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por Ángel Expósito Correa Las falsas teorías de la conspiración del 11-S; el caso de la madre anti-Bush, Cindy Sheehan; los verdaderos motivos de la intervención armada en Iraq: la entrevista al hombre de Al Qaeda en Iraq, al-Zarqawi; ¿está ganando el terrorismo?; el Rosario como arma divina de batalla | |||||
| Todo comenzó con “La gran impostura“ el libro del periodista francés Thierry Meyssan que, entre otras cosas, “[...] Es el presidente del Réseau Voltaire, el poderoso lobby laicista francés que odia a América y pide a Chirac más energía, «a la Zapatero», en la promoción de un secularismo hostil a toda religión” (1) . El libro de Meyssan ha sido ridiculizado por los expertos, pero como en España (como también en otros países occidentales) sigue encontrando adeptos se hace necesario demostrar cómo las tesis de la conspiración no tienen ningún fundamento: ni en cuanto a los autores, ni a los instrumentos,ni al móvil. Para ello me serviré del por mí ya abundantemente citado en otros artículos, el director del CESNUR y experto de terrorismo islámico de fama internacional, Massimo Introvigne. Veamos pues sus argumentos: “Después de que Osama Ben Laden y sus principales lugartenientes han proclamado por escrito, con mensajes grabados y también con cintas de vídeo que los responsables del 11-S son precisamente ellos, los conspiracionistas tienen que admitir que sí, ha sido Ben Laden, pero el jeque del terror es un agente de la CIA y un amigo de la familia Bush. ¿Es que acaso no ha sido la CIA quien ha creado la «brigada internacional» que ha luchado contra los soviéticos en Afganistán? La respuesta es no. La CIA ha dado carta blanca a los servicios secretos paquistaníes, el ISI, para que decidieran si y cuáles voluntarios extranjeros podían ir a Afganistán. El ISI, por entonces infiltrado por ultra-fundamentalistas, ha ido a pescar en Arabia Saudí Abdullah Azzam y su discípulo Ben Laden, fanáticos anti-americanos con los cuales la CIA jamás ha tenido directamente trato. ¿La familia Ben Laden tiene relación de negocios con Bush? Hijo de un padre polígamo, Ben Laden tiene 56 hermanos y hermanastros millonarios, accionistas de centenares de sociedades en las que están implicadas todas las grandes familias, desde los Bush al pacifista Soros. Pero los familiares de Ben Laden si acaso odian al terrorista, cuyas actividades perjudican seriamente sus negocios. “En cuanto a los instrumentos, ¿no es acaso cierto que la CIA tenía infiltradas las redes de Al Qaeda en el Afganistán post-soviético? Puede ser: pero los terroristas del 11-S no procedían de Afganistán. Mohammed Atta, el jefe del comando, y sus principales compañeros habían sido reclutados precisamente en las redes de Al Qaeda a las que la CIA había infravalorado en su peligrosidad: las que surgieron en las mezquitas fundamentalistas europeas. Atta había entrado en Al Qaeda en Hamburgo, otros en Alemania, Inglaterra, España. “En cuanto por fin a los móviles, ¿Bush ha organizado el 11-S para invadir Iraq y favorecer a las grandes sociedades petroleras? Como ya habían explicado expertos de petróleo, y la investigación Petróleo por Alimentos confirma, a estas sociedades convenía dejar las cosas como estaban. Ya controlaban, tras haber corrompido bastantes funcionarios de Naciones Unidas, el petróleo iraquí. Si acaso, el post 11-S y la misma guerra de Iraq han desestabilizado el mercado del petróleo causándoles muchos perjuicios. ¿Israel necesitaba un pretexto para que el aliado americano atacara Afganistán e Iraq? No:las dos guerras han demostrado que el ejército Talibán e incluso el temible ejército de Sadam, ampliamente sobrevalorados, en caso de guerra hubieran sido derrotados por los israelíes en dos o tres días. Finalmente, hay quien defiende que Sharon con su “amenaza musulmana” quería justificar la ocupación de Gaza y de los Territorios. Pero ahora en cambio sabemos que ya en 2001 pensaba en retirarse de ellos” (2). Pero no solamente en Francia surgen estas teorías delirantes contra los Estados Unidos, sino que también en este último país hay aprendices de brujo que tratan de cabalgar el tigre del antiamericanismo y del pacifismo. No me refiero a Michael Moore, hundido por una decena de ensayos que prueban como el autor de Fahrenheit 9/11 se sirvió de documentos falsos y de auténticos montajes (3). No, me refiero – entre otros – a Danny Schechter y a su película Weapons of Mass Deception, “Armas de desinformación masiva”. “Schechter parte de la tesis según la cual las informaciones que llegan de Iraq son falsas porque el Pentágono ha acreditado en las zonas calientes solamente periodistas «amigos» o controlados por la CIA. Pero estos periodistas nada más llegar a Iraq han descubierto y difundido los problemas de la cárcel de Abu Ghraib, con las consecuencias que sabemos. Decididamente, la CIA ya no es lo que era” (4). ¿Y qué pensar de la Madre anti-Bush, Cindy Sheehan, la madre del soldado Casey, caído en Iraq, que se ha convertido en una celebridad mundial como líder de manifestaciones pacifistas? Para empezar habría que formularle algunas preguntas acerca de un número: 4352001432577. En efecto, éste “[...] es el número de la póliza de seguro de vida de Casey que la sensata mamá había estipulado, y que también cubre el fallecimiento en guerra. Cindy está luchando con uñas y dientes para no dividir los frutos con el marido Patrick, que el 5 de agosto ha presentado una instancia de divorcio en el Tribunal del Condado de Solano, en California. El juez californiano Alberta Chew decidirá sobre este feo asunto, que hace surgir sospechas de interés económico sobre un personaje construido artificialmente por los medios de comunicación líberal. “Los conservadores americanos que critican Cindy Sheehan son naturalmente acusados de atacar una pobre mujer que ha perdido el hijo en guerra. Sin embargo, han sido precisamente algunos centenares de madres de caídos en Iraq – algunas de las cuales llevaban pancartas “Nosotras no estábamos aseguradas” – a manifestarse contra la madre anti-Bush primero en Tejas y luego en Washington. Lo que sorprende no es el dolor de la Sheehan – que, en cuanto sentimiento privado, será ciertamente sincero – sino la construcción social de este dolor como acontecimiento político por parte de los medios de comunicación y por los pacifistas. Para éstos los asuntos privados de la Sheehan no interesan – y no deben interesar – a nadie, porque la persona real de la madre californiana ha sido sustituido por un icono intocable e indiscutible. “La premisa de la operación se resume en una frase de la comentarista de izquierdas Maureen Dowd en el New York Times: “La autoridad de un progenitor que ha enterrado a un hijo caído en Iraq es absoluta”. Para el público, que el circo mediático hace pasar de una emoción a otra, creando y destruyendo personajes casi cada veinticuatro horas, puede ser difícil entender que esta afirmación es absurda. Antes de nada, si la autoridad de la Sheehan es “absoluta”, también lo es la de las otras madres de caídos que protestan contra ella y exprimen solidaridad a Bush, y absoluta – o absolutista – es sólo la elección de cierta prensa de privilegiar una postura respecto de otras. Sobre todo – por mucho que pueda parecer desagradable a muchos telespectadores – la experiencia y el dolor personal no crean automáticamente capacidad de análisis político, y por tanto autoridad. La Sheehan ha desmentido haber dicho que el hijo “se había alistado para proteger América, no Israel”, pero la red de televisión Abc tiene una declaración escrita por la madre anti-Bush que recoge exactamente estas palabras. “En la misma declaración la Sheehan afirma que Bush ha mentido afirmando que “los terroristas del 11-S odian la libertad y la democracia. No, odian nuestra política en Oriente Próximo”. Bastarían estas frases para demostrar que la madre californiana, proyectada por el cinismo mediático a un plató que le queda grande, no ha entendido nada del terrorismo de Al Qaeda, que antes del 11-S jamás se había ocupado del conflicto en Palestina. Vuelve a casa Cindy. Podrás ocuparte en paz de tu divorcio y de tu seguro. Y también tener la solidaridad que, si se debe a cualquier madre en luto, no se extiende a cualquier majadería le hagan decir quienes explotan sin vergüenza su dolor» (5). Aviso que cualquier coincidencia con acontecimientos ocurridos en España con Pilar Manjón y su Asociación de Afectados por el 11-M es meramente casual... Ahora bien, si se han demostrado sin ningún fundamento todas las teorías de la conspiración del 11-S, de la guerra de Iraq, etc., ¿cuáles fueron entonces las causas de la intervención armada en Iraq? Paradójicamente la respuesta nos la da el mismísimo Abu Zarqawi, el hombre de Al Qaeda que dirige el terrorismo en Iraq. Este último ha decidido ofrecer una entrevista – obviamente, en gran secreto – a un afamado periodista árabe, el compatriota jordano Fuad Hussein. De ella ha surgido un libro, “Al Zarqawi: la segunda generación de Al Qaeda”, recientemente publicado en árabe y con próxima traducción al inglés. Una primera admisión crucial del terrorista es aquella según la cual siempre se ha considerado parte de la “segunda generación” de Al Qaeda, y está en contacto con Ben Laden desde hace años. Se trata de un desmentido clamoroso a quien – en América y en otros lugares – siguen repitiendo que entre Sadam Hussein y Al Qaeda no había relaciones, puesto que no existen pruebas ciertas que Sadam hubiera alojado y financiado a Zarqawi, lo hubiera atendido en sus hospitales, utilizado para operaciones contra los curdos y encargado de preparar una suerte de “ejército clandestino verde” a activar en caso de ocupación americana” (6). Pues bien, en este libro-entrevista Zarqawi confirma que mucho antes de 2003 estaba en Iraq, y en estrecha colaboración con Sadam preparaba una organización clandestina lista para pasar a la acción si se producía la intervención extranjera. Mientras tanto se entrenaba masacrando curdos y, herido mientras ejercía este trabajo sucio para Sadam, fue cariñosamente atendido en los hospitales del régimen. A pesar de pertenecer a la organización de Ben Laden desde hacía muchos años (Zarqawi dixit), por varias razones su organización en Iraq asumió sólo en 2004 el nombre de “Al Qaeda en Mesopotamia”. Por lo tanto, el tema está cerrado: antes de la intervención americana de 2003 el régimen de Sadam acogía, financiaba y armaba terroristas vinculados a Al Qaeda. Era, pues, un deber desarmarlo y acabar con él (7). Pero, dirán algunos, ¿y las armas de destrucción masiva? Muchas veces se tiene la impresión que cuando se utiliza esta expresión se imaginan inmensos arsenales atómicos. Pero ésto ya no es como lo de Hiroshima: la microtecnología domina, y un convoy de media docena de camiones pudo trasladar en menos de veinticuatro horas a otros países micro-cabezas atómicas “sucias” capacitadas para destruir ciudades con millones de habitantes. En cuanto a las armas químicas y bacteriológicas, para gases capaces de producir una masacre basta un solo camión, para el kit necesario a provocar una epidemia una sola maleta. ¿Es descabellado pensar que un traslado de estas características pudo tener lugar conociendo la catadura moral del régimen de Sadam que asesinó a decenas de miles de sus súbditos con gases químicos? (8) Pero el libro-entrevista de Zarqawi nos revela más cosas sobre Al Qaeda y sus proyectos. “Zarqawi también explica el proyecto político de Al Qaeda, dividiendo su historia en siete etapas. La primera, “El despertar”, es el período en el cual con los atentados del 11-S el mundo islámico toma conciencia de estar en grado de atacar América, y de la capacidad operativa internacional de Al Qaeda. La segunda etapa, “La apertura de los ojos”, va de 2002 a 2006, y – mediante los atentados de Madrid, de Londres y otros ya en programa – apunta a terrorizar a los electores europeos y americanos. El objetivo es convencerles que sólo eligiendo hombres políticos que substancialmente se desinteresen de quien gobierna los Países árabes podrán rehuir de un goteo de atentados siempre más sanguinarios. “Una vez “persuadidos” los electores occidentales a librarse de los políticos “intervencionistas”en Oriente Medio – los varios Bush, Blair y Berlusconi – arrancará la tercera etapa, “La insurgencia”, en la cual entre el 2007 y el 2010 una campaña terrorista sin precedentes tratará de reducir a los mínimos términos el poder de Israel (debilitado también por elementos demográficos) y acabar con la principal amenaza para el fundamentalismo dentro del mundo islámico, el gobierno moderado de Turquía. “Si la identificación del primer adversario, Israel, es obvia, el odio manifestado para con el Islam moderado turco es bastante significativo. Una vez neutralizadas las capacidades de reacción militar israelíes y turcas, con Occidente atacado con nuevos atentados toda vez que estuviera tentado de abandonar el aislacionismo, los ultra-fundamentalistas cuentan con tocar poder entre el 2010 y el 2013, derrocando dos monarquías consideradas hostiles en Países árabes de crucial importancia: Arabia Saudí y Jordania. “El entusiasmo desencadenado por estas victorias haría posible entre el 2013 y el 2016 la adhesión a un nuevo califato capaz de unir todo el mundo islámico de la mayoría de los Países musulmanes, cuyos gobiernos caerían víctimas de rebeliones populares. Y a partir de 2016 podría por fin volver a ponerse en marcha el programa de lucha total para islamizar el mundo entero, “temporalmente” interrumpido por las derrotas musulmanas en Europa en el siglo XVII. “Conquistar algunos Países árabes, unirlos y reconstruir el califato, retomar la lucha para la conquista islámica del mundo son los tres objetivos enunciados ya en 1928 por la casa matriz del fundamentalismo, los Hermanos Musulmanes, en su documento de fundación. Zarqawi les da ahora una nueva concreción. Si los objetivos lejanos parecen utópicos, los cercanos parecen peligrosamente próximos a su realización” (9). Ahora bien, salvo su triunfo de Madrid (con el cambio de gobierno y la retirada deshonrosa de Iraq – siempre y cuando se confirme su participación en los atentados – Luis del Pino, entre otros, dixit) y su capacidad de seguir golpeando ferozmente en Inglaterra, Egipto, Indonesia e Iraq, ¿estamos realmente acercándonos a la realización de los objetivos a corto plazo de Al Qaeda? Todo indica que no. En una carta del número dos de Al Qaeda, al-Zawahiri, dirigida al jefe de la organización en Iraq al-Zarqawi, publicada por el Pentágono íntegramente – tras versiones parciales colgadas en distintos portales de Internet, inclusive algunos islámicos que incitan al jihad – no sólo afirma que las masacres de civiles iraquíes “nos restan el consenso de las masas islámicas”, sino que detalla una serie de derrotas: la detención o muerte de decenas de líderes de Al Qaeda, las gravísimas dificultades que tiene la dirigencia para comunicarse con las bases, problemas “dramáticos” que afectan a los recursos financieros que parecían inagotables. El argumento según el cual tampoco la versión del Pentágono de la carta de al-Zawahiri sería la original ha sido inmediatamente recogido y utilizado por la prensa anti-Bush, pero no es decisivo (no cabe olvidar que en 2006 hay elecciones en Estados Unidos y que la prensa progresista ha ya dado el pistoletazo de salida a la campaña contra el Partido Republicano de forma oficial, en ello bien imitada por los corresponsales en Estados Unidos de los medios de comunicación europeos que creen a pié juntillas todo lo que publican diarios como el New York Times o el Washington Post). De hecho, los especialistas saben que análisis análogos circulan desde hace meses en Al Qaeda y se plasman en documentos de la organización cuya autoría no es cuestionada por nadie. Desde los primeros meses de 2005 se difunde en los ambientes ultra-fundamentalistas un libro de 1.601 páginas del sirio Abu Musab al-Suri que lleva como título Un llamamiento a la resistencia islámica global. Al-Suri no forma parte de la inquieta “segunda generación” de Al Qaeda a menudo invocada por al-Zarqawi, sino de la primera y ha sido junto con Ben Laden discípulo directo del ideador de Al Qaeda, el shaykh Abdullah Azzam. En el libro, al-Suri – que procede de una ilustre estirpe familiar de maestros sufi sirios, y que no es meramente un teórico ya que estuvo presente en Afganistán como experto de explosivos – expone las mismas ideas de la carta de Zawahiri: matar civiles musulmanes es con toda probabilidad inmoral y ciertamente contraproducente, sembrar odio entre suníes y chiíes como hace al-Zarqawi en Iraq perjudica los objetivos globales de Al Qaeda (que necesita del apoyo de los chiíes y del gobierno iraní), y estos errores son la causa de una serie de derrotas. El pasado 25 de septiembre un líder de Al Qaeda en Egipto, al-Hilali, ha traducido las mismas ideas en un mensaje en el que invita a atacar turistas y diplomáticos extranjeros, mientras que matar civiles musulmanes pone en riesgo la misma existencia de Al Qaeda (10). Para muchos quizás resulte difícil entender y aceptar que desde el punto de vista estratégico global Al Qaeda no está ganando, sino perdiendo, a pesar de su capacidad de seguir sembrando el terror en muchos países. Creo que en lugar de insistir en la vulgata antiamericana (venga de donde venga) deberían hacer un acto de humildad y escuchar lo que los propios dirigentes de Al Qaeda dicen de su organización. Personalmente considero que se trata de una muy buena noticia que debe alentarnos a seguir por el camino emprendido contra el terrorismo islámico (aportando continuamente las correcciones que se hagan necesarias). Creo, asimismo, que ello debería contribuir al reforzamiento moral y cultural del Occidente cristiano, no sólo y únicamente contra el terrorismo susodicho y los retos que plantea la presencia del islam en todas sus corrientes, sino también (y en especial) para librar la batalla contra el relativismo totalitario imperante en nuestra civilización. La santa festividad de Nuestra Señora del Rosario y la también festividad mariana de Nuestra Señora del Pilar que se celebran en este mes de octubre, nos recuerdan que la victoria militar contra los enemigos externos de nuestra civilización debe ir precedida y acompañada por la conversión de los corazones que sola nos permitirá redescubrir la dimensión social – y, por lo tanto, política y cultural – de nuestra Fe. Imitemos, pues, al Apóstol Santiago y a sus discípulos, como también a nuestros antepasados en Lepanto, y emprendamos el buen combate contra los tantos males internos y externos que acechan a nuestra Patria, España, (amenazada de muerte por los nacionalismos, el odio visceral e ideológico de los vencidos del 36, los complejos y la división de los católicos frente al Magisterio y el secularismo imperante) y al resto del mundo occidental y cristiano, armando la mano con el Rosario, arma divina de batalla. •- •-• -••• •••-• Ángel Expósito Correa Notas: (1) http://www.cesnur.org/2005/mi_09_13.htm (2) Ibídem (3) http://revista-arbil.iespana.es/(87)expo.htm (4) http://www.cesnur.org/2005/mi_09_22.htm (5) http://www.cesnur.org/2005/mi_09_28.htm (6) http://www.cesnur.org/2005/mi_08_25.htm (7) http://www.cesnur.org/2005/mi_09_13.htm (8) Ibídem (9) http://www.cesnur.org/2005/mi_10_08.htm (10) Ibídem | |||||
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