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Sahara: EE.UU., Francia, Marruecos … y España

por José María Manrique

Cómo se entregó la provincia

… Los hombres de la CIA (Central Intelligence Agency) están detrás de casi todos los principales acontecimientos políticos y militares de nuestra historia reciente (…) los norteamericanos mantienen hilo directo con Laureano López Rodó y apoyan también la “Operación Lolita”, que prepara a Juan Carlos de Borbón para suceder al Generalísimo. Inmediatamente después de subir al trono, el primer viaje oficial del monarca le lleva a Estados Unidos, donde recibe el espaldarazo del Imperio. El rey mantiene siempre excelentes relaciones con sus mentores del otro lado del Atlántico. Colabora con ellos en la entrega del Sahara a Marruecos, cuando todavía es el “heredero” designado por Franco …

 

(Alfredo Grimaldos en su libro La CIA en España. Espionaje, intrigas y política al servicio de Washington.   Editorial Debate, Madrid, 2006)

 … La llamada descolonización se hizo en unas condiciones humillantes para España y aprovechando la enfermedad de Franco

(Coronel Luis Rodríguez de Viguri, Secretario General del Gobierno del Sahara en declaraciones al Diario Las Palmas de 15 de enero de 1976)

 

(El Ministro Antonio Carro) “más” que negociar lo que hizo fue entregar, claudicar ante Marruecos la dignidad de España; lo que se ha pisoteado no es el honor del Ejército, sino el de España.

 

General Luis Cano Portal, citado por Blas Piñar en Escrito para la Historia (I), FN Editorial, Madrid, 2000

 

¿Se le desobedecía, se desoía a Franco? Digámoslo con sinceridad ¡sí! ¡se le desobedecía! Se le desoyó en momentos en los que su capacidad física estaba evidentemente disminuida. Y, en consecuencia, se le precipitó el reenlace. Un desenlace que, por ley de vida,  ha de llegar al ser humano. Pero que en Franco, por los acontecimientos que se estaban desarrollando en África, se precipitó al olvidarse de su propia salud y de salvar su vida… El Sahara Español no se descolonizó sino que se entregó, sin más y sin ninguna compensación, a Marruecos.

 

Blas Piñar en Escrito para la Historia (I), FN Editorial, Madrid, 2000

 

 

Antecedentes lejanos

El África Occidental Española (AOE), territorio que tomó forma definitiva en los años 30 del pasado siglo, tras cientos de años de intermitente presencia española tras la Reconquista, siempre ha estado conexo con nuestra patria, y Portugal, incluso teniendo en cuenta las previas invasiones almorávides del siglo XI.

Los ingleses siempre ambicionaron las Canarias y su entorno, estableciendo incluso puestos y fuertes en la costa africana, tanto en lo que los españoles llamábamos Santa Cruz de Mar Pequeña (Ifni; Geroge Glass, 1746) como en Tarfaya (Mac Kencie, 1846). La imposición anglofrancesa de los límites de influencia concedidos a España (tratados hispano franceses de 1900 y 1902, Conferencia de Algeciras de 1906, y tratado francoespañol de 1912), redujeron nuestra presencia a la limitadísima Zona Norte del Protectorado de Marruecos, la Zona Tarfaya o Cabo Juby, al Norte del Sahara y lindante con él (Zona Sur del Protectorado), el propio Sahara (Territorios de Saguia El Hamra al Norte y Río de Oro, al Sur) e Ifni (Tratado de 1860) . Los tres últimos formaban el AOE.

imagen del Sahara Español

Durante la Segunda Guerra Mundial la importancia de Canarias quedó fuera de toda duda y se realzó la del Sahara, especialmente como punto de apoyo alternativo a los aviones que cruzaban el Atlántico. Es poco conocido, aunque no menos cierto, que Estados Unidos firmó un acuerdo secreto con España, en los últimos años de la contienda, para que se le permitiera establecer una especie de base aérea en Villa Bens (Tan Tan o Cabo Juby); en este mismo enclave la administración norteamericana instalará sesenta años después una gran base para el “Africom”, el 6º Mando Militar Regional de EEUU, situado provisionalmente en Stuttgart (Alemania).

El 18 de noviembre de 1955, año del ingreso de España en las Naciones, Unidas los franceses terminaron con el destierro que habían impuesto al  rey de Marruecos, Mohamed V, lo cual aceleró los movimientos independentistas, incluso en la Zona Española. Los territorios saharauis [1]   al Sur del río Draa (Zona Sur del Protectorado) históricamente nunca habían formado parte de Marruecos, dándose el caso de que ese reino nunca llevó sus reclamaciones sobre Tarfaya al Tribunal Internacional de Justicia de la Haya.

El 17 diciembre de 1957, Foster Dulles, Secretario de Estado de Estados Unidos, reiteró a Franco que su nación quería que cediera ante Marruecos y que el armamento cedido por los Tratados de 1953 no podía usarse en la guerra “colonial” que acababa de estallar. Aquello trajo como consecuencia que el 10 de enero se declararan provincias españolas los territorios de Ifni y Sahara. Los nativos de aquellas provincias serían a partir de entonces españoles de pleno derecho; muchos de ellos aun conservan el DNI español (documento nacional de identidad).

Aquella guerra tuvo importantes combates en el Sahara. Como consecuencia de la misma, España, en un gesto difícilmente explicable salvo por presiones externas, entregó Cabo Juby, perdiendo, de hecho el control de gran parte del territorio de Ifni (poco después también cedido), creando un peligroso precedente de cesión ante los golpes de fuerza.

El 22 de julio de 1969 Juan Carlos fue designado sucesor a título de rey, con el provisional de príncipe de España; al día siguiente se ratifica el nombramiento ante las Cortes con su solemne juramento de guardar y hacer guardar las Leyes Fundamentales del Reino y los Principios del Movimiento Nacional (el 22 de noviembre de 1975 volvería a hacer un juramento similar). En enero de 1971 Juan Carlos visitó los EE.UU., siendo recibido con honores de jefe de estado; la visita la había propiciado Lord Mountbatten, masón reconocido, cerca del Secretario de Estado, William Rogers, y el Presidente Richard Nixon [2] .

Con esta rápida visión de conjunto se han presentado los actores del drama saharaui, haciendo hincapié en los intereses sajones y franceses, presentes desde antiguo.

El largo camino de la Marcha Verde

Para muchos observadores, superficiales o interesados, la inestabilidad de Portugal tras “la revolución de los claveles”, y la avanzada edad de Franco, impulsaron a Estados Unidos a buscar una solución a la zona saharaui. La verdad es que aquello no era más que parte de los intereses que coincidían en la zona, empezando por el estado marroquí y continuando por Francia, su mentor. Así mismo la URSS ambicionaba asentarse más sólidamente en aquella parte de África, especialmente a través de Argelia, feroz enemigo de Marruecos.

Los dos años anteriores a la muerte del Caudillo hubo un estado permanente agresión encubierta por parte de Marruecos, sin duda alentado por los coincidentes apoyos franceses y norteamericanos.

Franco, el 21 de septiembre de 1973, dijo a la Yemáa, la Asamblea de Notables saharauis (Carta a la Yemáa, enviada a la ONU como justificación de la política descolonizadora del gobierno español):

El Estado Español reitera y garantiza solemnemente que la población del Sahara determinará libremente su futuro. Esta autodeterminación tendrá lugar cuando lo solicite libremente la población, de conformidad con lo expuesto por la Asamblea General de la ONU. El Estado Español garantiza la integridad territorial del Sahara.

Una semana después, el 27 de septiembre, el ministro López Rodó afirmó ante la ONU:

En dos o tres años (los saharauis) ejercitarán la autodeterminación y podrán ser un estado independiente.

El 20 de agosto de 1974 el Gobierno Español envió el siguiente mensaje al Secretario General de la ONU:

El Gobierno  Español celebrará un referéndum, bajo los auspicios y garantías de las NN. UU., dentro de los seis primeros meses de 1975  [3] .

Ocho días después, Hassan II manifestó, por radio y televisión, que tomaría el té en El Aaiún, a la vez que enviaba unidades acorazadas a la frontera Sur. Aquello produjo el despliegue casi permanente de las unidades españolas en el Sahara.

En los meses siguientes se produjeron una serie de ataques, fundamentalmente marroquíes, a través del FLUS (Frente  de Liberación y Unidad del Sahara) y también con unidades regulares, así como del proargelino Frente Polisario; en total fueron unas veinte acciones que causaron decenas de muertos y heridos [4] . Por supuesto, antes también había habido incidentes, pero en menor cantidad y peligrosidad.

En abril de 1975 hubo una reunión entre representantes de Presidencia de Gobierno y del Alto Estado Mayor; pues bien, en la misma los militares del “Alto” defendieron la entrega del Sahara a Marruecos, apoyándose en que un posible estado independiente, en manos de un Polisario pro-argelino, haría que el MPAIAC (Movimiento Para la Independencia y Autodeterminación del Archipiélago Canario) se fortaleciera, además de que las concesiones a Marruecos haría que éste se olvidara de Ceuta y Melilla; también se distorsionaron los estados de opinión de las guarniciones españolas en el Territorio, rebajando la moral de las tropas y apuntando también, falsamente, los deseos de entrega [5] . Gutiérrez Mellado estaba destinado entonces en el AEM en el empleo de General de División.

El 14 de mayo visitó Aaiún la Delegación de la ONU, produciéndose multitudinarias manifestaciones a favor de la independencia.

Por documentos desclasificados muchos años después, se ha sabido que el 21 de agosto de 1975 el Departamento de Estado norteamericano dio luz verde a un proyecto estratégico secreto de la CIA, financiado por Arabia Saudí, para arrebatar el Sahara [6] ; aquellos 270.000 Km2 eran vitales desde el punto geoestratégico, además de ser muy ricos en pesca, fosfatos, hierro, petróleo y gas. El plan, que se gestó en Londres, consistiría en invadir la zona, mediante una marcha “pacífica” de unos 300.000 ciudadanos marroquíes que se harían pasar por antiguos habitantes del territorio, para forzar la voluntad de resistencia española. El 6 de octubre el Servicio de Inteligencia del Ejército español informó al Caudillo, que tenía su salud ya muy resentida, de los planes de EE.UU. en relación con el Sahara; la noche del 12 Franco sufrió un infarto de miocardio y en días posteriores varias anginas de repetición, quedando su corazón muy debilitado.

La Comisión de la ONU que había visitado recientemente el Sahara concluyó el 15 de octubre que:

Se ha comprobado que la población, o por lo menas la casi unaminidad de las personas que ha consultado, se ha pronunciado a favor de la independencia y en contra de las reivindicaciones de Marruecos y Mauritania.

Un día después, el Tribunal Internacional de La Haya estableció que no había ningún vínculo de soberanía territorial entre el Sahara Occidental, por una parte, y el Reino de Marruecos o Mauritania por otra. Hassan II respondió anunciando la “Marcha Verde”.

El 17 de octubre Franco presidió, monitorizado y bajo vigilancia médica, su último Consejo de Ministros; en el mismo  se abordaron las cuestiones del Sahara Occidental. Durante el mismo Franco declaró la guerra a Marruecos [7] ; sus palabras fueron: “declararemos la Guerra a Marruecos aunque dure 10 años”; a continuación sufrió un infarto de miocardio y Arias, Jefe del Gobierno, hizo caso omiso a la orden del Jefe del Estado; seguramente a esta jornada pertenecen las frases que pronunció en su ya estado agónico: “¡que llamen a Yagüe!”, sin duda recordando en su delirio al general “que lo arreglaba todo”. En aquel mismo Consejo de Ministros, más tarde, se tomó la decisión de abandonar el Sahara [8] .

El 20 de octubre la ya precaria salud del Generalísimo empeoró ostensiblemente al sufrir un nuevo ataque al corazón.  Al día siguiente el príncipe Juan Carlos de Borbón se negó a aceptar la Jefatura del Estado con carácter interino, solicitando plenos poderes, sin duda para poder actuar en el Sahara con libertad.

Carlos Arias Navarro, Presidente del Gobierno desde el sombrío asesinato del Almirante Carrero, había establecido ya el día 18, bajo la clasificación de máximo secreto, la fecha del 10 de noviembre para el inicio de la “Operación Golondrina”, es decir, la retirada de las fuerzas militares españolas del Territorio. Aquel mismo día tres vehículos del 3º Tercio cayeron en un campo de minas tendido por los marroquíes en Temboscai (al Norte de  Dahora-Haunía), muriendo un legionario y resultando heridos cuatro más, incluido un capitán.

El día 21 se intercambiaron prisioneros con el Frente Polisario y el 22 se reunieron en Mahbes el General Gómez de Salazar, Gobernador del Sahara, y representantes del Polisario   [9] : prácticamente se les ofreció la independencia (que era la idea de siempre del Gobierno Español), pero, como dijo el Coronel Rodríguez de Viguri: Madrid nos engañaba a nosotros, porque, mientras intentábamos (los del Gobierno del Sahara) hacerlo todo bien, ellos pactaban con el lobby marroquí, que fue quien al final ganó. Ese mismo día el Presidente del Gobierno español, Arias Navarro, mandó a Solís Ruiz a Rabat, prometiendo negociaciones sobre el tema en cuanto la situación del Caudillo mejorara.

El “lobby” promarroquí lo formaban el príncipe, el presidente del Gobierno, el ministro de la Presidencia Antonio Carro Martínez y el ministro José Solís Ruiz, con el respaldo de sectores del Alto Estado Mayor, especialmente del hombre fuerte de los servicios secretos desde la más inmediata posguerra, el General Manuel Gutiérrez Mellado, el cual no tenía rival desde que el SECED (Servicio Central de Documentación) de Carrero-San Martín desapareció, en la práctica, tras el nunca verdaderamente investigado asesinato del Almirante.

El Boletín Oficial del Estado del día 25 de octubre publicó el proyecto de ley de descolonización del Sahara.

La Marcha Verde  comenzó, en territorio marroquí, el 26 de octubre. Toda la planificación operativa y la organización logística habían corrido a cargo de técnicos norteamericanos.

El 30 de octubre de 1975 Juan Carlos de Borbón se hizo cargo de la jefatura del Estado Español, según el artículo 11 de la Ley Orgánica del Estado. Al día siguiente presidió un Consejo de Ministros en La Zarzuela, con el Sahara como tema casi monográfico y asistiendo como invitado el Jefe del Alto Estado Mayor, Carlos Fernández Vallespín; el príncipe manifestó su férrea determinación de ponerse al frente de la situación, pero ocultando que ya había enviado a Washington su hombre de confianza, Manuel Prado y Colón de Carvajal, para solicitar la ayuda de Henry Kissinger [10] , además de la conocida visita de Solís a Rabat. Sin duda era consciente de que una guerra en aquellos momentos podría precipitar los acontecimientos al estilo de Portugal, dada la oposición norteamericana y francesa, a la que se podría sumar la soviética; además, el recuerdo de la casta guerrera que se formó en la Guerra de África entre 1909 y 1921 no era, para muchos, nada tranquilizador.

El Washintong Post de 3 de abril 1983 publicó que, en 1975, el entonces secretario de Estado, Henry Kissinger, hombre ligado a la Trilateral y a la banca judía, forzó la retirada de España del territorio del Sahara “en condiciones y bajo formas penosas”, y que el acuerdo de Madrid para su entrega a Marruecos fue negociado por el subdirector de la CIA, Vernon Walters (el cual lo reconoce en “Silent Missions”) [11] .

Uno de los primeros actos del príncipe como Jefe de Estado en funciones fue firmar una declaración de principios relativa a la renovación del Acuerdo con los Estados Unidos. Carrero Blanco quería elevar el acuerdo a la categoría de tratado y desde su asesinato estaba pendiente el asunto.

El Secretario de Estado norteamericano, último responsable de la Marcha Verde, intercedió ante Hassan II y en las siguientes horas se pergeñó un pacto secreto por el que Juan Carlos se comprometía a entregar el Sahara Español a Marruecos (tras unas amañadas conversaciones políticas en Madrid), a cambio del total apoyo político americano en su próxima andadura como “rey democrático” de España [12] .

Aquel día 30 se desarmó a los soldados nativos de Nómadas y la Policía.

imagen de Juan Carlos Borbón en el Sahara Español

El 2 de noviembre el príncipe visitó El Aaiún en un viaje sorpresa. En el Casino Militar dijo a los oficiales de las tropas allí destacadas: España no dará un paso atrás, cumplirá todos sus compromisos, respetará el derecho de los saharauis a ser libres … No dudéis que vuestro comandante en jefe estará aquí, con todos vosotros, en cuanto suene el primer disparo.

La Marcha Verde, portando bastantes banderas norteamericanas, invadió la provincia africana española el 6 de noviembre, penetrando unas 300.000 personas algunos kilómetros, hasta los campos de minas españoles; España dio un ultimátum a Marruecos y, posteriormente, alegó que la Marcha no ha invadido la “frontera militar”, como si con esa excusa no hubiera pasado nada. Mientras Franco estaba agonizando, el Gobierno  hasta se permitió la desvergüenza de enviar al Ministro de la Presidencia en visita de cortesía a los campamentos marroquíes. La ONU, aparentemente incómoda y desinformada, urgió a Marruecos a retirarse y a respetar la legalidad internacional. El día 9 Hassan II dio por alcanzados todos sus objetivos en el Sahara y, en espera de las conversaciones de Madrid retiró los campamentos de la Marcha Verde a Tarfaya. Argelia protestó y retiró su embajador en Rabat. Los polisarios, y los saharauis en general, traicionados por España, se aprestaron a la lucha.

Los Acuerdos de Madrid

El 12 de noviembre de 1975 comenzó la Conferencia de Madrid entre España, Marruecos y Mauritania, con EE.UU. en la sombra. Dos días después se produjo la Declaración de Madrid sobre el Sahara y se hicieron públicos los Acuerdos de Madrid [13] : se entregó a Marruecos toda la parte Norte de la provincia española, unos 200.000 kilómetros cuadrados de gran importancia geoestratégica y de aguas y subsuelo muy ricos, y a Mauritania, que los abandonará apenas tres años después en beneficio de su poderoso vecino del norte, los 70.000 km. cuadrados del Sur, los más pobres e improductivos. Todo se tejió entre bastidores por la CIA, el Departamento de Estado norteamericano y los servicios secretos marroquíes, sin que las Cortes y el pueblo español tuvieran, en gran medida, participación en el asunto; incluso el ministro Carro, mientras se discutía el día 18 el proyecto de ley de descolonización del Sahara en las Cortes, llegó a afirmar que España no había firmado ningún compromiso con Marruecos. Nunca se había traicionado de una forma tan perversa a sus propios ciudadanos, y los saharauis lo eran en 1975, ni entregado a un envalentonado enemigo territorios de soberanía nacional, acuartelamientos, armas y bagajes.

El Sahara fue ignominiosamente entregado en 1975, bien es verdad que eludiendo la última voluntad de Franco, traicionando a aquellos peninsulares y nativos que allí habitaban, españoles de hecho y de derecho todos, a nuestro ordenamiento jurídico y al internacional, y creando un precedente y una situación estratégica que lastra, y lastrará, gravemente la vida nacional.

Los Acuerdos de Madrid comprendían  los convenios firmados entre España-Marruecos-Mauritania, entre España-Marruecos y entre España-Mauritania. El principal es el denominado “Declaración de principios entre España, Marruecos y Mauritania sobre el Sahara Occidental”, el cual nunca fue publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) aunque se comunicó a las Naciones Unidas  y puede consultarse en la colección United Nations Treaty Series. Por el mismo “España procederá de inmediato a instituir una Administración temporal en el Territorio, en la que participarán Marruecos y Mauritania en colaboración con la Yemaá y a la cual serán transmitidas las responsabilidades y poderes” que ostentaba Madrid como potencia administradora. Comenzaba la operación Golondrina, el abandono del Territorio, el cual se consumaría el 26 de febrero de 1976, dos días antes de la fecha fijada en los acuerdos para la terminación de la presencia española.

Los convenios tenían diversos anexos secretos, alguno de los cuales fue publicado en la revista Interviú ya citada. En materia económica se entregó a Marruecos, sin compensación alguna, todas las instalaciones para la explotación y exportación de fosfatos, así como el 65% de las acciones de la empresa Fos Bu-Craa. En pesca Marruecos permitiría que 800 barcos españoles faenasen durante 20 años en las condiciones que tenían en 1975. Jurídicamente se delimitaban las aguas españolas en el Atlántico Occidental. Además, Rabat se comprometía a renunciar a la reivindicación de Ceuta y Melilla. Consideren ustedes en qué ha quedado todo aquello.

Como dice el citado Carlos Ruiz Miguel, Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago de Compostela [14] : “El contexto jurídico de los Acuerdos de Madrid resulta especialmente escandaloso, en el plano del Derecho interno y en el del internacional. En el primero de ellos, el documento fundamental es la ley de descolonización del Sahara, de 19 de noviembre de 1975, que se publicó deprisa y corriendo el día de la muerte de Franco. En ella se autorizaba al Gobierno a emprender negociaciones con vistas a la descolonización del Sahara. Sin embargo, el acuerdo secreto de Madrid, fechado el 14 de noviembre de 1975, estipulaba lo que sigue en su artículo 6: Este documento entrará en vigor el mismo día en que se publique en el Boletín Oficial del Estado la <Ley de Descolonización del Sahara>, que autoriza al Gobierno Español para adquirir los compromisos que condicionalmente se contienen en este documento. Por consiguiente, la descolonización se operó vulnerando la propia ley de descolonización del Sahara, pues la autorización para entablar negociaciones era pro futuro y no con efectos retroactivos. Precisamente porque no tenía efectos retroactivos el ministro Carro mintió al decir que el Gobierno no había firmado ningún compromiso con Marruecos. En consecuencia, la entrega del Sahara violaba la ley española, pues se hizo de acuerdo con unas negociaciones que no habían sido autorizadas por la ley, ya que eran anteriores a la misma. Por lo demás, la legalidad del Régimen estipulaba que para ratificar tratados que afectasen a la soberanía o a la integridad territorial española se requería autorización previa, mediante una ley, de las Cortes (art. 14.I de la ley constitutiva de las Cortes, de 17 de julio de 1942) y la ratificación posterior por parte del Jefe del Estado (art. 9a de la Ley Orgánica del Estado de 1 de enero de 1967). Ahora bien, si se estimase que la entrega del Sahara no afectaba a la soberanía o a la integridad territorial española y que, por tanto, su ratificación no requeriría ni previa ley de las Cortes ni intervención del jefe del Estado, habría de cumplirse con lo previsto en el artículo 14.II de la Ley de Cortes, a saber, que éstas fueran informadas de dicho tratado. A mayores, conviene recordar que el Acuerdo de Madrid no fue publicado en el Boletín Oficial del Estado, pese a que el Título Preliminar del Código Civil, que materialmente operaba como norma constitucional, así lo exigía.

A esta ilegalidad, según el Derecho nacional, se suma su ilegalidad internacional. España, como potencia administradora, sólo tenía dos opciones para liberarse de su responsabilidad: proceder a la descolonización, y eso sólo podía hacerse mediante un referéndum de autodeterminación, o no descolonizar pero transferir la administración del territorio al Consejo de Administración Fiduciaria, de acuerdo con el artículo 77.1.c de la Carta de las Naciones Unidas. España pretendió descolonizar sin hacer ninguna de las dos cosas, por lo que incurrió en una doble ilegalidad.”.

Es absolutamente ilegal que España transfiriera unilateralmente su cualidad de potencia administradora a una entidad tripartita [15] . Y hay que recordar que la resolución 3458 B de la Asamblea General de la ONU, de 10 de diciembre de 1975 [16] , exige a los firmantes del acuerdo tripartito de Madrid que cumplan con lo que el acuerdo evita: la celebración de un referéndum de autodeterminación .

Al final, la guerra. Y sus consecuencias

La primera visita de estado que hizo el rey fue a Estados Unidos, entre el 2 y el 6 de junio de 1976, siendo presidente Gerald Ford.

Para entonces, la guerra entre el Polisario y las fuerzas armadas marroquíes y mauritanas era ya una realidad sangrienta

El Polisario, creado a imagen y semejanza del sanguinario Frente de Liberación Nacional argelino (FLN), y equipado por Argelia, resultó un movimiento ferozmente inhumano, quizás como derivada de su componente marxista. A Mauritania la hizo retirarse de la lucha en apenas dos años. A Marruecos le costó muchos más años asegurar militarmente gran parte del territorio, y millones de dólares americanos y saudíes, además de lastrar su economía por décadas, el levantar los inmensos muros defensivos y equiparlos.

El origen de los muros está el la sangrienta carga que el Polisario impuso a las FAR (Fuerzas Armadas Reales). Por ello, en 1981, Marruecos, aconsejado por militares israelíes, comenzó la construcción de un muro de arena con vigilancia electrónica: el proyecto Medusa. Pero  no era suficiente y el General Dlimi, uno de los pocos hombres de confianza de Hassan II, entró en tratos con Lucien Becker, director de la consultora francesa, quien propuso que Marruecos construyese una bomba atómica. Los marroquíes estaban convencidos de que los fosfatos, abundantes en su subsuelo, podían transformarse en uranio enriquecido. En un informe, Becker propuso la formación de sociedades instrumentales, sobre todo en Francia y en Gran Bretaña, para disimular la construcción nuclear. El consultor calculó el coste del proyecto en 30 millones de dólares. A cambio del dinero y del esfuerzo, Rabat recibiría, según el consultor, no sólo la derrota definitiva del Polisario, sino, también, la hegemonía regional. El proyecto, que se bautizó como Gazogène, no se realizó por diversos motivos económicos y políticos.

También España pagó en sangre la situación creada. Veamos algunos de los crímenes polisarios [17] .

Raimundo López, electricista de Fos Bucraa, fue asesinado el 10 de enero de 1976 en un atentado terrorista, y su compañero Francisco Jiménez quedó ciego.

El 7 de abril de 1977 fue ametrallado el pesquero Pinzales, causándole varios heridos graves.

El pesquero Cansado Palomas fue abordado el 22 de abril de 1978, capturando el Polisario ocho tripulantes, los cuales estuvieron secuestrados hasta el 14 de octubre del mismo año, recibiendo muy malos tratos.

 El pesquero Tela fue ametrallado el 16 de agosto de1978, su patrón Parrilla Curbelo, herido, consiguió huir salvando el barco.

El Cruz del Mar  fue abordado 28 de noviembre de 1978 y, de sus diez tripulantes, siete fueron asesinados, incluido el muchacho de catorce años Sebastián Cañada García. Los otros tres se salvaron huyendo a nado [18]. El barco fue volado.

El 1 de noviembre de 1980 el Mencey de Abona desapareci con catorce pescadores estando la mar en calma. Quince días después un pesquero coreano encontró, en aguas saharauis, dos de sus tripulantes muertos, atados de pies y manos.

El barco congelador Montrove  desapareció, con 16 hombres a bordo y habiendo buena mar, el 19 de julio de 1984. Posiblemente fue volado.

También se sospecha que fue volado, el 12 de diciembre de 1984, el pesquero Islamar III, con 28 tripulantes a bordo.

El pesquero Junquito y la patrullera Tagomago fueron ametrallados desde tierra el 22 de septiembre de 1985, muriendo un cabo y siendo heridos dos marineros y siete pescadores. Los polisarios atacantes fueron capturados  por los marroquíes.

En el ataque contra el pesquero Los Andes, ocurrido el 22 de julio de 1986, fue muerto otro pescador. Y lo mismo ocurrió con el Puente Canario el 10 de septiembre del mismo año.

Hubo más, pero no son de dominio público y no puedo concretar datos.

A las muertes, heridas y daños en las cosas hay que añadir el expolio del banco pesquero sahariano por parte de Marruecos, habiéndonos expulsado en la práctica de él y teniendo que pagar un alto precio por cada licencia que graciosamente nos concede.

Otra agresión, indirecta, por supuesto, es la inmigración ilegal. Desde las playas saharauis parten la mayoría de las “pateras” que llegan a las Canarias. Marruecos, sabido es, no solo no persigue el tráfico, antes bien, lo alienta: crea problemas a España, se los quita a él y es fuente de ingresos. Inmigración ilegal y contrabando de droga afectan igual, e incluso mucho más, a la Península.

La apropiación de aguas internacionales tiene otra pesada derivada para España: ha impedido nuestras prospecciones petrolíferas, siendo otras naciones las agraciadas con las concesiones que se atribuye Marruecos.

Por supuesto, las reclamaciones sobre Ceuta, Melilla, Perejil y … lo que haga falta, han ido aumentando.

Los intereses en la zona

Ya se ha comentado la creación de una grandiosa base norteamericana al Norte del Sahara, frente a Fuerteventura, como sede del Africom. Pero Estados Unidos tiene muchísimos más intereses, empezando por los de toda África que ese mando militar tiene que cuidar y terminando por los específicos de Marruecos, covigilante, con Gibraltar, del estrecho de más tráfico del mundo, y estado “occidental” dentro del inestable Magreb amenazado por el integrismo islamista. Las multinacionales petroleras Total, Fina, Elf y un consorcio de empresas norteamericanas están haciendo prospecciones en aguas saharauis e instalando plataformas para la extracción del crudo. Y muchas de las riquezas del subsuelo saharaui (fosfatos, uranio, etc) revierten en manos americanas.

Hemos de recordar que el Sahara occidental es rico en importantes yacimientos de petróleo, gas, uranio, vanadio, zinc, magnetita, oro, plomo, hierro (se estima que hay un yacimiento con 70 millones de toneladas)... y los mayores del mundo en fosfatos,  con unas reservas estimadas en más de 1.100 millones de metros cúbicos  de roca fosfática;  sólo de la explotación a cielo abierto de  Bucraa (268 km. cuadrados; unas 10.000 toneladas según ciertas fuentes) se extraen anualmente tres millones de toneladas de roca fosfática, a pesar de lo cual, en diciembre de 2002 la SEPI renunció a formar parte del accionariado de la compañía FosBucraa.

A todo ello, además, hay que unir el importantísimo recurso de la pesca (incluso la URSS reconoció la autoridad “ de facto” de Marruecos sobre las aguas saharauis. Y, en el futuro, de la agricultura, pues hay grandes reservas de agua en el subsuelo.

Con relación a los fosfatos, el famoso miembro de la CIA Luis Manuel González-Mata, hizo un profundo estudio de la incidencia de ellos en el mundo [19] , dando por sentado que el “arma del hambre” existe. A este respecto, Kissinger hizo en 1970 un comentario escalofriante: “Controla el petróleo y controlarás las naciones; controla los alimentos y controlarás a los pueblos” (National Security Study Memorandum 200 -NSSM- 200, un proyecto secreto de 1974) [20] . Poniéndonos a finales de los años setenta del siglo pasado, las explotaciones agrícolas mundiales retiraban de las tierras cultivadas 450 millones de toneladas  de fosfatos al año, mientras que solo se restituían 23 mediante fertilizantes; en 1975, un país desarrollado utilizaba una media de 60 kilos de abono por habitante, media que ser reducía a 7 en los países del tercer mundo; Estados Unidos ya controlaban por entonces, gracias a la empresa Phosrok y su filial Phoschem un tercio de la producción mundial de abonos fosfatados, lo que les permitió, entre 1974 y 1975, subir el precio de la tonelada de 12 a 68 dólares

Por otra parte está Francia. Esto es tan obvio que, prácticamente, con citar un titular de prensa se resume todo.  “VILLEPIN LO CONFIESA: FRANCIA ES EL ABOGADO MÁS FERVOROSO DE MARRUECOS.  El primer ministro francés, hechura de Jacques Chirac [21] , reconoce en una entrevista que Francia es el mayor aliado de Marruecos en la Unión Europea. Lo que no dice, pero se sabe por experiencia, es que esa alianza se hace a costa de España” [22] . Es obligado mencionar que Chirac, como la mayoría de los dirigentes franceses, era masón, con lo que, de nuevo, vuelve a aparecer la masonería internacional en esta escena.

Pero, no solo hay intereses extranjeros en la zona, también el grupo de presión de los españoles que los tienen en Marruecos ha aumentado. Y los mismos son de muchos tipos. A todos ellos, periódicamente, el rey alauí les reconoce sus servicios [23] .

La evolución de la situación legal

En  abril de 2007 saltó a la prensa el escándalo de que el Gobierno Español de Rodríguez Zapatero, en relación con la pesca, daba carta de naturaleza y aceptaba las pretensiones marroquíes de propiedad sobre las aguas saharauis [24] . Como en casi todo lo que hace, la diplomacia marroquí “no da puntada sin hilo”, por eso, en la mayoría de los casos, lo menos importante es el huevo y lo que se busca es el fuero. Aceptar el que Marruecos reparta licencias de pesca, o de prospecciones petrolíferas, es aceptar que el Reino Alauí tiene soberanía sobre esas aguas internacionales o sometidas a descolonización. Y lo mismo hay que decir con relación al reciente caso de Aminetu Haidar: detrás de los engaños y vergonzosas manipulaciones e imposiciones a nuestros gobernantes está el que Marruecos ha tratado, y conseguido, que España reconozca [25] , y la Comunidad Internacional con ella, que en Marruecos impera únicamente la ley marroquí, dando carta de naturaleza, por vía de hechos consumados, a lo que meramente es una ocupación ilegal y en contra de los mandatos de la ONU.

Y todo ello sin olvidarnos de los numerosos “trágalas” a los que somete el rey de Marruecos a nuestros políticos: todos, “del rey abajo ninguno” sin falta, han de posar en las fotos oficiales delante de mapas de Marruecos que incluyen el Sahara y, en ocasiones, Canarias. Sin duda su fina sensibilidad soporta cosas peores.

Y con relación al Referendum, clave en el narcotizado proceso de descolonización, Marruecos, con la inestimable ayuda de Estados Unidos y Francia, sigue eludiéndolo.

El “Plan Baker II”, elaborado bajo la dirección de la ONU, era un documento aceptado por el reino alauí y el Frente Polisario en el que se preveía una autonomía transitoria para el Sahara bajo la ocupación marroquí, hasta la celebración del  referendum de autodeterminación en el que el pueblo saharaui decidiría sobre su futuro político.   Pero Rabat, de manera unilateral, ha hecho pública su intención de presentar ante la ONU su propio plan de anexión pura y dura, en el que no se contempla ninguna posibilidad para la independencia de los saharauis. Zapatero ha calificado esta iniciativa marroquí como una “buena oportunidad”, manifestando así su apoyo expreso.

Desgraciadamente, así están las cosas, pero, como cualquier mala situación, aun pueden empeorar, sobre todo si nuestros políticos y hombres de estado no hacen nada para evitarlo.

Y deben hacerlo, por justicia y por autodefensa.

·- ·-· -······-·
José María Manrique

[1] Así sonaba la pronunciación de “saharauis". También se pronunciaba Sájara (Sahara) y Sagia (Saguia)

[3] Para celebrar el citado referéndum de autodeterminación se confeccionaría el oportuno censo, denominado “censo español de 1974”.

[4] El 20 de mayo de 1973 se produjo el primer ataque del Polisario en el pozo de Janquel Quesat, a 42 km. al norte de Edchera. A partir del 26 de enero de 1974 se produjeron diversos ataques en la zona de Tifariti, Hausa y Edchera. Este año las Fuerzas Armadas Reales (FAR) marroquíes desplegaron la famosa Brigada del Golán, que había combatido en Siria contra Israel, y otras unidades, al sur del río Draa.

En la noche del 17 de diciembre de 1974 se produjo un hostigamiento polisario al puesto de Tifariti; a consecuencia de una emboscada posterior a una unidad de la Policía Territorial, esta unidad tuvo un muerto, 8 heridos y 2 desaparecidos (a); en el consiguiente contraataque de una patrulla de nómadas y dos secciones legionarias  del 3er Tercio murió el Sargento 1º Legionario D. José Carazo Orellana y resultaron heridos un cabo y un legionario.

El 21 de enero de 1975, el marroquí FLUS (Frente  de Liberación y Unidad del Sahara) realizó su primera acción armada contra un puesto de la Policía Territorial, en la carretera de salida de Aaiún a Smara.

Dos meses después, el 22 de marzo, se arrojaron varias granadas de mano contra el cuartel de la Policía Territorial en Aaiún, con el resultado de 36 heridos. Los agresores confesaron pertenecer al FLUS.

Echdiría y Mahbes furerons atacada con armas automáticas el 4 de mayo. Rabat atribuyó el hecho al FLUS.

Dos patrullas de “Tropas Nómadas” fueron capturados por el Frente Polisario, al ser traicionados los “europeos” por los soldados nativos. Murió el soldado Ángel Moral Moral y quince españoles más permanecieron presos cuatro largos meses, en ocasiones en territorio argelino y sufriendo malos tratos. Ocurrió el 10 de mayo de aquel 1975. El Polisario (Frente Popular para la Liberación del Sahara y Río de Oro) era, en la práctica, una creación de Argelia, aunque contaba con el apoyo mayoritario saharaui.

Dos días después, el FLUS atacó a una patrulla del 3º Tercio de La Legión, hiriendo a dos legionarios en la zona de dunas situada entre El Aaiún y Cabeza de Playa.

El 15 de mayo fueron capturados tres marroquíes que iban a atentar contra la emisora de radio de Aaiún; Hausa, población del interior, fue atacada por fuerzas del FLUS, lanzándose dos misiles antiaéreos portátiles SAM-7 soviéticos contra dos helicópteros UH-1D  españoles, que los esquivaron. El 17 varios camiones civiles fueron ametrallados cerca de Haunía, causando un muerto y un herido. El 20 fue desactivado un paquete explosivo colocado cerca del Casino Militar de El Aaiún; se detuvo a los terroristas marroquíes. Terminó mayo con la ocupación temporal de Guelta Zemur por el Polisario, el día 23, con deserción de nativos de la Policía Territorial y sin causar bajas.

El 8 de junio se capturó la 11 Compañía del VII Batallón Meharista marroquí, cerca de Mahbes y 30 kilómetros dentro de territorio español. Se rindió al verse cercada por legionarios del 4º Tercio. Al día siguiente Tah fue atacado por otra compañía marroquí; más al interior, en Hausa, ocho marroquíes desertaron de sus unidades. El 21 se repitió el ataque a Tah, sufriendo los marroquíes dos bajas. Tres días después una mina alauita mató al Teniente Luis Gurrea, al Sargento Diego Cano y a los Artilleros José Otero y Miguel Casanova.

El 25 de julio  una pareja de aviones T-6, que habían descubierto una patrulla marroquí dentro de nuestro territorio, fueron atacados con dos SAM-7, los cuales sortearon; ese mismo día los polisarios ocuparon temporalmente el abandonado puesto de Guelta Zemmur. El 3 de agosto el FLUS atacó en Hausa a una patrulla paracaidista española, muriendo el Cabo 1º  Joaquín Ibarz. En Hagunía fue capturado, el día 22, un destacamento del Ejército Marroquí por la patrulla “Grillo” del 4º Tercio. Ese mismo mes terroristas marroquíes pusieron tres artefactos trampa en Aaiún, matando a cuatro policías territoriales y al hijo de un dirigente político, todos nativos. El 2 de octubre una mina destrozó el vehículo del Capitán Jaime Perote y el legionario conductor, al sur de Sebjat Tah, resultando heridos ambos. A la semana siguiente, en la zona fronteriza de Hasi Tah, tres vehículos de la7ª Cía de la VIII Bandera penetraron en un campo de minas, muriendo legionario Manuel Torres Álvarez, y siendo heridos el Capitán Martínez Illescas, el Tte. Tapia, el Cabo 1º López Puente y a los legionarios Vázquez Arias y López de Alba Ruiz.

Poco después, prácticamente desaparecieron las actuaciones del Polisario, hasta la retirada de España del Territorio.

[5] Los servicios de inteligencia españoles, de Antonio Díaz Fernández, página 175; Alianza Editorial. Madrid, 2005.

[6] Los servicios de inteligencia españoles, de Antonio Díaz Fernández, página 176; Alianza Editorial. Madrid, 2005.

[7] Según la revista “La Gaceta Ilustrada”, nº 1154 de 19 de noviembre de 1978, y otras fuentes.

[8] Servicios de inteligencia españoles, de Antonio Díaz Fernández, página 176; Alianza Editorial. Madrid, 2005.

[9] Revista “Interviú” nº 368, de 1 de junio de 1983. El número que fue secuestrado y hoy su rastro es difícil encontrarlo en la “red”, de cuyas páginas ha sido borrado; véase

[10] Abraham ben Elazarm o Heinz Alfred Kissinger, más conocido como Henry Kissinger, era un judío alemán nacido en Fürth (Baviera) en 1923. Con  veinte años (1943, en plena guerra entre EE.UU y Alemania) se nacionalizó norteamericano. Siempre estuvo muy relacionado con el Centro de Estudios y Proyectos de la Fundación Rockefeller, de la que obtuvo una beca en 1947, tras pasar por Alemania con las fuerzas de ocupación y ser, a pesar de su empleo de sargento, administrador de la ciudad de Bensheim; durante esta etapa estuvo acusado de ser espía soviético. En sus memorias (The White Hous years, Editorial Atlantida, Buenos Aires,1979; por cierto, no dedica ni una palabra a Carrero) reconoce que quien más influyó en su vida fue Nelson Rockefeler, quien le introdujo en la política de alto nivel en 1955. Con el tiempo fue, junto con  Zbigniew Brzezinski, uno de los dos principales estrategas e ideólogos de la Comisión Trilateral. Los españoles debemos recordar que se entrevistó con el Almirante Carrero la víspera de su asesinato; curiosamente, aquel 1973 recibió el Premio Nobel de la Paz junto con el norvietnamita Le Duc Tho (como la guerra se prolongó a pesar de los acuerdos de paz, Led Duc Tho renunció al millonario premio, pero Kissinger prefirió conservar el dinero). a

[11] Los servicios de inteligencia españoles, de Antonio Díaz Fernández, página 176; Alianza Editorial. Madrid, 2005.

[15] Dictamen del Secretario General Adjunto de Asuntos Jurídicos, y Asesor Jurídico de la ONU, emitido el 29 de enero de 2002.

[19] Les vrais maîtres du monde, de Luis Manuel González-Mata, Editorial Grasset & Fasquelle, París, 1979.

[20] INFORME “NSSM 200” o INFORME KISSINGER.

[25] PESE A QUE LO HIZO POR ESCRITO. El PSOE niega que el Gobierno haya reconocido la soberanía de Marruecos en el Sahara.  


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