| Arbil cede expresamente el permiso de reproducción bajo premisas de buena fe y buen fin | |||||
| Para volver a la Revista Arbil nº 95-96 Para volver a la tabla de información de contenido del nº 95-96 | |||||
por José A. Ruiz S. Román y José María Torralba Recogemos dos textos con una introducción al autor y a su última obra, la cual, por sus propuestas, es un tema a considerar como planteamiento a introducir en el debate social | |||||
| José P. Adán trabaja en el Departamento de Sociología de la Universidad de Valencia (España). Mantiene lazos intelectuales con científicos sociales vinculados al comunitarismo en los dos lados del Atlántico, particularmente a través de dos organizaciones de referencia en el pensamiento comunitarista: ULIA (Universidad Libre Internacional de las Américas) y la AIC (Asociación Iberoamericana de Comunitarismo). Es considerado principal difusor del pensamiento de Amitai Etzioni en lengua castellana. Se define a sí mismo como partidario del “anarquismo reformista anglosajón” de R. Nozick y particularmente cercano a los planteamientos de Eric Gill o Dorothy Day (pp. 120-121) o de Pérez López (pp. 60 y ss.). Es referente en nuestra lengua de las corrientes críticas con el pensamiento neoconservador. Pérez Adán sostiene que el hecho familiar requiere ser abordado desde un inexcusable presupuesto: el liberalismo dominante es radicalmente incompatible con la familia. El libro es una enumeración de motivos por los que el individualismo liberal no casa con lo familiar. Así, el pensamiento liberal dominante minusvalora lo comunitario, desprecia la gratuidad, valora a las personas por el precio de su trabajo y no por su condición de personas, favorece el consumismo egoísta, esquiva la responsabilidad intergeneracional, etc. Los argumentos, en ocasiones, son demoledores y nunca dejan al lector indiferente. El autor se sitúa “en las antípodas de lo que defiende Gary Becker en su Tratado sobre la Familia. Si para el Nóbel de la Escuela de Chicago es la familia lo que ha de interpretarse a la luz de la metáfora del cálculo y beneficio, para nosotros es la revés: es la vida económica toda la que debe interpretarse a la luz de la familia” (p. 60). De tal modo que Repensar la familia es una sucesión de provocadoras afirmaciones que pretenden desmontar tópicos (sobre todo tópicos conservadores) sobre la familia. En evidente conexión con su obra anterior sitúa como prioritaria la relación diacrónica en cualquier relación social y, por tanto, también en las familias. “Creemos que la comprensión del hecho familiar que prima la autocomprensión de la relación esponsal y que hace de la relación paterno filial una relación derivada o secundaria es una comprensión defectuosa”. (p. 79). Propugna la superación del concepto de “familia tradicional” para trabajar desde el criterio de “funcionalidad familiar” como modo de diagnosticar la familia en función de lo que aporta a la sociedad y de las prestaciones que la sociedad espera de ella. Destaca el autor las funciones que la familia despliega como agente de socialización y control social, como promotora de la equidad generacional y como transmisora de cultura social (pp. 76 y ss). El autor resume su propuesta de desarraigo y desapego de la cultura estatista-liberal dominante, afirmando que es necesario un planteamiento intelectual que sea capaz de una parte de “pensarse cualitativamente diferente en el anhelo de aspirar al derecho de reconocimiento familiar, un derecho conculcado por la cultura vigente (desarraigo). Y de otra parte, no pretender cambiar la cultura actual sino dejarla estar (desapego), al tiempo que se procura otra distinta en la que la realización familiar encuentre el marco donde proyectarse” (p. 112-113). Quizá sirva para aclarar su propuesta lo que afirma cuando se refiere al resurgimiento de la familia nuclear en ciertos países occidentales. “Los hechos vitales al final terminan por afirmarse y el hecho familiar funcional también lo hará con legislación ad hoc. Nosotros pensamos que esa afirmación se manifestará mediante demandas sociales para el reconocimiento distintivo de modo análogo a como se ha efectuado para el reconocimiento legal de la uniones de hecho. Las familias funcionales reclamarán un reconocimiento explícito de su realidad distintiva en cuanto esa realidad se vea oculta por el afán uniformizador del multifamilismo” (p. 77). Con un lenguaje ameno, con afán divulgador y con numerosas propuestas creativas, el libro no defrauda. •- •-• -••• •••-• José A. Ruiz S. Román *** Ya desde hace años, pero con especial intensidad en los últimos meses, la definición, significado y funciones propias de la familia se han convertido en tema habitual de los debates sociales, políticos y académicos. Familia y sociedad son realidades interdependientes: la una no puede existir sin la otra. Sin embargo, esta sencilla idea apenas aparece en esos debates, que emplean un lenguaje de derechos y libertades individuales muy alejado de los principales problemas familiares, como pueden ser el fomento de la necesaria estabilidad matrimonial, la solidaridad entre generaciones, la valoración social del cuidado y el servicio a la propia familia o la conciliación de trabajo y vida familiar. José Pérez Adán, profesor de Sociología en la Universidad de Valencia, ha realizado numerosos estudios sobre estas cuestiones, entre otros: Socioeconomía (Trotta, 1997), La Salud Social (Trotta, 1999) o Diez temas de sociología (Eiunsa, 2002),. En este ensayo expone, para el público general, los conceptos necesarios para renovar ese debate. Repensar la familia parte del hecho de que la familia es una realidad dinámica, y propone una tercera vía entre quienes pretenden imponer el “multifamilismo”, según el cual la familia no sería más que un resultado de la ingeniería social, y aquellos que, queriendo defenderla, proponen una vuelta a modelos familiares pretéritos, que ya no pueden resolver las necesidades del presente. Repensar la familia es buscar soluciones adecuadas a los nuevos problemas con que ésta se enfrenta y, para ello, Pérez Adán sugiere algunas actitudes básicas. En primer lugar, adoptar la perspectiva comunitarista, ampliamente desarrollada por Amitai Etzioni, porque el sujeto social no puede ser sólo el individuo, sino también comunidades básicas como la familia. En segundo lugar, superar el consumismo, que constituye la esencia del liberalismo autoasumido por nuestras sociedades, para el que el valor personal o social se mide en términos de eficacia y productividad técnica. Como modo de superarlo, el autor propone una original y revolucionaria teoría del valor, que define la valía en función del tiempo generado para los demás y la capacidad de servicio adquirida (especialmente mediante de la educación). De este modo, el nivel de renta económica dejaría de ser el único (e insuficiente) criterio para medir el progreso y la “salud social” de países y comunidades humanas. Pero tal vez la propuesta más importante (y audaz) del libro sea la del “empoderizamiento” (empowerment) de la familia como sujeto social, que pasaría por la extensión del sufragio universal a todos los miembros de la familia, incluidos los niños (con los procedimientos adecuados), de modo que las familias tuvieran un peso social propio, que no se redujera meramente al de la suma de los individuos que la componen. En definitiva, este libro contiene importantes e inteligentes aportaciones al debate sobre el significado de la familia; un debate que, aunque muchos quieren dar por zanjado, en realidad no ha hecho más que empezar. •- •-• -••• •••-• José María Torralba Repensar la familia José Pérez Adán Ediciones Universitarias Internacionales. Madrid (2005). 125 págs. ISBN 84-8469-136-5 | |||||
Para volver a la Revista Arbil nº 95-96
| |||||
