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Utopía y barbarie. Lecturas del Facundo de Domingo Faustino Sarmiento .
La hipótesis central plantea una coexistencia de textualidades novelísticas y ensayísticas en la obra Facundo de Faustino Sarmiento, de tal manera de que si bien muchas veces adquiere la forma y los énfasis de un 'panfleto', otras es un desarrollo cuidadoso de ideas e intuiciones que dan a la obra en su conjunto un carácter social e histórico movilizador. En tal sentido, la obra Facundo se configura en torno a una narrativa que que hace ver una utopía mediante el recurso estético, y todo ello para una obra que aspira a generar cambio social y movimiento histórico
INTRODUCCIÓN
Para Tzvetan Todorov, es el encuentro entre el personaje narrador
de la acción junto a la interpretación del lector lo que, en
gran medida, configura el género en el cual un texto está
escrito(1). En este análisis del libro "Facundo. Barbarie o
civilización" el encuentro ocurre entre Faustino Sarmiento
personaje - narrador y la lectura particular que hacemos, de modo
que definimos a esta obra como una novela - ensayo, que se mueve
en esta doble discursividad, sin por ello contradecirse. En
nuestra opinión la intención de su autor Domingo Faustino
Sarmiento, más que ubicarse en un género, fue proponer y
orientar cambio social. La estrategia narrativa definida desde
cada uno de estos géneros está al servicio del propósito
ético del autor, en tanto está libre del intento maniqueo, que
según Todorov surgen en el romanticismo europeo, de crear,
ubicar y practicar géneros.
Mucho se ha escrito del 'Facundo' de Sarmiento, definiéndolo
como una novela que perfila la visión de parte importante de las
elites latinoamericanas respecto al desarrollo histórico de
nuestro continente. Se ha afirmado que su oposición entre
barbarie y civilización representa nítidamente la suposición
de identidad entre estructura y valor, es decir, entre el plano
de los valores culturales y la mutación socio-estructural,
representando ello, sin duda, una antesala para el desarrollismo
de inspiración racionalista que prima en estas elites durante
toda la primera mitad del siglo, lo cual se expresa tanto en el
plano de la ciencia social y de la ideología como también en el
plano de las expresiones estéticas, particularmente
literarias(2).
De forma tal que, dependiendo de los contextos históricos desde
el cual el texto es leído, este libro es asumido como una obra
meramente artística o como un sesudo ensayo. En los últimos
años parece ser que, ubicados en un punto de este movimiento
pendular, estamos en un estado de cosas en el cual este texto ha
vuelto a ser asumido como una producción estética de influencia
social.
Sin embargo, falta precisar el modo en que, desde una estrategia
narrativa de carácter literario, se define un proyecto
histórico al interior de este texto. Ello involucra que la
reflexión en torno al texto, entendido como narración, conlleve
el vincular la estrategia de construcción del relato con las dos
textualidades paralelas que subyacen en él ; la textualidad de
una novela, con los recursos narrativos que ello involucra, y la
discursividad de un ensayo 'proto-sociológico' con la
consistencia argumental inherente a este tipo de textos. Nuestro
aporte consistirá en identificar las voces subyacentes, de
manera de no limitarnos a considerarlo excluyentemente un ensayo
o una novela sino la conjunción creativa de ambos géneros,
razón por la cual el texto ha tenido la influencia social que le
reconocemos. Así, afirmaremos que, en tanto ensayo, se trata de
la exposición propositiva de una utopía de carácter abierto y,
en tanto novela, se trata de un relato en el cual se alcanza un
nivel complejo de polifonía narrativa.
1° Una reflexión
en torno al género.
Desde una perspectiva analítica, en un texto resulta difícil
definir en términos categóricos el límite entre la novela y el
ensayo. Asumiendo esta limitante, estableceremos como límite
entre ambos géneros, en forma un tanto arbitraria, el vínculo
existente entre lenguaje y sentido. En nuestra perspectiva
mientras la novela se adentra en el lenguaje asumiéndolo como un
camino autónomo para acceder al ser profundo de los fenómenos,
el ensayo se encuentra comprometido con el sentido y
particularmente en la defensa de los valores.
Para Andre Jolles "... donde el lenguaje toma parte en la
creación de tal forma, donde interviene disponiendo y
transformando, donde nuevamente le da estructura"(3) es
donde podemos hablar de literatura, por ello su autor se interna
lo suficientemente en el lenguaje como para intentar captar el
sentido del mundo que describe. No obstante, en una perspectiva
más clásica, la novela es entendida como "... la
narración ordenada y completa de sucesos humanos ficticios, pero
verosímiles, dirigida a deleitar por medio de la belleza"
(4) en este contexto "...la novela se distingue de la
historia en que la historia" refiere a hechos reales
"(5) la posibilidad de hacer una delicada distinción entre
lo real y lo ficticio se transforma en algo verdaderamente
imposible en le contexto de esta obra. Ella posee elementos que
podemos definir como mera ficción y elementos propios de la
descripción objetiva, por lo cual le atribuimos el carácter de
novela en tanto identificamos recursos narrativos propios de este
género.
Por otra parte, para los efectos de este análisis, entenderemos
un ensayo como la exposición racional de un conjunto de valores
que intentan ser una representación del mundo. A nivel general,
el ensayo puede ser entendido como "... Un escrito sin la
extensión ni el aparato que requiere un tratado
completo"(6) pero que por otro lado "...consiste en una
tesis metódica a lo largo de una exposición racional" en
lo particular precisaremos que el ensayo consiste en la
exposición sistemática de una o más tesis o argumento, por
ello lo identificamos, en tanto género, fundamentalmente en la
búsqueda del sentido, y especialmente de la fundamentación de
valores, ello lo distingue de la obra literaria con pretensiones
exclusivamente estéticas desde la perspectiva del encubrimiento
del ser que involucra la metafísica occidental capturada en el
tema del sentido que, olvida a decir de Heidegger y Nietzsche, al
ser, por lo cual el ensayo está más lejos de permitirnos una
'audición' del ser.
En este contexto, Jacques Derrida justamente cuestiona la
posibilidad de un género capaz de representar verdaderamente el
mundo, por lo tanto cuestiona la posibilidad de elaborar un
discurso capaz de profundizar en el ser de los entes por él
representados. Ello involucra un pesar ensayístico moderno que
se convierte en "... el modelo de todo pensamiento del
sujeto"(7) , así el pensamiento ensayístico en torno a lo
social se concentra en el tema del sujeto, en nuestro caso en el
sujeto de la acción social, por lo cual le es tremendamente
difícil salirse de los límites de la metafísica de la
conciencia(8). Sarmiento se mueve creativamente dentro de los
límites de esta filosofía de la conciencia, por lo cual el
Facundo es también un texto que intenta hacer consciente aquello
que para los actores sociales no es consciente y desde allí
promover el cambio social.
En tanto novela y en tanto ensayo, este texto se nos presenta,
frente a la puesta en duda del modelo cultural de modernidad
inducida, con la atroz profundidad de un espejo que relata y
propone aquello subyacente aún de nuestro racismo, nuestro
racionalismo imitado y de nuestro desdén por las formas
culturales tradicionales. Ello, más allá del cuestionamiento
ineludible que merece a nuestro entender su postura, nos pone
frente a las posibilidades heurísticas del texto en base a la
constatación de su influjo ético, el cual define, según
nuestra opinión, un aspecto fundamental de los supuestos
valóricos del modo en que piensa lo social en América Latina,
por ello representa un aspecto esencial de su tradición. Toda
estrategia narrativa y toda voz presente en este texto se define
alrededor del escándalo que la inhumanidad de la violencia al
autor le provocan. Frente a nuestra propia experiencia de la
estupidez y la violencia no podríamos estar, asumiendo las
diferencias históricas, tremendamente de acuerdo. Nos parece
importante analizar al Facundo como un ensayo sociológico que
recurre a herramientas narrativas propias de la novela, por lo
cual resulta fundamental desentrañar estas estrategias, si
nuestro objetivo es dar cuenta de como representa un modelo
seguido tanto en las ciencias sociales como en la literatura de
nuestro continente. No nos interesa detectar que es lo que prima
si la novela o el ensayo, sí nos interesa destacar el que la
perspectiva ética inherente al texto es el puente que une la
defensa de valores propia del ensayo, con la dimensión
eminentemente estética de la novela, por ello los valores de
Sarmiento se constituyen en una estrategia narrativa primordial
Esta perspectiva ética se expresa desde la hipótesis de base
misma del texto, la cual sostiene que la historia Argentina (que
le es contemporánea a Faustino Sarmiento) se configura
básicamente desde la lucha entre la barbarie del campo y de la
pampa versus la civilización citadina que imita los moldes
europeos y principalmente franceses. El proyecto histórico del
facundo es evidente y su influencia innegable, por ello muy
comúnmente su lectura resulta sesgada en tanto se le asume como
un resto arqueológico de nuestro pensamiento social, o como una
mera apelación racionalista decimonónica.
No obstante, imposible resulta "... quemar lo adorado y
adorar lo quemado" (9) para nuestra literatura y nuestro
pensamiento social, por lo cual asumimos la necesidad de
revalorar el texto como una invitación no consumada a superar
aspectos como la violencia y la arbitrariedad, aún plenamente
vigentes en nuestra vida social, temas como los derechos humanos
o la violencia política nos hacen dirigir nuevamente a la
utopía del Facundo más allá de la consideración de sus
evidentes limitaciones, una llamada poderosa de atención frente
al antirracionalismo reinante en nuestro pensamiento social en su
versión postmoderna.
2 °.- Del ensayo a
la novela y de la novela al ensayo.
Domingo Faustino Sarmiento define a su 'Facundo' como un 'ensayo
histórico' (10), pero utiliza en su elaboración importantes
recursos de la novela, como son la descripción de paisaje, el
diálogo y el relato novelístico de acontecimientos tales como
ceremonias y batallas. Parece ser que su definición, explicitada
una vez que el texto había adquirido cierta notoriedad,
correspondió a un intento de legitimación en el contexto del
surgimiento de un pensamiento social republicano en nuestro
continente, más que a un intento de aportar a un género
puntual, ello dentro del esfuerzo desarrollado por importantes
sectores de las elites intelectuales y políticas
latinoamericanas por resolver la tensión existente entre el
intento de organización de las nacientes repúblicas y la
anarquía surgida con posterioridad a las revoluciones de
independencia.
En tanto posee una textualidad de novela existe en el Facundo una
polifonía entre la voz del autor, la voz de Facundo y la voz de
Faustino Sarmiento contemporáneo a estos hechos. Por páginas y
páginas vemos a cada una de estas voces configurando una
textualidad autónoma, hasta que es interrumpida por un nuevo
discurso el que viene a confirmar lo ya dicho desde otra mirada.
Por momentos es el autor quien nos esgrime sus argumentos, por
otros es el asombrado y escandalizado Sarmiento (observador
participante), mientras que en algunos preciosos instantes parece
que Facundo se independiza y se nos presenta con su propia
lógica como actor esencial de la trama.
Vemos por lo anterior, en la obra de Sarmiento una polifonía, en
el sentido que tanto Baktín como la antropología
postmoderna(11) le da al concepto, es por ello que nos resulta
fundamental identificar las voces presentes en su texto, como
personajes esenciales que, más que sus héroes, son aquellos que
definen el relato.
Son diversas las voces, por lo cual es preciso sacarlas de la
bruma, desenmarcarlas para realizar un primer intento de
interpretación del texto, por que en esta obra. "... la
pluralidad de voces y conciencias independientes e
inconfundibles, la auténtica polifonía de voces viene a ser la
característica principal"(12) . Esta pluralidad, que como
veremos en ocasiones cae incluso en cierta contradicción,
representan una estrategia narrativa fundamental, que saca al
texto del ámbito del género ensayístico y lo introduce
propiamente en el ámbito de la novela. Sin embargo, la
polifonía de voces cumple la función de una herramienta para
dar consistencia a los argumentos ideológicos planteados.
Nuestro texto deambula libremente entre este género novelístico
y el ensayístico sin comprometerse con ninguno y sin empobrecer
tampoco el uso de ninguno de ellos. El camino se recorre en ambos
sentidos intercalando, jugando con una libertad que ya la
desearía nuestro actual pensamiento social. El paso de la novela
al ensayo y del ensayo a la novela se hace sin perder nunca de
vista la invitación a la superación de la barbarie como eje
articularmente. Desde aquí podemos pasar a exponer los recursos
narrativos fundamentales que identificamos, esto es la propia
polifonía de voces, el uso del suspenso como manejo de un
esquema de relato ambiguo respecto del desenlace de la trama y la
manipulación del tiempo a nivel de la refiguración.
3 °.- El escritor,
el actor y su personaje en el paralalismo de voces y polifonía.
La primera voz que nos resuena en la lectura del texto es la del
autor - ideólogo, quien suscribe el texto de 1840 a 1845, bajo
la forma de aquello que Todorov denomina 'personaje testigo'. Por
una parte desarrolla taxonomías para clasificar a los sujetos
culturales de los cuales intenta dar cuenta generando así un
tipo de argumentación de corte fuertemente ensayística y por lo
tanto valórica, son cuatro los modelos, definidos como tipos
humanos, los cuales describe nuestro autor : "...el
rastreador, el gaucho malo, el vaquiano y el cantor"(13).
Con esta tipificación el autor intenta generar un modelo
interpretativo que traspase incluso los límites de Argentina.
Para dar cuenta de la barbarie como constante en este continente
recién independizando, su análisis perfila así una perspectiva
según la cual el cambio de la sociedad es identitario con el
cambio en la cultura. Sólo la reorganización de las relaciones
sociales permitirá transformar el ethos cultural del cual estos
tipos humanos son preclaros representantes.
Por otro lado, Sarmiento autor es el relator de un drama, que nos
describe a sus personajes caracterizándolos nítidamente, de
manera tal que en el desarrollo de la narración puede remitirse
a ellos y demostrarnos la coherencia entre la descripción
histórica , el tipo humano y la utopía moralizadora subyacente
en su textualidad. Su caracterización es tipológica pero
también es dramática en tanto el fundamento del tipo está dado
por el relato de la acción, acción que en tanto prototípica
requiere de un estilo narrativo más estético descriptivo que
argumental. Un ejemplo de ello es el papel que le asigna a la
pulpería como centro de la vida social bárbara, en tanto en
esta instancia de reunión "... el gaucho estima por sobre
todas las cosas, las fuerzas físicas, la destreza en el manejo
del caballo, y además el valor. Esta reunión, este club diario,
es un verdadero circo olímpico en que se ensayan y comprueban
los quilates del mérito de cada uno"(14). Sarmiento
necesita describir narrativamente para presentarnos sus valores,
por ello su descripción siempre va acompañada de un juicio .
Así, poco más adelante del párrafo antes citado nos señala
que "...con esta sociedad, pues en que la cultura del
espíritu es imposible, donde los negocios municipales no
existen, donde el bien público es una palabra sin sentido, por
que no hay público, el hombre dotado eminentemente se esfuerza
por producirse, y adopta para ello los medios y los caminos que
encuentran"(15).
En el plano ensayístico la invitación a participar del destino
de superación de la barbarie subyacente en la refiguración del
texto esperada por Sarmiento, representa, desde una perspectiva
más epistemólogica, el intento de describir tipos ideales pero
sobre la base de aquello que Franz Hinkelarmmert denominó como
"...plenitud posible"(16) . Es decir, desde un modelo o
tipo ideal configura un horizonte histórico, que es al mismo
tiempo una construcción utópica como una realidad posible de
ser edificada sobre la base de la rearticulación tanto de las
relaciones sociales como del sistema de valores. En el Facundo el
tipo ideal se transforma en una utopía posible, pero para ello
debe pasar por ser un tipo literario como arquetipo novelístico
que representa la realidad concreta. Pero en sí mismo, no es del
todo realidad, por lo que desde Facundo mismo hasta cualesquiera
de los tipos que nos describe son parte de un argumento
ideológico, requiriendo para ello ser un estereotipo literario.
Es por tal razón que este texto es una obra de frontera que
asume tanto el recurso estético como la argumentación
ideológica sistémica y documentada, en tanto, a nuestro
entender, constituye un antecedente proto sociológico que
intenta un análisis comprensivo de la realidad Argentina
situándose en una perspectiva en la cual lo social explica lo
social, al estilo de lo propuesto por Emilio Durkheim en 'Las
reglas del método sociológico' y que se apoya en recursos
metodológicos que hoy podríamos caracterizar como
etnográficos.
Su confianza en la razón como medio de interpretación
histórica lleva a Sarmiento en el capítulo séptimo a
referirse, bajo el rótulo de 'sociabilidad', al carácter de las
relaciones sociales en la Argentina de su tiempo, particularmente
en las ciudades, previendo del carácter retrógrado de éstas
como simuladoras del modelo español En este sentido, el caso de
Córdova y su universidad son prototipos, a su entender, de la
inutilidad de la cultura letrada hispana, siendo de particular
importancia el papel que él le asigna en su proyecto de
rearticulación de las relaciones sociales al conocimiento de
éstas por medio de carácter científico, anunciando el futuro
papel de las ciencias sociales como reguladoras científicas de
la convivencia Es así como hablándonos de Buenos Aires y su
vida social nos señala que "...hoy los estudios sobre las
constituciones, las razas, las creencias, historia, en fin, han
hecho vulgares ciertos conocimientos prácticos"(17) .
Desde el capítulo noveno al decimosegundo del libro, nuestro
autor nos describe el carácter de lo que él entiende como la
'guerra social', esto es el continuo enfrentamiento entre
unitarios y federalistas. Cabe agregar que él es un perseguido
de Rosas y defiende la causa federal Sin embargo, reconoce el
carácter bárbaro de la guerra, así militares como el General
La Madrid, que se opone a Facundo, son para él representantes de
la civilización, en tanto son capaces de entender el
enfrentamiento desde una perspectiva racional que da lugar a la
planificación y que rechaza el encarnizamiento. Por otra parte,
existe un traspaso desde tercera persona a primera persona con lo
cual se evidencia el carácter vivencial del texto. Para ello
recurre al contacto directo de los protagonistas, pudiéndose
deducir que el mismo es un protagonista de los sucesos. El autor
es un protagonista más, sin embargo, ello se encuentra a nivel
latente. La estrategia dramática del texto pasa continuamente
desde el relato histórico en tercera persona a la descripción
de información recopilada directamente y a la descripción de
experiencias personales. El nudo dramático está dado por la
acción de Facundo representante del bárbaro quien usa su poder
para arremeter en contra de la civilización citadina, sin
embargo, Sarmiento no es ni neutral ni ajeno a los hechos es
parte y parte fundamental.
Vemos en la voz de Faustino Sarmiento a un personaje partícipe
de aquello que está relatando, aunque en no más de tres
ocasiones en el texto el autor relata fenómenos en primera
persona Aún así, es manifiesta la voz latente de Sarmiento
quien la década del 30 del siglo pasado vive y sufre la barbarie
que nos relata. En este sentido podemos afirmar que como voz y
personaje esencial Sarmiento compite con Facundo Quiroga en
protagonismo. Así, continuamente nuestro autor va intercalando
en su narración de la situación argentina sus posiciones
correspondientes a lo que Ricoeur entiende como la dimensión
simbólica del Mythos, y que nosotros podríamos caracterizar
como ideológicas.
Sin embargo, aunque Sarmiento personaje resulta una constante, la
trama se concentra en la descripción del personaje esencial,
Juan Facundo Quiroga, el cual no es una caricatura ni una
descripción objetiva, sino un tipo ideal de inspiración
Kantiana(18), aunque suponemos que nuestro autor no conocía
detalladamente la obra de este filósofo. Efectivamente, el
modelo surge de la figura del 'gaucho malo' en el inicio del
texto y continúa con el perfil de las acciones de nuestro autor,
dentro de las cuales curiosamente no se señala como origen de su
barbarismo, su extracción social, en tanto corresponde a las
capas acomodadas de la sociedad argentina de entonces, sino que
identifica esta causa en un contexto que da lugar a un tipo
humano bien definido. Ni siquiera nuestro autor requiere de la
caricaturización en tanto es incluso capaz de reconocer virtudes
y actos altruistas en nuestro personaje. El es el representante
de un tipo social bien definido y su acción es producto de sí
mismo, pero también de sus circunstancias.
Identificamos a Facundo como un personaje esencial, hilo desde el
cual se articula el relato que se humaniza desde la práctica de
una escala de valores diferentes, los cuales son reconocidos aún
asumiendo su barbarismo. Aquí es donde la polifonía se expresa
en la capacidad de 'Sarmiento autor' para sorprenderse con un
sistema de valores que le es extraño. En San Juan le trajeron un
francés, Berreau, que había escrito de él lo que un francés
puede escribir. Facundo le pregunta si es el autor de los
artículos que tanto le habían herido, y con la respuesta
afirmativa - que espera usted ahora ? - replica Quiroga - Señor,
la muerte - Tome usted estas onzas y váyase en hora
mala".(19) Ejemplos como este abundan donde la polifonía se
expresa en la sorpresa del autor frente a un sistema de valores
que no es el suyo y frente al cual se sorprende. Sin embargo,
Sarmiento no apela solamente a la irracionalidad del bárbaro
para explicar estos valores, pues "...aún en los caracteres
más negros hay una chispa de virtud que alumbra por momentos y
se oculta"(20).
Dentro de la misma expresión de la polifonía narrativa, en esta
obra ciertos elementos del espíritu gaucho son rescatados como
lo es la vocación poética propia del tipo de sujeto popular que
describe, pero el 'hombre nuevo' que la nación argentina
necesita no es, según Sarmiento, ni el letrado proveniente de la
tradición barroca hispano lusitana, ni el gaucho salvaje, sino
un tipo distinto que imita las instituciones y los valores
europeos, pero que es capaz de contextualizarse por medio de un
procesamiento científico-tecnológico de las relaciones
sociales, procedimiento que tendría como base un conocimiento
científico y acabado del bárbaro. Así, la dimensión
ensayística abre paso a la descripción estética. Es necesario
por ello reconocer incluso en sus virtudes a ese otro salvaje
sujeto de redención. Por ello el razonamiento tiene pretensiones
científicas, pero la estrategia es narrativa de corte
novelístico, preludiando en naturalismo literario, posterior en
su constitución a la aparición de obras semejantes en la misma
Europa.
En el capítulo quinto de la obra el autor nos describe la vida
de Juan Facundo Quiroga. Puede entrar ya en materia, ha
contextualizado laboriosamente el tipo ideal central y la médula
de la trama expresa en la caracterización del personaje. Para
ello se separa del argumento de corte historiográfico y recurre
al relato de corte novelístico, aún cuando son otros según él
los que novelan. Sin embargo, Domingo Faustino Sarmiento se
complace en reafirmar el mito. Describe el encuentro de Juan
Facundo Quiroga en su juventud con una fiera amenazante, ello en
el contexto del estado de naturaleza propio del tipo ideal que
está caracterizando, esto es el hombre de la campiña, más
cercano al animal que al ser humano, donde él puede, desde su
sola fuerza, vencer a un tigre, recurriendo al tipo de
descripción de acontecimientos más propia de la novela.
"...Esta escena horrible duraba ya dos horas mortales ; la
postura violenta del gaucho y la fascinación aterrante que
ejercía sobre él la mirada sanguinaria, inmóvil del tigre, del
que por una fuerza invencible de atracción no podría apartar
los ojos " (21) . Este dramático relato permite justificar,
según nuestro autor, el apodo de Juan Facundo Quiroga de Tigre
de los Llanos.
Otro ejemplo del uso del recurso novelístico está en el sexto
capítulo del libro, en donde se describe la Rioja. Al describir
esta zona de la Rioja nuestro autor es pródigo en descripción
de paisaje, lo cual viene a completar la descripción general del
medio físico realizada en el primer capítulo del libro. Apela
así a un recurso literario que le es indispensable para su
argumentación ideológica. Es éste el terreno primero de
correrías de Facundo y es presentado como un contexto donde la
naturaleza prima por sobre la cultura. "Lugares hay donde la
población se alimenta casi exclusivamente de miel silvestre y de
algarroba, como de langostas, San Juan en el desierto".(22)
Así, el contexto natural es un personaje más en el drama
moralizante que se nos presenta.
4°.- La
ambigüedad como estrategia narrativa.
Si nos concentramos en este texto como obra literaria vemos como,
en el plano del recurso estético puro, se apela a un suspenso en
la narración, en tanto se supone un destino pero se manifiesta
la persistencia de lo contrario. Debido a lo anterior es
importante asumir el que este texto se mueve dentro de los
márgenes del mensaje estético literario, con todas las
ambigüedades y redundancias que éste involucra en tanto
recursos propiamente literarios La vaga figura de Facundo Quiroga
como personaje esencial, y la de bárbaros y civilizados que lo
secundan, nos mantiene en vilo respecto tanto del destino de
tanto barbarismo como de la posibilidad real de implementar un
proyecto civilizatorio. Citando a Humberto Ecco podemos decir que
"...de entre las brumas de la ambigüedad"(23), este
texto como texto literario nos hace preveer el desenlace, la
civilización, pero mantiene en suspenso las concretas
posibilidades de que ello se logre. La redundancia del barbarismo
generan el suspenso necesario para que, conociéndose la
ideología eurocéntrica subyacente, de todas formas nos
alarmemos frente a la infinita preeminencia del salvajismo en el
desenvolvimiento de la trama.
Es justamente esta 'redundancia' un recurso narrativo
preeminente, de manera que la posibilidad civilizatoria desemboca
en una refiguración o mimesis III al estilo del esquema de
Ricoeur, es una invitación a civilizar en un futuro posible, del
cual el propio lector puede formar parte. Los pueblos en su
infancia son unos niños que nada prevén, que nada conocen, y es
preciso que los hombres de alta previsión y de alta comprensión
les sirvan de padres. El vandalaje nos ha devorado, en efecto, y
es bien triste gloria el vaticinario en una proclama, y no hacer
el menor esfuerzo por estorbarlo"(24)
5°.- Tiempo y
refiguración.
Por otro lado vemos como, en el plano aún de los recursos
literarios, existe manipulación de la refiguración por medio
del uso del tiempo. Es así, como el tiempo en el cual la obra se
mueve corresponde al intercalamiento tanto de un pasado relatado
como de un futuro proyectado. Nuestro autor juega con los
ejemplos sacados del proceso histórico que intenta relatar junto
a sus consejos y aseveraciones respecto del destino de Argentina.
La trama se mueve por lo tanto en un tipo de temporalidad en la
cual toda descripción de personas y situaciones se proyecta en
la justificación de la hipótesis de base del texto, la cual
gira respecto a la oposición entre barbarie y civilización. Sin
embargo, ello no constituye una oposición maniquea en tanto a
que en este juego entre pasado y futuro se define la consistencia
del proyecto histórico que se propone.
La trama se desarrolla primeramente ubicando al lector en el
contexto. Nuestro autor intenta que la refiguración, aquello que
Ricoeur entiende como la Mimesis III, se desarrolle plena de
aporte de información, generando una comprensión documentada
del texto junto a un intento latente de validar sus hipótesis de
base, a través de la descripción de este contexto. Asumimos
así plenamente lo planteado por Ricoeur en el sentido de que
"...seguimos pues el paso de un tiempo prefigurado a otro
refigurado por la mediación de un tiempo prefigurado a otro
refigurado por la mediación de un tiempo configurado" (25),
llevándonos lo anterior a sintetizar el desarrollo de la trama,
como tiempo configurado, definiéndola como un camino donde
transita la estructura de la narración.
Nuestro autor nos presenta un panorama de la revolución de
independencia, en él identifica un doble carácter : 1) La
guerra de las ciudades, iniciada en la cultura europea, contra
los españoles, a fin de dar mayor ensanche a esta cultura ; 2)
Guerra de las caudillos contra las ciudades, a fin de liberarse
de toda sujeción civil, y desenvolver su carácter y su odio
contra la civilización. Las ciudades triunfan de los españoles
y las campañas de las ciudades"(26). Con esto Sarmiento
rompe con la lógica del progreso histórico y apela al lector
para revertir una situación de retroceso en el proceso
civilizatorio viviría en el siglo XIX en América Latina. La
Mimesis III refiguratoria se intenciona desde una vertiente
esencialmente ética. Sarmiento no habla prácticamente nunca en
un presente concreto, más bien juega entre un pasado descrito y
estigmatizado, y un futuro posible, deambula la narración entre
la mirada crítica del pasado y la propuesta para construir el
futuro.
En el último capítulo nuestro autor retoma su argumentación,
defiende con más énfasis su argumento respecto a la oposición
entre salvajismo y civilización. El presente es salvaje, por
ello el futuro debe ser civilizado. Es en este capítulo donde la
temporalidad más se dirige hacia el futuro, presentándonos el
carácter de utopía abierta de su propuesta, siendo la
condición de posibilidad aquella centrada esencialmente en la
derrota de la naturaleza por parte de la cultura, lo que se
lograría por medio de la superación de los tipos humanos
previamente descritos y particularmente del 'gaucho malo'.
CONCLUSIÓN
Toda obra literaria interpela a la época desde la cual es
leída. Las categorías que sirven para interpretar un texto en
un contexto dado ya, a poco andar, resultan obsoletas.
Interrogando Lévi - Strauss si acaso el estructuralismo mismo
podría analizarse estructuralmente él da una respuesta radical
: Sí, es posible analizarlo estructuralmente porque una teoría
científica es también un mito que puede ser releído desde otro
sistema de oposiciones binarias, transformándose este sistema en
el paso de un contexto receptor a otro. De esta manera cada
contexto relee una textualidad reinterpretándola, desde su
configuración particular, desde el modo en que los valores se
organizan allí concretamente. El 'mito Facundo' requiere de
nuestra interpretación para poder ser comprendido, pero para
ello necesita de un mito que lo interprete.
Tal como Sarmiento se mueve argumentativamente entre la barbarie
y el salvajismo, sus interpretadores nos movemos en otra
oposición binaria definitoria del mito que interpreta, esto es
la aposición entre la novela y el ensayo. Optar por uno de los
géneros significa intentar hacer una lectura que puede ser pobre
del Facundo, aunque, por otra parte, cualesquiera de los dos
hechos individualmente resulta provechosa. El texto da para
ambas. Es rico como composición estética y como argumento
racional con pretensiones científicas, está en el origen del
criollismo, pero también está en el origen de nuestras ciencias
sociales, sin embargo, situarlo excluyentemente en uno de estos
ámbitos no deja de ser una exclusión gratuita.
Evidentemente aquí ensayo y novela coexisten como realidades
paralelas y entrelazadas, intentando lograr en la refiguración
un objetivo ético ideológico. Recordemos que el texto fue
escrito en Chile como un instrumento para desacreditar al
gobierno de Rosas. Sarmiento temeroso de que el dictador
Argentino, quien justamente lo obliga a buscar cobijo en nuestras
tierras, logre el apoyo del estado chileno, escribe este libro
desde lo más profundo de su idealismo y de su resentimiento.
Bien es conocido el rol que le tocó a Sarmiento en Chile como
organizador de la educación, uno de los fundamentales. Sin
embargo, este texto no posee toda la pretensión pedagógica que
podría suponerse según la trayectoria de su autor, siendo ante
todo un texto de agitación, 'un panfleto', en el profundo
sentido del término, un panfleto que intenta antes que nada
seducir. Por ello la coexistencia de las textualidades
novelística y ensayística guarda relación estrecha con el fin
instrumental que persigue, intenta seducir desde una estrategia
en la cual elabora una pirámide en cuya cúspide está Facundo,
seguido de cerca por el autor - actor - observador directo de los
hechos, acompañado en el escaño inmediatamente inferior por la
multiplicidad de personajes presentes en la obra bajo la
cobertura de estereotipos culturales, teniendo como base la
promesa de un tiempo futuro vencedor del pasado salvaje.
Sarmiento el extranjero, el exiliado, el marginado que logra por
su inteligencia cierta notoriedad en Chile, el país vecino y
referente habitual del desarrollo cultural e institucional
argentino, es el que intenta convencer. No nos parece que el
autor tuviese intenciones reales de escribir una novela o fundar
una ciencia de la sociedad, teniendo preocupaciones más
urgentes. En términos modernos desde una ideología fundamentada
en la metafísica de la conciencia desea generar movimiento
social. Identificando y tipificando a los sujetos
socioculturales, nuestro autor tiene bien claro, tanto de quién
está hablando como a quién dirige su relato y su argumento, no
preocupandole inaugurar géneros en su contexto, le interea
transformar la realidad.
Nuestro autor no teme echar mano del pensamiento social
ilustrado, de las técnicas narrativas de la novela de su época
y de la confidencia hecha en voz alta o en voz baja. Todo es
válido con tal de convencer. Tan seguro se encuentra de sus
razones, que es capaz de crear una realidad. No sólo describe
escenarios, también los genera, no da cabida excluyente ni a la
salida emotiva, ni al argumento racional para quienes puedan
contradecir sus puntos de vista. Sólo el exiliado, el que se
encuentra en la lejanía de lo propio, marginal aunque
reconocido, posee la suficiente desesperación para deambular en
géneros creando un género aún no del todo desarrollado e
imitado, un tipo de texto en el cual el 'yo' del autor se nos
presenta como personaje - voz y argumentos fundamentales.
Sí, Sarmiento es un personaje esencial de su propio libro. Es
frente a él que Facundo se nos desarrolla. Ambos mantienen una
relación difícil, tensionada. Es el cuestionamiento de
compatriota lo que resulta más penoso; ¿cómo cuestionar a la
patria toda por culpa de los Facundos, si acaso no se está
exiliado por defender valores propios del amor a ella ?. Pero,
por otra parte, ¿cómo ser condescendiente al relatar las
andanzas de quien representa todo lo que es rechazado todo lo que
es visto como síntoma de retraso ? Imposible resulta por ello
direccionar el texto, separar discursos y trabajarlo como ensayo
o como novela, más aún si hoy nos hemos dado cuenta de los
límites de nuestra ciencia social como descriptora de la
realidad y de las innegables ventajas de la retórica y de la
poética literaria. Así, la oposición básica entre barbarie y
civilización que obviamente no es otra cosa que la oposición
entre naturaleza y cultura, se nos presenta como el punto donde
la perspectiva ética que desee promover acción social, se abre
a las posibilidades de ambos géneros.
En el plano literario artístico se abre a la sensibilidad del
receptor intentando cautivarlo desde lo intuitivo, desde lo
sensible y en el plano ensayístico se abre a una utopía, la
propone y la fundamenta. Pero bien sabe Sarmiento que los
tratados filosóficos poco logran frente a los incendios en la
puerta de la casa. Creemos que esta libertad para jugar entre los
géneros establecidos guarda relación con el carácter
autodidacta de un Sarmiento, que no fue a la universidad y para
quien la lectura constituye la base de su autoconformación.
Puede así liberarse del academicismo filosófico y de la
normativa de la novela. Puede por ello abrirse a la libertad del
texto emanado del proyecto de la ilustración, texto creado por
autores de amplia cultura que están más atentos a sus objetivos
que al género en el cual fueron escritos. Una educación
escolástica como la de su época le habría creado trabas que le
impedirían hacer de un texto de agitación una joya literaria,
no podría haber evitado seguramente que por su carácter
'precioso' no 'agite' realmente.
En el sistema de relaciones utilizado para interpretar este libro
desde fuentes teóricas multidisciplinarias, vemos claramente
como en la refiguración por medio del movimiento entre pasado y
futuro, en la invitación a civilizar transformando lo natural en
cultural, en la polifonía de voces incluyen al autor que es
también protagonista y al Facundo como epicentro narrativo.
Vemos las estrategias narrativas utilizadas en pro de la
seducción que genere movimiento social, que logre el cambio
histórico. La utopía se presenta y se estimula desde el recurso
estético, en una clave de lectura de la realidad según la cual
el mundo objetivo se identifica con que el mundo narrado, por lo
cual el recurso literario no es más que un camino que conduce al
logro del sueño histórico.
Miguel Alvarado Borgoño
Notas:
1. Según Tzvetan Todorov señala "lo que codifica el
género es una propiedad pragmática de la situación discursiva
: la unidad del lector tal como el libro la prescribe (y que el
lector individual puede adoptar o no). Este papel del lector no
está implícito la mayoría de las veces, sino que está
representado en el texto mismo por rasgos de un personaje testigo
; la identificación de uno con otro se facilita por la
atribución a este personaje de la función de narrador".
Todorov, Tzvetan. "El origen de los géneros" ; En:
Teoría de los géneros literarios, Madrid, Arco/Iris, S.A.,
1988. Página 45.
2. Uno de los últimos esfuerzos hermenéuticos desarrollados en
este sentido lo constituyen las investigaciones del profesor
Pedro Morandé que continúan, por medio de una revisión del
ensayismo latinoamericano, la labor desarrollada en texto como
Cultura y modernización en América Latina o Ritual y palabra.
En este sentido pueden constatarse las primeras aproximaciones
hacia la temática en conferencias dadas en la ciudad de Temuco
con motivo de la invitación de que fuera objeto el año 1997 por
parte del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad
Católica de Temuco y la Escuela de Sociología de la Universidad
de La Frontera.
3. Jolles, Andre, Las formas simples, Stgo., Editorial
Universitaria, 1972.
4.Sainz, Federico, Ensayo de un diccionario de la literatura,
Tomo I. Madrid, Aguilar.
5. Diccionario de la Real Academia Española de la lengua,
España, Vigésima Edición, Tomo I, 1984.
6. Diccionario Enciclopédico , Barcelona, Editorial Grijalbo,
1992.
7. Derrida, Jacques, "Envío" ; En La deconstrucción
de las fronteras de la filosofía, BB.AA, Barcelona,. Editorial
Paidós, 1989, Página 98
8. Ello queda claro en perspectivas de corte sistémico como es
el caso de los estudios de Jesús Ibáñez o la teoría general
de sistemas aplicada a las ciencias sociales en la versión de
Niklas Luhman.
9. Esta idea referida al carácter legítimamente del ensayo
latinoamericano del siglo XIX, como género literario con
pretensiones científicas, en el contexto de nuestro continente,
puede encontrarse desarrollado desde una interesante perspectiva
en el prólogo del texto Filosofía e identidad cultural en
América Latina de Jorge García e Iván Jaksic, Venezuela, Monte
Avila Editores, C.A., 1983.
10. Idea extraída del ensayo Domingo Faustino Sarmiento y la
educación chilena, Sanhueza, Guillermo, Documento de Estudio,
IPS, Stgo., Blas Cañas, 1987.
11. El concepto de 'polifonía' es revivido por antropólogos
norteamericanos. En relación a ello véase, por ejemplo la
reflexión de James Clifford sobre la invensión etnográfica del
sujeto en su texto Dilemas de la cultura, antropología
literatura y arte en la perspectiva postmoderna, España,
Editorial Gedisa, 1995.
12. Bajtín, Mijail, Problemas de la poética en Dostoievski,
Bogotá, Fondo de Cultura Económica, 1993, p. 16. (Hemos
arbitrariamente cortado el párrafo citado el cual estaba
referido, según la intención de Bajtín, a la obra novelística
de Dostoievski).
13. Domingo Faustino Sarmiento, Facundo. Barbarie o
civilización, BB.AA., Editorial Jackson de Ediciones Selectas.,
1947.
14. Domingo Faustino Sarmiento, Facundo . Barbarie o
civilización, BB.AA., Editorial Jackson de Ediciones Selectas,
1947.
15. Sarmiento. Op. Cit. p . 67
16. Sarmiento, Op. Cit. p. 69
17. Sarmiento, Op. Cit. p. 143.
18. En la tradición alemana el concepto de tipo ideal es
asumido, desde el horizonte kantiano, por el pensamiento de Max
Weber, resultando no sólo un recurso teórico en la sociología
comprensiva de este autor sino también un recurso estilístico
para elaborar la descripción de escenarios. Autores como Erving
Goffman son herederos de este tipo de descripción que aproxima a
la etnografía post moderna con la literatura.
19. Sarmiento, Op. Cit. p. 202
20. Sarmiento, Op. Cit. p. 203 21. Sarmiento, Op. Cit., p. 202
22. Sarmiento, Op. Cit. ,p. 174
23. Ecco, Humberto, La estructura ausente, Barcelona, Editorial
Lumen, 1972, p. 160 - 162
24. Sarmiento, Op. Cit. p. 113.
25. Paul, Ricoeur, Tiempo y narración. Configuración del tiempo
en el relato histórico, Ediciones Cristiandad, 1984.
26. Sarmiento, Op. Cit. p. 80 .
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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