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Afganistán, bajo el galope de Alá. Indice de Revistas El Barón Rojo, el Caballero del Aire
ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica

El Tibet, un país desconocido en la cima del mundo.

El auténtico Tibet no es el de las películas de Holywood, ni el de los gurus de moda entre los seguidores de pseudoreligiones a la carta

El Tibet es un país que nos resulta bastante desconocido y que únicamente por la presencia internacional del Dalai Lama y del budismo, resulta conocido. Por la situación geográfica que ocupa no fue una zona que fuese ocupada por los mongoles. Mientras la dinastía Yuan, de origen mongol, dominó China, el Tibet fue gobernado por lamas que fueron reconocidos por los emperadores Yuan como virreyes y sus representantes. Sin embargo, la desaparición de ésta provocó la instauración de la monarquía tibetana de 1359 a 1642. Desde entonces la relación con la China de los Ming fue inestable. En el Tibet, Tson Khapa, un monje reformador, fundó la secta gelugpa para rejuvenecer el budismo y de la cual procedieron posteriormente los dalais lamas. En 1642 Gusri Kan, dirigente de los mongoles qosot derrocó a la monarquía imperante y a los lamas karmapas que mandaban hasta entonces, instaurando a los gelugpa, cuyo color es el amarillo, en el poder teocrático. Su líder Ngawang Lobzang Gyatso, fue el quinto dalai lama y el más grande de éllos, quien construyó el Potala, el monasterio-fortaleza de la capital Lhasa y residencia del dalai lama, quien reunió el poder espiritual y el temporal.

Sin embargo, los lamas mantuvieron relación con los chinos, esta vez regidos por los manchues. Pero la invasión de los oirates que pretendían anexionar la provincia a su imperio causó la entrada militar del emperador manchú K´ang-hsi. En 1720, los manchues consiguieron liberar Lhasa. Desde entonces, se construyeron fortificaciones y una pequeña guarnición china estuvo en la ciudad. La relación con China se fue estrechando con el Tibet, aunque fuese una provincia alejada del imperio. Sin embargo, la decadencia de la dinastía provocó el abandono del control político de los representantes manchues. A pesar de todo, los dalai lamas no fueron los que mandaron al no llegar la mayor parte de éllos a la madurez. El poder estuvo representado por el panchen lama, quien era la reencarnación de otro lama en el monasterio de Tashilhunpo, y quien siempre aglutinaba un núcleo de poder ante el representado por el dalai lama.

En el siglo XIX, los ingleses firmaron diversos acuerdos con los chinos, ya que los tibetanos relegaban su política exterior en favor de los chinos. Sin embargo, los tibertanos mantuvieron su alejamiento de todo contacto con el mundo exterior, aunque los ingleses habían ocupado Sikkin, una provincia tributaria del Tibet. Pero la expansión rusa en el Asia central causó que tanto ingleses como rusos no pudiesen anexionarse la provincia, dejándola en manos de los manchues, quienes afirmaron que el dalai lama era únicamente la cabeza del budismo amarillo, pero cuyo poder temporal estaba en manos del gobernador chino de los manchues. En 1908 un ejército chino reafirmó su poder en el Tibet, pero la revolución de 1912 provocó la deserción de la guarnición y la derrota de las tropas supervivientes ante los tibetanos armados por los ingleses. De esta forma, Inglaterra consiguió que China, aunque mantuvo parte del territorio bajo su poder, el Tibet conocido actualmente fuese en independiente bajo el liderazgo del decimo tercer dalai lama, intesamente antichino y probritánico. En política interior, el Panchen lama vivía exilado en China por su pugna con el dalai lama. En 1933 murió el dalai lama, y hasta 1938 no se encontró a su sucesor. En plena guerra mundial, los chinos, tanto comunistas como nacionalistas reivindicaron al Tibet como parte integrante de China. Pero no será hasta 1951, cuando los chinos y los tibetanos firmaron un acuerdo en el que se integraba en la república popular de China. La infiltración china fue mínima, pero regular y de forma creciente, contruyendo una carretara, aeropuerto e instalando guarniciones. El mayor dominio chino provocó la aparición de guerrillas en la parte oriental del Tibet y en 1959, el ejército chino comunista intervino deteniendo a los lamas, terratenientes y nobles, implantando el sistema comunista y la reforma agraria. El dalai lama con numeroso partidarios se exilio a la India donde se convirtió en el principal centro de oposición a China y en el líder del budismo. Esta religión ha aprovechado la ocasión para extenderse por occidente ante el desconocimiento del público de la vivencia interior del cristianismo, algo que aprovechan los tibetanos para canalizar a sus adeptos en la defensa de la causa del Tibet independentista. Un Tibet milenario en cultura, pero únicamente independiente desde 1912 a 1951.
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