El primero, catedrático de Metafísica de la Universidad de Barcelona, figura del tomismo y creador de la escuela catalana que tan grandes filósofos todavía disfrutamos, también discípulo del P. Orlandis, cuyo ejemplo ignaciano supo desarrollar tan bien a través de la revista Cristiandad. De vieja savia carlista, el profesor Canals siempre estuvo al lado de todos lo que defendían desde los presupuestos cristianos, la Verdad. Como miembro del Consejo Asesor de Arbil, fue más que digno representante de los intelectuales de talla que Cataluña ha dado al común de España.
También se nos ha ido uno de los últimos patriarcas de Bilbao, Adolfo Careaga. Hijo de uno de los asesinados en el Cabo Quilates, siempre mantuvo la defensa de la justicia y de la libertad de la dignidad de la persona como bandera. Durante los años ochenta ayudó a la modernización de Bilbao como concejal y esencialmente como presidente del Puerto de Bilbao. Como hombre de gran preocupación intelectual, formo parte y fue presidente de la Sociedad El Sitio, emprendió una labor activa por mantener el nombre de Bilbao unido al de la cultura, frente al nacionalismo vasco. Encabezó una pequeña formación, Unidad Vizcaína, donde supo reunir a diversos colectivos que defendían la imagen del Bilbao cosmopolita, alejado del modelo propugnado por el PNV. Siempre apoyo las actividades de Arbil en Vascongas y así, p.e. participo en la organización de la celebración que se hizo por su centenario al periódico, ya desaparecido, de La Gaceta del Norte, o en la presentación de la nueva edición de La Defensa de la Hispanidad de Ramiro de Maeztu. Ambos actos de Arbil-Bilbao contaron con su patrocinio y ayuda. Descansen en paz ambos amigos. ·- ·-· -······-·
Redacción
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