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Algo sobre planes de control de natalidad
Frente a los cuidados y precauciones que en salvaguarda de su salud se le aconsejan a las norteamericanas, contrasta el mal trato a las mujeres de los países en vías de desarrollo
En un
extenso artículo muy crítico hacia las políticas de población de su país, de las
Naciones Unidas y del Banco Mundial, la NCCB destaca que muy pocas mujeres norteamericanas
se someten a algunos métodos de control de natalidad, que se exportan e imponen en el
exterior, a través de la AID, (Agencia Internacional para el Desarrollo del Gobierno USA,
USAID), e indirectamente a través de esas otras organizaciones internacionales.
Dice el artículo, "muy pocas mujeres y médicos norteamericanos se atreven a asumir
los riesgos de usar o implantar el DIU, (dispositivo
intrauterino), el Norplant y usar inyecciones de Depo-Provera, para el control de la
fertilidad. Las tasas de uso de estos productos entre las mujeres norteamericanas entre
los 15 y los 44 años, son de: 0,5% para el DIU; menos del 1% para el implante Norplant; y
menos de 2% para la Depo-Provera, según la revista, Family Planning Perspectives,
Enero-Febrero 1998". (la revista Family Planning Perpectives es un medio de
propaganda antinatalista).
De hecho el DIU se usa muy poco desde que hace años, varios laboratorios tuvieron que
pagar grandes sumas de dinero indemnizando a las usuarias, por los perjuicios causados por
el uso de ese dispositivo. El uso de la Depo-Provera provoca graves irregularidades en la
mestruación, aumento de peso, depresión, migrañas y vértigos. El Norplant, además de
estos efectos secundarios, añade náuseas y vómitos, caída del pelo, acné, y a largo
plazo, diabetes, enfermedades hepáticas y renales y trombos sanguíneos.
Por otro lado, señala Life Insight, tampoco se aconseja a las nortemericanas la
esterilización, (ligadura de trompas), porque según la revista Obstetrics &
Gynecology, (febrero, 1998), la cantidad de embarazos ectópicos producto de las
esterilizaciones, multiplica por cinco (5) la necesidad de la histerectomía, (ablación
del útero), (Hil, S.D. et al., Higher Hysterectomy Risk foe Sterilized than
Nonesterilized Women).
Sin embargo, sigue diciendo este boletín de la NCCB, parecería que en el mundo en
desarrollo (en los países subdesarrollados), la salud de las mujeres ha sido puesta en
segundo lugar y se da prioridad a conseguir a cualquier precio unas metas concretas para
detener el aumento de la población, que incluyen la esterilización coactiva como en
China, India, Pakistán, Perú y Africa.
Frente a los cuidados y precauciones que en salvaguarda de su salud se le aconsejan a las
norteamericanas, contrasta el mal trato a las mujeres de los países en vías de
desarrollo. El boletín reproduce una carta de Stephen K. Karanja, ginecólogo de Kenia,
que describe los programas de control de población:
"La USAID y las Organizaciones No-Gubernamentales, sostenidas por el gobierno de los
Estados Unidos tienen como blanco a nuestra gente. Nuestro sector de salud está
colapsado. Millares de keniatas van a morir de malaria, cuyo tratamiento cuesta pocos
centavos; sin embargo, sólo tenemos facilidades para repartir medios anticonceptivos:
DIU's, Norplant, Depo-Provera, muchos de los cuales nos los proveen con dinero
norteamericano. Algunos contaceptivos, como la Depo-Provera causan terribles efectos
secundarios a esta pobre gente de Kenya, que no tienen posibilidad de revisiones médicas
antes de aplicarse esas inyecciones. Muchas de estas mujeres quedan discapacitadas para
toda la vida. Hipertensión, trombosis, enfermedades cardíacas, patologías hepáticas y
desórdenes menstruales. El dinero no se usa para educar a estas personas en nociones de
básicas de higiene, o enseñarles a mejorar su dieta o mejorar sus métodos de
producción agraria, parece que los "controladores de la población" se han
propuesto diezmar al pueblo de Kenia. Cuando una madre me trae a su hijo con neumonía, no
tengo penicilina para darle al chico, pero tengo almacenadas cantidades enormes de
anticonceptivos. La epidemia de Malaria en Kenia es endémica. Todos los días mueren
madres por falta de cloroquinina, y tenemos grandes "stocks" de anticonceptivos.
Veo todos los días llegar a mi clínica mujeres que no pueden levantar las piernas para
subir unos pocos escalones. Vienen dañadas por la Depo-Provera, las píldoras
antoconceptivas y el Norplant. Las miro y me llenan dolor y tristeza. Han sido obligadas a
usar estas drogas. Nadie les habló de sus efectos secundarios y no tenemos medicamentos
para tratar esas complicaciones"
Juan Claudio Sanahuja (con nuestro agradeciemiento a la Escuela Virtual de Padres) *
"ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y
Crítica", es editado por el Foro Arbil
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