A
la memoria de Dª. María Collantes y de su hermano el
Reverendo Padre Justo Collantes de la Compañía de Jesús
La
Tercera Guerra Sagrada dura de 356 a.C. a 346 a.C. En sus inicios se
enfrentan la ciudad-estado ( de
Fócida contra la Liga Beocia capitaneada por Tebas. La causa
de la Tercera Guerra Sagrada es el control del santuario panhelénico
de Delfos. Los focidios van ganando la contienda hasta que en 347 -
346 a.C. Filipo II de Macedonia (el padre de Alejandro Magno) apoya a
la Liga Beocia. La injerencia de Filipo II hace que en Atenas surja
una facción política capitaneada por Eubulo. Esa
facción es hostil a la Confederación Beocia y pretende
frenar las ansias imperialistas de Filipo II. En Atenas domina a la
sazón el régimen democrático.
Los
atenienses envían tropas en auxilio de los focidios. Sin
embargo la diplomacia macedonia consigue sobornar a algunos
dirigentes focidios y sustituir en la misma Fócida los
gobernantes que simpatizan con Atenas de ideología democrática
por otros filomacedonios de raigambre aristocrática. Los
nuevos magistrados de Fócida rechazan la ayuda de Atenas.
Filipo
II penetra en Fócida. Cuando domina la región Filipo II
controla el santuario de Delfos. Para ganarse la simpatía de
los enemigos de los focidios Filipo II declara responsables de la
Tercera Guerra Sagrada a los ciudadanos de Fócida. Asimismo
Filipo II impone a los focidios la condición de que han de
abandonar las ciudades y volver a las aldeas.
La
historiografía ha juzgado durísima esta última
clausula pero olvida dos atenuantes en la conducta de Filipo II:
-
Los focidios carecen prácticamente de ciudades hasta el siglo
IV a.C. cuando el fenómeno urbanístico ocurre sólo
en la capital. Filipo II sólo castiga a los dirigentes de
Fócida
-
La urbanización de Macedonia es muy pequeña cuando
Filipo II sube al trono en 355 a.C. A Filipo II sólo le
interesa el dominio estratégico de territorios agrícolas
aunque no rechace su control del santuario de Delfos por prestigio. A
Filipo II sólo le empieza a importar el control de ciudades
tras su fundación de la Liga de Corinto entre la batalla de
Queronea en 338 a.C. y su asesinato en 337 a.C.
El
indudable éxito de Filipo II en la Tercera Guerra Sagrada
hace que en Atenas surja una corriente partidaria de llegar a un
acuerdo con Filipo II capitaneada por el político Filócrates
y el orador Esquines . Filócrates teme que Filipo II marche
hacia el Ática. Para Esquines la única solución
de salvar a Grecia de sus continuos conflictos internos pasa por
admitir el arbitraje y la capitanía de Filipo II de Macedonia.
Ese grupo se muestra rival del belicista que continúa
existiendo hasta el triunfo de Filipo II en Queronea (338 a.C.) sobre
los ejércitos ateniense y tebano.
Filócrates
y Esquines recogen el espíritu de la Paz del Rey o
Paz de Antálcidas que sirve de colofón a la
Guerra de Corinto en 387 a.C. Por ese tratado de paz el diplomático
espartano Antálcidas (de acuerdo con su diarca Agesilao II)
otorga al emperador persa Artajerjes II Mnemón el papel de
garante de la paz
común ) de toda la Hélade.
La Paz de Antálcidas representa la primera vez
que los griegos encomiendan su tranquilidad a un monarca extranjero.
Esa función pasa luego a Filipo II de Macedonia, Alejandro
Magno, sus sucesores a la cabeza del Reino de
Macedonia hasta 168 a.C. y Roma. La
Tercera Guerra Sagrada finaliza en 346 a.C. con la Segunda
Paz de
Filócrates. Ésta es el
resultado de una embajada ateniense que se entrevista con Filipo II.
En ella participa el orador Esquines. Esa legación es la
criticada por Demóstenes en el Discurso
XIX
Demóstenes
jamás acepta el papel salvador de la Hélade que
Esquines concede a Filipo II. Demóstenes se basa en el
incumplimiento por Filipo II de la Segunda Paz de Filócrates
para inclinarse por el grupo belicista de Eubolo y atacar con
gran dureza a Esquines a quien acusa de embaucar a los atenienses.
Las acusaciones de Demóstenes se observan con gran claridad en
su Discurso XIX que lleva el subtítulo Sobre la
embajada infiel (1) y es conocido también por la
Tercera Filípica y muy particularmente en los
fragmentos 20 - 24:
Porque
él (2) dijo
venir, habiendo convencido a Filipo de todas las cosas que convienen
a la ciudad tanto en lo referente a las cosas de los anfictiones
(3) como en todo lo demás, y
os pronunció un gran discurso que dijo haber pronunciado en
contra de los tebanos a favor de Filipo y anunció hacia
vosotros las cosas principales y os dio cuenta a vosotros de los
temas tratados en la embajada por él mismo, a vosotros que
permanecisteis en casa, que no habéis ido a la guerra y que
no habeis causado disturbios, de que Tebas escucharía,
cercada, aislada ella consigo misma, separada del resto de Beocia, y
Tespias y Platea actuando como ciudades libres, exigiendo los
sacrificios al dios no de parte de los focidios, sino de parte de los
tebanos los cuales habían decidido la captura del santuario
(4).
Que
dijo también él (5)
que no habían cometido menos
impiedad los que han tomado la decisión que quienes lo
hicieron con sus manos, y que por esto los tebanos le habían
ya anunciado de antemano a él las restituciones al templo, y
después dijo haber oído de algunos eubeos que estaban
atemorizados y revueltos, que la amistad hacia la ciudad había
nacido para Filipo, que no nos habéis pasado desapercibidos,
!Oh embajadores! por los que habéis hecho la paz con Filipo,
no ignoramos que vosotros habéis ofrecido la Anfípolis
a éste, y que Filipo os prometió entregaros a vosotros
Eubea.
Que,
en efecto hay también alguna otra cosa atribuida a él
(6) ,
pero no querría decir esto en ningún momento, pues
ahora le odian a él algunos de los compañeros,
recibiendo honra Endocimón por estas cosas y pareciendo ser no
sólo un retor (7) ,
sino también un hombre admirable, descendió de la
tribuna pomposamente y subiendo a la tribuna, yo intentaba decir algo
de lo que anuncié ante el Consejo, y colocándose él
a su lado, y al otro el otro, uno y otro (8)
se gritaban, me zarandeaban y finalmente se burlaban.<
Entonces
vosotros sonreísteis
y no estabais dispuestos a escuchar ni quisisteis creer otras cosas
más que las que éste había anunciado. Y, por los
dioses, me parece por lo menos natural que a vosotros os pase algo
así, pues ¿Quién soportaría creyendo que
existieran tales y tantas cosas buenas o bien que alguno dijera que
estas cosas no serán tan buenas o que le acuse de lo que se ha
hecho por ellos? Pues todo lo demás, creo yo, eran entonces
cosas secundarias respecto a las expectativas y las esperanzas
existentes, y los que hablaban en contra, aparecían como
subversión cuando no como ingenuidad, y estas cosas, en
cambio, parecían realizarse como admirables y convenientes
para la ciudad ·- ·-· -······-·
Gonzalo Fernández Notas
- (1)
Así se le conoce aunque la palabra griega
se traduce mejor por la embajada que no cumplió sus
compromisos que por la embajada infiel
(2)
Esquines
(3)
Los miembros de la Liga que custodian el santuario panhelénico
de Delfos. Esa Liga recibe el nombre de la Anfictionía de
Delfos. Filipo II controla la Anfictionía de Delfos con su
victoria en la Tercera Guerra Sagrada
(4)
Delfos<
(5)
Demóstenes continúa refiriéndose a Esquines
(6)
De nuevo Esquines
(7)
Maestro de oratoria
(8)
Esquines y Filócrates
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