La pirámide nace durante la Tercera Dinastía (2650 – 2600 a.C.) con la superposición de los primitivos túmulos (conocidos por mastabas) aunque se sustituye el viejo plano cuadrado de las mastabas por uno nuevo rectangular. Las pirámides se reservan a los faraones. En su entorno se continúan levantando mastabas para los cortesanos. Las pirámides se levantan por medio de rampas. En su estado primigenio una capa de caliza de Tura recubrió las de Gizeh. Asimismo las coronaba un remate de oro (piramidión) que extendía los rayos del sol por sus cuatro caras. Dos templos y una calzada acompañan cada pirámide. El primero es el del Valle. Allí desembarcaron los materiales constructivos que arribaban por el Nilo aprovechando las inundaciones anuales. El otro se localiza a su costado oriental. Se le designa Templo Funerario.
La pirámide de Keops.
Es la mayor de las pirámides. Tiene una altitud de 146 metros con 59 centímetros. Cada lado de su base posee una longitud de 230 metros. Los cálculos más moderados dan un número de 2.300.000 bloques de piedra empleados en su construcción. Ofrece una orientación hacia los puntos cardinales con un error de 3 minutos y 6 segundos. La entrada se encuentra en el lado norte a 18 metros de altura con un desplazamiento de 8 metros desde el centro hacia el este.
En la misma entrada se inicia un corredor en rampa que atraviesa la masa de la pirámide hasta los 97 metros y 75 centímetros. Aquí comienza un tramo horizontal de 8 metros que llega a una cámara inacabada (la mal llamada Cámara de la Reina). En ella se pensaba situar el futuro sarcófago del faraón con lo que Keops reposaría para siempre dentro de la masa de la pirámide y no en el subsuelo. Sin embargo pronto se abandona ese plan originario tal vez previsto para un reinado corto de Keops. Se sustituye por otro al que se deben dos de los mayores prodigios de la arquitectura egipcia: la Gran Galería y la Cámara del Sarcófago.
Las dimensiones de la Gran Galería son 8,50 metros de alto por 46 metros con 50 centímetros de largo. Sus paredes son de caliza pulimentada que suben hasta el techo en siete hiladas. Cada una sobresale un poco del plano de la inferior con objeto de formar una bóveda falsa. Los sillares de caliza pulimentada son tan perfectos que no puede meterse la punta de una aguja entre dos de ellos. La Cámara del Sarcófago (también denominada Cámara del Rey) mide 10 metros de longitud por 5 de ancho. En su interior se encuentra el gran sarcófago del faraón que hubo de labrarse durante la construcción de la cámara pues no cabe por ninguna de sus entradas.
La decoración del sarcófago y las paredes son lisas y pulidas. Las segundas llevan nueve capas superpuestas de losas que adquieren un grosor de 5 metros. El techo de la Cámara del Sarcófago se erige a dos vertientes. De esta cámara parten dos aberturas hacia septentrión y mediodía. No se sabe sus funciones. El gran egiptólogo polaco Kasimiercz Michailosky las considera orificios de ventilación. Otros autores las consideran el resultado de análisis astronómicos pues cada uno de ambos canales señalan las estrellas que señalan el principio y el fin de la crecida anual del Nilo.
Los templos de la pirámide de Keops.
El funerario tiene forma de un patio rectangular. Su pavimento está hecho a base de losas de basaltos. Le rodea un pórtico con un techo plano sostenido por pilares. Los muros del pórtico llevan una decoración de relieves planos. En el centro de la pared que está al fondo del patio aparece un nicho cruciforme. Se piensa que serviría para disponer estatuas. Las ofrendas a Keops se harían entre el templo y la pirámide. En cuanto al templo del Valle existe la dificultad de que encima se construye la aldea de Kafr es-Samman.
La pirámide de Kefrén.
Tiene una altitud de 143 metros y 50 centímetros. Cada lado de su base mide 215 metros con 25 centímetros. Parece más alta que la de Keops por el ángulo mayor de inclinación de sus muros y la elevación superior de su emplazamiento aunque en realidad sea 3 metros más baja. Igualmente ofrece un proyecto inicial que consiste en una entrada que llevaba a una cámara subterránea más profunda. Esta zona se cegó y hoy aún no puede accederse a ella. El plan actual consta de una entrada a mayor altura que lleva a una cámara funeraria tallada en la roca. Así las únicas obras de cantería son el revestimiento de los muros y el techo con sus losas colocadas oblicuamente a dos aguas. Se desconocen las razones de la mudanza de la idea constructiva.
Los templos de la pirámide de Kefrén.
De la pirámide de Kefrén han quedado la calzada y los dos templos . La calzada mide 496 metros de largo con un ancho de 4 metros y 50 centímetros. Unía el templo del Valle con el funerario. Su única luz entraba por las ranuras del techo. Tal vez estuviera decoradas con relieves. El primero ofrece una planta cuadrada con lados de 45 metros. Sus dos entradas se encuentran en el lado este. Le precede un kiosco cuadrado con una estatua de Kefrén y 4 esfinges (2 por cada puerta). Aquí se celebraron dos ceremonias en los funerales de aquel faraón: la purificación del cadáver y la apertura de la boca o momificación de las estatuas. El templo del Valle no ofrece relieves: sus paramentos son lisos. El templo funerario es un rectángulo de más de 100 metros de largo. Se divide en cinco sectores: salón de entrada, patio descubierto, cinco nichos para estatuas, almacenes y santuarios. Los tres primeros son públicos. A los dos restantes sólo podían acceder los sacerdotes.
La esfinge de Gizeh.
No es una parte preceptuada de las pirámides. Es una parte que sobraba de la construcción de la pirámide de Keops. Debía de recordar el cuerpo de un león. En época de Kefrén se piensa que afea el conjunto. Entonces se le pone la cara del faraón inspirándose en su estatua sedente que hoy guarda el Museo del Cairo. Incluso en la esfinge se coloca el klaft o tocado en forma de pirámide que se usa en las estatuas sedentes de los faraones del Reino Antiguo para impedir el posible quebranto de la escultura por la parte del cuello. La esfinge representa a Kefrén identificado con el sol y concebido como guardián de toda la necrópolis. Supone un retrato fidedigno del faraón al lado de la escultura sedente antedicha. De Kefrén se conservan más retratos que de Keops pues de éste último sólo ha llegado a nuestros días una pequeña figura de marfil.
La pirámide de Micerinos y las pequeñas pirámides.
Es la menor de las tres. Tiene 66 metros de altura. Los lados de la base tienen una longitud de 108 metros. Es tan pequeña en comparación con las otras dos porque la temprana muerte del faraón impide culminar el proyecto original de modo que su sucesor Shepseskaf hubo de cerrarla de prisa y corriendo tras el óbito de Micerinos. Hoy se conservan las ruinas de su templo funerario que estuvo en pie hasta 1775. En su costado meridional aparecen tres pequeñas pirámides. La única terminada es la localizada al este donde parece ser que fue enterrada la esposa de Micerinos. Las otras dos tienen interés al permitir analizar su estructura escalonada.
Keops, Kefrén y Micerinos en la Historia.
Pese a su poder no han llegado a nuestros días demasiados testimonios sobre estos grandes faraones. Se sabe que son centralistas e intentan afianzar el poder real en menoscabo del ejercido por los sacerdotes. Así se explica el recuerdo de ellos como tiranos que los sacerdotes transmiten al historiador griego Herodoto de Halicarnaso. De aquí que no sean fiables las referencias a ellos del padre de la Historia. Keops intenta controlar los cargos sacerdotales más elevados nombrando a sus hijos Merib y Kanifer sumos sacerdotes de Ra y Thot. Asimismo despoja a los sacerdotes de privilegios sometiendo las ciudades de Heliópolis y Busiris al derecho común. Kefrén se nombra Nefer-aa (gran dios) y Sa-ra (hijo de Ra). Este postrer título es importante porque considera al dios solar Ra el kha o principio vital que anima al faraón.
El trabajo humano en las pirámides.
Sólo existe un trabajo de esclavos en las pirámides. Lo protagonizan los prisioneros de guerra llamados gentes reales. Junto a ellos faenan los soldados en época de paz y agricultores contratados durante la crecida anual del Nilo. Estos últimos laboran por horas y con un salario a cuenta del faraón contratante. Sin embargo parece ser que Micerinos prohibe que las gentes reales participen en la construcción de su pirámide con arreglo a la cláusula de uno de sus decretos que dice Su Majestad quiere que ningún hombre sea obligado al trabajo forzoso, sino que cada uno trabaje a su gusto.
·- ·-· -······-·
Gonzalo Fernández,
***
Visualiza la realidad del aborto: Baja el video Rompe la conspiración de silencio. Difúndelo.
|