayo 2008. Luego se informó
de que, siguiendo criterios comunes a otros países y a la guía de la UNESCO Creación
de Comités de Bioética, es frecuente que haya ministros católicos en muchos
hospitales valencianos, andaluces, catalanes y madrileños. Se integran en los
comités de ética y en los equipos interdisciplinares de cuidados paliativos.
Cf. «Los comités que debaten sobre cuidados paliativos en los hospitales
también albergan a curas. Sotanas que opinan sobre ética» ( Público, 25
abril 2008). La reacción de otros medios tampoco se hizo esperar: «El gobierno
da crédito a la manipulación de la Ser. El Gobierno advierte que no permitirá
que se impongan a los pacientes criterios que no se imponen», en Libertad
Digital, consulta de 28 abril 2008, y «Monseñor Demetrio Fernández: El
capellán en el hospital es un estorbo para los planes contra la vida», en ibidem.
Religión en Libertad, 28 abril 2008.
«Una muerte ejemplar», Público, 11 febrero
2009, p. 9.
La información da a entender que sí esta presente en
al sociedad, pues, ha protagonizado «centenares de titulares en la prensa en
los últimos años». Además, como explicó Gaspar Llamazares, el 3 de febrero, la
sociedad española es «madura y moderna».
Cfr. Cardenal
Bertone, «Los derechos humanos en el magisterio de Benedicto XVI» (5
febrero 2009), y Congregación para la
doctrina de la fe, Instrucción sobre ciertos aspectos de la Teología
de la liberación, XI,6.
Por ejemplo, se ha dicho: «esa curia cuyo Dios
probablemente no existe, pero que atribuye a su voluntad crueldades
inadmisibles» ( J.C. Escudier,
«Italia, en fase terminal», Público, 11 febrero 2009, p. 9). De otro lado, es
notoria la implicación que Público quiere siempre encontrar entre la Iglesia y decisiones políticas que condena. Así se constata en esta frase: «los
grupos, asociaciones y expertos que defienden la eutanasia y la muerte digna
criticaban ayer la actitud del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, al
interferir en el caso empujado por la Iglesia, quienes defienden la muerte natural a toda costa…» (11 febrero 2009, p. 26). De forma más abierta, un
columnista habitual de Público habla de que para desgracia de Berlusconi, del
Vaticano y de Juan Manuel de Prada […] Eluana Englaro falleció» ( J.C. Escudier, «Italia, en fase
terminal», Público, 11 febrero 2009, p. 9). También cf. la Carta del lector «El
derecho de Eluana», en Público, 10 febrero 2009, p. 8.
En la homilía pronunciada en la misa de celebración
del 50 aniversario de Manos Unidas, el cardenal Cañizares se refirió a las
situaciones de injusticia de las que la Iglesia alerta, y que se resumen en «el
olvido del hombre y el no poner a cada ser humano, cada persona, en el centro
de nuestras atenciones» ( La Razón, 9 febrero 2009).
Cfr. art. 2 del Convenio de 23 de abril de 1986 sobre asistencia religiosa
católica en los centros hospitalarios del Instituto Nacional de la Salud; art. 6.2 del Real Decreto 1145/1990, de 7 de septiembre, por el que se crea el
servicio de asistencia religiosa en las Fuerzas Armadas y se dictan normas
sobre su funcionamiento; art. 2 del Acuerdo sobre asistencia religiosa católica
en los establecimientos penitenciarios, publicado en virtud de Orden de 24 de
noviembre de 1993. Más recientemente, cfr. la Disposición novena, 4, de la Orden DEF/766/2007, de 13 de junio, por la que se desarrolla el
encuadramiento, organización y funcionamiento de la Unidad Militar de Emergencias, y de ámbito regional, la cláusula 3ª del Convenio de
colaboración entre la Comunidad de Madrid y la Provincia Eclesiástica de Madrid para la asistencia religiosa católica de los centros
hospitalarios públicos dependientes de la Comunidad de Madrid (2 enero 2008), que mantiene que un objetivo de la asistencia religiosa será: «colaborar en la
humanización de la asistencia hospitalaria». Sobre el contenido de la
asistencia religiosa (por lo que se refiere al Acuerdo sobre asistencia
religiosa católica en los establecimientos penitenciarios de 1993), cfr. Mª Moreno Antón, «La asistencia
religiosa católica en los centros penitenciarios », en Revista Española de Derecho Canónico, 51, n. 136,
1994, pp. 208-209.
«Hospitales y cuarteles apoyan la presencia de
símbolos religiosos», en La Razón, 27 noviembre 2008, p. 33.
El detalle revela el sofisma de N. Preciado («Una muerte ejemplar»,
Público, 11 febrero 2009, p. 9) que quiere tocar la fibra sensible atribuyendo
a los padres una cercanía y desvelo por su hija que no consta. También la Carta
del lector «El derecho de Eluana», en Público, 10 febrero 2009, p. 8.
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