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La Unidad de España, en cuestión
por
Jaime Larrinaga
Somos españoles que hemos tenido un pasado compartido, con una diversidad que cada región busco acomodo en el mosaico peninsular, certificando las singularidades de cada una de ellas. Esta España rica, por su variedad cultural artística y climática ha sido puesta en tela de juicio últimamente por el proyecto nacionalista separatista indecente y cínico, como es el proyecto Ibarretxe
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Agradezco a Foro Arbil su invitación para participar en sus actividades por la que puedo manifestar mi preocupación por el rumbo que va tomando la vida política española y al mismo tiempo ejercer nuestra misión del foro El Salvador, que es: estar con las víctimas del terrorismo y ser su voz, silenciada, en estos últimos tiempos por los poderes políticos, porque nosotros, los del Foro El Salvador, consideramos que las víctimas están en posesión de la verdad moral e los golpes que todavía suenan en sus cabezas y que por ello están legitimadas para juzgar no sólo a los ejecutores, sino también a la sociedad que sólo piensa en su supervivencia. En esta línea, denunciamos el nombramiento del alto comisionado para la defensa de las víctimas, por ser perjudicial para sus intereses. Viene a ser una torpe imitación del cargo, de directora de atención a las víctimas, creado unos meses por el gobierno vasco. El asunto es claro, porque ninguna de las víctimas la acepta.
Denunciamos, pues, la traición del gobierno a las víctimas que se sienten moralmente atacadas y traicionadas de nuevo. Pedimos al gobierno que no lleve más dolor a las víctimas. No olvidemos que todas, excepto las del 11-M han sido víctimas de un terrorismo nacionalista que atenta directamente contra la unidad de España, es a esa España, la que integra un sentido integrador y pluralista. Pero por desgracia, la historia de España no interesa, e incluso ha perdido influencia en los sistemas de enseñanza de las jóvenes generaciones, como otras materias humanísticas (latín, filosofía). Además, bajo cuartadas pedagógicas, el proceso que explica el pasado peninsular ha terminado por parcelarse, malgastando energías en aspectos anecdóticos o localistas y destruyendo una de las notas más sobresalientes del pasado hispano, la existencia de una realidad rica, por diversa. En estas aguas revueltas pescaron también, una izquierda desorientada y los nacionalismos periféricos, dispuestos a fabular o consentir historias desligadas del conjunto español. Historias, donde lo singular se impone a lo común, y donde los vasos comunicantes abiertos al menos desde hace 500 años se cierran. Esto es muy grave.
Al calor de una voluntad diferenciadora, afloran historiografías regionales, a menudo subvencionadas como archivos, museos patrióticos, libros escolares… más propios del siglo XIX que del siglo XXI en los que se sacrifica el rigor en beneficio del adoctrinamiento y la defensa del hecho diferencial. Una de las naciones más antiguas de Europa se ve en entredicho a pesar de su vida política y cultural comunes. Muchos españoles han crecido con la sensación de habitar en una nación fracasada, cuyo nombre sólo debía pronunciarse en caso de extrema necesidad, a pesar de que pocos países del mundo podían ofrecer, como España, una crónica tan apasionante como dilatada.
Somos españoles que hemos tenido un pasado compartido, con una diversidad que cada región busco acomodo en el mosaico peninsular, certificando las singularidades de cada una de ellas. Esta España rica, por su variedad cultural artística y climática ha sido puesta en tela de juicio últimamente por el proyecto nacionalista separatista indecente y cínico, como es el proyecto Ibarretxe. Afirmo indecente, porque ETA es el motor del proyecto. La sociedad vasca era plural, pero al violencia de ETA ha roto y ha dividido. Hay una sociedad, la nacionalista, que vive y se expresa libremente, y otra, la no nacionalista, que no tiene ninguna libertad para expresarse y que esta expuesta a los tiros en la nuca. La presentación del plan Ibarretxe es inexplicable e incomprensible sin la violencia ETARRA. Es pues indecente que en una sociedad cuya división esta causada por la violencia y mantenida políticamente por el miedo se nos presente el proyecto como una iniciativa surgida de la demanda social. Y el colmo del cinismo es que afirme Ibarretxe que se va a expresar “los que vivimos y trabajamos en Euzkadi” y los muertos y las víctimas y los que se han ido. Los arrojados los expulsados de su tierra no tienen derecho a decidir sobre lo que pase en el país Vasco, que horror.
Este protagonismo del terrorismo en la reciente historia de España, ha favorecido a todos los nacionalismos para avanzar en el camino de separatismo. Así, en el reciente debate parlamentario, los catalanes, gallegos y canarios se desentienden del plan Ibarretxe para reclamar los suyo. Vienen a decir que, si hay sesiones allí donde el nacionalismo es violento, con mayor razón donde es pacífico. España es el único pía del mundo en que regiones con un alto grado de autogobierno y las más desarrollas, hipotéticos e imaginarios derechos históricos reclamen más beneficios, con desprecio y falta total de solidaridad. Problema este muy importante que debería preocupar a las jerarquía civiles como religiosas porque atentan contra las antropologías actuales. Podríamos preguntar que agentes han contribuido en el desarrollo tan fuerte de Cataluña y el País Vasco. Fundamentalmente es el dinero de toda España que se ha invertido en esas regiones y la aportación de hombres y mujeres, capital humano, de toda España, que abandonando su lugar de nacimiento han trabajado por el desarrollo de esas regiones hoy en día prosperas. Regiones que ahora infectadas por el virus nacionalista se muestran insultantemente insolidarias. Esta situación se agrava con un gobierno de España cautivo de esos nacionalismo periféricos, dispuesto a romper la unidad española. Con ese fin en Cataluña, País Vasco y Galicia las publicaciones literarias en español no reciben ninguna ayuda de sus gobiernos. Es más, en el País Vasco el gobierno vasco nacionalista, esta imponiendo un monolingüismo que para los niños, para quienes el vascuence no es u lengua materna será un fracaso anunciado. Y cada vez ofrece menos plazas en castellano. Y todo esto con la permisibilidad del gobierno central. Nadie se atreve a protestar, a pesar de que existe un gran malestar entre los padres, igual como sucedía en los años treinta en Alemania, cuando los judíos no se atrevían a protestar de la política antisemita del gobierno. Conducta esta, la del gobierno de España, que extraña a cualquier demócrata y que genera crispación en la sociedad cuando el sr. Zapatero solicita a la UE que el catalán, el vascuence y el gallego sean consideradas lenguas oficiales, en cambio en esta regiones el castellano, lengua oficial de España es arrinconado y prohibido en sus escuelas y en muchas de sus iglesias, en contra de la constitución y de los distintos estatutos de autonomía, ante la permisibilidad del gobierno de la nación. Otro de los instrumentos con los que los nacionalistas separatistas luchan para romper la unidad de España, además de las consejerias de cultura, volcadas en esta tarea. Son los textos de historia que se publican y que son financiadas para atentar contra el pasado común de los españoles, inventando o falseando, ignorando la historia. Donde están los inspectores de enseñanza que son reconocidos por los estatutos de autonomía y cuya misión primordial es vigilar los contenidos.
El mundo inmigrante, cerca del millón sin papeles será otro de los problemas de la unidad española. En estas zonas separatistas son recibidos con recelo y preocupación, pero como son necesarios para el desarrollo, son recibidos. Más el ambiente nacionalista los va a humillar tanto, que pronto se convierten en nacionalistas radicales, como por ejemplo De Juana Chaos, Belén Peñalba y un marroquí detenido en Vitoria, implicado en la masacre del 11-M y que confeso que odiaba profundamente a España.
Los nacionalistas, para cuya satisfacción diseñaron los constituyentes de 1978 uno de los estados más descentralizados del mundo, han sido a partir de 1990 los que más han cuestionado la validez de la formula autonómica, quieren liquidar el estado de las autonomías. El nacionalismo vasco busca en todo dramatizar el enfrentamiento con el gobierno central para justificar la secesión de una nación, España que a un líder del PNV le da más miedo que ETA, y a otro ,líder aún le mueve declarar que prefiere cortarse la mano que votar con ella la constitución. Este nacionalismo bronco y radical, con los mismos fines de ETA ha trazado una línea divisoria entre las fuerzas nacionalistas de Euskal Herria, disfrutando de inmunidad antelación terrorista y las que defienden la constitución y el estatuto, objetivos preferentes de la banda. Ante esta situación de división surge en los años 90, artos ya , diversas plataformas no partidistas que van a denunciar la agresión que son objeto la democracia en el País Vasco, así como la impunidad que gozaban los agresores. Este movimiento rompía el silencio en el que el nacionalismo había encerrado a la sociedad civil a lo largo veintitantos años de gestión omnímoda del poder autonómico nacionalista pronto alguno de esos movimientos por influencia de la Iglesia vasca derivan, e una confusa retórica de culpa colectiva y de la igualdad sufriente entre víctimas y verdugos. Su estrategia del silencio había acabado por convertirse, involuntariamente en el mejor aliado de quienes, desde el gobierno vasco, necesitaban una sociedad sedada y de unos súbditos manejables, satisfechos con su bienestar económico fruto del privilegio fiscal e incapaces de reivindicar a gritos lo que por derecho les correspondía: la libertad y la paz sin condiciones, ni contrapartidas políticas de ninguna clases. Con esta idea de libertad, de paz y de hacer justicia a las víctimas del terrorismo fundamos en 1999 el Foro el salvador con un manifiesto titulado “Por la verdad , la justicia y el perdón en Euzkadi” en ese manifiesto , en el último punto denunciabamos con dolor pero valientemente la conducta de la Iglesia,: “como cristianos y personas libres, nos sentimos alarmados por la grave hegemonía del nacionalismo en la iglesia vasca y el uso perverso que se hace de la doctrina de la caridad y del perdón para amparar el totalitarismo de ETA y sus cómplices políticos. Lamentamos lo desantendidos que hoy se encuentran por nuestra Iglesia los fieles que no son de ideología nacionalista y las propias víctimas del terrorismo. Y reclamamos con urgencia de esa misma iglesia, a la que pertenecemos, un discurso que concilie los valores cristianos con los derechos ciudadanos”.
Como podemos defender la unidad de España todos los constitucionalistas debemos ir en el País Vasco unidos. No más autogobierno, sino más constitución, más eficazmente compartida y que las leyes se cumplan con textos, educación, legislación, ya que hasta un observador extranjero dice que la vida como se vive en el País Vasco es distinta a como se vive en el resto de España, como se aprecia en sus fiestas “presos, bandera, insultos y amenazas a los constitucionalistas” como decía Fernando Sabater, del diálogo político con el nacionalismo radical, nadie a conseguido nada excepto Ernest Lluch, que consiguió que le mataran.
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Jaime Larrinaga
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