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Algunas claves para entender la situación política actual del País Vasco.
El País Vasco se encuentra en una compleja situación, difícil de entender desde el resto de España. Aquí se proporcionan algunas claves para comprender el momento actual.
La ruptura en septiembre de 1.999 de la
llamada "tregua indefinida" por parte de la banda
terrorista ETA, frustró las expectativas de paz abiertas en toda
la sociedad española.
Con ello, también se ha frustrado la expectativa de un proceso
acelerado en dirección de la "autodeterminación" y el
"soberanismo", asociado a la citada "tregua".
La supervivencia del pacto de Lizarra está en juego y la
viabilidad de la iniciativa de la Asamblea de Municipios
(Udalbiltza) está en entredicho por falta de materialización de
sus expectativas.
Si añadimos otros factores, como el enfrentamiento institucional
entre PNV y EH, el cambio de orientación del voto en Alava y la
pérdida del control interno de los nacionalistas de Caja Vital,
derivado del anterior, se deduce que la situación ha alcanzado
una notable complejidad que puede llevar a la paralización de la
vida política en la Comunidad autónoma Vasca y a un
estancamiento de la situación.
Veamos algunas claves que pueden facilitar la lectura de los
sucesos que se viven en esta zona de España.
1. El País Vasco se encuentra fraccionado entre nacionalistas y
no nacionalistas, con un claro predominio y capacidad de
iniciativa de los primeros hasta las últimas elecciones del 12
de marzo. El segundo de ambos sectores ha actuado a la defensiva,
tras varias décadas de ofensiva nacionalista en diferentes
frentes: cultural, institucional, eclesial y, su peor rostro,
terrorista. Pese al cerco al que ha sido sometido, algunos
indicios de recuperación se habían dado con anterioridad a
dichas elecciones: Gesto por la Paz, Foro de Ermua, Foro El
Salvador, progresiva recuperación del voto no nacionalista en
Alava de la mano de UA, ascenso electoral del PP.
2. En la estrategia independentista, el avance electoral
nacionalista en Navarra es fundamental. No es posible un País
Vasco sin Navarra. Sin embargo, el crecimiento electoral
nacionalista en Navarra, elección tras elección, no llega,
permaneciendo su electorado en un porcentaje similar y
minoritario. Por ello, la inversión de capital económico y
humano en diversas iniciativas de todo tipo (medios de
comunicación, campañas electorales, ikastolas, asociaciones
culturales, actos políticos y lúdicos de todo tipo), tiende a
acelerarse. En ese sentido, el principal reto de las fuerzas
políticas navarras mayoritarias es la desactivación del
euskera". Así, se está percibiendo el interés de algunos
sectores sociales en "despolitizar" la presencia y
desarrollo del euskera, normalizándolo y sustrayéndolo de su
empleo como herramienta de combate metapolítico por parte del
nacionalismo vasco.
3. Alava se ha decantado, como en los inicios de la transición,
por los partidos no nacionalistas. Ello provoca un nuevo fracaso
en las aspiraciones del nacionalismo vasco, al proporcionar Alava
una nueva baza de "intercambio" y presión al PP en sus
relaciones con el PNV y el mundo nacionalista, que se suma a la
de "los presos" encarcelados en las prisiones, la
presión policial y la cooperación internacional, más cuando el
PNV ha abandonado el Partido Popular Europeo integrándose en el
Grupo Parlamentario "Arco Iris".
4. Aunque con unas expectativas todavía más a largo plazo que
las depositadas en Navarra, también Iparralde, el territorio
francés de cultura vasca, entra en la estrategia del
nacionalismo vasco. Así, los partidos abertzales se encuentran
muy divididos, rozando la marginalidad, siendo su
representatividad institucional casi simbólica. No olvidemos,
por otra parte, la orientación centralista y jacobina del Estado
francés, en absoluto sensible a la descentralización
administrativa.
5. El nacionalismo vasco se encuentra fraccionado, a su vez,
entre radicales y moderados. El Partido Nacionalista Vasco (PNV)
y su escisión Eusko Alkartasuna (EA) por un lado, y el MNLV, con
su expresión política Herri Batasuna por otro, cuyo liderazgo
lo ejerce ETA.
6. El Acuerdo de Lizarra es, ante todo, la toma del liderazgo del
nacionalismo por parte de los sectores más radicales, fruto tal
vez de un relevo generacional dentro del nacionalismo.
7. La ruptura de la tregua supone un doble fracaso para los
nacionalistas. Para el PNV, que no ha podido atraer
definitivamente y de forma exclusiva a la vía política a HB.
Para el nacionalismo vasco en su conjunto, que no ha sido capaz
de imponer un proceso político de "paz a cambio de
autodeterminación".
8. Herri Batasuna, en Lizarra, intenta continuar como si nada
hubiera pasado, como si la "tregua" no se hubiera roto.
El PNV, ante semejante contradicción, intenta liderar el proceso
"político", pues precisa de la participación
electoral e institucional de HB, ya que de no contar con ello,
queda en minoría ante el PP - PSOE; lo que evidencia su
situación de "rehén" en manos de EH.
9. ETA es la historia del triunfo del sector radical y
"duro" en toda confrontación interna. Ello supone la
postergación, a corto plazo, de los moderados que optaron por
una salida política al conflicto (relevo de Mikel Antza), en
beneficio de los radicales, quiénes aumentarán la presión
terrorista para forzar un acuerdo político, que genere un nuevo
proceso por la autodeterminación, en las condiciones en que a
ellos interesa.
10. ETA continuará su actividad con armas, alimentada por una
nueva generación, muchos de ellos hijos de militantes fallecidos
o encarcelados, y por los militantes más decididos de JARRAI, ya
fogueados en la "kale borroka". En definitiva, ETA
propone "más de lo mismo", una "larga
marcha", que combinará con la estrategia que debe
reelaborar EH en su ámbito de trabajo.
11. La refundación de la izquierda abertzale, iniciada con la
coalición electoral Euskal Herritarrok, la posterior
organización del partido - vanguardia EKIN dentro de la
anterior, y próximamente BATASUNA, implica una reordenación
interna de las fuerzas en pugna dentro de la coalición, que
puede implicar el desplazamiento definitivo de los moderados
liderados por Otegui, Aldekoa, Zabaleta y otros. El nacionalismo
radical, muy vital y activista, continuará con la estrategia de
socialización del conflicto, lo que les llevará al
"ghetto", una vez se descuelguen los más moderados. Su
participación en futuras elecciones e instituciones es una
incógnita. En cualquier caso, es indudable que seguirán en los
ayuntamientos y, parcialmente, en el Parlamento vasco. Es
probable inicien algún tipo de estrategia de "insumisión
civil" en diversos ámbitos, estrategia en la que
intentarán incorporar al PNV. De hecho, las discrepancias
manifestadas en Lizarra entre ambas fuerzas abertzales, no sólo
se refieren al rechazo formal de la violencia, sino a la
estrategia a seguir desde esa plataforma: vía institucional del
PNV, frente a la "insumisión" civil y movilización
permanente desde la parte radical, junto a la creación de
estructuras supraterritoriales alternativas al actual marco
constitucional.
12. El nacionalismo vasco siempre juega mirando al futuro. Su
estrategia de lucha cultural produce efectos a largo plazo. El
PNV, en el horizonte de la integración europea, no descarta
conseguir sus objetivos en el marco de una Europa con fuertes
órganos comunes y una progresiva descentralización territorial,
en la que los territorios vascos pudieran buscar fórmulas cuasi
- federales de articulación. Ello supone que, cuando la vía
Lizarra sea una posibilidad totalmente agotada, descarte
definitivamente los actuales cauces de colaboración establecidos
con EH, abandonando una estrategia independentista a corto plazo
que sigue, de momento, de la mano e iniciativa de los radicales.
13. El nacionalismo "moderado" del PNV se reforzará en
el futuro, con una probable reintegración de EA en el
"alderdi", la "casa común", y los sectores
desengañados del entorno del MNLV. Para ello, está
desarrollando una estrategia de captación de voluntades a
través de la Fundación Sabino Alava, su apoyo condicionado a
"Gara", sus relaciones con "Elkarri" y otros
organismos. En contra del deseo de muchos, no hay riesgo de
escisión en el PNV.
14. La estrategia de firmeza, con su expresión concreta en el
transcurso de la "tregua" de "paz por presos"
de Mayor Oreja, con todas las cautelas mostradas para quitar
velocidad al proceso y asegurarse la sinceridad de la banda, ha
sido la única estrategia realista desarrollada desde los
partidos constitucionalistas. El PSE-PSOE ha carecido de
iniciativa de calado real. Desde hace varias décadas, este
partido actúa a remolque de otros, bien del PNV anteriormente,
bien del PP hoy día. Por otra parte, existe un sector, el del
PSE en Guipúzcoa, de tendencia más nacionalista y proclive a
pactos con el PNV y EA, lo que genera en su seno periódicas
crisis internas y de orientación, que pueden rebrotar una vez
olvide el impacto producido por el asesinato de Buesa.
15. La Iglesia católica no es el "cemento" de la
sociedad vasca desde hace ya varias décadas. La mentalidad
relativista - consumista ha calado en grandes sectores de la
misma. Por otra parte, gran parte de los integrantes del MNLV
tienen convicciones explícitamente anticristianas. Ello no
quiere decir que no pueda jugar un papel en los caminos de la
paz, por la experiencia y el prestigio personal de algunos de sus
pastores. La confrontación entre nacionalistas y no
nacionalistas, que también se ha dado en el seno de la Iglesia,
poco a poco, y en buena medida, de la mano de sus nuevas
"cabezas", está dando lugar al intento de creación de
un nuevo sujeto cristiano, cuya preocupación primaria sea la
"nueva evangelización" y la misión en esta sociedad.
José Basaburúa jbasaburua@hotmail.com.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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