Arbil cede
expresamente el permiso de reproducción bajo
premisas de buena fe y buen fin |
Para
volver a la Revista Arbil nº 94
Para volver a la tabla de
información de contenido del nº 94 |
Máscara y rostro del totalitarismo del siglo XX: Li Zhensheng. Un fotógrafo chino en la Revolución Cultural.
por
Fernando José Vaquero Oroquieta
Una magnífica exposición, que recoge algunas de las fotografías de un testigo privilegiado de la Revolución Cultural china, muestra buena parte de las facetas más controvertidas de uno de los experimentos totalitarios más sangrientos del siglo XX.
|
Una gran exposición.
Esta exposición, organizada
por la Fundación “La Caixa” y presentada inicialmente en 2003 en París, todavía
puede ser visitada en Zaragoza en la sala municipal de la Casa de los Morlanes
(Plaza de San Carlos, 4) hasta el día 17 de julio.
Li Zhensheng trabajaba, hacia
1960, en el “Diario de Heilongjiang”. Testigo privilegiado, en su calidad de
fotógrafo propagandista al servicio de los movimientos que la impulsaron, de la
épica Revolución Cultural china, también será una víctima más; en un proceso
por supuesto desviacionismo ideológico. Por ello, durante dos años trabajará en
el campo desempeñando los trabajos manuales más duros. También, esconderá buena
parte de sus miles de negativos fotográficos bajo el suelo de su apartamento;
reincorporándose a su antiguo periódico, ya como su director, hacia 1972. Una
década después se traslada a Pekín como docente de Periodismo en el Instituto
Internacional de Ciencias Políticas de la Universidad, hasta su jubilación.
La exposición recoge unos dos
centenares de magníficas fotografías en blanco y negro y perfectamente
concebidas que, si bien muchas de ellas en su día entrarían en la categoría de
propaganda, desvelan el verdadero carácter de la Revolución Cultural china: una
manifestación brutal del totalitarismo que enajenó por completo la vida de esa
nación.
Manifestaciones
multitudinarias, representaciones teatrales propagandísticas, procesos a
dirigentes revisionistas del partido, ejecuciones, vejaciones, trabajos
multitudinarios de miles de personas desalinizando terrenos destinados al
regadío..., ningún aspecto de la revolución escapa al ojo crítico del
fotógrafo. Es una paradoja: lo que pudo ser exaltación de una de las fases de
la revolución, con el transcurrir de los años se descubre como su denuncia. La
máscara y el rostro.
Cinco secciones.
La exposición está dividida
en cinco partes, coincidentes con otras tantas fases en que puede dividirse la
Revolución Cultural.
La primera se denomina
“Rebelarse es bueno” (diciembre de 1964 a abril de 1966). En esos años, el Movimiento
para la Educación Socialista, impulsado por Mao Tse-tung, lanza una campaña
contra las desviaciones ideológicas del Partido Comunista y contra la
corrupción en todos los ámbitos de la vida pública china. Equipos de trabajo
procedentes de la ciudad, durante un año, se trasladan a medios rurales donde
organizarán concentraciones, manifestaciones, obras de teatro y sesiones
críticas contra los cuatro elementos perniciosos: terratenientes,
campesinos ricos, contrarrevolucionarios y otros.
“¡Bombardead el cuartel
general!” (mayo a septiembre de 1966), es la segunda fase. El 16 de mayo se
lanza formalmente la Gran Revolución Cultural Proletaria: “Todo el Partido debe
seguir las consignas del camarada Mao Tse-tung, mantener en alto la bandera de
la Revolución Cultural Proletaria, denunciar sin concesiones la posición
burguesa reaccionaria de las denominadas autoridades académicas que se
oponen al Partido y al socialismo, condenar y repudiar las ideas burguesas
reaccionarias en el campo del trabajo intelectual, la educación, el periodismo,
la literatura, el arte y la prensa, y tomar las riendas de estos ámbitos
culturales”. A su vez nacen los Guardias Rojos, quienes movilizarán a la
nación, organizando manifestaciones gigantescas, procesando a todo tipo de
autoridades anteriores, llegando en su crítica revolucionaria a niveles
esperpénticos, como el recogido en la secuencia fotográfica de Li Fanwu, máximo
cargo del Partido en la región, cuando es denunciado como “arribista” ¡por su peinado
parecido al de Mao!
“El sol rojo en nuestros
corazones” (octubre de 1966 a abril de 1968). Es la fase conocida como culto
a la personalidad, en la que Mao es elevado a la categoría de un dios por
la llamada “banda de los cuatro”, que lidera su propia mujer, Jiang Qing, y que
llevará su imagen y sus palabras, especialmente las recogidas en el “Pequeño
Libro Rojo” de Mao, a todos los hogares, centros de trabajo, escuelas, calles y
rincones de la geografía china. Esta fase será testigo de las luchas internas
entre diversas facciones de los Guardias Rojos, que ensangrentarán toda china
en una espiral de violencia, siendo recogidos algunos episodios por las cámaras
de nuestro fotógrafo. Por ejemplo, la lucha por la “captura” de un autobús
propagandístico.
“La revolución no es una cena
de gala” (abril de 1968 a septiembre de 1972). Consolidado su poder, Mao
disuelve a los Guardias Rojos y lanza otro movimiento de masas: el Programa
de las Escuelas de Mandos 7 de Mayo, que combina por toda China el trabajo
manual con sesiones de adoctrinamiento masivo e intensivo a partir del estudio
de los escritos de Mao. Su objetivo: la erradicación del sistema de clases.
“Morir luchando” (septiembre
de 1972 a octubre de 1976). Es el último apartado de la exposición. China es
objeto de una lucha entre los ortodoxos liderados por la esposa de Mao,
empeñados en una permanente lucha de clases, y las corrientes modernizadoras de
Zhou Enlai y Deng Xiaoping. Muerto Mao el 9 de septiembre de 1976, un mes más
tarde, los líderes de la “banda de los cuatro” serán detenidos, frenándose
algunos de los excesos revolucionarios.
Totalitarismo y comunismo.
Las fotografías
expuestas son de una extraordinaria calidad: magníficamente encuadradas y
estudiadas, parecen ser el fruto de una depurada técnica cinematográfica o de
concienzudas puestas teatrales en escena. El autor persigue, no obstante el
oficial criterio propagandístico, la captación visual de los sentimientos
humanos de los retratados: humillación, entusiasmo, fanatismo, ilusión,
alegría, dolor, sufrimiento... En una de las fotografías, por ejemplo, un grupo
de monjes budista portan un cartel denigratorio de sus convicciones religiosas:
el autor pidió les pidió que levantaran sus rostros, de modo que cada uno de
ellos se muestra como un verdadero libro que rezuma profundo dolor. Pero hay
más. Autorretratos en los que imita diversos modelos revolucionarios. Un
proceso, contra periodistas desviacionistas, liderado por nuestro fotógrafo,
¡cuyo lugar ocupará él mismo pocos meses después! No falta el humor, como una
fotografía de su boda en la que los dos esposos portan un cartel, a modo de los
empleados en los procesos públicos de depuración, en el que se anuncia
“matrimonio en viaje hacia el socialismo”. Y siempre la imagen omnipresente e
inaccesible de Mao y sus rimbombantes consignas.
Nos situamos ante el retrato desnudo de
una de las expresiones más dramáticas del totalitarismo en el siglo XX. Pero,
¿qué entendemos por totalitarismo? Proponemos la siguiente definición
aproximativa: la divinización del Estado absoluto que exige la total
subordinación de los grupos sociales, del individuo y de la conciencia de cada
uno de ellos, a sus dictados políticos y culturales, sirviéndose para ello
también del empleo arbitrario y decidido de la violencia. Conforme este
concepto, el Estado se atribuye un poder ilimitado, prescindiendo de los
derechos fundamentales del hombre y sin reconocer la división de poderes. Pero
no existe una única modalidad de régimen totalitario; así, comprendería a todos
los diversos regímenes que nacen y se desarrollan con una pretensión de
totalidad, de modo que llegan a la asunción de la sociedad entera por el
Estado, sacrificando toda razón a la “razón de Estado”. Todos los experimentos
comunistas lanzados a lo largo del siglo XX entran dentro de esta categoría.
También el comunismo chino y, particularmente, la Revolución Cultural que
tantas simpatías ganó entre muchos intelectuales y universitarios occidentales
a partir del mayo del 68 y que, por ejemplo, en España originó algunas
formaciones de extrema izquierda, como la Organización Revolucionaria de
Trabajadores (ORT), el Partido del Trabajo de España (PTE) y su Joven Guardia
Roja (JGR), el sanguinario PCE (r) y su GRAPO, el Movimiento Comunista de
España (MCE, nacido de una escisión de ETA), y numerosos otros grupúsculos. Por
cierto, muchos de sus militantes, y algunos de sus dirigentes, terminaron en
las filas del PSOE, sin que tengamos constancia de que jamás hayan mostrado
arrepentimiento alguno de su adhesión intelectual a la “limpieza ideológica y
de clase” allí perpetrada. Pero también fueron maoístas los comunistas que
consumaron el genocidio camboyano, o los que lanzaron una de las guerrillas
terroristas más crueles que ha conocido el final del siglo pasado: Sendero
Luminoso, en Perú. No obstante, conocemos las excusas de estos burgueses
cómplices y vividores: “las intenciones y las ideas eran buenas, pero utópicas,
y por ello se incurrió en excesos”. Un razonamiento infantil y demagógico que
no les exculpa y que ignora el infinito sufrimiento humano ocasionado. Ya se
sabe: para los marxistas la colectividad es todo y la persona, nada. Y, el
que tuvo, retuvo; que diría el castizo.
La exposición
constituye, por todo ello, una magnífica oportunidad para adentrarse en la
naturaleza, manifestaciones y efectos de la Revolución Cultural; uno de los
experimentos totalitarios más deslumbrantes y dramáticos del siglo XX ·- ·-· -···
···-·
Fernando José Vaquero Oroquieta
|
|
Para
volver a la Revista Arbil nº 94
Para volver a la tabla de
información de contenido del nº 94
La página arbil.org
quiere ser un instrumento
para el servicio de la dignidad del
hombre fruto de su transcendencia y
filiación divina
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y
Crítica", es editado por el Foro
Arbil
El contenido de
estos artículos no necesariamente
coincide siempre con la línea editorial
de la publicación y las posiciones del
Foro ARBIL
La reproducción total o parcial
de estos documentos esta a disposición
del público siempre bajo los criterios
de buena fe, gratuidad y citando su
origen.
|
Foro
Arbil
Inscrita en el
Registro Nacional de Asociaciones. N.I.F.
G-47042944
Apdo.de Correos 990
50080 Zaragoza (España)
ISSN: 1697-1388
|
|
|