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Los indios en la Conquista de América
por
Susana Sendra Ramos
Este artículo pretende de modo sencillo acercarse a la realidad de los indios en uno de los momentos más importantes de la historia de la humanidad: el descubrimiento del Nuevo Mundo, que supone uno de los hitos de la Edad Moderna
|
Introducción
La
conquista de América lleva consigo un tema trascendente como es el de la
consideración de las personas que encontraron en la nueva tierra descubierta. ¿Eran
aquellas personas iguales a los españoles en derechos y dignidad? Ésta era la
pregunta que surgía en aquellos que llegaron al Nuevo Mundo en 1492. El llegar
a tierras nuevas y encontrarse con personas jamás vistas les llevó a
preguntarse si esos nativos eran como ellos mismos o si su dignidad era
inferior… es ésta una cuestión fundamental porque radica en ella un problema
importante: la dignidad de toda persona.
En
este artículo veremos, con la ayuda de los textos del momento, que nos harán
acercarnos a los que pensaban los protagonistas de este periodo, cuál era la
intención que había detrás de la conquista, la forma de valorar a los indígenas
por parte de los reyes, consideraciones en cuanto al tratamiento de los indios
y otros temas que nos pueden acercar a la realidad del descubrimiento desde el
punto de vista de aquellas gentes que vivieron este momento de tal
trascendencia para la historia.
Misión
en América
La
llegada de los españoles a tierras americanas, encabezados por Cristóbal
Colón, supuso un choque cultural enorme; ya que los españoles encontraron
culturas muy diferentes a la propia de su lugar de origen. Estos
comportamientos de los nativos supusieron en los españoles un sentimiento de
superioridad en muchos casos; no obstante, la misión que debían llevar a cabo con
estos indígenas era clara: la evangelización; esta era una de las
principales tareas para la que habían sido encomendados. Así aparece en la bula
del Papa Alejandro VI:
Y
además os mandamos, en virtud de santa obediencia, que así como lo prometéis y
mandamos, lo cumpliréis por vuestra gran devoción y regia magnanimidad, habréis
de destinar a las tierras firmes e islas antedichas varones probos y temerosos
de Dios, doctos instruidos y experimentados para adoctrinar a los indígenas
y habitantes dichos en la fe católica e imponerlos en las buenas costumbres,
poniendo toda la debida diligencia en todo lo antedicho
Desde
el comienzo de la conquista, la preocupación por los nativos era evidente; la reina Isabel la Católica, insiste a Colón acerca de la misión evangelizadora de esta
expedición; por tanto, se preocupa porque estos nativos puedan llegar a la fe
verdadera.
Encontramos
esta preocupación en algunos textos de los reyes, en los que se muestra el
deseo de que los indios sean bien tratados. Por ejemplo, podemos analizarlo en
un texto de instrucciones al comendador frey Nicolás de Ovando, gobernador
de las Indias y Tierra Firme del mar Océano, para el buen tratamiento de los
indios :
“otrosí,
procuraréis como los indios sean bien tratados e puedan mandar
siguramente por toda la tierra e ninguno los faga fuerza nin los roben, nin
fagan otro mal nin dampno, poniendo para ello las penas que viéredes menester,
e executándolas en las personas quen ella fueran culpantes, e faciendo sobre
ellos los pregones e defendimientos nescesarios.
…Item,
direis de nuestra parte a los caciques e a los otros principales que Nos
queremos que los indios sean bien tratados, como nuestros buenos súbditos e
vasallos.”
Vemos
el deseo de que los indios reciban un trato lo más correcto posible y que sean
respetados. Además, aparece el deseo de los reyes de castigar a todo aquel que
pueda poner en peligro este buen trato.
También
el fragmento del codicilo de Isabel la Católica, escrito en 1504, muestra este
deseo de la reina; cuya principal meta era que pudieran convertirse y encontrar
la Sancta Fe católica los habitantes del Nuevo Mundo:
Nuestra principal intención fue, al
tiempo que lo suplicamos al Papa Alejandro sexto de buena memoria, que nos fizo
la dicha concession, de procurar inducir e traher los pueblos dellas e los convertir
a nuestra Santa Fe católica, e enviar a las dichas islas e tierra firme del
mar Océano perlados e religiosos e clérigos e otras personas doctas e temerosas
de Dios, para instruir los vezinos e moradores dellas en la Fe católica, e les enseñar e doctrinar buenas costumbres e poner en ello la diligencia
debida, según como más largamente en las Letras de la dicha concessión se
contiene, por ende suplico al Rey, mi Señor, mui afectuosamente, e encargo e
mando a la dicha Princesa mi hija e al dicho Príncipe su marido, que ansí lo
hagan e cumplan, e que este sea su principal fin, e que en ello pongan
mucha diligencia, e non consientan e den lugar que los indios vezinos e
moradores en las dichas Indias e tierra firme, ganadas e por ganar, reciban
agravio alguno en sus personas e bienes; mas mando que sea bien e
justamente tratados. E si algún agravio han rescebido, lo remedien e
provean, por manera que no se exceda en cosa alguna de lo que por las Letras
Apostólicas de la dicha concessión nos es inyungido e mandado” .
Es
también explícita una orden de Carlos V fechada en 1530:
“ninguna
persona sea osado de tomar en guerra ni fuera della ningún indio por esclavo,
ni tenerle por tal con título que le hubo en la guerra justa, ni por rescate,
ni por compra ni trueque, ni por otro título ni causa alguna, aunque sea de los
indios que los mismos naturales de las dichas Indias”
En
el proceso de asimilación de América; que empieza a producirse a lo largo del
XVI, se asimila la trascendencia del descubrimiento, se tiene el sentimiento de
estar asistiendo a un “progreso del que los españoles son los principales
protagonistas”.
Son los propios conquistadores y sus cronistas los que tienen la idea de que lo
suyo no tiene parangón en la historia; como afirmaba orgulloso Díaz del
Castillo, al hablar de la conquista de México: Mirad que los romanos no han
hecho tal hazaña… .
En
medio de todo este proceso, como añade Fernández Álvarez en el citado artículo,
la mayor hazaña hispana consistió en admitir al nuevo hombre americano. Pues la
pregunta se la habían hecho los contemporáneos. ¿El indio era un ser inferior,
susceptible por tanto de esclavitud, o un ser libre, en paridad de derechos con
el español? Esa sería la gran batalla intelectual librada por figuras como Las
Casas o Vitoria, y en general por la llamada escuela de Salamanca. También aquí
aparece el debate entre Las Casas y Sepúlveda; es decir, entre los defensores
de la libertad del indio y los que, apoyándose en la tesis aristotélica, pedían
su servidumbre; debate que más adelante comentaremos. A esta polémica no fue
ajena la autoridad imperial.
Carlos
V apoyó en un principio a los conquistadores en sus pretensiones frente a los
indios, ordenando a los maestros del Estudio de Salamanca que cesasen en sus
críticas- ¡Que callen esos frailes! Pero poco después, quizás debido al
desastre de Argel, reconsideró su actitud frente al fenómeno de la conquista de
las Indias, de donde surgirían las célebres Leyes Nuevas de las Indias, de
1542, de tan alto significado moral para la época y aún para toda la posteridad. Por tanto, la asimilación no fue solo de las nuevas tierras descubiertas, sino
además, y es algo mucho más importante, de lo que significaba el hombre que las
habitaba.
Testimonios
que hablan de la situación: Bartolomé de las Casas
En
cambio, a pesar de las buenas intenciones de los reyes con respecto al trato
que debían recibir los indios, existen testimonios que manifiestan otra realidad.
Desde inicios de la conquista hubo algunas actuaciones que no hubieran sido
aprobadas por los Reyes Católicos. Así, según cuenta Bartolomé de las Casas,
un domingo de Adviento del año 1511 el padre Montesinos predicó, como todos los
domingos, su homilía. En ella, el padre denunció todo lo que según él estaban
haciendo los colonos en perjuicio de la población indígena. Como recoge de las
Casas; ocurrió lo siguiente:
Llegado
el domingo y la hora de predicar, subió en el púlpito el susodicho padre fray
Antón Montesinos (…) Esta voz, dijo él, que todos estáis en pecado mortal
(…), por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid,
¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tal cruel y horrible servidumbre
aquestos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a
estas gentes? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin dalles de comer ni
curallos de sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais se os
mueren, y por mejor decir los matáis, por sacar y adquirir otro cada día? ¿Y
qué cuidado tenéis de quien los doctrine, y conozcan a su Dios…?
Estas
críticas llegan a España por medio de los dominicos el padre Córdoba y Antonio
Montesinos. Así que otra vez se encuentra el rey-regente frente a frente con
un religioso revestido del hermoso y noble hábito blanco de los dominicos.El
rey Fernando, regente tras la muerte de su mujer en 1504, escucha a los frailes y entiende que no se está
actuando bien en La Española. Como fruto de esta denuncia, se redacta el primer
cuerpo legal extenso en la Península para proteger a los súbditos americanos:
las Leyes de Burgos de 1512; a las que seguirán las Leyes de Valladolid de
1513. Con todas las leyes se crea un documento: el Requerimiento, creado por un
jurista castellano, Don Juan de Palacios Rubio. Este texto autorizaba por
mandato divino la conquista de las tierras y sometimiento de aquellos pueblos
indígenas que se negaran a ser evangelizados. Bartolomé de las Casas se hace
consciente de que el sistema de encomiendas genera injusticias entre los
americanos.
Bartolomé
de las Casas, en su escrito más difundido: Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias, realiza un detallado análisis de la situación que sufren los
nativos de las Indias en cada una de las zonas más importantes; de este modo,
hay un capítulo dedicado a las dos islas de Sant Juan y Jamaica, de la isla
de Cuba, de la provincia de Nicaragua, de la Nueva España y Pánuco y Jalisco, de la provincia de Sancta Marta, etc. Como relata con
toda crudeza los acontecimientos, muchos la han visto como una obra que
promovió la leyenda negra contra la Madre Patria.
Este autor ha sido considerado poco
fiable debido a lo que hemos señalado: su exageración a la hora de narrar la
actuación de los españoles con los indios.
Podemos
atender a su descripción en un fragmento de su obra, en la que describe desde
el momento de la llegada de los españoles:
Descubriéronse
las Indias en el año de mil y cuatrocientos y noventa y dos. Fuéronse a poblar
el año siguiente de cristianos españoles, por manera que ha cuarenta y nueve
años que fueron a ellas cantidad de españoles, y a la primera tierra donde
entraron para hecho de poblar fue la grande y felicísima isla Española.
En
este mismo fragmento podemos ver la actitud de Las Casas a la hora de referirse
a los nativos:
Todas
estas universas e infinitas gentes a toto génerocrió
Dios las más simples, sin maldades ni dobleces, obedientísimas, fidelísimas a
sus señores naturales y a los cristianos a quien sirven; más humildes, más
pacientes, más pacíficas y quietas, sin rencillas ni bollicios, no rijosos, no
querulosos, sin rancores, sin odios, sin desear venganzas, que hay en el mundo .
En
algunos casos parece que exagera en sus descripciones; de hecho, la imagen con la que Bartolomé de las Casas ha pasado a la historia es de exagerado con respecto a lo que
ocurre en la realidad. Aunque ha sido criticado como historiográficamente poco
fiable, en su obra muestra la gran estima que tenía por el hombre. Se
puede apreciar en el siguiente fragmento:
Su
comida es tal que la de los sanctos padres en el desierto no parece haber sido
más estrecha ni menos deleitosa ni pobre
Una
vez descrita la forma de ser de estos indios nativos, expone el trato que
recibieron de los españoles del siguiente modo:
En
estas ovejas mansas y de las calidades susodichas por su Hacedor y Criador así
dotadas, entraron los españoles desde luego que las conocieron como lobos y
tigres y leones crudelísimos de muchos días hambrientos. Y otra cosa no han
hecho de cuarenta años a esta parte, hasta hoy, y hoy en este día lo hacen,
sino despedazallas, matallas, angustiallas, afligillas, atormentallas y
destruillas por las entrañas (…)
La
consecuencia de la actuación de Bartolomé de las Casas, su insistencia a la
hora de hablar con el monarca… va a dar un paso más en cuanto a la crítica de la colonización. Cuestiona la presencia española; ya que hace ver que se está perjudicando a los
habitantes de las Indias. Como consecuencia, en la corte castellana surge “La
duda indiana”; que es un proceso por el cual Carlos I se planteó si realmente
tenía derecho a la conquista de las Indias. Se plantea la posibilidad de
abandonar la colonización. En este tiempo se habla de cierta crisis de
conciencia. Carlos V reúne a juristas en Valladolid; allí se acuerda que se
puede seguir adelante aunque habría que cambiar las formas. Después de las
controversias, la respuesta de Carlos V fueron las Leyes Nuevas de 1542. Con
ellas se buscaba fundamentalmente limitar las encomiendas para evitar los
abusos derivados de la práctica de estas.
En
esta controversia, destaca la figura de un gran jurista: Francisco de Vitoria,
profesor de la Universidad de Salamanca. El corpus jurídico que constituyen sus
obras fue el inspirador y promotor de un sistema justo de colonización de
las tierras recién descubiertas en el Nuevo Mundo.
Francisco
de Vitoria se plantea el problema de los “Justos Títulos”, refiriéndose a los
títulos que legitimarían la presencia de España en las Indias. Su argumento se
basa principalmente en dos aspectos: por un lado, si España dejara el Nuevo
Mundo, otros países se encargarían de entrar y gobernar. Por otro lado, desde
el punto de vista cristiano, es ilícito para el rey de España abandonar a los
que se han convertido al catolicismo:
…Es
claro que después que se han convertido allí muchos bárbaros, ni sería
conveniente ni lícito al príncipe abandonar por completo la administración de
aquellas provincias.
Naturaleza
de los indios
Desde
el comienzo mismo de la conquista la opinión respecto a la naturaleza de los
indios estuvo hondamente dividida; en particular sobre su capacidad para vivir
según las costumbres de los españoles y para recibir la fe cristiana. “Al
avanzar la colonización, el trato dado a los indios se convirtió en problema de
primerísima importancia”
Como
describe Lewin Hanke, la mayoría de los españoles que estaban en las Indias
durante el primer medio siglo de la conquista tendieron a ver a los indios,
bien como “nobles salvajes” o bien como “perros cochinos”.
Fue Colón quien fundó la escuela del “noble salvaje”, tal y como puede verse en
el diario del primer viaje, en el que hace referencia a gentes buenas, hermosas
y amables que habitaban las ricas tierras:
Y todos los
que yo vi eran todos mancebos, que ninguno vi de edad de más de treinta años:
muy bien hechos, de muy hermosos cuerpos y muy buenas caras: los cabellos
gruesos casi como sedas de cola de caballo, y cortos: los cabellos traen por
encima de las cejas, salvo unos pocos detrás que traen largos, que jamás
cortan. De ellos se pintan de prieto, y ellos son de la color de los canarios
ni negros ni blancos, y de ellos se pintan de blanco, y de ellos de colorado, y
de ellos de lo que hallan, y de ellos se pintan las caras, y de ellos todo el
cuerpo, y de ellos solos los ojos, y de ellos sólo el nariz. Ellos no traen
armas ni las conocen…
Tal
vez, como explica Lewis Hanke, esta postura de Colón cambió más adelante para
convertirse en una postura más negativa acerca del indio; sobre todo ante la
dificultad de gobierno en La Española. Prácticamente todo español con libertad de palabra en el siglo XVI abordó este tema de gran importancia; la controversia dura, y al
parecer irreconciliable sobre la verdadera naturaleza de los indios.
Principal
controversia: Bartolomé de las Casas y Ginés de Sepúlveda
La
principal controversia filosófico-jurídica del siglo XVI versó sobre este tema
de la naturaleza de los indios. Esta controversia constituye el primer gran
debate sobre los derechos humanos y sienta las bases de la práctica del derecho
internacional .
En ella intervinieron Palacios Rubios, Francisco de Vitoria, Ginés de
Sepúlveda ,
Domingo de Soto, Vasco de Quiroga y Bartolomé
de las Casas .
Agosto de 1550 fue el mes en el que se abrió la Controversia de Valladolid; en
medio de un momento difícil para Carlos V.Esta
controversia ocupó dos largos meses de debates; los participantes terminaron
agotados. Así ocurrió después de los cinco días de lectura ininterrumpida por
Las Casas de toda su “Apología”. El Democrates Alter de
Sepúlveda, fue uno de los principales textos junto con el ya citado de Las
Casas.
El
debate entre los partidarios de la igualdad o de la desigualdad de indios y
españoles llega a su apogeo y al mismo tiempo encuentra una encarnación
concreta en la célebre controversia de Valladolid . Como explica en la
mencionada obra Jean Dumont; cada uno de los principales participantes del
debate tenía un hándicap; por un lado, Bartolomé de las Casas contaba con un
escaso conocimiento del latín, que en comparación con Ginés de Sepúlveda, le
hacía quedar a un nivel inferior. Este poco dominio de la lengua latina le
llevó además a algún problema de interpretación. Por otro lado, Ginés de
Sepúlveda, contaba con el hándicap de que jamás había puesto los pies en
América y carecía de los conocimientos de los indios en su ámbito propio.
La
teoría aristotélica sobre la esclavitud y la barbarie, seguida entre otros por
Ginés de Sepúlveda, quien tradujo la obra Política de Aristóteles al latín, fue muy influyente en esta controversia. Aristóteles defiende la esclavitud como
algo natural en el capítulo II del libro I de su obra mencionada:
“hay
esclavos y hombres libres que lo son por obra de la naturaleza; se puede
sostener que esta distinción subsiste realmente siempre que es útil al uno el
servir como esclavo y al otro el reinar como señor; se puede sostener, en fin,
que es justa, y que cada uno debe, según las exigencias de la naturaleza,
ejercer el poder o someterse a él.”
Así
Ginés de Sepúlveda se identifica con el paternalismo, y Las Casas con el
antipaternalismo. Ginés de Sepúlveda fundamentará el paternalismo en la
incapacidad natural de los indios para darse un gobierno propio, cosa que están
llamados a asumir los españoles por tener un mayor nivel de civilización,
señalando respecto de los indios:
“Y la condición de
estas últimas es tal que deben obedecer por su barbarie al imperio de los más
civilizados y cultos por Derecho Natural”
Sepúlveda
habla de que los indios presentan un estado de retraso subsanable, mutable por
la cultura que les aportarán los españoles y, en primer lugar, el cristianismo . Sin embargo, De las
Casas ve en expresiones como esa la irremisible bestialidad de los indios y la
justificación de su opresión sin límites.
Ambos
pensadores discutieron acerca de diversos temas, de los que cada uno daba su
opinión. Entre los temas que se abordaron, aparecen preguntas como: ¿Se justifica el sometimiento de los
indios para “salvar a los numerosos inocentes que esos bárbaros inmolan?, ¿Pueden
ser sometidos los indios para evitar que adoren a los demonios?, ¿La “condición
natural” de los indios justifica que se les someta? . Son estas algunas de
las preguntas a las que dan respuesta cada uno de los miembros de la
controversia; ambos apoyándose en doctrinas filosóficas y en autores de la tradición. No obstante, sería arduo para un trabajo de estas dimensiones analizar cada uno de
las respuestas; por ello, nos limitamos a narrarlo brevemente.
En
cuanto al balance final de la controversia, que puede resultar de interés, cabe
señalar que dependiendo de los distintos autores y estudiosos, existen diversas
opiniones. Jean Dumont considera que Sepúlveda venció holgadamente en la controversia. Señala que Las Casas
fue menos convincente para los jueces; aunque en un principio parecía que quien
resultaría victorioso de la controversia sería Las Casas, finalmente, a su
juicio, así como de Lewis Hanke, quien señalaba en 1957 respecto a Las Casas “el fracaso de la controversia de
Valladolid al no lograr el triunfo de sus ideas en forma pública y resonante” .
Resulta
interesante lo que aseguran otros especialistas en Las Casas para añadirlo como
colofón a este apartado. Así, Martínez Bulle Goyri escribe: ambas corrientes (la lascasiana y
sepulvedana) son esencialmente cristianas y humanitarias (…) ambos contribuyen
a la primitiva formulación de los derechos humanos.
Conclusión
Como
conclusión a todo lo expuesto de modo sencillo, podemos extraer lo siguiente.
En
primer lugar, creo que mediante los textos vemos claramente cuál era la
intención de los Reyes con respecto a los indios. En este sentido, como afirma
María Saavedra:
El español
demostró con su conducta que no le interesaba en absoluto arrancar del
continente americano a su población nativa. ¿Para qué entonces crear escuelas,
colegios y muy pronto Universidades? Recordemos la temprana fecha de fundación
de la Universidad de Santo Domingo (1538), seguida muy pronto por las de Lima y
México. O la de San Francisco Xavier de Chuquisaca, en Bolivia, creada en 1624.
Pero la razón más importante es que la Corona impulsa la colonización americana
con un objetivo prioritario: la evangelización de los indígenas.
También
se puede llegar a la conclusión de que el trato a los indios en algunos casos
no fue tan bueno como les hubiera gustado a los Reyes, y que se produjeron
algunas injusticias grandes; no obstante, hemos de señalar lo que ya hemos
mencionado: Bartolomé de las Casas mostró una postura bastante radicalizada y
la mayoría de los estudiosos coinciden en ello.
Por
otro lado, espero que haya quedado de manifiesto en el presente trabajo la idea
de que la España del momento se jugó algo fundamental al tener en consideración
la dignidad del hombre, hoy indudable. El plantearse la idea de si era justa la
conquista, la posible idea de abandonarla… denota un grado de compromiso con el
ser humano por parte de los monarcas españoles que difícilmente se hubiera dado
en otros lugares. Los reyes muestran su concepción cristiana del hombre; de que
todas las personas somos hijos de Dios. ·- ·-· -······-·
Susana Sendra Ramos Bibliografía
BARTOLOMÉ DE LAS CASAS, Brevísima
Relación de la Destrucción de las Indias, Edición de André Saint-Lu,
Cátedra, Madrid, 1993, p. 75
BEUCHOT, M. Los
Fundamentos de los Derechos Humanos en Bartolomé de las Casas, Anthropos,
Barcelona, 1994, p.21
CRISTÓBAL
COLÓN, Diario de a bordo del primer viaje a las Indias; esta información
aparece en el diario el jueves, 11 de octubre. Texto extraído de la web www.ideasapiens.com
DE AZCÁRÁTE, P.
Aristóteles, Política, Libro I, Madrid, 1873
DUMONT,
J. El Amanecer de los Derechos del Hombre, La Controversia de Valladolid,
Encuentro Ediciones, Madrid, 1997, p. 55
FRAY BARTOLOMÉ
DE LAS CASAS, Historia de las Indias, 1561
FRANCISCO DE
VITORIA, Sobre el poder civil. Sobre los indios. Sobre el derecho de la
Guerra, Clásicos del Pensamiento, Madrid, 1998, p. IX
M. FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Cambios
en España tras el descubrimiento, V Centenario del Tratado de Tordesillas,
Junta de Castilla y León, 1994, p. 25
Artículo F.FERNÁNDEZ BUEY La Controversia
Entre Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las
Casas.Una Revisión. Boletín Americanista, 1992
GARCÍA
GALLO, A. Estudios de Historia del Derecho Indiano. Instituto Nacional de
Estudios Jurídicos. Madrid, 1972, p.416
LEWIS HANKE, La lucha por
la justicia en la conquista de América, Colegio Universitario de Ediciones
Istmo, Madrid, 1988, p. 96
TZVETAN
TODOROV, La Conquista de América: el problema del otro, Siglo
Veintiuno Editores, México, 1987, pp. 163-164
Notas
Artículo
F.FERNÁNDEZ BUEY La Controversia
Entre Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las Casas.
Una Revisión. Boletín Americanista, 1992
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