|
Respuestas a los tópicos abortistas: Mitos y Realidades del Aborto.
El texto responde a los fraudulentos tópicos con los que el discurso cultural dominante pretende justificar el asesinato en el vientre materno:
*1 MITO.
Nadie está a favor del aborto..., pero en ocasiones es la única
salida.
*2 MITO. Debería permitirse el aborto ante un embarazo no
deseado, porque trauma a la mujer.
*3 MITO. El embrión es sólo una masa de células. La vida
propiamente humana inicia a partir de que se registra actividad
cerebral, y en el feto esto se da pasados muchos meses.
*4 MITO. El aborto debe permitirse porque la mujer tiene derecho
a disponer de su cuerpo.
* 5 MITO. Que el aborto lo decidan los médicos, ellos saben si
es conveniente o no realizarlo en cada caso.
*6 MITO. Está demostrado que permitir el aborto reduce el
índice de criminalidad.
*7 MITO. Que el aborto sea legal por los que sí lo deseen, si
alguno no está de acuerdo, que no lo haga, pero no quiera
imponer su criterio sobre los demás. Además, el actual régimen
legal que penaliza el aborto está en desuso, a nadie se persigue
por aborto.
*8 MITO. El aborto es un asunto de la propia conciencia, es una
cuestión personal, íntima, en la que ni la legislación, ni la
religión, ni nadie, excepto la propia madre, debe intervenir.
*9 MITO. Es preferible abortar cuando el feto presenta
alteraciones genéticas o congénitas, pues ¿qué calidad de
vida podrán llegar a tener esos niños? Nadie desea un hijo con
malformaciones o SIDA.
*10 MITO. Sólo las mujeres con recursos económicos que deciden
abortar se hacen abortos ilegales en las mejores condiciones,
mientras que las demás fallecen o quedan afectadas debido al
aborto clandestino mal realizado.
*11 MITO. El aborto es una buena medida de control natal, ¿para
qué traer más gente al mundo?
*12 MITO. El aborto debe ser una opción cuando se carece de
capacidad para la manutención económica del no nacido.
*13 MITO. En los países más desarrollados se practica el aborto
a petición. Prohibir, sólo sirve para condenar a las mujeres
sin recursos a un grave riesgo para sus vidas ¿a quién sirve
que los abortos sean considerados delito?
*14 MITO. El aborto es un problema de salud pública.
*15 MITO. Existen maneras distintas de pensar. Algunos teólogos
han resuelto la cuestión del aborto de manera distinta que la
Iglesia.
*16 MITO. Que no se meta la Iglesia, que no quiera imponer los
criterios religiosos sobre los demás.
*17 MITO. El Papa es infalible sólo cuando proclama ex cathedra
una doctrina en materia de fe o moral, y respecto al aborto nunca
se ha pronunciado en esta forma. Además no existe ninguna
enseñanza de la Iglesia sobre el momento en el que el feto
recibe el alma y se convierte en persona.
*18 MITO. Los teólogos, como parte del Magisterio de la Iglesia,
están volviendo a conceptos teológicos formulados por San
Agustín y Santo Tomás de Aquino, según los cuáles, Dios dota
de alma a la vida prenatal sólo cuando tiene un cuerpo
reconociblemente humano. Si ellos hubieran tenido acceso a los
conocimientos actuales, habrían ampliado su doctrina y enseñado
que Dios dota al feto de un alma cuando el cerebro ya está
desarrollado.
*19 MITO. La Iglesia Católica enseña que en última instancia
la conciencia debe ser el principio rector para la acción y que
sólo pecamos cuando actuamos en contra de nuestra conciencia.
Tenemos obligación de formarla bien y de tomar en cuenta todos
los aspectos que puedan ayudarnos a tomar una decisión adecuada
respecto al aborto; pero la decisión es suya.
*20 MITO. Hay teólogos católicos, sacerdotes y obispos, que
consideran morales algunos abortos. Y, aunque el Derecho
Canónico establece que quien comete un aborto queda excomulgada
automáticamente, esto es falso si lo realiza conforme a su
conciencia.
*21 MITO. En Italia, un país mayoritariamente católico, en cuyo
territorio está el Vaticano, se despenalizó el aborto motivado
por la situación de injusticia que significaba que las mujeres
con recursos económicos pudieran practicarse abortos en buenas
condiciones, mientras que las mujeres de pocos recursos debían
acudir a métodos que muchas veces resultaban mortales. Este
hecho indica que la Iglesia debería cambiar su postura respecto
al aborto.
*22 MITO. Las "Católicas por el Derecho a Decidir"
pertenecemos a la Iglesia Católica porque somos bautizadas, sin
embargo tenemos opiniones distintas a lo que enseña el Papa en
ciertas materias, como por ejemplo el aborto.
*23 MITO. Practico la religión católica y personalmente nunca
estaré de acuerdo en el aborto, sin embargo, soy de la opinión
de que aun cuando la vida del no nacido es un bien que se debe
proteger, es necesario que la legislación no impida la libertad
de realizar o no un aborto cuando una mujer fue violada o corre
peligro su vida.
"A veces se usa una expresión de refinada
hipocresía para denominar el aborto provocado: se dice que es la
interrupción del embarazo (...) La horca o el garrote pueden
llamarse interrupción de la respiración, y con un par de
minutos basta. Cuando se provoca el aborto o se ahorca, se mata a
alguien. Y es una hipocresía más considerar que hay diferencia
según en qué lugar del camino se encuentre el niño que viene,
a qué distancia de semanas o meses del nacimiento va a ser
sorprendido por la muerte. Con frecuencia se afirma la licitud
del aborto cuando se juzga que probablemente el que va a nacer
(el que iba a nacer) sería anormal, física o psíquicamente.
pero esto implica que el que es anormal no debe vivir, ya que esa
condición no es probable, sino segura. Y habría que extender la
misma norma al que llega a ser anormal por accidente, enfermedad
o vejez. Y si se tiene esa convicción, hay que mantenerla con
todas sus consecuencias" [1].
La misma afirmación del derecho a la maternidad consciente y
responsable es anulada, puesto que se persigue tal maternidad
interrumpiéndola.
Se habla y hasta se discute sobre el aborto, sin embargo a veces
se carece de ideas claras; es por esto que a continuación se
procura dar respuesta a algunos de los principales argumentos que
los partidarios del aborto plantean.
1 MITO. Nadie está
a favor del aborto..., pero en ocasiones es la única salida.
REALIDAD. Este mito halaga a los oídos, pero no es verdadero.
Afirmando que se es consciente de la realidad del aborto se
pretende justificar como la única salida a la angustiante
situación que supone un embarazo no deseado y se hace caso omiso
de que la peor angustia para una mujer vendrá después del
aborto.
La Dra. Maria Simon, psicóloga en la Clínica Ginecológica
Universitaria de Würzburg (Alemania), ha realizado un estudio de
las consecuencias psíquicas del aborto. La propia autora expone
los resultados de esta investigación. Señala que tras un aborto
se acumulan las siguientes consecuencias psíquicas: sentimientos
de remordimiento y de culpa, oscilaciones de ánimo y
depresiones, llanto inmotivado, estados de miedo y pesadillas.
Frecuentemente estos fenómenos van acompañados de
perturbaciones físicas, como alteraciones del ritmo cardiaco o
de la tensión arterial, migraña, trastornos del aparato
digestivo o calambres en el vientre. Inmediatamente tras el
aborto y bastante tiempo después, las pesadillas tienen como
tema niños pequeños muertos. Al 52% de las encuestadas les
molesta ver a mujeres embarazadas porque les recuerdan sus
propios hijos abortados. En el 70% de las mujeres surge una y
otra vez el pensamiento de cómo serían las cosas si el niño
abortado viviera ahora. Además, las encuestas arrojan
proporciones de hasta 50% de uniones que se rompen después de un
aborto [2].
A semejante conclusión llegó el Dr. Nathanson. La mujer que se
sometía a este procedimiento, pasado el tiempo, presentaba
síntomas no sólo en su aspecto físico (cefalea, gastralgia,
etc.) sino también en el emocional (insomnio, crisis de
angustia, crisis depresivas, abuso de alcohol, frigidez, etc.).
Lo mencionado hasta aquí se hace tomando en cuenta que la
experiencia del aborto provocado puede generar dos posibilidades:
ningún efecto psicopatológico o algún efecto. En el primer
caso se tratará de pacientes con cierto grado de insuficiencia
psíquica o trastorno de la personalidad de tipo sociopático, y
que por lo mismo, les falta conciencia de su propia conducta y de
su trascendencia. En cambio la experiencia del aborto provocado
en una personalidad normal, se asocia negando la culpa. Ante un
caso de Síndrome post-aborto (SPA), se impone la actitud
terapéutica y comprensiva, así como la ayuda espiritual [3].
Un estudio financiado por el gobierno de Finlandia confirmó que
las mujeres que se someten a un aborto corren cuatro veces más
el riesgo de morir que las que continúan su embarazo y dan a
luz. El estudio analizó más de nueve mil casos. El médico
David C. Reardon, encargado de la investigación, explicó que
"se trata de un estudio impecable, basado en informaciones
verídicas" que "confirma que el hecho de que el aborto
sea más peligroso que el parto, no es algo que pueda
dudarse". Los investigadores de la unidad de análisis
estadístico del National Research and Development Center for
Welfare and Health examinaron los certificados de defunción de
todas la mujeres en edad reproductiva (entre 15 y 49 años de
edad) que murieron entre 1987 y 1994, es decir unas 9,129
mujeres. Luego, examinaron la base de datos nacional para
identificar cualquier evento relacionado con el embarazo ocurrido
en el año previo a la muerte. Los investigadores encontraron que
en comparación con las mujeres que llevaron su embarazo hasta el
final, las que abortaron en el año previo a su muerte fueron: 60
% más propensas a morir por causas naturales; siete veces más
tendientes al suicidio; cuatro veces más propensas a morir en
accidentes; y 14 veces más propensas a ser víctimas de un
homicidio. Los investigadores creen que el alto índice de
muertes relacionadas a accidentes y homicidios está relacionado
a las tasas más altas de conductas suicidas o de alto riesgo.
Reardon, que publicó un artículo al respecto en la revista
Post-Abortion Review, denunció que "aunque este importante
estudio fue publicado por el medio más importante de la medicina
escandinava, fue completamente ignorado por la prensa
estadounidense". "Todo el cuerpo de la literatura
médica muestra claramente que el aborto sólo perjudica la salud
física y mental de las mujeres", aseguró Reardon. "A
las mujeres se les oculta esto. Nadie les dice que dar a luz
mejora la salud femenina, no sólo en comparación con las que
han abortado sino con las que no han resultado embarazadas",
agregó. "Si los que promueven el aborto son en realidad
gente pro-choice (pro-opción), permitirían que las mujeres
conozcan los riegos reales del aborto [4].
Así pues, el recurso al aborto no significa una verdadera
solución, sino todo lo contrario, posteriormente se convierte en
un grave problema.
Por otra parte, siempre existen alternativas menos violentas que
el aborto. A este respecto, las estadísticas nacionales del
Centro de Ayuda a la Mujer, después de 11 años de atención han
llegado a la mismo conclusión.
Las razones por las que una mujer decide recurrir al aborto son
las siguientes:
1) 51.6% sociales
2) 22.8% económicas
3) 14.3% familiares
4) 5.7% salud
5) 3.3% personales
6) 2.2% violación
Las ayudas que se les ofrecen para salir adelante de su problema
sin poner en riesgo su propia vida y la de su hijo son:
orientación educativa sobre el valor de su persona y autoestima,
despensas, bolsa de trabajo post-parto, media beca para atención
prenatal y parto en instituciones públicas y privadas, albergue
y respaldo frente a la familia, canalización a instituciones de
salud y atención de embarazos de alto riesgo, asistencia
psicológica para el tratamiento del síndrome post-violación y
canalización a organismos que pueden dar en bebés en adopción
[5].
Gracias a esas ayudas se han podido salvar de la muerte a cientos
de bebés, pues habitualmente las madres optan por su hijo.
Pero aun así, algunas personas estimulan a las mujeres a optar
mejor por el aborto, presentándolo como el camino "más
fácil" o como la "única salida". Sin embargo
esas mismas personas ignoran o parecen olvidar, que el aborto no
es la "única salida", sino la "peor salida".
2 MITO. Debería
permitirse el aborto ante un embarazo no deseado, porque trauma a
la mujer.
REALIDAD. La experiencia ha demostrado que si se le deja nacer,
muchos hijos no deseados se convierten en muy queridos. Es
probable, incluso, que nosotros mismos al principio no fuimos
unos hijos deseados, pero sí acogidos.
Stan Sinberg confiesa en The Baltimore Sun estar perplejo, como
partidario del derecho al aborto, desde el día en que supo que
él estuvo a punto de ser abortado: en una reunión su propia
madre le confesó que al enterarse que estaba embarazada,
intentó abortarlo; su padre dijo que trataría de encontrar a
alguien que realizara el aborto y al no encontrarlo -o no
buscarlo-, lo tuvieron. Así pues, él debía su existencia a una
legislación social a favor de la vida; vive gracias a que su
mamá no tuvo el derecho al aborto [6]. ¡Cuántos deberán su
vida a una legislación así! No es fácil averiguarlo.
La mujer que acude a una clínica de abortos, puede tener
seguridad de que no le informarán bien acerca de los traumas que
podrá sufrir años más tarde, si toma la decisión de abortar.
Pero en el fondo, en muchos partidarios del aborto existe el
convencimiento de que toda inclinación, si es acogida, tiene
derecho a que se satisfaga, independientemente de si es justa o
no la pretensión, y eso no es válido. Así por ejemplo, ante el
deseo que alguien pueda tener de matar a su vecino, no debe
llevarse a la práctica tan sólo porque se contrapone al gusto
de aquél de conservar su vida, sino en primer lugar porque es
injusto hacerlo. Por tanto, ¿con qué derecho se niega la vida a
quien no ha cometido ningún delito?
3 MITO. El embrión
es sólo una masa de células. La vida propiamente humana inicia
a partir de que se registra actividad cerebral, y en el feto esto
se da pasados muchos meses.
REALIDAD. La biología moderna enseña que los progenitores
están unidos a su descendencia por un eslabón material que es
el DNA. En cada célula reproductora, este filamento de un metro
de longitud aproximadamente, está cortado en piezas (23 en el
ser humano). Cada segmento está cuidadosamente enrollado y
empaquetado (como sucede en un casete), de tal manera que al
microscopio aparece como un bastón, un cromosoma [7].
Es exclusivo de los seres humanos poseer 23 pares de cromosomas
en las células.
La genética enseña que desde el momento de la fecundación
existe un ser humano con todo el material genético que se va a
desarrollar a lo largo del tiempo; algo semejante a como en una
cinta de casete que tiene modificaciones físicas y hace que al
colocarlo en un aparato de casetes se escuche el jarabe tapatío,
aunque ni la cinta, ni el aparato tengan un mariachi, ni
guitarras, ni trompetas.
edad aproximada y características
1 día.- 1 célula con 23 pares de cromosomas al unirse las
células germinales
3-4 días.- Se traslada hacia el útero
5-9 días.- Se implanta por sí mismo en el útero
10-15 días.- Suspende el ciclo menstrual de su madre, mide tan
sólo 2 mm
20 días.- Se establecen el cerebro, el sistema nervioso y la
columna vertebral
21 días.- El corazón empieza a latir, y continuará latiendo
hasta la muerte
28 días.- Se forman músculos y se manifiestan brazos y piernas
30 días.- Es 10,000 veces más grande que la célula primera,
ahora mide 4.5 mm
40 días.- Se detectan las ondas del cerebro
42 días.- Comienza a producir células sanguíneas. Sería la
segunda menstruación de la madre de no estar embarazada
60 días.- Mide 3 centímetros, tiene impulsos eléctricos
cerebrales
Aceptar el que tras la fecundación, un nuevo ser humano ha
comenzado a existir, no es cuestión de gusto u opinión ¿puede
alguien sostener seriamente que lo que hoy es humano, ayer que
estaba en el útero no lo era? Lo que se extrae del útero cuando
se realiza un aborto ¿es una cosa o un ser viviente? Y si es ser
viviente, ¿a qué especie pertenece?
Y en caso de "duda", la única actitud razonable sería
cuidar el embarazo, y no destruirla. Así por ejemplo: si alguien
va de cacería con un amigo y escucha un ruido, no disparo, ante
la duda de si es un jabalí o su compadre que ronca muy parecido.
No existe un ser humano adulto que no haya pasado antes por ser
embrión, feto y bebé. Por eso se dice que si el vientre de la
madre fuera transparente, el aborto provocado se vería de otra
manera.
El sentido común -que no necesita conocimientos científicos-
nos dice que lo que se lleva en el seno materno es algo vivo, sin
embargo algunos dudan de que se trate de un ser humano, pero,
¿si no es un ser humano, qué tipo de ser es?, si no se tuviera
la convicción de que es un ser humano ¿por qué los
pro-abortistas buscan que se interrumpa su crecimiento? y ¿por
qué todo el mundo espera el nacimiento de un ser humano?
La experiencia demuestra que sí es un ser humano. Al presentarse
el parto a nadie se le ocurre llamar a un veterinario por si nace
un gorilita, o un cocodrilo; ni se acude a un botánico, por si
da a luz una flor de zempazúchitl [8].
4 MITO. El aborto
debe permitirse porque la mujer tiene derecho a disponer de su
cuerpo.
REALIDAD. Tratándose del aborto no se está manipulando el
propio cuerpo, sino que se acaba con la vida de otra persona
sobre la que no tiene derecho, menos aún de eliminarla. Además,
el derecho al propio cuerpo tiene sus límites; por ejemplo, no
es permitido manejar en estado de ebriedad, venderse como
esclavo, o desvestirse en vía pública, y esto ¿por qué?
porque ser dueños del propio cuerpo no justifica cualquier
acción.
En años recientes, ciencias como la genética, la inmunología y
la fecundación in vitro (fivet) lo han demostrado cada una por
su cuenta: madre e hijo son seres distintos. De ella recibe
alimento y espacio para vivir. En efecto, la posibilidad misma de
la fivet representa una prueba contundente de que el embrión no
constituye un apéndice de la madre.
A la mujer que ha consentido acabar a su propio hijo, una
sociedad permisiva quizá no encuentre gran dificultad en dejar
pasar esa acción, lo peor es que ella misma no se lo perdonará
fácilmente. Y si efectivamente se sobrepone y hace callar a su
conciencia, lo hace a base de insensibilizarse, de destruir su
sentido de valores, de desfeminizarse, de deshumanizarse [9].
De hecho, en principio, ningún tipo de mujer normal persiste en
apoyar la muerte de los hijos, en todo caso buscaría otras
alternativas no violentas o menos brutales.
En una entrevista a Norma Mc Corvey, la mujer cuyo caso -en el
que intervino con el seudónimo de Jane Roe- dio origen a la
sentencia del Tribunal Supremo Roe versus Wade (1973), que
liberalizó el aborto en E.U.A., comentó que en 1991 empezó a
trabajar en una clínica abortista y conoció de cerca la
realidad del aborto. En 1995 anunció que había cambiado de
mentalidad, y dijo: conozco muy poca gente que pueda presenciar
un aborto y después seguir estando a favor de él. Ante la
pregunta de si ¿no hay entre ellas personas sinceras que piensan
que de esta forma ayudan a las mujeres? contestó: algunas
quieren tal vez convencerse de que trabajan por una buena causa,
pero para ellas es sólo un debate intelectual. Todo lo que
quieren es hacer progresar su causa. Si sintieran verdaderamente
algo por las mujeres, intentarían ayudarlas de otra forma [10].
El caso también es paradógico, porque esta mujer, relacionada
con la muerte de millones de no nacidos, nunca ha abortado.
McCorvey era una mujer soltera, de 21 años, embarazada por
tercera ocasión, pobre e inculta. Cuando la sentencia fue
favorable al aborto, ya había nacido su hija, así que la dió
en adopción, al igual que las dos niñas anteriores. Ahora está
en contra del aborto en cualquier periodo del embarazo [11].
Cada vez se lucha más contra la violencia intrafamiliar, por lo
que se puede preguntar: ¿cabe peor violencia que matar a un hijo
en el seno materno?
5 MITO. Que el
aborto lo decidan los médicos, ellos saben si es conveniente o
no realizarlo en cada caso.
REALIDAD. Los médicos se someten a un largo período de
enseñanza superior y práctica técnica. Aprenden a diagnosticar
las enfermedades y aportan al enfermo la preparación
especializada. Por realizar estos servicios se les compensa con
el pago, con un reconocimiento especial y con el privilegio de
invadir el cuerpo ajeno con autoridad [12]. Sin embargo, eso no
les otorga el derecho a decidir si conviene o no el aborto, pues
los intereses para admitirlo pueden ser múltiples.
Desde hace años existe en Estados Unidos el negocio llamado
"Industria del aborto". Anualmente se realizan en ese
país alrededor de 1.3 millones de abortos y se cobra un promedio
de 350 dólares por cada uno. Carol Everett estuvo envuelta en
este negocio en el área de Dallas, Texas desde 1977 hasta 1983,
como directora de cuatro clínicas y dueña de dos de éstas. En
aquél entonces el precio oscilaba entre los 185 y 1,250 dólares
según el estado de adelanto del embarazo. Ella personalmente
llegó a ganar 150,000 dólares anuales. Más tarde la Sra.
Everett se alejó de la industria del aborto por una conversión
religiosa [13].
El ginecólogo norteamericano George Flesh, decidió abandonar la
práctica del aborto cuando empezó a sufrir ataques de ansiedad,
con náuseas, palpitaciones y vértigo. El mismo explica por
qué, en un artículo: "Ya no estaba orgulloso de ser
cirujano. Cuando volvía del trabajo y abrazaba a mis hijos, me
sentía indigno de que Dios me hubiera bendecido con sus caras
sonrientes. Al comienzo de mi ejercicio profesional, una pareja
de casados vino y me pidió que les practicara un aborto. Como el
cuello uterino de la paciente estaba rígido, no pude dilatarlo
para llevar a cabo la operación. Le dije que volviera la semana
siguiente, pasada la cual el cuello uterino estaría más blando.
La pareja volvió y me dijo que había cambiado de opinión. Les
asistí en el nacimiento de su hijo siete meses después. Años
más tarde, pude jugar con el pequeño Jeffrey en la piscina del
club de tenis del que sus padres y yo éramos miembros. Era un
niño precioso y feliz. Yo estaba horrorizado al pensar que tan
sólo un obstáculo técnico me impidió terminar con su vida en
formación (...) Todas las mañanas, cuando abrazaba a mis hijos,
empezaba a pensar en el aspirador que usaría dos horas después.
Era una tensión emocional que no podía aguantar" [14].
La cuestión del aborto inducido no es algo que deba resolver el
médico, del mismo modo que la pena de muerte no es de la
competencia de los ingenieros por el hecho de que se use la silla
eléctrica.
6 MITO. Está
demostrado que permitir el aborto reduce el índice de
criminalidad.
REALIDAD. Se ha levantado una polémica después de la noticia de
un estudio que afirma los efectos benéficos del aborto para la
sociedad. Según informó el International Herald Tribune
(10/8/99) dos investigadores: Steven Levitt, economista, de la
Universidad de Chicago y John Donohue, profesor de leyes de la
Universidad de Stanford, han afirmado que la legalización del
aborto hizo disminuir la criminalidad. Dado que la incidencia del
aborto durante los años setenta fue desproporcionadamente alta
entre las mujeres pobres de grupos de minorías, el número total
de jóvenes que podrían tener problemas con la ley es mucho
menor. Levitt declaró que el aborto ofrece una alternativa a las
madres para no tener hijos que van a enfrentarse a una vida dura.
Dado que esos niños habrían nacido en un ambiente de pobreza y
carencia de amor maternal, hubieran tenido mayor probabilidad de
entrar en conflicto con la policía. El estudio de los dos
académicos incluso afirma que el aborto podría haber sido el
factor responsable de la mitad de la reducción de la
criminalidad de 1991 a 1997. Áreas en donde hubo tasas altas de
aborto, han experimentado una disminución más significativa de
la criminalidad, según el estudio. Los autores no estaban
satisfechos con otras explicaciones como el aumento en el número
de personas encarceladas y mayor dureza por parte de la policía
para justificar la disminución en los crímenes.Compararon las
tasas de aborto de 1973 a 1976 y la criminalidad de 1985 a 1997.
Los diez estados con el nivel más bajo de aborto vieron aumentar
el número de homicidios en un 16.9% de 1985 a 1997. Mientras que
los diez estados con la incidencia más alta de aborto
experimentaron una disminución de los homicidios de un 31.5%. En
los días posteriores a la divulgación de esa noticia el
Pro-Life Infonet publicó diversos estudios con las reacciones a
la tesis sobre el aborto y la criminalidad. La directora de un
grupo pro-vida en el estado de Massachusetts, Maryclare Flynn,
comentó que "es una desgracia sugerir que los 40 millones
de niños que han sido abortados desde 1973 habrían llegado a
ser criminales. El estudio está dando por supuesto que las
mujeres pobres y las de las minorías están criando
criminales". Un editorial del periódico Boston Herald
criticó el estudio haciendo notar que se encuentra al mismo
nivel de las peores afirmaciones de los grupos racistas. El
periódico Chicago Tribune hace hincapié en que poco a poco se
están eliminando las palabras "trágico" y
"lamentable" de las descripciones del aborto y que
quizá serán reemplazadas por expresiones como "socialmente
útil". Mientras tanto el Christian Science Monitor afirmó
que es simplemente preferible disfrutar la buena noticia de un
declive en el crimen y no aceptar que alguien se decida a robar
un banco simplemente porque su madre no le quería. El London
Independent añadió que aún considerando correcto el análisis
de los investigadores, de ahí no se puede derivar una política
útil. El periódico observa que aunque pudiéramos poner fin al
hambre, la pobreza, la miseria y el crimen simplemente abortando
a todos, constituiría una idea absurda. Michael Geer, del
Instituto de la Familia en el estado de Pennsylvania, describió
el estudio como una nueva herramienta contra el crimen, "la
pena capital preventiva". Además, mientras que puede ser
cierto que algunos criminales potenciales hayan sido eliminados
por el aborto Geer se pregunta, "¿a cuántos científicos y
genios habremos sacrificado?". Alan Keyes respondió al
estudio diciendo que en los años setenta era obvio que el aborto
se usaba como una arma contra los negros. Dentro de poco,
observó Keyes, los negros perderán su posición como la
principal minoría en Estados Unidos, y ésto se debe casi por
completo al fenómeno del aborto. El comentarista Cal Thomas
recordó que en los setenta el entonces pro-vida líder negro,
Jesse Jackson y otros negros consideraban el aborto como un medio
empleado por los blancos para reducir los gastos sociales. De
esta manera no hace falta alimentar y educar a tanta gente pobre.
Es como preguntarnos ¿matar a todos los niños de la calle
mejoraría el ingreso per cápita del país? "Esta pregunta
tendría un mensaje implícito: calificar al asesinato de
antemano como algo bueno o cuando menos un hecho diferente. En el
momento de la fecundación se inicia una entidad biológica
diversa al padre y a la madre, al igual que después cuando nazca
el nuevo ser va a necesitar de un ambiente especial para
continuar viviendo, como usted, como yo y como todos los humanos
necesitamos oxígeno, agua y alimentos para poder sobrevivir.
Concluye el licenciado Juan Bernardi con esta frase: "No
cabe preguntarse si el aborto disminuye la criminalidad, porque
el aborto mismo es un crimen" [15].
7 MITO. Que el
aborto sea legal por los que sí lo deseen, si alguno no está de
acuerdo, que no lo haga, pero no quiera imponer su criterio sobre
los demás. Además, el actual régimen legal que penaliza el
aborto está en desuso, a nadie se persigue por aborto.
REALIDAD. Las leyes cumplen una determinada función: lograr un
Estado de Derecho. Al declarar un precepto como conveniente se
postula un criterio social de comportamiento, que, de hecho,
puede ir en beneficio o no de los fines de los ciudadanos. En el
caso del aborto, es claro que no censurarlo va en perjuicio de la
persona humana.
Lo mismo hace el derecho penal, siempre impone convicciones.
Cabría incluso afirmar que resultaría inconcebible si
renunciara a ello; tan absurdo sería, desde el punto de vista de
su objeto, dar paso a la sanción penal sin estar convencido de
que el bien protegido lo merezca, como dejar el cumplimiento de
sus normas al libre arbitrio de cada sujeto [16].
Sin embargo, es frecuente escuchar, en cierto ambiente político,
que se está a favor de la vida, pero que se apoya el aborto por
respeto a quienes mantienen otros puntos de vista. Lo que no
mencionan es que ese respeto por la opinión ajena, tiene sus
límites, porque ninguno apoyaría una ley que protegiera la vida
de todos, pero permitiera a cualquiera privarle de la suya.
El aborto siempre es un acto violento que no debe ser alentado, y
quien es indiferente ante la violencia, favorece a quien la
ejerce. En este, como en otros casos, quien busca una posición
neutral o apoya la libre elección, realmente favorece el aborto.
Ese mismo aceptaría que, por ejemplo, en la Alemania Nazi se
hubiera hecho este razonamiento: yo soy neutral, pero si tú
quieres realizar el genocidio, es asunto tuyo, atente a las
consecuencias, pero tú escoge.
Siguiendo la lógica del mito también se podría decir: si tú
no quieres violar, no violes, pero no impongas tu criterio sobre
los demás, ¿cómo suena esto?
En el caso Dred Scott de E.U.A., la Suprema Corte de Justicia, a
través del juez Roger B. Taney confirmó y extendió la
esclavitud; declaró que los negros no eran personas y por tanto
podían ser esclavos. Actualmente se considera la postura de
Taney como la peor decisión constitucional. Pero hay un hecho
curioso. Muchos años antes, Taney había liberado a sus propios
esclavos. Hoy podríamos decir que estaba personalmente en contra
de la esclavitud, pero que no quería imponer sus puntos de vista
a otros. La contradicción de Taney -la de oponerse en privado,
pero tolerar públicamente una extendida práctica social- es la
postura preferida respecto al aborto por los que se declaran
pro-choice [17].
Se dice ser pro-choice, a escoger que muera un inocente. Por eso
la pregunta ¿es el aborto una válida elección de la madre?
¿acaso se puede "escoger" la suerte del vecino, de la
suegra o del hermano? ¿por qué se ha de poder escoger la suerte
del hijo?
La experiencia también demuestra que cuando se pierde el respeto
por la vida, fácilmente se trasgrede cualquier derecho. John S.
Aird, demógrafo que trabajó casi 30 años en la oficina del
Censo de Estados Unidos, comenta que desde 1979 se prohibió
tener más de un hijo en China, y que esta política demográfica
ha sido aplicada desde con amenazas y multas, hasta abortos y
esterilizaciones forzosas [18].
8 MITO. El aborto
es un asunto de la propia conciencia, es una cuestión personal,
íntima, en la que ni la legislación, ni la religión, ni nadie,
excepto la propia madre, debe intervenir.
REALIDAD. Aunque todos debemos seguir la propia conciencia, el
papel de ella no es crear la verdad,; y en lo particular respecto
al aborto no es un asunto de la propia conciencia, una cuestión
personal, íntima, en la que nadie debe intervenir, porque afecta
en concreto a una persona, al no nacido, que es conducido a la
muerte.
No hay que perder de vista que quien aborta acaba con la vida, la
libertad, la intimidad y la conciencia de otra persona, por eso
mismo, cuando se defiende la vida humana del no nacido, no se
está en contra de la mujer, sino a su favor, ya que
estadísticamente está demostrado que por cada dos abortos, uno
era del sexo femenino. Protegiendo la vida desde la concepción
se establece que ninguna mujer podrá ser agredida, ni siquiera
en el vientre de su madre.
Si se realizan campañas a favor de la conciencia ecológica,
cuanto más debemos hacer por los seres humanos.
La Madre Teresa de Calcuta lo entendió y explicó con claridad:
promoviendo el respeto al ser humano no nacido como condición
para la paz social.
9 MITO. Es
preferible abortar cuando el feto presenta alteraciones
genéticas o congénitas, pues ¿qué calidad de vida podrán
llegar a tener esos niños? Nadie desea un hijo con
malformaciones o SIDA.
REALIDAD. Muchos no nacidos fallecen; otros no podrán llegar a
la vida adulta porque su naturaleza no está preparada para
alcanzarla ¿por qué acabar con ellos intencionadamente?
Gracias a los avances de la técnica aplicada en la medicina se
han conseguido adelantos que antiguamente eran inimaginables, y
entre ellos está la posibilidad de obtener datos suficientes
para pronosticar alguna patología del no ser en gestación.
Pero, ¿quién dirá qué enfermedad es definitiva para optar por
el aborto?
La Fundación Kennedy presentó una película para mostrar lo
terrible que era rechazar a los niños porque estuvieran
enfermos. Esta película fue filmada en base a una historia real
que sucedió en el hospital John Hopkins de Baltimore. La
historia es la siguiente: Poco después del nacimiento de un
niño afectado de mongolismo se descubrió que tenía además un
estrechamiento en el tubo digestivo que le impedía alimentarse.
Esta anomalía condenaba al niño a la muerte, a menos que se le
hiciera una operación quirúrgica relativamente sencilla. Los
padres rechazaron la intervención. El cirujano se dirigió
entonces al juez proponiéndole lo siguiente: si le pido,
oficialmente, que me autorice a no hacer caso de la negativa
paterna, usted ¿me apoyaría? La opinión del juez fue que los
padres tienen el derecho a oponerse a la intervención. Después
de esta respuesta el jefe de Pediatría decidió no operar al
niño, que fue colocado en una habitación separada con aviso
'Nothing by mouth' (nada por la boca) y tardó quince días en
morir de hambre en uno de los mayores hospitales del país más
rico del mundo [19].
Casos muy distintos son los siguientes:
Un fotógrafo reportó una intervención quirúrgica por espina
bífida practicada a un feto de 21 semanas de gestación y captó
cómo el bebé sacó su pequeñísima mano desde el interior del
útero de su madre e intentó sujetar uno de los dedos del
médico que lo había intervenido. La pequeña mano pertenece a
Samuel Alexander Armas. Los especialistas lo operaron dentro de
la matriz para corregir su anomalía. Sus padres, Julie y Alex
Armas lucharon durante mucho tiempo por tener un bebé. Julie,
una enfermera de 27 años de edad, sufrió dos pérdidas antes de
salir embarazada del pequeño Samuel. Sin embargo, cuando
cumplió 14 semanas de gestación comenzó a sufrir fuertes
calambres y una prueba de ultrasonido mostró las razones. El
cerebro de Samuel lucía deforme y la espina dorsal se
desprendía de una columna vertebral que también lucía
anomalías, el bebé sufría de espina bífida y podían decidir
entre un aborto o un hijo con serias discapacidades. Según Alex,
el aborto nunca fue una opción. Antes de dejarse abatir, la
pareja decidió buscar una solución por sus propios medios y fue
así como ambos comenzaron a solicitar ayuda a través de
internet. De esta manera, entablaron contacto con el Doctor
Joseph Bruner (cuyo dedo es el que sostiene Samuel en la
fotografía). La espina bífida puede llevar al daño cerebral,
generar diversas parálisis e incluso una incapacidad total. Sin
embargo, al ser corregida antes que el bebé nazca, se tienen
muchas más opciones de curación. Aunque el riesgo era grande la
operación fue un éxito. Durante ella, los médicos pudieron
tratar al bebé sin sacarlo del útero, cerrar la brecha
originada por la deformación y proteger la columna vertebral,
que sirve de camino para las señales nerviosas hacia el cerebro
[20].
Después del nacimiento, los padres de Samuel dirigieron una
carta a todos los amigos que en el mundo se unieron en oración
por el bebé y adoptaron su conmovedora historia como estandarte
de la lucha pro-vida. El texto de la misiva dice: Queridos amigos
y familiares: Samuel nació el jueves 2 de diciembre a las 6:25
pm en el Northside Hospital, pesando 5 libras con 11 onzas y
midiendo 20 pulgadas y media. Nació a las 36 semanas de
gestación pero llegó al mundo asomando su cabeza con un llanto.
Samuel no tuvo que pasar por alguna unidad neonatal y llegó a
nuestro hogar junto con nosotros el lunes 6 de diciembre.
Después de ver un ultrasonido de su cerebro, su neurocirujano se
mostró muy optimista porque no presentó rasgo alguno de
hidrocefalia y la malformación cerebral quedó resuelta. Está
moviendo sus piernas muy bien desde las caderas y con un poco
menos de facilidad desde sus rodillas. Estuvo doblado por la
mitad en el útero y el ortopedista cree que tiene una muy buena
oportunidad para caminar. Comenzará su terapia física la
próxima semana para poder superar la rigidez de sus piernas que
fue resultado de su posición en el vientre. Samuel se está
alimentando muy bien. Gracias por todas sus oraciones y su apoyo.
¡Somos más felices de lo que alguna vez soñamos que era
posible ser! Con todo nuestro amor, Julie, Alex y Samuel Armas
[21].
Otro caso muestra a una bebé prematura que estuvo a punto de
morir cuando los médicos decidieron desconectar los aparatos que
la mantenían con vida porque pensaron que presentaba una
anomalía genética grave. Los padres nunca aceptaron el
diagnóstico de los médicos. Según los especialistas, su hija
padecía de un desorden cromosomático llamado síndrome
triploideo que no le permitiría sobrevivir. Los especialistas
estaban dispuestos a desconectar los aparatos que aseguraban
alimentación y asistencia a la bebé mientras terminaba su
crecimiento porque supuestamente la niña tenía los días
contados y no "valía la pena" seguir manteniéndola
con vida. Los padres decidieron practicarle nuevas pruebas antes
de someterla a lo que consideraron una eutanasia. Los nuevos
análisis confirmaron sus temores: los médicos iban a matar a
una niña sana. El caso ha causado polémica sobre la actitud
indiferente de la mayoría de los médicos ingleses ante los no
nacidos y los bebés [22].
Es muy triste enterarse de padres que rechazan a sus hijos por
sufrir de alguna discapacidad, así como de médicos que están
dispuestos a "mejorar la raza"; sin embargo, también
alegra saber que siempre existen personas que acogen como hijo
muy querido a un bebé así. Por ejemplo, si se toma el frecuente
ejemplo de los niños con sindrome de Down y se les pregunta a
los papás, la mayoría de ellos dirá que son hijos muy felices,
más aún, que ellos se dicen felices de su hijo.
Niños y adultos con problemas de discapacidad son felices,
mantienen la esperanza, y prefieren vivir a no haber nacido
nunca. Existen muchos casos que lo confirman.
Así por ejemplo, Jesús Francisco Marroquín Gómez es un buen
alumno de quinto año de primaria, juega futbol y baloncesto,
tiene muchos amigos, quiere ser doctor y tiene una discapacidad
física. Nació con malformaciones múltiples que impidieron el
desarrollo de algunas vértebras y de sus piernas, por lo que sus
pies, de talla muy pequeña, están unidos a diminutas
extremidades fijas en forma de cruz y él se considera una
persona feliz [23].
Y así, entre todos podríamos mencionar miles de casos
semejantes. Por todo ello habría qué reconsiderar qué es lo
realmente importante, porque se están tomando determinaciones
que afectan a la persona humana y no a la cría de ganado.
Si fuera legítimo matar a un ser humano porque corre el riesgo
de tener una vida "sin valor", entonces habría que
matar a todos los que entren en ese mismo modelo, porque ¿en
dónde se sitúa la calidad de vida de una persona? Realmente es
algo muy subjetivo. En donde uno es feliz, otro piensa en el
suicidio.
En un debate ante la televisión francesa, Lejeune preguntó a
Monod: de un padre sifilítico y una madre tuberculosa que
tuvieron cuatro hijos; el primero nació ciego, el segundo murió
al nacer, el tercero nació sordomudo, y el cuarto es
tuberculoso; la madre queda embarazada de un quinto hijo. Ud.
¿qué haría? -Yo interrumpiría ese embarazo- respondió Monod
con toda seguridad; a lo que su contrincante le contestó:
Tengamos un minuto de silencio, pues Ud. hubiera matado a
Beethoven [24].
Es pues necesario esperar a que cada uno elija su destino, no
adelantarse tomando una decisión que no admite rectificación.
¡Valiente ley sería aquella que permite matar al más desvalido
y débil, y en el caso, enfermo!
Por tanto, estar a favor del aborto eugenésico conduce a la
aberración de suponer que dar muerte a un ser humano es hacerle
un favor; como dice el dicho aquél: "mejor no me ayudes
compadre".
10 MITO. Sólo las
mujeres con recursos económicos que deciden abortar se hacen
abortos ilegales en las mejores condiciones, mientras que las
demás fallecen o quedan afectadas debido al aborto clandestino
mal realizado.
REALIDAD. El argumento de quienes están a favor del aborto para
evitar la clandestinidad es: si la madre arriesga la vida por
matar a su hijo, démosle permiso para que pueda destruirlo sin
arriesgarse.
Autorizar el aborto porque de todas formas se va a realizar
clandestinamente, es algo tan absurso como razonar que si un
bandido arriesga su vida para robar, será mejor dejarle la
puerta abierta y la luz encendida para que no tropiece [25].
Algo que no se suele decir es que el aborto siempre es peligroso
en sí mismo, realizado clandestinamente o bajo manos expertas y
con las mejores condiciones de higiene. No existen los
"abortos buenos". Algunas consecuencias son:
hemorragia, perforación uterina, infección genital, esterilidad
permanente, embarazo ectópico, apertura permanente del cuello
uterino, perforación de intestino. Además están las
perturbaciones psíquicas, más graves y profundas que las
anteriores.
Testimonios -como éste-, señalan que el aborto marca para
siempre: "No sé por qué lo hice, pero lo que que sí estoy
segura es que aún no me recupero de esa experiencia. Las
pesadillas no me dejan vivir en paz" [26].
Los partidarios del aborto mencionan cifras alarmantes de mujeres
fallecidas por causa de abortos clandestinos. A ellos habría que
preguntarles cuántas mujeres fallecen anualmente, porque sería
una locura adoptar la medida jurídica de matar a unos inocentes
por un dato impreciso o desconocido.
Diversas organizaciones internacionales de planificación
familiar, como el instituto Alan Guttmacher -entidad financiada
en gran parte por la International Planned Parenthood Federation
(IPPF)-, han difundido datos sobre mujeres fallecidas a causa de
los abortos clandestinos en Latinoamérica. Según sus cifras,
estos fallecimientos eran cada año 300,000 en México. Sin
embargo, el anuario estadístico de la Organización Mundial de
la Salud (OMS) ha desmentido esas cifras. Así por ejemplo, en
1989 fallecieron en nuestro país 172,423 mujeres, de las cuales
21,177 se encontraban en edad fértil, y de esas muertes, la OMS
sólo registra 149 en México debidos al aborto, incluidos los
espontáneos [27].
Los datos del INEGI [28], indican que en 1994 se registraron un
total de 181,136 defunciones femeninas. Las 5 principales causas
fueron: enfermedades del corazón 16.7%, tumores malignos 13.4%,
diabetes mellitus 9.4%, enfermedad cerebrovascular 6.7%,
neumonía e influenza 4.9%, sin especificar la edad.
En cuanto a la mortalidad materna, por cada 10,000 nacidos vivos
fallecieron 4.9 mujeres en 1994. Las principales causas son:
Toxemia del embarazo 27.4%, hemorragia del embarazo 24.1%,
complicación del puerperio 10.4%, aborto 6.7%. Niños nacidos
vivos en 1994: 2,903,825. Por tanto, por razón de maternidad
fallecieron en ese año 1,421 mujeres y de ellas 212 se
atribuyeron al aborto, ¿en dónde quedaron las cifras de las
otras mujeres fallecidas? ¿quién sostiene esas cantidades? ¿de
dónde se obtuvieron?
Ahora bien, no resulta novedoso manipular las cifras para
conseguir implantar el aborto, así lo consiguió Bernard
Nathanson, el llamado "Rey del aborto" para todo
Estados Unidos en 1973. Como él mismo lo declaró una vez
cambiada su opinión. En 1968 organizó la "Asociación
Nacional para la Revocación de las Leyes del Aborto", y
afirmaba que de 10 a 15 mil mujeres morían cada año debido a
los abortos clandestinos, cuando de hecho él sabía que eran
entre 200 y 300 los casos [29].
En todo caso, cualquiera que sea la cifra real de mujeres
fallecidas por abortos clandestinos, lo único que significaría
es que, tanto la sociedad como el gobierno, no hemos sabido
ofrecer alternativas para las mujeres que han concebido un hijo
no deseado.
La función de la ley es crear un estado de Derecho, si, en
cambio, consistiera en consagrar las situaciones de hecho, es
claro que no podría ser así sólo en el caso del aborto. Ante
la extensión del robo, la violencia, el fraude, las torturas,
los secuestros, el acoso sexual, la corrupción de menores (por
mendicidad inducida, droga, agresión sexual), la explotación
(sordomudos, dementes, lisiados), el maltrato infantil y
femenino, el cohecho, el terrorismo, el narcotráfico, etc., al
legislador no le quedaría otro camino que declarar legal lo que
es ilegítimo ¿por qué en estos casos no se propone que se
cambien las leyes para despenalizar los delitos? [30].
Algunos afirman que mientras el aborto no sea permitido habrá
más abortos clandestinos. A esas personas habría qué
preguntarles si piensan seriamente que: ¿habrá menos gente que
se drogue cuando la droga sea permitida? ¿habrá menos asaltos
cuando robar sea legal? ¿se deben entonces legalizar los delitos
que el pueblo recurrentemente cometa? En tal caso, en Estados
Unidos deberían ir pensando en legalizar que los niños de
escuelas de enseñanza básica acribillen a sus compañeros [31].
Indudablemente que en toda legislación existen preceptos que se
deberían cambiar. Quienes apelan a las costumbres para pedir la
abrogación de una ley, se debe a que suponen que se trata de una
norma circunstancial, y en muchos casos será así. Sin embargo,
también existen preceptos inderogables, que hacen posible
disfrutar de seguridad jurídica y social: la vida pertenece a
esas normas.
Por otro lado, es un hecho que en aquellos países en los que es
legal el aborto, continúa la práctica ilegal. ¿Por qué?: para
no aparecer como madre soltera; para cubrir una aventura; por
odio al padre; porque no se reúnen los requisitos para un aborto
legal; o simplemente porque una clínica clandestina resulta ser
más barata.
En E.U.A. una niña nació tullida a las 34 semanas de gestación
a consecuencia de un aborto ilegal y no consumado. La madre quiso
abortar y acudió a un médico que atiende una clínica abortiva
ilegal en Nueva York, con el resultado de amputar un brazo a la
niña, que sobrevivió a la operación. Al aparecer en los
periódicos la foto de la niña, la indignación pública no se
hizo esperar sobre el autor del aborto fallido. Sin embargo, lo
que este médico hizo es lo que a diario se practica en multitud
de abortos legales consumados, sólo que en estos el feto es
despedazado. Así pues, cuando el trabajo consiste en matar, el
más incompetente hace menos daño [32].
En México se tiene la experiencia de que los abortos son
evitables si se logra explicar a las mujeres que el aborto es el
homicidio de su hijo.
"Y es que -comenta el Papa Juan Pablo II-, el no nacido es
débil, inerme, hasta el punto de estar privado incluso de
aquella mínima forma de defensa que constituye la fuerza
implorante de los gemidos y del llanto del recién nacido. Se
halla totalmente confiado a la protección y al cuidado de la
mujer que lo lleva en su seno" [33].
11 MITO. El aborto
es una buena medida de control natal, ¿para qué traer más
gente al mundo?
REALIDAD. La superpoblación no es un problema en México, en
cambio sí lo es el nacimiento de niños que nacen fuera de
matrimonio (alrededor del 50%) sin formar una familia, como nos
lo han indicado los censos.
Para asegurar el recambio generacional en el mundo se necesitan
2.1 nacimientos por pareja. Actualmente existen países en los
que su índice de crecimiento es menor, por lo cual empieza a
desaparecer su población después de años de estar controlando
la natalidad. Es que, como dice la máxima: Dios perdona siempre,
los hombres algunas veces, pero la naturaleza, nunca.
Algo indicará que en Europa y en Canadá se estén apoyando
económicamente a las familias numerosas.
12 MITO. El aborto
debe ser una opción cuando se carece de capacidad para la
manutención económica del no nacido.
REALIDAD. Si se autoriza legalmente atentar contra la vida del
más indefenso e inocente de los individuos, ¿cuál es,
entonces, el sentido de la ley? De ninguna manera puede ser una
solución aceptable acabar con seres humanos. Como tampoco puede
considerarse un delito ser pobre. Existen algunos que desean
aplicar con la población aquél dicho de: "muerto el perro,
acabada la rabia".
En un claro reconocimiento al valor de la vida desde la
concepción, la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires
decidió entregar un subsidio a un bebé por nacer luego de
comprobar que la madre, a pesar de querer criar a su hijo no
contaba con los medios económicos para mantenerlo.
Técnicamente, es el niño por nacer el que recibirá un subsidio
de 350 dólares en la persona de la madre durante un año a
partir del período del embarazo. La decisión de destinar esta
ayuda se realizó luego de conocer la situación de la madre y
así evitar que entregue a su hijo en adopción, una posibilidad
que se había contemplado a pesar de querer criar al bebé. El
caso llegó a la Corte y tuvo un trámite sumarísimo. Es la
primera vez que, de esta manera, se reconoce el valor de la vida
antes del nacimiento. En la resolución firmada por el Presidente
de la Suprema Corte de Justicia, el juez explicó que con esta
medida se reconoce el derecho a la protección de la vida
"desde la concepción hasta la muerte natural", como
dice la Constitución provincial promulgada en 1994 [34].
En México una solución semejante se podría fundamentar en la
aplicación del último párrafo del artículo 4º de la
Constitución Federal que señala: "la ley determinará los
apoyos a la protección de los menores, a cargo de las
Instituciones Públicas".
La administración municipal de la ciudad de Niscemi (Italia),
gran centro agrícola de Sicilia, ha decidido ofrecer ayudas
especiales a las mujeres que esperan un hijo y se encuentran en
situación de dificultad económica. El presupuesto municipal
prevé una ayuda económica de hasta 6,000 dólares para las
mujeres que renuncian al aborto y deciden llevar hasta el final
su embarazo. La iniciativa forma parte de un proyecto más amplio
denominado "Ventanilla Infancia". El programa ha sido
dotado económicamente con 115,000 dólares. El concejal confiesa
que la idea le vino tras una conversación con una enfermera
profesional del hospital local que le reveló que la mayoría de
las mujeres que se dirigían a la sanidad pública para abortar
lo hacían empujadas por su difícil situación socioeconómica.
Este programa, que se ha podido poner en marcha desviando fondos
del gabinete del alcalde, prevé también la creación de obras
caritativas dirigidas por entidades religiosas y asociaciones sin
ánimo de lucro para la asistencia a niños necesitados; el
refuerzo de las estructuras de servicio a la infancia, como las
guarderías; la activación de centros de reunión para niños y
adolescentes; y la institución de servicios de apoyo a las
actividades escolares y extraescolares [35].
También en la ciudad de Milán (Italia), la alcaldía otorga una
ayuda de un millón de liras al mes (500 dólares) a las mujeres
embarazadas que, encontrándose en dificultades económicas,
deseen tener su hijo en vez de abortar, casadas o solteras,
italianas o extranjeras. El objetivo es proteger la maternidad de
las personas poco con pocos recursos y evitar el aborto por
motivos económicos [36].
Esas pobres mujeres lo que necesitan es apoyo, pero esa ayuda no
debe consistir en matar a los hijos. Permitir el aborto por
razones económicas, no significa ningún progreso o adelanto
social, sino todo lo contrario: la civilización que promueve el
aborto por razones económicas es totalmente antisolidaria y
descubre una gran pobreza y miseria humanas.
Así lo demostró la legislación en Yucatán, en donde está
considerado legal el aborto por la situación económica de los
padres. Cuando es claro, para cualquier mexicano auténtico, que
la solución debería ir en sentido contrario, pues la cultura de
este país tradicionalmente ha sabido dar acogida al más
necesitado, por ello la legislación debería prever un sistema
más acorde con nuestras costumbres, en la que el cuerpo social
sea valorado a cada nivel, y al mismo tiempo se mantengan vivas
las ricas y múltiples relaciones humanas que garantizan la
existencia de una red capaz de sostener los miembros más
débiles.
¿Por qué algunos se plantean que para ayudar haya que abortar?
Simplemente porque no son personas aptas para gobernar.
13 MITO. En los
países más desarrollados se practica el aborto a petición.
Prohibir, sólo sirve para condenar a las mujeres sin recursos a
un grave riesgo para sus vidas ¿a quién sirve que los abortos
sean considerados delito?
REALIDAD. Con esta última pregunta resulta evidente que no se
está tomando en cuenta a quien se elimina. Es verdad que en la
actualidad son muchos países los que han autorizado la práctica
del aborto a petición, pero también lo es que esos cambios
legislativos constituyen un retroceso al permitir la supresión
de vidas inocentes.
En esos lugares en donde el aborto a petición es un
"derecho" de los ciudadanos, también suceden casos
como los siguientes. Dos mujeres que estaban en circunstancias
similares. Ambas tenían tres hijos cuando se encontraron con un
embarazo inesperado. Las dos se daban cuenta de que un hijo más
supondría incomodidades y problemas, y les obligaría a
renunciar a los planes que se habían hecho respecto de su
trabajo y su vida familiar. Una, quiso tener el niño; la otra,
abortó. Los relatos son los siguientes: la escritora Elizabeth
Klein esperaba el cuarto hijo en torno a su cuarenta cumpleaños.
Sus amigos le preguntaban ¿y tu libro? Tienes tres hijos. Tú ya
has cumplido. Hasta que vio por la pantalla del scanner la cabeza
perfectamente formada del niño que llevaba dentro, deseó tener
el bebé. Después escribe: desde que nació nuestra hija
pequeña ya no podemos imaginarnos la vida sin ella. El otro
relato es el siguiente: cuando Elinor Nelson supo que estaba
embarazada, se llevó una fuerte impresión. En su caso, quedar
embarazada por los medios naturales era extraordinario, pero
mediante la fecundación in vitro había tenido trillizos.
Después de todo, era la más normal de las experiencias
reproductivas que había tenido, sin embargo al ver el desorden
que sus hijos de dos años hacían, decidió abortar. Klein
escribe: nos resulta especialmente grato tener nuestra hija de
propina ahora que sus hermanos se han ido de casa. Ahora tenemos
con ella esas conversaciones íntimas de sobremesa que rara vez
eran posibles cuando nuestro ruidoso trío se sentaba a comer
(¿cómo se sentiría Elinor Nelson si leyera esto?) [37].
También se conoce el testimonio edificante de madres que, en
países del llamado primer mundo, han preferido tener a su bebé
con riesgo de morir, a optar por un aborto, como por ejemplo la
Venerable Gianna Beretta Molla, y más recientemente Carla
Pomella, que dio a luz el 22 de abril de 1995, falleciendo ella
en junio de ese mismo año.
Suponer que las mujeres por sí mismas tengan derecho a decidir
si continúan embarazadas o no, daría pie a entender que la
procreación está sujeta a su voluntad, y por lo tanto, toda la
responsabilidad de la crianza y educación. Porque los derechos
siempre van vinculados a responsabilidades
Y así lo ha determinado la legislación en países en los que el
aborto es libre. Se está utilizando como excusa para los hombres
que eluden su responsabilidad, alegando que el niño que ellos
han contribuido a engendrar, debía haber sido abortado, y que la
mujer que no quiso abortar no puede imponerles ninguna
responsabilidad por el "estilo de vida que ha elegido".
Sin embargo, todos están siendo perjudicados, pues algunos se
enteran demasiado tarde, y con dolor, de que el niño que ellos
habrían acogido ha muerto [38].
Además, en E.U.A. también existen reacciones favorables a la
vida. Prueba de ello son las llamadas operaciones rescate que
dificultan, pacíficamente, la entrada a las clínicas
abortistas, con el objeto de rescatar de una muerte segura al
menos a algunos no nacidos. Esto se ha llevado a cabo, a pesar de
que el Congreso norteamericano aprobó una ley que establece
penas para los responsables de manifestaciones delante de
clínicas abortistas. Los castigos pueden llegar hasta un año de
prisión y 100,000 dólares de multa la primera vez, o hasta tres
años y 250,000 dólares para los reincidentes, si concurre
violencia.
Despenalizar no convertiría lo que era un delito en un derecho,
pero la realidad demuestra que así acaba ocurriendo, debido a la
función promotora de las normas jurídicas. Aunque sólo se
buscara aplicarlo para los casos de excepción, se acabaría
convirtiendo tal conducta en "normal" y exenta de
reproche social, lo que facilitaría su multiplicación.
Resulta poco razonable suponer que porque los países del primer
mundo lo realizan debe ser imitada esa conducta; es como decir
que si en Estados Unidos el SIDA ocupa una de las principales
causas de muerte entre personas de 24 a 44 años, también debe
ser así en México, y otro tanto en lo que respecta a
drogadictos, homicios en escuelas [39].
14 MITO. El aborto
es un problema de salud pública.
RESPUESTA. Sin duda que quienes así lo sostienen tendrán sus
razones, pero es necesario hacer notar, que, antes de ser una
cuestión de salud pública, es, ante todo, un asunto de
justicia, y, por tanto, de Derecho, que busca conducirse con la
máxima justicia.
Es evidente que no puede conciliarse una idea de Derecho justo,
donde no se reconozca personalidad a todos los seres humanos por
igual, en cualquier estadio de su evolución biológica [40].
Enmarcar el aborto prioritariamente como un problema de salud
pública es tan ingenuo como afirmar que el asalto a un banco es
un asunto fiscal (no parece factible que esa opinión sea
compartida por quien fue amagado), o que la violencia del
narcotráfico, debe ser valorado por Ecología (por el plomo en
los pulmones, el ruido de las ráfagas, y la contaminación de
pólvora).
Respuestas a mitos
de "católicos" que sostienen posturas contrarias a la
doctrina de la Iglesia
La gran mayoría de las acciones diarias se llevan a cabo gracias
a la confianza. Se confía en el letrero de la ruta que seguirá
el camión que se aborda, en la solidez de la casa que con tanto
esfuerzo se ha adquirido, nos fiamos de la gasolina que ponemos
en el tanque del carro, en los alimentos que diariamente comemos,
en el agua que ingerimos, en la medicina que adquirimos, la
propia vida al médico que ha tenido sus errores graves en su
vida profesional, y un larguísimo etc., incluyendo el hecho de
que fulanito es nuestro papá. Confiamos y actuamos, porque de no
querer proceder con fe, siendo coherentes, permaneceríamos
inmóviles hasta comprobar que el agua que voy a tomar no está
contaminada de cólera, que la señora que me da indicaciones y
que se dice mi mamá, realmente lo es, que los elementos de la
tabla periódica sí existen y no son simplimente un ejercicio
para la memoria.
Obvio es que depositar la fe tiene sus riesgos, y lógicamente a
veces termina uno engañado: se venden alimentos con parásitos,
gasolina alterada, kilogramos de menor peso, etc. Pero estos
fraudes no son fruto de la confianza, sino de otras conductas:
falta de higiene, avaricia, hipocresía. Es verdad que la
confianza fue el mejor caldo de cultivo para poder llegar más
lejos en esas desaconsejables conductas, pero no fue su causa.
Aun cuando la confianza ciertamente sea un riesgo, y un riesgo
que se asume más frecuentemente que lo que muchas veces somos
conscientes, sin embargo, gracias a ella, el mundo continúa su
marcha, pues sólo con confianza se puede ir adelante.
Sin esa fe, no podríamos ni siquiera salir a la calle, pues
resulta tanto física como intelectualmente imposible comprobar
todo, por carecer de habilidades, conocimiento y tiempo.
Cualquier limitante de tiempo, de habilidad, o de conocimientos,
es suficiente para impedir la comprobación del beneficio que se
puede obtener de casi la totalidad de las acciones que día con
día, y momento a momento, realizamos.
Se confía en que la película elegida llenará nuestra
espectativa, en que habrá la fiesta a la que fuimos invitados,
en que mañana viviremos. ¡Incluso se cree a ciertos
editorialistas de periódicos! Se confía en algo o alguien, a
pesar de que no existe método científico que conduzca a la
comprobación. Si en lugar de manejarnos en base a la fe,
esperáramos a tener certeza de todo, simple y sencillamente no
podríamos avanzar.
Mejor lo dice la Encíclica: El hombre no ha sido creado para
vivir solo. Nace y crece en una familia para insertarse más
tarde con su trabajo en la sociedad. Desde el nacimiento, pues,
está inmerso en varias tradiciones, de las cuales recibe no
sólo el lenguaje y la formación cultural, sino también muchas
verdades en las que, casi instintivamente, cree. De todos modos
el crecimiento y la maduración personal implican que estas
mismas verdades puedan ser puestas en duda y discutidas por medio
de la peculiar actividad crítica del pensamiento. Esto no quita
que, tras este paso, las mismas verdades sean
"recuperadas" sobre la base de la experiencia que se ha
tenido o en virtud de un razonamiento sucesivo. A pesar de ello,
en la vida, las verdades simplemente creídas son mucho más
numerosas que las adquiridas mediante la constatación personal.
¿Quién sería capaz de discutir críticamente los innumerables
resultados de las ciencias sobre las que se basa la vida moderna?
¿quién podría controlar por su cuenta el flujo de
informaciones que día a día se reciben de todas las partes del
mundo y que se aceptan como verdaderas? Finalmente, ¿quién
podría reconstruir los procesos de experiencia y de pensamiento
por los cuales se han acumulado los tesoros de la sabiduría y de
religiosidad de la humanidad? El hombre, ser que busca la verdad,
es pues también aquél que vive de creencias. Cada uno, al
creer, confía en los conocimientos adquiridos por otras
personas. En ello se puede percibir una tensión significativa:
por una parte el conocimiento a través de una creencia parece
una forma imperfecta de conocimiento, que debe perfeccionarse
progresivamente mediante la evidencia lograda personalmente; por
otra, la creencia con frecuencia resulta más rica desde el punto
de vista humano que la simple evidencia, porque incluye una
relación interpersonal y pone en juego no sólo las
posibilidades cognoscitivas, sino también la capacidad más
radical de confiar en otras personas, entrando así en una
relación más estable e íntima con ellas. Al mismo tiempo, el
conocimiento por creencia, que se funda sobre la confianza
interpersonal, está en relación con la verdad: el hombre,
creyendo, confía en la verdad que el otro le manifiesta. En
cuanto vital y esencial para su existencia, esta verdad se logra
no sólo por vía racional, sino también mediante el abandono
confiado en otras personas, que pueden garantizar la certeza y la
autenticidad de la verdad misma. La capacidad y la opción de
confiarse uno mismo y la propia vida a otra persona constituyen
ciertamente uno de los actos antropológicamente más
significativos y expresivos [41].
Así las cosas, cuando un cristiano deposita la fe en la Iglesia,
lo hace sabiendo en quién confía:
a) Infalible en materia de fe y moral (Constitución Dogmática
Pastor Aeternus);
b) Maestra en humanidad;
c) Fuerte para declarar la verdad;
d) y Madre (Encíclica Mater et magistra 15-V-61), con un cariño
a sus hijos y hacia los más necesitados que ha demostrado por su
entrega a lo largo de los dos mil años de su existencia.
Entonces, ¿por qué tanta resistencia de algunos a fiarse de
Ella?
Dentro del ámbito de lo que se debe creer, comenta el Papa Juan
Pablo II en otro documento: El pecado humano de los comienzos se
relata en el libro del Génesis 3. No es difícil descubrir en
este texto los problemas esenciales del hombre ocultos en un
contenido aparentemente tan sencillo. El comer o no comer del
fruto de cierto árbol puede parecer en sí irrelevante. Sin
embargo, el árbol "de la ciencia del bien y del mal"
significa el límite infranqueable para el hombre y para
cualquier criatura. La criatura es siempre, en efecto, sólo una
criatura, y no Dios. No puede pretender de ningún modo ser
"como Dios", "conocedora del bien y del mal"
como Dios. Sólo Dios es la fuente de todo ser; sólo Dios es la
Verdad y la Bondad absolutas, en quien se mide y desde quien se
distingue el bien y el mal. Sólo Dios es el Legislador eterno,
de quien deriva cualquier ley en el mundo creado, y en particular
la ley de la naturaleza humana (Ley natural). El hombre, en
cuanto criatura racional, conoce esta ley y debe dejarse guiar
por ella en la propia conducta. No puede pretender establecer él
mismo la ley moral, decidir por sí mismo lo que está bien y lo
que está mal, independientemente del Creador, más aún, contra
el Creador. No puede, ni el hombre ni ninguna otra criatura,
ponerse en el lugar de Dios, atribuyéndose el dominio del orden
moral, contra la constitución ontológica misma de la creación,
que se refleja en la esfera psicológica-ética con los
imperativos fundamentales de la conciencia y, en consecuencia, de
la conducta humana [42].
Aún así, algunos no desean creer a la Iglesia, depositarle su
confianza, logrando de esta manera -dicen ellos-, su autonomía,
mayoría de edad interior, u otros anhelos semejantes. Ante esa
situación cabe parafrasear a Chesterton con lo siguiente:
Lo que sucede con el ambiente cultural que nos rodea es que
abunda, no en pensamiento, sino en palabrería. Muchos saben que
tal frase debe usarse para cierto tema; pero nunca imaginan
siquiera cómo podrían aplicarla a otro asunto. Preguntar de
qué depende; considerar hacia dónde conduce; meditar si existen
otros casos a los cuales se aplica; todo esto parece ser un mundo
desconocido para muchos que usan las palabras con bastante
ligereza. El hecho es que esas personas sólo usan esas palabras
con relación a un asunto determinado. Se entienden entre sí con
fórmulas. Por ejemplo, una joven madre que dice: "No quiero
enseñarle ninguna religión a mi hijo. No quiero influir sobre
él; quiero que la elija por sí mismo cuando sea grande".
Ese es un ejemplo muy común de un argumento corriente, que
frecuentemente se repite, y que, sin embargo, nunca se aplica
verdaderamente. Por supuesto que la madre siempre estará
influyendo sobre su hijo. De la misma manera la madre podría
haber dicho: "Espero que escogerá sus propios amigos cuando
crezca; por eso no quiero presentarle ni a tías ni a
tíos". La persona adulta en ningún caso puede escaparse de
la responsabilidad de influir sobre el niño; ni siquiera cuando
se impone la responsabilidad de no hacerlo. La madre puede educar
al hijo sin elegirle una religión; pero no sin elegirle un medio
ambiente. Si ella opta por dejar a un lado la religión, está
escogiendo ya el medio ambiente. La madre, para que su hijo no
sufra la influencia de tradiciones sociales, tendrá que aislar a
su hijo en una isla desierta y allí educarlo. Pero la madre
está escogiendo la isla, el lago y la soledad; y es tan
responsable de obrar así como si hubiera escogido la secta
"X" o la teología "Y". Es completamente
evidente, para quien piensa las cosas dos minutos, que la
responsabilidad de encauzar la infancia pertenece al adulto, pero
la gente que repite esa fraseología no lo piensa dos minutos. No
intentan unir sus palabras con una razón, con una filosofía.
Han escuchado ese argumento aplicado a la religión, y nunca
piensan aplicarlo a otra cosa fuera de la religión. Han oído
que hay personas que se resisten a educar a los hijos aun en su
propia religión. Igualmente podría haber personas que se
resistieran a educar a los hijos en su propia civilización. Si
el niño cuando sea grande pueda preferir otro credo, es
igualmente cierto que puede preferir otra cultura. Puede
molestarse por no haber sido educado como un burgués; puede
lamentar profundamente no haber sido educado como un caballero
inglés. De la misma manera puede lamentar haber sido educado
como un salvaje del desierto. Puede sentirse envidioso por la
dignidad del código de Confucio o llorar sobre las ruinas de la
gran civilización incaica, pero, evidentemente, alguien ha
tenido que educarlo para llegar a ese estado de lamentar tal o
cual cosa; y una responsabilidad grande es la de no guiar al
niño hacia algún fin. La cuestión es que estas personas hacen
una pregunta, para cuya respuesta ellas mismas no están
preparadas, ni siquiera tratándose de los temas que ellas mismas
sugieren, porque no hacen el menor esfuerzo de tratar el asunto
considerado en su conjunto. Sólo repiten el insulso comentario
que se hace respecto a esa polémica. Igual acontece que si
pensáramos que entonando la misma nota musical ciento cincuenta
veces llegaremos a cantar como tenor de ópera. No todos podemos
cantar así o pensar como un filósofo, pero mucho más nos
acercaríamos a ellos si pudiéramos olvidar toda esa sarta de
frases de algunos periódicos y de aquellos que se llaman a sí
mismos "intelectuales", y comenzar de nuevo, pensando
por nosotros mismos [43].
Semejante razonamiento -referido al aborto-, realiza un miembro
de la Real Academia de la Lengua Española: "La espinosa
cuestión del aborto voluntario se puede plantear de maneras muy
diversas. Entre los que consideran la inconveniencia o ilicitud
del aborto, el planteamiento más frecuente es el religioso. Pero
se suele responder que no se puede imponer a una sociedad entera
una moral particular. Hay otro planteamiento que pretende tener
validez universal, y es el científico. Las razones biológicas,
concretamente genéticas, se consideran demostrables,
concluyentes para cualquiera. Pero sus pruebas no son accesibles
a la inmensa mayoría de los hombres y mujeres, que las admiten
por fe; se entiende, por fe en la ciencia" [44].
Por último, parece necesario recordar a "los
creyentes", que en el Símbolo -tanto en el apostólico como
en el niceno-constantinopolitano- decimos: creo en la Iglesia.
15 MITO. Existen
maneras distintas de pensar. Algunos teólogos han resuelto la
cuestión del aborto de manera distinta que la Iglesia.
REALIDAD. Es una realidad conocida que existen teológos en
desacuerdo con la tradicional enseñanza de la Iglesia; sin
embargo, es necesario recordar que ésta no es una insitución
que pueda calificarse de democrática, como, curiosamente tampoco
lo es, la máxima organización mundial, la ONU. Personalmente,
no me atrevería a defender que ésta continúe siendo así,
pero, en cambio, estoy plenamente convencido, de que no podrá
ser democrático lo que ha sido establecido por Dios. Y no sólo
eso, la Iglesia también es dogmática, pero así mismo
encontramos ejemplos de dogmas en la vida corriente, pensemos,
por ejemplo, en la ópera o en la selección del mejor vino
tinto. Y, por cierto, que con la enorme ventaja, en el caso de la
Iglesia, por la absoluta certeza que no variará su manera de
pensar.
Pero, antes que esto, podemos preguntar ¿siquiera se habrán
leído los documentos del Magisterio que tratan estos temas?
Existen documentos dirigidos a los fieles católicos -es decir, a
bautizados que creen en Cristo y son miembros de la Iglesia-. No
es posible penetrar en el sentido que tienen si no se advierte
que un católico no es sólo sujeto de derechos, sino también de
obligaciones. El cuidado de la vida es una de ellas.
Y en cuanto a "la manera de pensar", la Iglesia no
propone una filosofía propia ni canoniza una filosofía en
particular con menoscabo de otras, sin embargo tiene el deber de
indicar lo que en un sistema filosófico puede ser incompatible
con su fe [45].
Además, la luz de la razón y la luz de la fe proceden ambas de
Dios; por tanto, no pueden contradecirse entre sí [46].
En esa misma línea algunos, abandonando la búsqueda de la
verdad por sí misma, han adoptado como único objetivo el lograr
la certeza subjetiva o la utilidad práctica. De aquí se
desprende como consecuencia el ofuscamiento de la auténtica
dignidad de la razón, que ya no es capaz de conocer lo verdadero
y de buscar lo absoluto [47].
Por tanto, es posible que algunos teólogos hayan resuelto la
cuestión del aborto de manera distinta que la Iglesia. Esas
personas pueden ser sinceras, pero están sinceramente
equivocadas.
16 MITO. Que no se
meta la Iglesia, que no quiera imponer los criterios religiosos
sobre los demás.
REALIDAD. Lo curioso es que quienes dicen eso están de acuerdo
en imponer su propio criterio sobre los demás. Y, respecto a la
Iglesia ¿por qué no hacerlo? Si esas personas lo desean hacer
¿qué les impide ejercer su derecho como ciudadanos? ¿desde
cuándo pertenecer a un grupo religioso descalifica a alguien
como ciudadano? También tienen derechos.
Ser tolerado en la manifestación de las ideas es lo mínimo que
se puede esperar, ¿por qué algunos pretenden excluir de este
derecho a los demás?
Además, en este país, somos más quienes opinamos a favor del
respeto de la vida humana desde el momento de la concepción, sin
hacer distinción en la religión que cada uno profesa.
17 MITO. El Papa es
infalible sólo cuando proclama ex cathedra una doctrina en
materia de fe o moral, y respecto al aborto nunca se ha
pronunciado en esta forma. Además no existe ninguna enseñanza
de la Iglesia sobre el momento en el que el feto recibe el alma y
se convierte en persona.
REALIDAD. Aceptar que con la fecundación, un nuevo ser humano ha
comenzado a existir, no es cuestión de gusto u opinión, es una
realidad científica.
Por otra parte, el Papa declaró: "Desde el momento en que
el óvulo es fecundado, se inaugura una nueva vida que no es la
del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que
se desarrolla por sí mismo. Jamás llegará a ser humano si no
lo ha sido desde entonces (
) Con la fecundación inicia la
aventura de una vida humana (...) El ser humano debe ser
respetado y tratado como persona desde el instante de su
concepción" [48].
"Los Obispos, cuando enseñan en comunión con el Romano
Pontífice, deben ser respetados por todos como testigos de la
verdad divina y católica: los fieles, por su parte, en materia
de fe y costumbres, deben aceptar el juicio de su Obispo, dado en
nombre de Cristo, y deben adherirse a él con religioso respeto.
Este obsequio religioso de la voluntad y del entendimiento de
modo particular ha de ser prestado al magisterio auténtico del
Romano Pontífice aun cuando no hable ex cathedra; de tal manera
que se reconozca con reverencia su magisterio supremo y con
sinceridad se preste adhesión al parecer expresado por él,
según su manifiesta mente y voluntad, que se colige
principalmente ya sea por la índole de los documentos, ya sea
por la forma de decirlo (
) Por esto se afirma, con razón,
que sus definiciones son irreformables por sí mismas y no por el
consentimiento de la Iglesia, por haber sido proclamadas bajo la
asistencia del Espíritu Santo, prometida a él en la persona de
San Pedro, y no necesitar de ninguna aprobación de otros ni
admitir tampoco apelación a otro tribunal. Porque en esos casos,
el Romano Pontífice no da una sentencia como persona privada,
sino que, en calidad de maestro supremo de la Iglesia Universal,
en quien singularmente reside el carisma de la infalibilidad de
la Iglesia misma, expone o defiende la doctrina de la fe
católica. La infalibilidad prometida a la Iglesia reside
también en el Cuerpo de los Obispos cuando ejerce el supremo
magisterio en unión con el sucesor de Pedro" [49].
La expresión ex cathedra, indica la solemnidad de este tipo de
magisterio (el lugar de honor). Para que una doctrina papal sea
definición ex cathedra se precisan cuatro condiciones (Concilio
Vaticano I): cuando cumpliendo con su cargo de pastor y doctor de
los cristianos, define por su suprema autoridad apostólica que
una doctrina sobre la fe y las costumbres debe ser sostenida por
la Iglesia universal, por la asistencia divina que le fue
prometida en la persona del bienaventurado Pedro [50].
Así las cosas, tenemos la siguiente declaración del Romano
Pontífice: "Por tanto, con la autoridad que Cristo
confirió a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con todos los
Obispos -que en varias ocasiones han condenado el aborto y que
(...) han concordado unánimemente sobre esta doctrina-, declaro
que el aborto directo, es decir, querido como fin o como medio,
es siempre un desorden moral grave, en cuanto eliminación
deliberadad de un ser humano inocente. Esta doctrina se
fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es
transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el
Magisterio ordinario y universal" [51].
Un dogma es una verdad presente siempre en la Iglesia y
manifestada en un instante determinado de la historia. Ahora
bien, el asentimiento debido al Magisterio del Romano Pontífice
no se limita a las verdades solemnemente definidas ex cathedra,
sino que se extiende a todos los actos de su magisterio
ordinario.
Muchos documentos confirman la postura de la Iglesia Católica a
favor del ser humano desde la concepción hasta la muerte
natural: la Carta Encíclica Casti connubii del Papa Pío XI (31
de diciembre de 1930); las Encíclicas Mater et magistra (15 de
mayo de 1961) y Pacem in terris (del 11 de abril de l963) ambas
del Papa Juan XXIII; la Carta Encíclica Humanae vitae del Papa
Paulo VI (el 25 de julio de 1968); la Constitución Pastoral
Gaudium et spes del Concilio Vaticano II (7 de diciembre de
1965); la Exhortación Apostólica Familiaris consortio del Papa
Juan Pablo II (22 de noviembre de 1981); la Instrucción conocida
como Donum vitae (22 de febrero de 1987); la Carta Encíclica
Evangelium vitae (25 de marzo de 1995); la Carta del Papa Juan
Pablo II a las Mujeres (29 de junio de 1995).
El Catecismo señala: "dotada de un alma espiritual e
inmortal, la persona humana es la única criatura en la tierra a
la que Dios ha amado por sí misma. Desde su concepción está
destinada a la bienaventuranza eterna" [52].
Por otra parte, también habrá qué decir que el Papa tampoco ha
declarado ex cathedra dogmas sobre la protección ecológica, el
respeto a la opinión distinta, la condena a la mentira pública,
sencillamente porque no lo ha visto necesario, y que mucho menos
llegará a emitirse un dogma a favor del aborto.
18 MITO. Los
teólogos, como parte del Magisterio de la Iglesia, están
volviendo a conceptos teológicos formulados por San Agustín y
Santo Tomás de Aquino, según los cuáles, Dios dota de alma a
la vida prenatal sólo cuando tiene un cuerpo reconociblemente
humano. Si ellos hubieran tenido acceso a los conocimientos
actuales, habrían ampliado su doctrina y enseñado que Dios dota
al feto de un alma cuando el cerebro ya está desarrollado.
REALIDAD. El Magisterio de la Iglesia está representado por el
Papa, o por un Concilio aprobado por el Romano Pontífice, y por
los Obispos en comunión con él; los teólogos no forman, por
sí mismos, parte de ese Magisterio.
Santo Tomás de Aquino, que desconocía (siglo XIII) la genética
y la existencia de los cromosomas, adoptó respecto al feto, la
opinión de la animación retardada o también denominada
mediata, por la que no se consideraba persona humana al no
nacido, hasta días después de la fecundación. La
fundamentación de esta teoría, es de origen filosófico: en
esas etapas del desarrollo se carece de apariencia humana, y el
alma humana no puede informar un cuerpo que no sea humano (Suma
Teológica III, q.6 a.4). Sin embargo, se oponía a atentar
contra ese ser no nacido, ya que si bien no lo consideraba, en
los primeros días de la concepción, como una persona humana,
sí pensaba en él como en su potencia más próxima, y que
inequívocamente resultaría un ser humano. Si el no nacido en el
momento del aborto estaba animado, su eliminación sería un
homicidio; si no estaba animado, estaríamos -aún así- ante un
pecado grave.
Y, si con los conocimientos actuales de genética, fuera
necesario redefinir la postura filosófica de la enseñanza
Tomista, tendríamos que afirmar, junto con él, que siendo un
verdadero cuerpo humano el cigoto compuesto de 46 cromosomas,
ahí habría alma humana, desde el momento mismo de la
concepción.
Ahora bien, con independencia de la teoría de la animación
retardada, la posición de la Iglesia es clara al imponer una
pena canónica como la excomunión, en el Código de Derecho
Canónico, canon 1398: "Quien procura el aborto, si éste se
produce, incurre en excomunión inmediata".
19 MITO. La Iglesia
Católica enseña que en última instancia la conciencia debe ser
el principio rector para la acción y que sólo pecamos cuando
actuamos en contra de nuestra conciencia. Tenemos obligación de
formarla bien y de tomar en cuenta todos los aspectos que puedan
ayudarnos a tomar una decisión adecuada respecto al aborto; pero
la decisión es suya.
REALIDAD. Aunque todos debemos seguir la propia conciencia, el
papel de ella no es crear la verdad.
La conciencia moral es la misma inteligencia que hace un juicio
práctico sobre la bondad o maldad de un acto, por eso no es
lícito actuar en contra de la propia conciencia, incluso aunque
el juicio sea erroneo, siempre y cuando se trate de una
ignorancia insuperable para él. Ahora bien, normalmente se trata
de errores superables, con la obligación de aclarar los asuntos
importantes. Por tanto, existe la obligación de formar la
conciencia, ya que si la conciencia se equivoca por descuidos
voluntarios y culpables, la persona es responsable de ese error
[53]. En el caso del aborto, no parece probable que se dé un
error en la valoración de su bondad o maldad.
En la Encíclica Fe y Razón se explica: "Abandonada la idea
de una verdad universal sobre el bien, que la razón humana pueda
conocer, ha cambiado también inevitablemente la concepción
misma de la conciencia: a ésta ya no se la considera en su
realidad originaria, o sea, como acto de la inteligencia de la
persona, que debe aplicar el conocimiento universal del bien en
una determinada situación y expresar así un juicio sobre la
conducta recta que hay que elegir aquí y ahora; sino que más
bien se está orientando a conceder a la conciencia del individuo
el privilegio de fijar, de modo autónomo, los criterios del bien
y del mal, y actuar en consecuencia. Esta visión coincide con
una ética individualista, para la cual cada uno se encuentra
ante su verdad, diversa de la verdad de los demás" [54].
La Iglesia Católica ha salido al paso declarando que corresponde
a su Magisterio la interpretación de la ley moral [55], y en
repetidas ocasiones se ha declarado a favor de la vida desde el
momento de la concepción.
El derecho a la vida, es tratado abundantemente por la Encíclica
Evangelium Vitae, en donde señala en el n° 73: "Así pues,
el aborto y la eutanasia son crímenes que ninguna ley humana
puede pretender legitimar. Leyes de este tipo no sólo no crean
ninguna obligación de conciencia, sino que, por el contrario,
establecen una grave y precisa obligación de oponerse a ellas
mediante la objeción de conciencia. Desde los orígenes de la
Iglesia, la predicación apostólica inculcó a los cristianos el
deber de obedecer a las autoridades públicas legítimamente
constituidas (cf. Rom 13, 1-7, 1 P 2, 13-14), pero al mismo
tiempo enseñó firmemente que hay que obedecer a Dios antes que
a los hombres (Hch 5, 29). Ya en el Antiguo Testamento,
precisamente en relación a las amenazas contra la vida,
encontramos un ejemplo significativo de resistencia a la orden
injusta de la autoridad. Las comadronas de los hebreos se
opusieron al faraón, que había ordenado matar a todo recién
nacido varón. Ellas no hicieron lo que les había mandado el rey
de Egipto, sino que dejaban con vida a los niños (Ex 1, 17).
Pero es necesario señalar el motivo profundo de su
comportamiento: Las parteras temían a Dios (ibid.). Es
precisamente de la obediencia a Dios -a quien sólo se debe aquel
temor que es reconocimiento de su absoluta soberanía- de donde
nacen la fuerza y el valor para resistir a las leyes injustas de
los hombres. Es la fuerza y el valor de quien está dispuesto
incluso a ir a prisión o a morir a espada, en la certeza de que
aquí se requiere la paciencia y la fe de los santos (Ap 13, 10).
20 MITO. Hay
teólogos católicos, sacerdotes y obispos, que consideran
morales algunos abortos. Y, aunque el Derecho Canónico establece
que quien comete un aborto queda excomulgada automáticamente,
esto es falso si lo realiza conforme a su conciencia.
REALIDAD. Como afirma el Papa Pio XII: si los Sumos Pontífices
en su Magisterio pronuncian una sentencia en argumentos hasta
entonces controvertidos, es evidente que, según la intención y
voluntad de los mismos Pontífices, esas cuestiones ya no se
pueden considerar como de libre discusión entre los teólogos
[56].
"la Iglesia Romana, por disposición del Señor, posee el
principado de potestad ordinaria sobre todas las otras, y que
esta potestad de jurisdicción del Romano Pontífice, que es
verdaderamente episcopal, es inmediata. A esta potestad están
obligados por el deber de subordinación jerárquica y de
verdadera obediencia los pastores y fieles (...) no sólo en las
materias que atañen a la fe y a las costumbres, sino también en
lo que pertenece al régimen y disciplina de la Iglesia"
[57].
La potestad del Romano Pontífice se extiende sobre los Concilios
y los Patriarcas [58], sobre los obispos tanto individualmente
como agrupados en el Colegio Episcopal, del que el Sucesor de
Pedro es la Cabeza [59].
Es claro que las muchas opiniones no hacen Magisterio, aunque
provengan de voces de personas "muy católicas".
Además en materia tan clara como lo es el aborto, no parece
posible justificar un error de la conciencia, sino, en todo caso,
se trata de una autosugestión de que se está obrando
correctamente.
El Papa Juan Pablo II señaló en México lo siguiente:
"¡Que ningún mexicano se atreva a vulnerar el don sagrado
de la vida en el vientre materno!".
21 MITO. En Italia,
un país mayoritariamente católico, en cuyo territorio está el
Vaticano, se despenalizó el aborto motivado por la situación de
injusticia que significaba que las mujeres con recursos
económicos pudieran practicarse abortos en buenas condiciones,
mientras que las mujeres de pocos recursos debían acudir a
métodos que muchas veces resultaban mortales. Este hecho indica
que la Iglesia debería cambiar su postura respecto al aborto.
REALIDAD. Por una parte, con la aprobación del aborto en Italia
se percibió la falta de coherencia de quienes se declaran a sí
mismos católicos. Ahora bien, esa situación no quebrantó la
enseñanza de siempre de la Iglesia en su doctrina.
Por otra parte, muchas situaciones similares se han dado a lo
largo de la historia logrando salir siempre adelante de ellas.
Por ejemplo, muestra la Biblia que peor estuvo la situación para
toda la humanidad cuando Adán y Eva desobedecieron el mandato de
Dios de no probar el fruto del árbol prohibido. Se superó la
herejía de Arrio, acogida por la mayoría de los obispos
católicos del siglo IV. También se puede recordar la situación
para la Iglesia en Oriente con la conquista musulmana (s. VII),
la Reforma protestante del siglo XVI, etc. Resulta pues evidente
que una cosa es lo que la Iglesia Católica sostiene, y otra, lo
que decide hacer cada uno con su libertad.
De manera semejante a si se dijera que son los católicos quienes
comenten homicidios, violan, roban, golpean y mienten. En ningún
caso lo realizarían en cumplimiento a la doctrina católica,
sino dando curso a doctrinas semejantes al argumento del mito,
esto es: "si se hace, es bueno". Por tanto, continuando
con esa linea de pensamiento, si ahora llegaran unos individuos y
dijeran "esta asamblea está muy aburrida, vamos a ponerle
ambiente", y se dedicaran a golpear, a violar y a prender
fuego a quienes nos encontramos reunidos, no porque los amantes
de la violencia comenten que se quitó lo aburrido a la junta, se
calificaría de inmejorable.
Como ha quedado respondido anteriormente, quienes abortan, con
recursos o sin ellos, están dando muerte a otra persona, además
de ocasionarse un grave daño a sí mismas. Así pues, quienes lo
aconsejan no están dando una buena recomendación. A la pobre
mujer que abortó le pesará haberlo hecho quizá en el peor
momento de su vida. Algo indica que cada vez son más los
médicos arrepentidos en Estados Unidos por haber realizado
abortos.
¡Qué hay católicos a favor del aborto! Sí, es verdad. Ahora
bien, ¡qué esas personas posean la razón! Evidentemente que la
respuesta es un no. Es innegable que hay madres que abortan, como
también lo es que existen personas que cometen errores.
22 MITO. Las
"Católicas por el Derecho a Decidir" pertenecemos a la
Iglesia Católica porque somos bautizadas, sin embargo tenemos
opiniones distintas a lo que enseña el Papa en ciertas materias,
como por ejemplo el aborto.
REALIDAD. Existen innumerables materias opinables en donde cada
persona, católico o no, puede manifestar libremente sus
convicciones, sin embargo algunas pocas verdades han sido
enseñadas por la Iglesia para sus fieles. A este respecto
señala la Lumen Gentium, n° 25: "los fieles (...) tienen
la obligación de aceptar y adherirse con religiosa sumisión de
espíritu al parecer de su obispo en materias de fe y de
costumbres cuando él las expone en nombre de Cristo"
¿Cómo explican estas personas autodenominadas "Católicas
por el Derecho a Decidir" (CDD) su falta de adhesión?
Los obispos mexicanos descalificaron públicamente a la
asociación autodenominada "Católicas por el Derecho a
Decidir", debido a que a nadie le es lícito atribuirse el
supuesto "derecho a elegir" cuando se trata de la vida
de una persona. A nadie, sacerdote o fiel, es lícito manipular
la Sagrada Escritura o el Magisterio para justificar una opinión
personal en esta materia [60].
La Iglesia denunció al grupo autodenominado "Católicas por
el Derecho a Decidir (CDD)". La jerarquía eclesiástica
precisó que las CDD reciben millonarios financiamientos en
dólares de poderosas fundaciones estadunidenses como la Ford,
Rockefeller Dayton, Packard, y Mac Arthur, entre otras. Eso, sin
contar con los recursos que les proporcionan los organismos de la
propia ONU, y, en el caso de México, el Consejo Nacional de
Población (CONAPO). "Nadie que esté a favor de la
práctica del aborto, de la unión entre homosexuales y la
adopción de niños por estas parejas; del uso indiscriminado de
anticonceptivos entre adolescentes y la esterilización masiva
como método de control demográfico, puede llamarse
legítimamente católico" advirtió la Conferencia del
Episcopado Mexicano (CEM) [61].
Además el Romano Pontífice, como piedra que soporta el peso de
la Iglesia Católica, es el único colocado al frente. Su
doctrina ha de aceptarse aun cuando no se hable ex cathedra, y
aceptarse en su totalidad.
Por tanto, maestro en la Iglesia no es quien se presente a sí
mismo de entre el pueblo, por más títulos que pretenda aducir.
Tampoco sorprende este mito, pues lo mismo se hizo en Estados
Unidos para liberar el aborto en los años setenta, se fue contra
la Iglesia presentando mujeres católicas para llevarlas al
frente como escudos, para que dijeran que estaban a favor del
aborto [62].
23 MITO. Practico
la religión católica y personalmente nunca estaré de acuerdo
en el aborto, sin embargo, soy de la opinión de que aun cuando
la vida del no nacido es un bien que se debe proteger, es
necesario que la legislación no impida la libertad de realizar o
no un aborto cuando una mujer fue violada o corre peligro su
vida.
RESPUESTA. Personalmente cada quien puede tener una opinión
sobre una variadísima gama de cuestiones, sin embargo, las
opiniones deben estar sustentadas, tener fundamento, y de manera
espontánea, todos exigimos una cierta congruencia con ellas.
El aborto directo es una de esas cuestiones que comprometen la
vida de una persona, la del no nacido. Por eso, para disponer de
esa vida se requiere de un buen fundamento. Algunos lo encuentran
en los casos límite de la violación y el peligro para la vida;
sobre esto se tratará en el capítulo siguiente; sin embargo, en
cuanto al aspecto de ser congruente con la religión católica
primero habría que conocer lo que la Iglesia dice acerca de la
defensa del no nacido en la legislación, para que por lo menos
se entere de si su opinión está en conformidad con la religión
que practica.
A continuación se presentan algunos puntos tratados en diversos
documentos:
ENCÍCLICA "EVANGELIUM VITAE" ROMA 25-III-95
58. Entre todos los delitos que el hombre puede cometer contra la
vida, el aborto procurado presenta características que lo hacen
particularmente grave e ignominioso. El Concilio Vaticano II lo
define, junto con el infanticidio, como «crímenes nefandos».
Hoy, sin embargo, la percepción de su gravedad se ha ido
debilitando progresivamente en la conciencia de muchos. La
aceptación del aborto en la mentalidad, en las costumbres y en
la misma ley es señal evidente de una peligrosísima crisis del
sentido moral, que es cada vez más incapaz de distinguir entre
el bien y el mal, incluso cuando está en juego el derecho
fundamental a la vida. Ante una situación tan grave, se requiere
más que nunca el valor de mirar de frente a la verdad y de
llamar a las cosas por su nombre, sin ceder a compromisos de
conveniencia o a la tentación de autoengaño. A este propósito
resuena categórico el reproche del Profeta: «¡Ay, los que
llaman al mal bien, y al bien mal!; que dan oscuridad por luz, y
luz por oscuridad» (Is 5,20). Precisamente en el caso del aborto
se percibe la difusión de una terminología ambigua, como la de
«interrupción del embarazo», que tiende a ocultar su verdadera
naturaleza y a atenuar su gravedad en la opinión pública.
Quizás este mismo fenómeno lingüístico sea síntoma de un
malestar de las conciencias. Pero ninguna palabra puede cambiar
la realidad de las cosas.
71. Para el futuro de la sociedad y el desarrollo de una sana
democracia, urge pues descubrir de nuevo la existencia de valores
humanos y morales esenciales y originarios, que derivan de la
verdad misma del ser humano y expresan y tutelan la dignidad de
la persona. Son valores, por tanto, que ningún individuo,
ninguna mayoría y ningún Estado nunca pueden crear, modificar o
destruir, sino que deben sólo reconocer, respetar y promover.
En este sentido, es necesario tener en cuenta los elementos
fundamentales del conjunto de las relaciones entre ley civil y
ley moral, tal como son propuestos por la Iglesia, pero que
forman parte también del patrimonio de las grandes tradiciones
jurídicas de la humanidad.
Ciertamente, el cometido de la ley civil es diverso y de ámbito
más limitado que el de la ley moral. Sin embargo, «en ningún
ámbito de la vida la ley civil puede sustituir a la conciencia
ni dictar normas que excedan la propia competencia», que es la
de asegurar el bien común de las personas, mediante el
reconocimiento y la defensa de sus derechos fundamentales, la
promoción de la paz y de la moralidad pública. En efecto, la
función de la ley civil consiste en garantizar una ordenada
convivencia social en la verdadera justicia, para que todos
«podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y
dignidad» (1 Tm 2,2) . Precisamente por esto, la ley civil debe
asegurar a todos los miembros de la sociedad el respeto de
algunos derechos fundamentales, que pertenecen originariamente a
la persona y que toda ley positiva debe reconocer y garantizar.
Entre ellos el primero y fundamental es el derecho inviolable de
cada ser humano inocente a la vida. Si la autoridad pública
puede, a veces, renunciar a reprimir aquello que provocaría de
estar prohibido, un daño más grave sin embargo, nunca puede
aceptar legitimar, como derecho de los individuos -aunque éstos
fueran la mayoría de los miembros de la sociedad-, la ofensa
infligida a otras personas mediante la negación de un derecho
suyo tan fundamental como el de la vida. La tolerancia legal del
aborto o de la eutanasia no puede de ningún modo invocar el
respeto de la conciencia de los demás, precisamente porque la
sociedad tiene el derecho y el deber de protegerse de los abusos
que se pueden dar en nombre de la conciencia y bajo el pretexto
de la libertad.
A este propósito, Juan XXIII recordó en la Encíclica Pacem in
terris: «En la época moderna se considera realizado el bien
común cuando se han salvado los derechos y los deberes de la
persona humana. De ahí que los deberes fundamentales de los
poderes públicos consisten sobre todo en reconocer, respetar,
armonizar, tutelar y promover aquellos derechos, y en contribuir
por consiguiente a hacer más fácil el cumplimiento de los
respectivos deberes. "Tutelar el intangible campo de los
derechos de la persona humana y hacer fácil el cumplimiento de
sus obligaciones, tal es el deber esencial de los poderes
públicos". Por esta razón, aquellos magistrados que no
reconozcan los derechos del hombre o los atropellen, no sólo
faltan ellos mismos a su deber, sino que carece de obligatoriedad
lo que ellos prescriban».
72. En continuidad con toda la tradición de la Iglesia se
encuentra también la doctrina sobre la necesaria conformidad de
la ley civil con la ley moral, tal y como se recoge, una vez
más, en la citada encíclica de Juan XXIII: «La autoridad es
postulada por el orden moral y deriva de Dios. Por lo tanto, si
las leyes o preceptos de los gobernantes estuvieran en
contradicción con aquel orden y, consiguientemente, en
contradicción con la voluntad de Dios, no tendrían fuerza para
obligar en conciencia (...); más aún, en tal caso, la autoridad
dejaría de ser tal y degeneraría en abuso». Esta es una clara
enseñanza de santo Tomás de Aquino, que entre otras cosas
escribe: «La ley humana es tal en cuanto está conforme con la
recta razón y, por tanto, deriva de la ley eterna. En cambio,
cuando una ley está en contraste con la razón, se la denomina
ley inicua; sin embargo, en este caso deja de ser ley y se
convierte más bien en un acto de violencia» y añade: «Toda
ley puesta por los hombres tiene razón de ley en cuanto deriva
de la ley natural. Por el contrario, si contradice en cualquier
cosa a la ley natural, entonces no será ley sino corrupción de
la ley».
La primera y más inmediata aplicación de esta doctrina hace
referencia a la ley humana que niega el derecho fundamental y
originario a la vida, derecho propio de todo hombre. Así, las
leyes que, como el aborto y la eutanasia, legitiman la
eliminación directa de seres humanos inocentes están en total e
insuperable contradicción con el derecho inviolable a la vida
inherente a todos los hombres, y niegan, por tanto, la igualdad
de todos ante la ley (...)
Por tanto, las leyes que autorizan y favorecen el aborto y la
eutanasia se oponen radicalmente no sólo al bien del individuo,
sino también al bien común y, por consiguiente, están privadas
totalmente de auténtica validez jurídica. En efecto, la
negación del derecho a la vida, precisamente porque lleva a
eliminar la persona en cuyo servicio tiene la sociedad su razón
de existir, es lo que se contrapone más directa e
irreparablemente a la posibilidad de realizar el bien común. De
esto se sigue que, cuando una ley civil legitima el aborto o la
eutanasia deja de ser, por ello mismo, una verdadera ley civil
moralmente vinculante.
73. Así pues, el aborto y la eutanasia son crímenes que ninguna
ley humana puede pretender legitimar (
)
En el caso pues de una ley intrínsecamente injusta, como es la
que admite el aborto o la eutanasia, nunca es lícito someterse a
ella, «ni participar en una campaña de opinión a favor de una
ley semejante, ni darle el sufragio del propio voto».
Un problema concreto de conciencia podría darse en los casos en
que un voto parlamentario resultase determinante para favorecer
una ley más restrictiva, es decir, dirigida a restringir el
número de abortos autorizados, como alternativa a otra ley más
permisiva ya en vigor o en fase de votación. No son raros
semejantes casos. En efecto, se constata el dato de que mientras
en algunas partes del mundo continúan las campañas para la
introducción de leyes a favor del aborto, apoyadas no pocas
veces por poderosos organismos internacionales, en otras Naciones
-particularmente aquéllas que han tenido ya la experiencia
amarga de tales legislaciones permisivas- van apareciendo
señales de revisión. En el caso expuesto, cuando no sea posible
evitar o abrogar completamente una ley abortista, un
parlamentario, cuya absoluta oposición personal al aborto sea
clara y notoria a todos, puede lícitamente ofrecer su apoyo a
propuestas encaminadas a llmitar los daños de esa ley y
disminuir así los efectos negativos en el ámbito de la cultura
y de la moralidad pública. En efecto, obrando de este modo no se
presta una colaboración ilícita a una ley injusta; antes bien
se realiza un intento legítimo y obligado de limitar sus
aspectos inicuos.
Catecismo de la Iglesia CATÓLICA
2272. La cooperación formal a un aborto constituye una falta
grave. La Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este
delito contra la vida humana. "Quien procura el aborto, si
éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae"
(CIC can. 1398), es decir, "de modo que incurre ipso facto
en ella quien comete el delito" (CIC can. 1314), en las
condiciones previstas por el Derecho (CIC can. 1323-1324). Con
esto la Iglesia no pretende restringir el ámbito de la
misericordia; lo que hace es manifestar la gravedad del crimen
cometido, el daño irreparable causado al inocente a quien se da
muerte, a sus padres y a toda la sociedad.
2273. El derecho inalienable de todo individuo humano inocente a
la vida constituye un elemento constitutivo de la sociedad civil
y de su legislación:
"Los derechos inalienables de la persona deben ser
reconocidos y respetados por parte de la sociedad civil y de la
autoridad política. Estos derechos del hombre no están
subordinados ni a los individuos ni a los padres, y tampoco son
una concesión de la sociedad o del Estado: pertenecen a la
naturaleza humana y son inherentes a la persona en virtud del
acto creador que la ha originado. Entre esos derechos
fundamentales es preciso recordar a este propósito el derecho de
todo ser humano a la vida y a la integridad física desde la
concepción hasta la muerte".
"Cuando una ley positiva priva a una categoría de seres
humanos de la protección que el ordenamiento civil les debe, el
Estado niega la igualdad de todos ante la ley. Cuando el Estado
no pone su poder al servicio de los derechos de todo ciudadano, y
particularmente de quien es más débil, se quebrantan los
fundamentos mismos del Estado de derecho (...) El respeto y la
protección que se han de garantizar, desde su misma concepción,
a quien debe nacer, exige que la ley prevea sanciones penales
apropiadas para toda deliberada violación de sus derechos".
EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL "ECCLESIA IN
AMERICA" MÉXICO 22-I-99
63. Hoy en América, como en otras partes del mundo, parece
perfilarse un modelo de sociedad en la que dominan los poderosos,
marginando e incluso eliminando a los débiles. Pienso ahora en
los niños no nacidos, víctimas indefensas del aborto; en los
ancianos y enfermos incurables, objeto a veces de la eutanasia; y
en tantos otros seres humanos marginados por el consumismo y el
materialismo. No puedo ignorar el recurso no necesario a la pena
de muerte cuando otros medios incruentos bastan para defender y
proteger la seguridad de las personas contra el agresor (...) En
efecto, hoy, teniendo en cuenta las posibilidades de que dispone
el Estado para reprimir eficazmente el crimen dejando inofensivo
a quien lo ha cometido, sin quitarle definitivamente la
posibilidad de arrepentirse, los casos de absoluta necesidad de
eliminar al reo "son ya muy raros, por no decir
prácticamente inexistentes". Semejante modelo de sociedad
se caracteriza por la cultura de la muerte y, por tanto, en
contraste con el mensaje evangélico. Ante esta desoladora
realidad, la Comunidad eclesial trata de comprometerse cada vez
más en defender la cultura de la vida.
Por ello, los Padres sinodales, haciéndose eco de los recientes
documentos del Magisterio de la Iglesia, han subrayado con vigor
la incondicionada reverencia y la total entrega a favor de la
vida humana desde el momento de la concepción hasta el momento
de la muerte natural, y expresan la condena de males como el
aborto y la eutanasia. Para mantener estas doctrinas de la ley
divina y natural, es esencial promover el conocimiento de la
doctrina social de la Iglesia, y comprometerse para que los
valores de la vida y de la familia sean reconocidos y defendidos
en el ámbito social y en la legislación del Estado. Además de
la defensa de la vida, se ha de intensificar, a través de
múltiples instituciones pastorales, una activa promoción de las
adopciones y una constante asistencia a las mujeres con problemas
por su embarazo, tanto antes como después del nacimiento del
hijo. Se ha de dedicar además una especial atención pastoral a
las mujeres que han padecido o procurado activamente el aborto.
Doy gracias a Dios y manifiesto mi vivo aprecio a los hermanos y
hermanas en la fe que en América, unidos a otros cristianos y a
innumerables personas de buena voluntad, están comprometidos a
defender con los medios legales la vida y a proteger al no
nacido, al enfermo incurable y a los discapacitados. Su acción
es aún más laudable si se consideran la indiferencia de muchos,
las insidias eugenésicas y los atentados contra la vida y la
dignidad humana, que diariamente se cometen por todas partes.
Esta misma solicitud se ha de tener con los ancianos, a veces
descuidados y abandonados. Ellos deben ser respetados como
personas. Es importante poner en práctica para ellos iniciativas
de acogida y asistencia que promuevan sus derechos y aseguren, en
la medida de lo posible, su bienestar físico y espiritual. Los
ancianos deben ser protegidos de las situaciones y presiones que
podrían empujarlos al suicidio; en particular han de ser
sostenidos contra la tentación del suicidio asistido y de la
eutanasia.
Junto con los Pastores del pueblo de Dios en América, dirijo un
llamado a los católicos que trabajan en el campo
médico-sanitario y a quienes ejercen cargos públicos, así como
a los que se dedican a la enseñanza, para que hagan todo lo
posible por defender las vidas que corren más peligro, actuando
con una conciencia rectamente formada según la doctrina
católica. Los Obispos y los presbíteros tienen, en este
sentido, la especial responsabilidad de dar testimonio incansable
en favor del Evangelio de la vida y de exhortar a los fieles para
que actúen en consecuencia. Al mismo tiempo, es preciso que la
Iglesia en América ilumine con oportunas intervenciones la toma
de decisiones de los cuerpos legislativos, animando a los
ciudadanos, tanto a los católicos como a los demás hombres de
buena voluntad, a crear organizaciones para promover buenos
proyectos de ley y así se impidan aquellos otros que amenazan a
la familia y la vida, que son dos realidades inseparables. En
nuestros días hay que tener especialmente presente todo lo que
se refiere a la investigación embrionaria, para que de ningún
modo se vulnere la dignidad humana.
Oscar Fernández Espinosa de los Monteros, Abogado e investigador
en materias de Bioética (Vida Humana internacional http://www.vidahumana.org/)
[1] MARIAS, Julian, "La
cuestión del aborto", en periódico EL NORTE, Monterrey,
México, 25-XI-99
[2] Cfr. "Aborto y angustia" en ACEPRENSA, 139/92,
Madrid, España, 28-X-92
* Si deseas conocer más acerca de este tema, comunícate
directamente con el autor del libro a la siguiente dirección de
internet: oscarf@altavista.net
[3] Cfr. HERNÁNDEZ GÁLVEZ, Dr. Edgar, "Síndrome
post-aborto", en
http://www.vidahumana.org/vidafam/aborto/galvez.htm1
[4] Cfr. "Aborto es cuatro veces más peligroso que parto,
demuestra estudio", en ACI Digital,
http://www.aciprensa.com, 20-VI-00
[5] Cfr. CENTRO DE AYUDA A LA MUJER, Informe de México en el
seguimiento Beijing+5 capítulo la mujer y la salud, p. 1 y
Estadísticas Nacionales, México, 1989-1999,
[6] Cfr. " Contento de estar aquí" en ACEPRENSA,
99/93, Madrid, España, 2-VII-93
[7] Cfr. "La certeza de una nueva vida" en Servicio
Especial de Informaciones nº 235, México, 15-III-83
[8] SALDAÑA ARÉVALO, Dr. Emilio, directamente al autor.
[9] Cfr. BURKE, Cormac, Felicidad y entrega en el matrimonio,
Ediciones Rialp S.A., Madrid, España, 1990, pp. 198-199
[10] Cfr. "El aborto visto de cerca" en ACEPRENSA,
172/95, Madrid, España, 27-XII-95
[11] Cfr. "EE.UU.: 25 años de la legalización del
aborto" en ACEPRENSA, 16/98, Madrid, España, 28-I-98
[12] Cfr. NATHANSON, Bernard, La Mano de Dios, Ediciones Palabra,
4 Edición, Madrid, España, 1999, p. 135
[13] Cfr. SHEIBER, Marta, "Yo me hice rica con el
aborto", en revista PALABRA nº 309, España, enero de 1991,
p. 46
[14] International Herald Tribune, 18-IX-91.
[15] Por desgracia no me es posible conocer la fuente de estos
párrafos. Si alguno los identifica, mucho le agradecería que me
lo comunicara para darle el oportuno reconocimiento al autor de
este escrito. Oscar Fernández E.
[16] Cfr. OLLERO, Andrés (Universidad de Granada, España),
"Eutanasia y Multiculturalismo, Derecho, moral y religión
en una sociedad pluralista", n° 3
[17] "El Cardenal y el Gobernador", en ACEPRENSA,
119/90, Madrid, España, 1-VIII-90
[18] Cfr. "El Gulag demográfico chino elevado a modelo por
la ONU", en EUROPE TODAY, nº 131, Bruselas, Bélgica,
27-IX-94, p. 3
[19] Cfr. LEJEUNE, Jerome., " Los médicos
desnaturalizados", en Dejadlos vivir, Ediciones Rialp S.A.,
Madrid, España, 1980, pp. 32 y 33
[20] Cfr. "Fotografía de feto y médico se convierte en
nuevo estandarte pro-vida", ACI
Digital,http://www.aciprensa.com, 18-VIII-99
[21] Cfr. "Padres de Samuel dirigen carta a pro-vidas del
mundo", ACI Digital, http://www.aciprensa.com, 11-XII-99
[22] Cfr. "Médicos casi matan a bebé prematura por falsa
anomalía", en ACI Digital, http://www.aciprensa.com,
1-IV-00
[23] Cfr. MEDELLÍN, María Luisa, "Es un niño sin
límites", en periódico EL NORTE, Monterrey, México,
8-IV-99
[24] Cfr. LLANO CIFUENTES, Carlos, "Trece argumentos en
favor de la vida" en revista ISTMO nº 162, México,
Enero-Febrero de 1986, p.15
[25] SAVE, Alvar, Directamente al autor, Hermosillo, México,
13-VI-00
[26] Cfr. REYES, Rosalía, "Aborto la marca para
siempre...", en periódico EL NORTE, Monterrey, México,
2-VI-99
[27] Cfr. "campaña abortista con datos falsos" en
ACEPRENSA, 123/91, Madrid, España, 1991.
[28] Cfr. INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA, GEOGRAFÍA E
INFORMÁTICA, Mujeres y Hombres en México , México, D.F., 1997
[29] " La conversión científica del Rey del aborto",
en ACEPRENSA, 71/82, Madrid, España, 12-V-82
[30] Cfr. ÁLVAREZ SALAS, Dr. José, "La realidad del
aborto", ponencia presentada en el Foro Regional de Salud,
Zona Pacífico, Culiacán, México 8 y 9 de octubre de 1993, p.
13
[31] Cfr. MAYRA DE YAMALLEL, "Sugiere educación y apoyo
para el niño" en Cartas al periódico EL NORTE, Monterrey,
México, 21-V-99
[32] Cfr. SERRANO, Rafael," Aborto ilegal, no
clandestino", en ACEPRENSA, 168/91, Madrid, España, 1991
[33] JUAN PABLO II, Encíclica Evangelium vitae, 25-III-95, nº
58
[34] Cfr. "Justicia argentina otorga subsidio a bebé por
nacer", en ACI Digital, http://www.aciprensa.com, 8-V-99
[35] Cfr. "Italia: Un Ayuntamiento ayuda a las mujeres que
no abortan", en ZENIT, http://www.zenit.org, 5-VI-00
[36] Cfr. "Milán: ayudas para evitar el aborto por motivos
económicos" en ACEPRENSA, 185/99, Madrid, España,
29-XII-99
[37] Cfr. "Cuando llega un hijo inesperado, en ACEPRENSA,
99/93, Madrid, España, 1-VII-93
[38] Cfr. "Por una sociedad más acogedora", en
ACEPRENSA, 102/96, Madrid, España, 17-VII-96
[39] PARTIDA, Daniel, Directamente al autor, Hermosillo,
México,, 13-VI-00
[40] Cfr. BARRA, Rodolfo Carlos, Estatuto jurídico del embrión
humano, en III Encuentro de Políticos y Legisladores de
América, Buenos Aires, Argentina, 3-5 de agosto de 1999, p. 3
[41] Cfr. JUAN PABLO II, Encíclica Fides et ratio, 14-IX-98, n°
31- 33
[42] Cfr. JUAN PABLO II, Creo en Dios Padre, 4a Edición, Ed.
Palabra, S.A., Madrid, España, 1996, pp. 302 y 303
[43] Cfr. CHESTERTON, G.K., Charlas, Espasa-Calpe, Austral n°
525, Buenos Aires, Argentina 1945, pp. 14-18
[44] MARÍAS, Julian, "La cuestión del aborto", en
periódico EL NORTE, Monterrey, México, 25-XI-99
[45] Cfr. JUAN PABLO II, Encíclica Fides et ratio, 14-IX-98, n°
49
[46] Cfr. JUAN PABLO II, Encíclica Fides et ratio, 14-IX-98, n°
43
[47] Cfr. JUAN PABLO II, Encíclica Fides et ratio, 14-IX-98, n°
47
[48] JUAN PABLO II, Encíclica Evangelium vitae, 25-III-95, nº 6
[49] Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática Lumen
Gentium, nº 25
[50] Cfr. Concilio Vaticano I, Constitución Dogmática Pastor
Aeternus, Capítulo IV
[51] JUAN PABLO II, Encíclica Evangelium vitae, 25-III-95, nº
62
[52] Catecismo de la Iglesia Católica nº 1703
[53] Cfr. SADA, Ricardo y Alfonso Monroy, Curso de Teología
Moral, Editora de Revistas S.A. de C.V., Quinta Edición,
México, 1989, pp. 60- 62
[54] Cfr. JUAN PABLO II, Encíclica Fides et ratio, 14-IX-98, n°
98
[55] Cfr. Encíclica Humanae vitae, 25-VII-68, n° 4
[56] Cfr. Carta Hac nostra aetate, 9-I-1951, nº 21 y Encíclica
Humani generis, 12-VIII-1950
[57] Concilio Vaticano I, Constitución Dogmática Pastor
Aeternus, Capítulo III
[58] Cfr. Concilio I de Nicea, can. 6, año 325; Concilio I de
Constantinopla, can. 3, año 381; Concilio IV de Constantinopla,
can. 17, año 870; Concilio Vaticano II, decreto Orientalium
Ecclesiarum, nº 7
[59] Cfr. León XIII, Encíclica Satis cognitum, 29-VI-1896;
Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática Lumen Gentium, nº
22
[60] Cfr. "Obispos piden identificar a políticos anti-vida
y no votar por ellos", en ACI Digital
http://www.aciprensa.com, 1-V-99
[61] "Cfr. ONU:Insisten feministas en excluir a la Santa
Sede del seno de Naciones Unidas", en periódico El Heraldo
de México, México, D.F., 4-IV-00
[62] SERVICIO ESPECIAL DE INFORMACIONES, nº 239, México, D.F.,
15-V-83, p. 3
.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
La reproducción total o parcial de estos documentos esta a
disposición de la gente siempre bajo los criterios de buena fe y
citando su origen.