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La Rumania que visito el Papa.
Un complejo pais, martir del comunismo y maltratado por el capitalismo.
Rumanía es
uno de los países más pobres de Europa y de gran complejidad etnicocultural y religiosa.
Su personalidad nacional tiene su origen en un hecho tan extraordinario como fue la
colonización romana de la Dacia por Trajano, descendiendo la lengua rumana del latín
hablado por aquellos colonos. Aunque las oleadas eslavas han poblado todo esta región
europea, los rumanos se sienten un pueblo latino por su cultura y lengua, aunque su origen
racial este bastante mestizado con sus vecinos. Sin embargo, Rumanía no es un país
homogéneo, como pueden serlo los del occidente de nuestro continente.
En la actualidad, el país de los Carpatos mantiene contingentes importantes de minorías
nacionales, especialmente en Transilvania. En esta región, se establecieron pueblos
magiares y duarante la Edad Media colonos alemanes, dándole a la región una fisonomía
diferente al resto de las provincias rumanas. Además, esta región fue conquistada a los
turcos por los austriacos, convirtiéndose en una provincia del Imperio de los Habsburgo.
Este hecho convirtió a los rumanos de Transilvania en los más nacionalistas, frente al
resto de las minorías nacionales de su provincia. En la Primera Guerra Mundial se
convirtieron en parte integrante del reino de Rumanía, pero en las disputas fronterizas
con Hungría, debieron ceder en 1940, la parte norte de Transilvania, donde habitaba una
minoría magiar importante. Al final de la Segunda Guerra Mundial esta fue unida de nuevo
a Rumanía. Sin embargo, a pesar de las deportaciones, todavía quedan 1.700. 000
húngaros en Transilvania. La mayor parte son zseclers, un pequeño pueblo magiar, vecino
al húngaro y establecido en los Cárpatos, de un profundo catolicismo romano. También
existen húngaros de la misma cultura, pero fervientes calvinistas, que se refugiaron en
las montañas, mientras estaban bajo el dominio turco, para huir de la dominación
católica austriaca.
A parte, de éllos viven los alemanes, quienes fueron en los siglos XIII y XIV a colonizar
parte de aquellas tierras, convirtiéndose en la clase comercial de las siete ciudades de
Transilvania. Estos alemanes son sajones y configuraron su identidad propia
convirtiéndose al luteranismo, que mantienen en la actualidad. No obstante, en la zona
Timisoara, fronteriza con Yugoslavia, existen también colonias de alemanes, venidos en el
siglo XVIII, son suabos y mantienen de su lejana región de origen un catolicismo
militante. Sin embargo, la minoría germana se reduce considerablemente en número por la
emigración masiva a Alemania, donde por su origen pueden obtener la nacionalidad al
instante, a diferencia delr esto de los refugiados que no pueden alegar esta cualidad
etnica.
En el este moldavo, aparecen las primeras poblaciones rusas y existían importantes
núcleos judios ya desaparecidos por los progrooms, la Guerra Mundial y la emigración a
Israel. En este contexto, los rumanos han mantenido su cultura latina, pero su
cristianismo denota su vecindad oriental al ser en su mayor parte ortodoxos. Aunque como
el resto de los pueblos del Este, la Iglesia ortodoxa rumana es una Iglesia nacional y
baluarte del nacionalismo rumano, como sus referentes en Rusia o Serbia. Sin embargo, se
mantiene una población importante de católicos de rito latino o romano, formada por
alemanes y rumanos, que representan en torno al 5 % de la población del país. También
existe una población católica de rito bizantino, de un 6 %, estos grecocatólicos son
rumanos que en su tiempo volvieron después del Cisma del siglo XI a reingresar en la
Iglesia Católica admitiendo la obediencia al Papa, pero manteniendo su rica liturgia
oriental. No obstante, en la actualidad son los más pobres, porque bajo el comunismo
sufrieron las iras de las autoridades como el resto de las religiones, pero sus templos y
comunidades fueron adjudicadas por la fuerza a la Iglesia ortodoxa rumana, satelizada por
los comunistas, manteniéndose en la actualidad un duro litigio en la entrega de templos a
los católicos de rito bizantino, a lo que se niegan los ortodoxos.
A pesar de todo, el diálogo entre cristianos va en aumento y el viaje del Pontífice a un
país ortodoxo, donde ha sido bien recibido por el patriarca y las autoridades habre las
posibilidades a un diálogo mayor con el resto de las Iglesias orientales, especialmente
en un momento clave como es la guerra con Yugoslavia, donde la mezcla de ortodoxia y
nacionalismo revisten un nacionalismo radical de impredecibles consecuencias, pero que
obliga al resto de los cristianos ortodoxos a sostener su causa, como ocurre con
búlgaros, griegos, rumanos y rusos.
"ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y
Crítica", es editado por el Foro Arbil
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