|
La Filosofía de Santo Tomás de Aquino y nuestro lenguaje cotidiano.
Las palabras y las expresiones cotidianas de los diferentes idiomas esconden profundos contenidos de los que la mayor parte de las veces no somos conscientes
Introducción
Gracias", "Perdón", "Congratulations",
"Danke", "Enhorabuena" y tantas otras formas
cotidianas de expresión en los distintos idiomas, encierran en
si una profunda enseñanza en orden al conocimiento filosófico
del ser humano. Mas allá de un eventual formalismo vacío, hacia
donde el uso cotidiano tiende a someterlas, estas expresiones,
aparentemente casi sin importancia, marcan su impronta en la
realidad humana.
A partir de la discusión metodológico-temática sobre el
lenguaje y de la antropología filosófica (en el contexto del
clásico Santo Tomás de Aquino), estas fórmulas de convivencia
se ponen de manifiesto como una suerte de lenguaje cifrado, a la
vez infinitamente sorprendente y sabio. Como lo reafirma Isidoro
de Sevilla, sin la etimología no se conoce la realidad, en tanto
que con su aporte es posible rescatar, rápidamente, la fuerza
expresiva de las palabras:
"Nisi enim nomen scieris, cognitio rerum perit" -
Etym.I,7,1. Y además "Nam dum videris unde ortum est nomen,
citius vim eis intellegis" -Etym. I, 29,2. "A menos que
conozcas la palabra con que se las nombra, el conocimiento de las
cosas se verá muy menguado". "En efecto, en la medida
que visualices el origen del nombre, tanto mas rápidamente
comprenderás su significación".
En rigor de verdad, las palabras encierran un potencial expresivo
bastante mayor del que nosotros (tan automático es el uso que de
ellas hacemos) - podríamos imaginarnos. De ahí el cuidado que
el filósofo pone al momento de examinar la sutileza del lenguaje
común, ya sea en su propio idioma como en otro.
Algunas consideraciones metodológicas
Cuando la filosofía retoma el lenguaje común, sabe que esta no
está cumpliendo un rol secundario, muy por el contrario, por
ella accede al centro de la reflexión filosófica. El análisis
de las formas cotidianas reviste importancia también desde el
punto de vista de la educación, si de verdad pretendemos que
esta trascienda el ámbito meramente formal para convertirse en
un proceso de autentica autorrealización - mediante el cual la
persona accede al contenido y al significado antropológico que
se oculta debajo de las formas.
Ese "acceder" no es fácil ni inmediato.- Somos
proclives, mas bien al menoscabo y al descuido del profundo
sentido originario que se realiza en una u otra formulación. De
aquí que esté siempre vigente aquella verdad fundamental puesta
de manifiesto tanto en la antropología occidental como en la
oriental: "El ser humano es esencialmente alguien que
olvida". Y de esta manera el lenguaje, el habla viviente del
pueblo se vuelve en muchos casos, depositario de grandes
experiencias olvidadas. Y si quisiésemos rescatar el sentido
humano que poseen, deberíamos retornar de un modo crítico, con
un gran discernimiento, a este repositorio.
No debe sorprender entonces que un pensador clásico, de la talla
de Santo Tomás de Aquino sostenga una línea filosófica
íntimamente comprometida con las formas comunes de hablar. En
este sentido resulta oportuno recordar alguno de sus principios
metodológicos.
1 - Con frecuencia nuestras palabras sólo explican de un modo
parcial -el Aquinate emplea el adverbio divisim - la realidad que
es compleja, a tal punto que supera ampliamente la capacidad
intelectual del ser humano. En este contexto, está la fuerte
sentencia de Tomas: "ningún filosofo nunca ha llegado a
desentrañar la esencia de una mosca". A diferencia de Dios
que expresa todo en un único Verbo, "nosotros debemos
manifestar de una manera fragmentaria nuestro conocimiento
mediante el uso de muchas palabras".
"Quia enim nos non possumus omnes nostras conceptiones uno
verbo exprimere, ideo oportet quod plura verba imperfecta
formemus, per quae divisim exprimamus omnia, quae in scientia
nostra sunt" - Super Ev. Io.cp. 1,1c1). Así como no podemos
expresar todos nuestros conceptos mediante una sola palabra, de
igual manera es necesario que debamos valernos de muchas palabras
imperfectas, por las cuales podamos expresar de un modo
fragmentario la realidad que configura nuestro conocimiento.
2. Otro aspecto interesante, también ligado a la limitación de
nuestro conocimiento y de nuestro lenguaje es aquel que
podríamos calificar de un modo gráfico como "el efecto
girasol", tan bien explicado por Tomas: "En razón de
que los principios esenciales de las cosas nos son desconocidos,
muchas veces para describir lo esencial (que no alcanzamos),
nuestras definiciones caen en un aspecto accidental". (Et
quia essentialia principia sunt nobis ignota, frecuenter ponimus
in definitionibus aliquid accidentale, ad significandum aliquid
essentiale" - In I Sent. Ds 25,q 1, a 1, r 8). Así por
ejemplo, todo el ser de la planta que llamamos girasol está
descrito a través de una sola característica figurativa,
accidental y limítrofe, en este caso, por el comportamiento
heliotropico de la planta.
3. Y así no escapa al criterio del Aquinate que muy a menudo es
diferente el enfoque, el método por el cual una determinada
lengua describe a una determinada realidad: El mismo objeto que
protege de la lluvia (paraguas, parapluie, guarda-chuva) sirve
también para protegernos del sol (ombrello, umbrella,
sombrinha). Por eso, dice Tomás que diferentes idiomas expresan
la misma realidad de un modo diverso ("diversae linguae
habent diversum modum loquendi" - I, 39, 3 ad 2).
"Gracias": Los tres grados de la gratitud.
Habíamos señalado que la limitación del conocimiento humano se
refleja en el lenguaje. No podemos expresar qué son las cosas
sino en la medida en que no sabemos qué son. Amén de esto que,
muchas veces, una palabra pone énfasis desde su origen en uno
solo de entre los muchos de los aspectos que ofrece la realidad
que describe.
Y puede darse el caso que con el correr del tiempo esta realidad
cambie, evolucione sustancialmente, a tal punto que pierda la
conexión con el origen de la propia palabra que aún perdura.
No nos debe causar sorpresa el hecho de que en el uso cotidiano
las palabras vayan perdiendo transparencia. Decimos
"ensalada de arroz" (en Brasil se llama a macedonia
"Ensalada de frutas", porque implica mezcla) y no
advertimos que "ensalada" deriva de sal...
De modo similar hoy en día el "camarero" denota al
mozo que sirve una mesa, más que a quien cuida un aposento; y
también el "villano" que más que señalar al
habitante de la campiña, el campesino, hoy por hoy denota a una
persona grosera, carente de urbanidad y cortesía; el chofer no
calienta sino que conduce el vehículo... En definitiva si esta
incompatibilidad no nos causa extrañeza, es porque el lenguaje
se ha vuelto opaco para nosotros.
Tomás de Aquino sostiene que la "Gratitud" es una
realidad humana compleja - (y eso ya sugiere que su expresión
verbal sea en todos los idiomas un tanto fragmentaria: poniendose
énfasis solamente en un aspecto) :"La gratitud se compone
de diversos grados. El primero encuentra su fundamento en el
"reconocimiento" (ut recognoscat) del beneficio
recibido. El segundo consiste en alabar y dar gracias (ut gratias
agat); y por último, el tercero, estriba en el acto de
"retribuir" el bien recibido de acuerdo a la
posibilidad del beneficiado y según las circunstancias más
oportunas de tiempo y lugar" (II-II, 107, 2,c).
Esta enseñanza, a prima facie tan simple, puede ser hallada en
los diversos modos con los cuales las distintas lenguas se valen
para agradecer: cada una poniendo su acento en un aspecto de la
rica y multiforme realidad que la gratitud implica la gratitud.
En algunos idiomas el sentimiento de gratitud se pone de
manifiesto de acuerdo con el primer nivel: resaltando con mayor
nitidez el reconocimiento por parte de quien ha recibido la
gracia. En este aspecto el reconocimiento (al igual que
re-connaissance en francés) es propiamente sinónimo de
gratitud. En esta tesitura resulta de sumo interés analizar la
etimología de la palabra gratitud: En la sutileza de la lengua
inglesa to thank (dar gracias) y to think (pensar) tienen la
misma raíz, y no es casual que tengan la misma conformación
ortográfica. Al dar la definición de thank el Oxford English
Dictionary dice claramente:" El sentido primario fue por
tanto ser tenido en consideración, pensado". Y en esta
misma línea de pensamiento, en alemán danken (agradecer) es
originariamente denken (pensar).
Todo esto resulta, en suma, muy fácil de comprender, dado que
como todo el mundo sabe, tan solo puede sentirse verdaderamente
agradecido aquel que piensa en el favor que ha recibido como tal.
Es así que solo es agradecido quien piensa, pondera, y tiene en
cuenta la liberalidad, la grandeza de espíritu que ostenta el
benefactor. Cuando esto no ocurre sobreviene el justo lamento:
"qué falta de consideración". Por eso Santo Tomás,
haciendo notar que lo máximo negativo es la negación del grado
ínfimo positivo (la última a la derecha del que baja es la
primera izquierda del que sube), sostiene que la falta de
reconocimiento, el desconocimiento, constituye la máxima
ingratitud. "Est gravissimum inter species ingratitudinis,
cum scilicet homo beneficium non recognoscit" (In II Sent.d
22 q.2 a.2 r.1). Y en este sentido Séneca (citado por Tomás en
II-II,106, 3 ad 4) comenta que la máxima ingratitud es no
reconocer que el favor sobrepasa lo estrictamente debido,
"ultra debitum". De ahí que diga el ingrato:
"Ministerium tuum est" (tu no haces mas que
corresponder de acuerdo a tu obligación)
La expresión árabe de agradecimiento, shukran, shukran jazylan
se ubica directamente en el segundo nivel: aquel que ensalza al
benefactor y al beneficio recibido.
En este contexto la formulación latina de agradecimiento,
"gratias ago" que tiene su correlato en el italiano
grazie, en el castellano gracias (y en el francés merci), es
relativamente compleja. Santo Tomás afirma (I-II,110,1) que en
su sentido medular, el término gracia, conlleva tres
dimensiones:
1. - Obtener gracia, entrar en la gracia, en el favor, en el amor
de alguien que por consiguiente nos otorga un beneficio;
2. - Gracia lleva implícito también un don, cualquier cosa no
debida, dada gratuitamente, sin mediar mérito por parte del
beneficiario;
3 . - La retribución, "el dar gracias por parte del
beneficiado.
En el tratado De Malo (9,1) se adiciona un cuarto significado
para la expresión "gratias agere". El de alabanza, que
considera que el bien recibido procede de otro y que, por tanto,
debe ser alabado.
En el amplio cuadro que hemos descrito - aquel que se refiere a
las expresiones de la gratitud en inglés, alemán, francés,
castellano, italiano, latín y árabe -, se destaca con
caracteres bien nítidos la forma portuguesa:
"obrigado". Esta formulación, tan cautivante y
también singular es la única en la cual se halla claramente
expresado el profundo sentido de la gratitud del que habla
Tomás, el tercero (que naturalmente incluye en sí los dos
anteriores): aquel que hace referencia al vínculo (ob-ligatus,
de obligare = atar, ligar, encadenar), a la obligación, al deber
de retribuir.
Podemos también analizar la riqueza que encierra en sí la forma
japonesa utilizada para expresar el agradecimiento.
"Arigato". La misma nos traslada a los siguientes
significados primitivos. 1. "la existencia es
difícil", "y difícil es vivir", 2.
"rareza", "excelencia" (excelencia de la
rareza). Estos dos últimos sentidos son comprensibles si se los
enmarca: en un mundo en el cual la tendencia general es la de que
cada cual piensa en sí mismo, solamente para sí, y las
relaciones humanas se rigen (en el mejor de los casos...) por la
estrecha y fría justicia, haciendo, por tanto, que "la
excelencia" y la "rareza" aparezcan como
características singulares del favor. Pero "dificultad de
existir" y "dificultad para vivir" parecería a
prima facie que nada tienen que ver con el agradecimiento. Sin
embargo Santo Tomás enseña que la gratitud debe -al menos en el
plano de la intención- superar al favor recibido. Y que nosotros
somos por naturaleza deudores: de un hombre en relación a otro
en cuanto que es su bienhechor, y sobre todo a en relación a
Dios. "¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me
hizo...?, dice el salmo 115".
En esta situación de débito impagable, - (tan tocante a la
sensibilidad de quien tiene sentido de la justicia)- el hombre
consciente se ve en cierto modo comprometido y hace todo lo que
esté a su alcance (quidquid potest), tendiendo a brindarse en un
exceso ("excessum") que percibe es insuficiente . Con
relación a esta insuficiencia y que se percibe como que no se
dispone de recurso adecuado, nace la apelación a Dios, puesta de
manifiesto en la expresión" "Que Dios te lo
pague", que naturalmente deja por sobreentendido que un
pobre hombre como yo no pueda hacerlo.
De esta manera, la expresión japonesa Arigato se refiere al
tercer grado de gratitud, poniendo de relieve la conciencia de
cuan difícil se hace la existencia (desde el momento en que se
recibe tal inmerecido favor, y por ello queda uno en el deber de
retribuir, siempre imposible de cumplir...)
¿Sinónimos?
Santo Tomás es bastante estricto en el uso de la palabra
"sinónimo". Para él son sinónimos solamente las
palabras cuyo signficado son equivalentes, esto es, aquellas que
no solo indican la misma realidad (res) sino también que se
refieren al mismo aspecto, a la misma relación (ratio).
Afirma, en este sentido en la Summa Contra Gentiles: "No
obstante estas palabras significar lo mismo, hacer referencia a
la misma realidad, no son sinónimos porque no están centradas
bajo el mismo aspecto. "Quamvis nomina dicta eadem rem
significent, non tamen sunt synonyma: quia non significant
rationem eandem" (CG I,35,1).
De este modo para el Aquinate, dos (o más palabras son
sinónimas) si (y solo si) en cualquier contexto pueden ser
re-emplazadas sin que por ello implique una alteración real del
sentido. Y el ejemplo que pone al respecto en el Comentario a las
Sentencias, son los vocablos, túnica, vestido y vestidura
(indumentum). Todo lo que se afirmare (o negare) acerca de
túnica será también afirmado (o negado) de vestido. Sería
como cambiar "seis" por "media docena"...
"Sicut patet etiam in synonymis; tunica enim et vestis
eandem rem significant, tamen nomina sunt diversa; et similiter
indumentum. Unde affirmationes et negationes quae pertinent ad
rem, non possunt verificari, et dicatur: tunica est alba,
indumetum non est album" (In I Sent. d. 34,q.1,a.1,r.2).
Nosotros mismos, y ya con menos precisión admitimos como
sinónimas palabras que si bien con título o énfasis
diferentes, se refieren a la misma realidad. De este modo el
diccionario brasileño Aurelio define al sinónimo como
"palabra que tiene casi las misma significación que
otra". Por su parte el Larousse es más explicito todavía:
"mots qui se présentent dans la langue avec des sens trés
proches et qui se différencient entre eux par une nuance (trait
particulier)".
Al propio tiempo el diccionario Oxford distingue y destaca dos
sentidos, uno estricto y otro lato. "Synonym - 1- strictly a
word having the same sense as another (in the same language); but
more usuallly, either or any of two or more words (in the same
language) having the same general sense, but possessing each of
them meanings which are not shared by the other or others, or
having differents shades of meaning or implications appropriate
to different contexts: e. g. Serpent, snake; ship, vessel,
etc."
Para Tomás, por el contrario, como lo dejamos dicho, dos
palabras pueden referirse a la misma y única realidad y no por
eso ser sinónimos: porque diferentes son sus sentidos. Es el
caso, por ejemplo, de los diversos nombres con los cuales se
nombra a Dios o a algunos de sus atributos (Creador, Omnipotente,
la Bondad, la Justicia, etc): todos confluyen hacia una misma
Realidad, pero no son sinónimos.
"Ostenditur etiam ex dictis quod, quamvis nomina de Deo
dicta eandem rem significent, non tamen sunt synonyma: quia non
significant rationem eandem (CG I,35,1) Cum non secundum eandem
rationem attribuantur, constat ea non esse synonyma, quamvis rem
omnino unam significent: non enim est eandem nominis
significatio, cum nomen per prius conceptionem intellectus quam
rem intellectam significet" CG I, 35,2)".
>
De cualquier modo que sea, desde el punto de vista metodológico,
existen dos puntos que revisten importancia para el filósofo:
1- La búsqueda de los contenidos del lenguaje común en los
cuales una palabra no puede - sin alteración del sentido - ser
reemplazada por ningún "sinónimo". Esto constituye un
fecundo procedimiento para descubrir la realidad antropológica
significada por el vocablo.
2. - El segundo punto a resaltar es el hecho de que cada
"sinónimo" presenta su propia y particular razón de
ser, cuando se refiere a un determinado aspecto diferente de la
misma y única realidad: así como cuando hablamos de
"casa", "hogar", "domicilio",
"residencia", "habitación" etc. En sí la
realidad a la cual se refieren todas estas palabras es la misma y
única edificación, - ubicada en la calle tal, número cual tal,
etc.- pero nadie dice "domicilio, dulce domicilio", ni
tampoco la dirección de recaudación fiscal sacude sus impuestos
sobre el hogar", aún cuando naturalmente estamos de acuerdo
en que es legitima la sustitución de una de estas palabras por
otra, siendo indiferente el uso de esta o aquella: en definitiva
son sinónimos.
Esta multiplicidad de formas existente en el lenguaje para
señalar una misma realidad reviste importancia fundamental para
comprender el análisis que Santo Tomás efectúa sobre el
sentido del amor.
"Dear friend"
La riqueza (y la precisión) del vocabulario vivo que se
relacione con un determinado sujeto en una lengua, denota el
interés vital que tienen por el tema aquellos que lo hablan. En
este sentido es notable, por ejemplo en Brasil, en Argentina y en
Italia la increíble cantidad de formas usadas para describir al
puntapié: puntapié atlético, puntapié bailado, puntapié
total, puntapié jugado...
En este mismo sentido Santo Tomás presenta distingos entre los
diversos "sinónimos" del amor en latín, interesantes
desde el punto de vista de la antropología filosófica. Así al
afirmar (I Sent..d 10,q 1,a59) que el Espíritu Santo es amor o
caridad o dilección del Padre y del Hijo, determina en forma
precisa que amor indica la simple inclinación del afecto por el
ser amado, en tanto que dilección (tal como la propia
etimología lo indica), presupone la elección racional y por lo
mismo conlleva una reflexión.
Por su parte "caritas", objeto de particular estudio en
este tópico, pone de relieve la vehemencia del amor (dilectio),
considerando al ser amado en un valor inestimable
("inquantum dilectum sub inaestimabili pretio
habetur"), en el mismo sentido como cuando se afirma que las
cosas (el costo de la vida, las cosas adquiridas son caras
("secundum quod res multi pretii carae dicuntur").
Y aquí nos encontramos con un hecho por lo demás sorprendente y
sugestivo. No es casual que también en otros idiomas se use la
misma y única expresión para decir "meu caro amigo" y
"los porotos son caros", ("my dear friend",
"beans are too dear"; "mon cher ami" y
"haricots son trop cher"; mein teurer Freund" y
"Bohnen sind teuer").
Para el realismo medieval no resultaba extraño el uso de la
palabra "caridad", elegida para describir el Amor de
Dios (el amor al prójimo por amor a Dios), siendo una expresión
pre-cristiana vinculada al dinero, al precio: caridad, el amor
por el ser amado, insiste Tomás, indica aquello (una cosa, un
objeto, algo) que consideramos (estimamos - estimado, también
etimológicamente se refiere al dinero...) de inestimable precio,
como algo sumamente caro; como claramente lo señala en el
comentario a las Sentencias: "Caritas dicitur,eo quod sub
inaestimabili pretio, quasi carissimam rem, ponat amatum
caritas" (In III Sent. d 27,q 2,a1,ag 7).
De este modo cuando decimos "dear friend" nos estamos
refiriendo metafóricamente al precio, a la estima (y en la misma
tesitura también apreciar, apreciado, desprecio,
menosprecio....).
Téngase presente que en esta misma línea se sitúa la fórmula
de cortesía utilizada en el mundo árabe cuando un amigo va a
solicitar algo:"Anta gally wa talibuka rakhiz" (tu eres
de alto precio y tu petición de bajo precio").
Y cuando recordamos que Cristo compara el Reino de los Cielos con
un tesoro que un hombre ha encontrado en un campo o a un
comerciante que busca piedras preciosas y que la obtención de
este bien exige la venta de todo el resto, no nos sorprenderá
que "Caridad" sea la expresión elegida para designar
el bien conseguido.
Enhorabuena
Volvamos ahora a una situación, como la que se nos presenta casi
a diario, de cuando felicitamos a alguien, a fin de rescatar el
sentido original que encierra el augurio de congratulación.
Siguiendo el procedimiento medieval nos detendremos en analizar
la etimología.
Cuando rebasamos el ámbito de la formalidad y de lo
consuetudinario, los votos de felicitaciones: Enhorabuena (y sus
correlativos en otras lenguas, en italiano Auguri, en inglés
Congratulations, Parabéns en portugués, etc.), podemos ver que
conllevan diferentes y complentarios indicios sobre el misterio
del ser y del corazón humano. Qué significan exactamente estas
expresiones?. Qué pretendemos expresar manifestar, en realidad,
cuando decimos: Auguri, Enhorabuena, Con-gratulations... etc.
Todas ellas encierran un profundo significado, y por decirlo de
alguna manera "invisible a los ojos".
Comencemos con la expresión castellana "Enhorabuena",
literalmente "en buena hora". Enhorabuena indica que un
determinado camino (los años de estudio que culminan con la
obtención de un título académico, la ardua tarea destinada a
consolidar una empresa que se inaugura, etc.) llega en "este
momento", en esta hora en la cual se dan las felicitaciones,
a buen final: esta es en rigor de verdad la hora buena,
enhorabuena!.
Precisamente el hecho de ser la hora de la conclusión es lo que
configura la existencia de una buena hora. La sabiduría de los
antepasados nos habla de la "hora de uno", de la hora
buena y mala... Sin embargo la buena hora, la mejor hora es
aquella en la cual se da la conclusión, la consumación de la
obra, aquella del buen término del camino, la que marca el
momento de la finalización, que sin dudas es mejor que la del
comienzo: como lo refirma la sabiduría bíblica: "Melior
est finis quam principium".
Ya la formulación inglesa, también presente en alemán y en
otras lenguas, "congratulations", expresa la alegría
por el bien del otro con el cual nos congratulamos, esto es nos
alegramos. Esta concomitancia de alegría está insinuada
también por la forma deponente de los verbos latinos
"gratulor" y "congratulor". La forma
deponente indica que la acción descripta por el verbo no es ni
activa ni pasiva: es mas bien una acción que, ejercida por al
sujeto, se vuelve hacia sí mismo. Vale decir, en este caso, que
la alegría que exteriorizamos al momento de felicitar a tal
persona es también, a titulo propio, muy nuestra.
La expresión árabe mabruk utilizada para felicitar a otro,
reviste el carácter de bendición, de un "bien decir."
Mediante la encantadora forma portuguesa "parabéns" es
posible expresar precisamente esto: que el bien conseguido, que
la meta lograda esté ordenada, orientada "para el
bien": "parabéns". Esto es, que sea para bien.
Dado que cualquier bien conseguido (el don de la vida, la
recompensa por el trabajo realizado o la conquista de un título,
de un diploma), puede, como todo el mundo sabe, ser usado tanto
para el bien como para el mal.
La expresión italiana "auguri, auguri tanti" anuncia
que este bien que se celebra es solo un preanuncio, una
prefiguración, un augurio de otros todavía mayores que
sobrevendrán.
"Mis condolencias"
"Cargaba sobre mi ánimo una tristeza..." dice la
antigua samba de Paulinho da Viola: la tristeza es,
evidentemente, un peso, una carga, los famosos pesares...! Y para
cargar sobrellevar el peso del dolor, de la tristeza, nada mejor
-enseña Tomás-, que la ayuda, el concurso de los amigos:
"La tristeza es como una carga agobiante que se vuelve más
llevadera cuando es compartida con otros. De aquí se desprende
que la presencia de los amigos sea tan valorada en los momentos
de dolor".
"Quod tristitia est sicut onus grave quod quanto plures
transsumunt fit levius ad portandum et sic presentia amici
delectabilis" (Tabula libri Ethicorum, cpt)". En cuanto
a la tristeza es como una suerte de pesada carga que se alivia en
la medida que es compartida entre muchos y de esta manera la
presencia del amigo se torna deleitable".
De esta manera, de inmediato es posible advertir, que la
manifestación de condolencia ("dolerse con") sea
pésame, que literalmente quiere decir "me pesa"
("yo te ayudo a cargar el peso derivado de tu
tristeza").
"Perdón"
"Perdonar" es una forma de expresión tardía que no se
encuentra en Santo Tomás. La palabra correspondiente y usada por
él es "parcere". Sin embargo encontramos en Santo
Tomás los argumentos filosóficos que justifican la etimología
de las modernas expresiones de "perdonar",
"pardon", "pardonner", "perdão"
etc.
El prefijo "per" encierra los sentidos de
"por" (a través de) y de plenitud, de grado
máximo". En composición con adjetivos y adverbios y tal
vez con verbos les confiere la fuerza de superlativo o encarece
la idea que encierra la palabra simple. Como en el caso de las
expresiones "perdurar" (durar por mucho tiempo),
"perorar" (orar, hablar con mucho énfasis),
"permanganato" (sal del ácido en el que el magnesio
interviene con su mayor valencia de siete), etc.
Y así el perdón aparece como un acto de donación superlativa.
Lo mismo ocurre con las formas inglesa y alemana: for-give,
vor-geben.
Cómo piensa el Aquinate el tema del perdón y como lo relaciona
con la máxima donación? Hay influencias bíblicas y
litúrgicas. En la liturgia Tomás queda impresionado con la
oración a menudo por él mencionada, y que forma parte de la
plegaria de la misa del X domingo después de Pentecostés, que
dice:"Deus qui omnipotentiam tuam parcendo maxime
manifestas" "Oh Dios que manifiestas tu omnipotencia
sobre todo por el perdón..."), y prosigue "que el
perdón de Dios configura un poder superior al hecho de crear los
cielos y la tierra" (II-II,113,9,sc.).
Por otro lado Tomás advierte en la traducción de la Carta a los
Efesios. "Sed benévolos unos con los otros,
misericordiosos, donándoos mutuamente como también Dios se ha
donado a vosotros a través de Cristo" (Ef 4,32).
"Estote autem invicem benigni, misericordes, donantes
invicem sicut et Deus in Christo donavit vobis". Y en la
carta II a los corintios (2,10): "Y al que vosotros algo
(per)doneis, también le (per)dono yo, pues lo que yo (per)dono,
por amor vuestro lo (per)dono..."). No hay dudas para Tomás
que la entrega por excelencia no consiste en entregar dinero o
tiempo o cualquier otra cosa, sino perdonar. Y concluye con su
habitual sobriedad, con el sugestivo "o sea".
"Donaos, o sea: perdonad" "donantes, o sea: siendo
misericordiosos".
L. Jean Lauand .
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
La reproducción total o parcial de estos documentos esta a
disposición de la gente siempre bajo los criterios de buena fe y
citando su origen.