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por Gonzalo Rojas Sánchez Benito XVI ¿Otro Papa incómodo según la expresión que popularizara Carlos Peña? Si, otro Papa incómodo: van 265 Papas incómodos. | |||||
| Corre el profesor, en medio de su enorme alegría, a revisar su biblioteca y encuentra que hay sólo dos libros de Joseph Ratzinger. Aunque uno de ellos tiene apenas 108 páginas, atesora el pequeño volumen, porque recuerda los conceptos básicos que lo impresionaron hace años y que ha visto tantas veces reiterados en los documentos y entrevistas del ahora flamante Benedicto XVI. "Verdad, valores, poder: piedras de toque de la sociedad pluralista", de ediciones Rialp, 1993, recoge tres trabajos del nuevo Papa, escritos entre 1991 y la fecha de publicación. Pero en medio del repaso de los conceptos fundamentales, entra a la oficina otro historiador, el que comenta dolido las expresiones de un senador chileno, "católico", para quien el Espíritu Santo ha estado ausente del recién terminado cónclave, por lo que él se ha permitido invocar a la Tercera Persona de la Trinidad para que ayude al nuevo Papa y lo haga cambiar. ¿Otro Papa incómodo según la expresión que popularizara Carlos Peña? Si, otro Papa incómodo: van 265 Papas incómodos. La lectura del libro explica muy bien porqué ha comenzado a caer artillería pesada sobre Benedicto XVI y porqué habrá que difundir más y más su trabajo teológico y su magisterio, para que se vea con claridad qué es lo que resulta inaceptable a pusilánimes o rebeldes. Dos grandes temas se tratan en la breve obra. Por una parte, el problema de la conciencia, central en las preocupaciones del nuevo Papa. El gran teólogo alemán es claro: "La identificación de la conciencia con el conocimiento superficial y la reducción del hombre a la subjetividad no liberan, sino que esclavizan; nos hacen completamente dependientes de las opiniones dominantes y reducen día a día el nivel de las mismas opiniones dominantes." (Ratzinger, Verdad, 55) Probablemente estas palabras causen profunda paz en quienes se esfuerzan porque en sus vidas la verdad sea "la idea central de su lucha espiritual," (Ratzinger, Verdad, 58) pero también causarán el mayor desasosiego en otros, entre los que han prácticamente abandonado el concepto de verdad y lo han "sustituido por el de progreso." (Ratzinger, Verdad, 61) La cara de molestia en José Antonio Viera Gallo, cuando hace años rechazaba en la TV la idea de que la Veritatis Splendor fuera la piedra angular del tercer milenio, lo ejemplifica bien. Y, en segundo lugar, el problema del Estado, la democracia y la moral. Al respecto, afirma el hoy Benedicto XVI: "El Estado no es fuente de verdad ni de moral; ni apoyándose en su particular ideología, que puede estar basada en el pueblo, la raza, la clase o cualquier otra magnitud, ni a través de la mayoría, puede producir la verdad por sí mismo; el Estado no es absoluto," (Ratzinger, Verdad, 103) a lo que agrega que "la fe cristiana sigue ofreciendo hoy día a la razón el sistema fundamental de conocimiento moral, que desemboca en una cierta evidencia o constituye el fundamento de una fe moral razonable y sin el que ninguna sociedad puede subsistir." (Ratzinger, Verdad, 104) Imagínense la cara de algunos... "Verdad, valores, poder" es un libro que debiera estar en manos de miles de lectores, lo antes posible, porque su atingencia a los problemas fundamentales de Chile no puede ser mayor, y porque sus lecciones no pueden ser más prácticas y de más dramática urgencia. Quizás por eso, a mitad de libro, el autor desliza estas palabras que hoy resultan proféticas respecto de sí mismo: "El verdadero sentido de la autoridad doctrinal del Papa reside en que es abogado de la memoria cristiana; el Papa no impone desde fuera sino que desarrolla la memoria cristiana y la defiende." (Ratzinger, Verdad, 71) Gracias por estas convicciones, Santo Padre. •- •-• -••• •••-• | |||||
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