Arbil cede expresamente el permiso de reproducción bajo premisas de buena fe y buen fin
Para volver a la Revista Arbil nº 90
Para volver a la tabla de información de contenido del nº 90


texto de banner

ABC, La Nación y La Época ante la Revolución de Octubre

por Cristina Barreiro

La posición de la prensa "derechista" y las consecuencias de la misma

No se trata en este artículo de hacer un análisis sobre las causas y sobre el desarrollo de la Revolución de Octubre de 1934 pero si conviene conocer las consecuencias que ésta tuvo para la aplicación de los mecanismos de censura y -en el caso que ahora nos ocupa- comprender cómo tras la insurrección en Asturias “la derecha monárquica se unió en el pánico y en la venganza”[1]. Durante las jornadas revolucionarias, los alfonsinos se colocaron al servicio de las autoridades republicanas para combatir la insurrección. Los parlamentarios miembros de Renovación Española determinaron que era necesario ponerse al lado del Gobierno ofreciéndose a colaborar en todo lo que fuese preciso “al servicio de la Patria” (Diario de Sesiones a Cortes, 9 noviembre 1934). En las ciudades en las que la huelga paralizó los servicios públicos, los jóvenes monárquicos vendieron periódicos, fabricaron pan e incluso condujeron tranvías a las órdenes de las autoridades militares. La Nación, el periódico que más duramente había combatido al gabinete radical, insistió en la necesidad de contribuir a mantener el orden e incluso, el 6 de octubre, ofrecerá una tregua política:

En este instante no somos adversarios del Gobierno. No nos acordamos de nuestros ideales políticos por los que volveremos a luchar, dentro de la Ley, cuando el orden se haya restablecido.

Sin embargo, cuando la situación se normalizó y el orden público fue restablecido, los órganos de Prensa alfonsinos pidieron los más duros castigos para los principales responsables de estos sucesos y se esforzaron en mostrar los más mínimos detalles truculentos acerca de las muertes y destrozos que se habían derivado de la Revolución. Para las publicaciones monárquicas, librar a España de cualquier resto de socialismo anarquizante se había convertido en una prioridad y para ello emplearán todos los mecanismos periodísticos puestos a su alcance. Los portavoces de Renovación Española exigían en la Prensa y en las Cortes una dura represión que impidiese incluso la recuperación futura de la izquierda. La minoría parlamentaria alfonsina adoptará un auténtico programa de acción contrarrevolucionaria que será resumido por Ramiro de Maéztu en el número del mes de noviembre del órgano de Prensa del partido, la revista Renovación Española:    

(Es necesario que) primero, se haga la debida publicidad de todos los horrores realizados por los revolucionarios y de todos los que se prometían realizar en caso de triunfo, publicando las listas negras de las personas que iban a ser por ellos ejecutadas, así como las demás medidas por ellos proyectadas. Segundo, que se aproveche la indignación originada por la revolución y la que despierte el mejor conocimiento de sus designios, en proceder a la organización de la sociedad en un sistema permanente de defensa contra la revolución social. Tercero, que se deshaga de una vez para siempre la organización de la lucha de clases en todas sus formas. Y cuarto, que se proceda a la purificación de todos los organismos del Estado, especialmente de las Fuerzas Armadas y de los departamentos de enseñanza, de todos los elementos revolucionarios, ya activos, ya teóricos[2].

En las Cortes los alfonsinos se caracterizaron por exigir responsabilidades políticas y una dura represión individual contra los jefes revolucionarios. Sin embargo, la negativa de una parte del Gobierno a adoptar las implacables medidas de represión que exigían los monárquicos reforzó en éstos su creencia de que la democracia liberal era en sí misma un sistema débil y por lo tanto, incapaz de librarse de los designios revolucionarios. Como afirma Gil Pecharromán;

Octubre reafirmó en los alfonsinos el convencimiento de que, al margen de la propia cuestión monárquica, era prioritario acabar con el Estado democrático mediante un acto de fuerza protagonizado por militares. (...). En adelante, y en gran medida como consecuencia directa del impacto de Octubre, los alfonsinos relegarían las estrategias de política parlamentaria -que tan escasos resultados les había dado, por otra parte- en beneficio de sus otros dos objetivos: el desarrollo de la conspiración cívico-militar contra la República y el adoctrinamiento político de las masas conservadoras a fin de crear un estado de opinión favorable al golpe de Estado y a un posterior retorno de la Monarquía[3].

A este último objetivo dedicará la Prensa alfonsina sus principales esfuerzos.

 

·- ·-· -··· ···-·
Cristina Barreiro

 



[1] PRESTON, P: “El asalto monárquico contra la II República”. Cuadernos de Ruedo Ibérico. p. 39.

[2] Vid: GIL PECHARROMÁN, Julio: Conservadores subversivos. pp. 190-191.

[3] Ibídem. p. 192.o

 

Para volver a la Revista Arbil nº 90
Para volver a la tabla de información de contenido del nº 90

La página arbil.org quiere ser un instrumento para el servicio de la dignidad del hombre fruto de su transcendencia y filiación divina

"ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el Foro Arbil

El contenido de estos artículos no necesariamente coincide siempre con la línea editorial de la publicación y las posiciones del Foro ARBIL

La reproducción total o parcial de estos documentos esta a disposición del público siempre bajo los criterios de buena fe, gratuidad y citando su origen.

Foro Arbil

Inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones. N.I.F. G-47042924
Apdo.de Correos 990
50080 Zaragoza (España)

ISSN: 1697-1388