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¿Salud reproductiva o aborto?
Estas campañas son etapas del plan de reingeniería social que llevan a cabo los países centrales y se enmarcan en un proyecto de dominio totalitario que tiene como rasgo típico el ataque al hombre en sus dimensiones físicas, psicológica y espiritual. Un totalitarismo que inhibe, paraliza, congela y anestesia la capacidad de juicio personal y la toma de decisiones libres y que se introduce en las "democracias" con trampas del lenguaje que esconden continuos atentados contra la mujer y el niño, como el aborto
Después del intento fracasado de imponer
un férreo control demográfico a los países del Tercer Mundo,
en la I Conferencia Mundial de Población de Bucarest (1974),
organizada por las Naciones Unidas, el gobierno de los Estados
Unidos adoptó -entre otras- las siguientes directivas de
gobierno, [1]:
1. Es necesario poner el mayor énfasis en "motivar a los
dirigentes de los países en vías de desarrollo para que acepten
las actividades de planificación familiar".
2. "Se debe ayudar a esos dirigentes a integrar las
políticas de población en los planes nacionales de salud,
educación y desarrollo". Esta medida, "ayudará a
rebatir la acusación ideológica que los Estados Unidos están
interesados en frenar el crecimiento de población de los países
en desarrollo".
3. Pero, para evitar la acusación de imperialismo anticonceptivo
se decide disimular las políticas antinatalistas insistiendo en:
"a) el derecho individual a determinar libre y
responsablemente el espaciamiento de los hijos, y b) el derecho
al desarrollo de los países pobres".
4. Se comienza a promover una campaña "de reingeniería
social para provocar cambios culturales y 'cambiar las creencias'
(se refiere a creencias religiosas)", obviamente para
facilitar la hegemonía de los países desarrollados, tratando de
neutralizar la influencia de la Iglesia Católica.
A través de las conferencias internacionales realizadas en este
último decenio, la Cumbre de Río ("Eco'92", 1992), la
Conferencia Internacional de Derechos Humanos (Viena, 1993), la
III Conferencia de Población de El Cairo (1994), la Cumbre de
Desarrollo Social de Copenhague (1995), la IV Conferencia Mundial
sobre la Mujer de Beijing (1995), Habitat II (Estambul, 1996),
Cumbre Alimentaria Mundial (Roma, 1996), y las reuniones de
seguimiento correspondientes, como El Cairo+5 en 1999, los
Estados Unidos y las Naciones Unidas, apoyadas por un grupo de
numerosas Organizaciones No Gubernamentales (ONG's),
intensificaron la presión antinatalista sobre los países del
Tercer Mundo.
El 25 de marzo de 1995, Juan Pablo II denunció "una guerra
de los poderosos contra los débiles", (Enc. Evangelium
Vitae, n. 12) (
), "el antiguo Faraón viendo como una
pesadilla la presencia y el aumento de los hijos de Israel, los
sometió a toda forma de opresión y ordenó que fueran
asesinados todos los recién nacidos varones de las mujeres
hebreas (cfr. Ex 1, 7-22). De este modo se comportan hoy no pocos
poderosos de la tierra", (Enc. Evangelium Vitae, n. 16)
Dos años antes el Sumo Pontífice había denunciado este afán
totalitario de los países del Norte como "una nueva guerra
fría, provocada por la carrera desenfrenada al acaparamiento y a
la explotación de los recursos de la tierra por parte de unos
pocos privilegiados sienta las bases para otra forma de guerra
fría, entre el Norte y el Sur", (Discurso, 8-V-93).
Hispanoamérica:
aborto encubierto
Como era lógico Hispanoamñerica no se ha mantenido al margen de
esta presión internacional. Podría parecer lo contrario
teniendo en cuenta las declaraciones pro-vida de diferentes
Presidentes y su postura contraria al aborto quirúrgico en los
foros internacionales, pero eso no ha preservado a estos países
de la embestida contra la vida humana[2].
A lo largo de esta década se han ido sucediendo los proyectos,
las leyes y las reglamentaciones municipales que reconocen
"los derechos" a la "salud reproductiva",
"a la maternidad sin riesgos", "a evitar el
ambarazo no-deseado", que son sin más la autorización de
abortar por medios químicos. Las provincias de La Pampa,
Mendoza, Córdoba, Jujuy, Chaco, Misiones y municipios como
Berisso, Ensenada, General Sarmiento por sólo referirnos a
algunos de la provincia de Buenos Aires, en Argentina son
ejemplos bien contundentes.
Ejemplo es el proyecto paradigmático, presentado por el partido
gobernante, fue el aprobado por la Cámara de Diputados de la
Nación, en la madrugada del 1 al 2 de noviembre 1995. El Senado
no trató el proyecto que perdió su estado parlamentario en
1997. El otro ejemplo, es el actual proyecto en estudio de la
Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, éste fue elaborado en
base a proyectos de la Alianza, aunque cuenta con apoyo de muchos
legisladores del PJ.
Forma parte del mencionado proyecto de ley nacional, un anexo del
Ministerio de Salud y Acción Social, llamado "Propuesta
Normativa Perinatal: Procreación Responsable". En este
texto se aceptan explícitamente como procedimientos
contraceptivos no sólo los anticonceptivos hormonales y los
DIU's, que tiene efectos abortivos, sino también, los implantes
y los inyectables -también abortivos-, y los procedimientos de
"anticoncepción post-coital", eufemismo usado
seguramente para tranquilizar conciencias. Porque no hace falta
ciencia médica para saber lo que significa "anticoncepción
post-coital o de emergencia", quiere decir aborto por medios
químicos, que es el que provoca por el efecto de drogas o
dispositivos intrauterinos (DIU's), la muerte y expulsión del
embrión humano en las primeras etapas de su desarrollo, al
impidir su implantación en el endometrio del útero.
En casi todos los textos analizados de otros proyectos, tanto
municipales como provinciales y especialmente en el que está a
estudio de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, se
autorizan todos los métodos y productos anticonceptivos
aceptados y los que en el futuro pueda aprobar el Ministerio de
Salud, de ahí la importancia de la Propuesta Normativa.
Siguiendo las pautas de la Propuesta Normativa, el Ministerio de
Salud y Acción Social, a fines de 1997, aprobó la fabricación
y venta de un anticonceptivo post-coital o de emergencia en base
a las drogas levonorgestrel y etinilestradiol. Este producto -al
que no se debería llamar producto medicinal- consiste solamente
en píldoras con dosis más elevadas de levonorgestrel y
etinilestradiol que las dosis de esas mismas drogas que contienen
las píldoras anticonceptivas "normales".
Es decir, por lo general, para provocar un aborto químico se
puede acudir a un anticonceptivo "normal", aumentando
el número de píldoras que se ingieren. El "anticonceptivo
de emergencia", facilita la cuestión, pues evita la ingesta
de muchas píldoras, basta con unas pocas para "evitar el
ambarazo no deseado, producto de un coito no protegido",
como dicen las instrucciones para su consumo. (Vid. Programa
Provincial de Salud Reproductiva del Ministerio de Desarrollo
Social y Salud de Mendoza, prescripciones posibles para
anticoncepción de emergencia en base a marcas comunes de
anticonceptivos[3]).
Por lo tanto, son abortivos los medios anticonceptivos usados,
específicamente en la anticoncepción postcoital, y todos
aquellos usados en la anticoncepción "normal" que
alteran el endometrio uterino haciendo imposible la anidación
del embrión.
Todos estos proyectos, leyes provinciales y ordenanzas
municipales, explícita o implícitamente, facilitan y promueven
el aborto químico, inducido por las drogas y elementos que
contienen los anticonceptivos, (píldoras y DIU's).
La sentencia 296 del 26 de agosto pasado de la juez federal de
Córdoba reconoce jurídicamente lo que médicamente se sabía.
Los compuestos de levonorgestrel y etinilestradiol para la
llamada "anticoncepción de emergencia" son verdaderos
abortivos.
La misma IPPF, siempre interesada en esconder los efectos
abortivos de los anticonceptivos, dice: "La implantación o
ingesta de estas drogas para evitar el embarazo cuando el
período menstrual de una mujer está atrasado, debe considerarse
como un abortivo. Con tal finalidad se implantan DIU's, o se
administra etinilestradiol, o esta droga combinada con
levonorgestrel, o la droga antiprogesterona: mifepristona",
con la que se fabrica la píldora abortiva, RU 486, [4].
La IPPF suma a los medios para la "anticoncepción de
emergencia", la droga mifepristona. La mirepristona actúa
produciendo el aborto no sólo antes de la implantación del
embrión humano, sino también después de ella, constituyendo,
como decía el Prof. Lejeune, un verdadero pesticida humano. Una
acción similar tiene otra droga, el misoprostol[5].
Las trampas del
lenguaje
Los defensores de llamar anticoncepción al aborto, argumentan
que el embarazo comienza desde la implantación del óvulo
fecundado en el endometrio del útero y no desde la fecundación.
No existen razones científicas para afirmar tal cosa, ya que la
implantación es un paso en el desarrollo de la vida humana que
comienza en la fecundación. La implantación no constituye
ningún cambio sustancial. Sin embargo, arbitrariamente y por
razones ideológicas o mercantiles y no científicas, el American
College Obstetrics and Gynecology (ACOG), de 1965, decidió que
la "concepción -en el sentido de comienzo del embarazo-
comienza con la implantación del óvulo fecundado"[6]. En
ese año, después de bastante tiempo dedicado a experimentos
abusivos en humanos, se trataba de imponer "la
píldora" en el mercado.
"Plantear esta diferenciación entre fecundación e
implantación resulta éticamente improcedente ya que no habrá
embarazo si antes no hay una persona humana y sólo una vez
concebida ésta será posible aquél. Por tanto, para que exista
un embarazo es necesaria la concepción del un ser humano y, por
otra parte, es bien sabido que el embrión recién concebido -y
antes de su implantación- produce señales biológicas en el
nivel molecular que facilitan su reconocimiento y preparan su
implantación, manteniendo una evidente "comunicación"
con su madre prácticamente desde el momento mismo de la
concepción. De este modo, entonces, el embarazo comienza antes
de la implantación, sin duda en la concepción, no siendo
válida la aplicación del concepto de "inicio del
embarazo"[7].
Sin duda para facilitar el aborto, la ideología se impone a los
datos científicos, un ejemplo de esta manipulación se ve
claramente en el caso de México. En ese país el Estado, a
instancias de la Organización Mundial de la Salud; la
Organización Panamericana de la Salud; el Fondo de Población de
Naciones Unidas; Fondo de Naciones Unidas para la Infancia
(UNICEF); Family Health International; Pathfinder México; la
Association for Voluntary Surgical Contraception y la Fundación
Ford Foundation y el Population Council, cambió en agosto de
este año la definición tradicional de embarazo por otra:
"aquella parte del proceso de la reproducción humana que se
inicia con la implantación del conceptus en una mujer y termina
con el nacimiento de un producto o con un aborto" (vid.
Actualización de la Norma Oficial Mexicana NOM-SSA2-1993 de los
Servicios de Planificación Familiar, 24-8-99).
Atentados contra la
mujer y el niño
Frente a la certeza que detrás del concepto de salud
reproductiva se mal encubre el aborto, lo demás es secundario.
Pero podemos añadir que debido a la cantidad enorme de
contraindicaciones médicas y consecuencias perjudiciales para la
salud de la mujer de los DIU y los contraceptivos hormonales
(píldoras), que figuran en cualquier vademecum médico, de los
textos de referencia no se deduce una preocupación verdadera por
la salud de la mujer. Sólo se pretende evitar nacimientos a toda
costa.
Además, la distribución masiva de anticonceptivos no soluciona
la mortalidad infantil, como pretende los textos, a no ser que la
"solución" sea que no nazcan niños, lo que trae
reminiscencias nazis de "solución final".
Tampoco como dicen, acceder fácilmente a los anticonceptivos
previene las enfermedades de transmisión sexual, sino que es
camino para su aumento. La Organización Mundial de la Salud
estima que cada año se producen en el mundo 25 millones de
nuevos casos de gonorrea, 50 millones de nuevos casos de
clamidia, 20 millones de nuevos casos de herpes genital, [8], y
nunca como ahora, por ejemplo, se han regalado y distribuido
tantos preservativos. Por otro lado, la misma IPPF reconoció
que, a pesar de las intensísimas y costosísimas campañas para
inculcar en los adolescentes el mal llamado "sexo
seguro" en los países de Europa, el 60% de las relaciones
sexuales entre los jóvenes se dan "sin protección".
[9]. Sin ir más lejos, a principios de 1999, el director
ejecutivo de ONUSIDA, Peter Piot, declaró que la pandemia del
SIDA estaba descontrolada.
Contracepción y
aborto
Juan Pablo II dice que la contracepción y el aborto provocado
tienen una raíz común, "son fruto de una misma
planta", (Enc. Evangelium Vitae, n. 13), y la historia nos
enseña que los movimientos antinatalistas piden siempre:
anticoncepción y después, aborto legal.
Comparando los textos se ve con claridad que las leyes, las
ordenanzas y los proyectos de ley de salud reproductiva son copia
de los proyectos modelo provistos por las ONG's tales como
International Planned Parethood Federation (IPPF). (En Argentina,
la filial de la IPPF es la Asociación Argentina de Protección
Familiar). Ese prototipo de leyes, en otros países ha llevado a
la despenalización del aborto quirúrgico.
En todos estos textos, el Estado juzga cuando la procreación es
responsable o no. En todos, se prohibe a los médicos y el
personal sanitario ejercer el derecho humano a la objeción de
conciencia, siguiendo la abusiva resolución de la Conferencia de
la Mujer de Beijing, (nuestro pais no hizo reserva sobre ese
tema). En todos, se niega el derecho de los padres a la
educación sexual de sus hijos. Y en todos, uno de los objetivos
primordiales declarados es combatir la pobreza, que tratan de
resolverlo, como dijo Juan Pablo II, "prohibiendo a los
pobres nacer".
El objetivo declarado de la IPPF, y de otras organizaciones
internacionales, para el año 2000 es conseguir la
despenalización del aborto quirúrgico en los países en los que
todavía rige algún impedimento legal. "Allí dónde el
acceso a los servicios de aborto sin riesgo es restringido, las
asociaciones deben mantener un diálogo positivo y trabajar con
otras organizaciones no gubernamentales o grupos dedicados (...)
para promover reformas en la ley", [10]. Para imponer la
contracepción, y después despenalizar el aborto, estas
organizaciones mienten descaradamente en cuanto al número de
abortos clandestinos. En la Cámara de Diputados de la Nación en
1995, se llegó a hablar de 500.000 abortos ilegales al año, lo
que es estadísticamente imposible, [11].
Los Obispos latinoamericanos acusaron a la IPPF y a sus filiales
de "empobrecer moralmente" a los pueblos de la región,
y denuncian que sus políticas son inspiradas por "poderosos
intereses económicos y políticos de organismos financieros y de
laboratorios que buscan mercados para sus productos
anticonceptivos y abortivos", y reconocieron una verdadera
guerra química [12].
Democracia
totalitaria
No cabe duda que los textos que nos ocupan son un instrumento del
imperialismo cultural que pretende implantar un nuevo orden en el
mundo y que utiliza, como una de sus armas, el sexo,
empobreciendo moralmente a los pueblos. En otras palabras, estas
campañas son etapas del plan de reingeniería social que llevan
a cabo los países centrales y se enmarcan en un proyecto de
dominio universal.
El totalitarismo, según algunos autores modernos -dice Michel
Schooyans-, no se define primeramente por la vigencia de un
régimen en particular o por la ausencia de un parlamento o de un
régimen representativo, aunque estas condiciones sean
irremplazables. El régimen totalitario tiene como razgo típico
el ataque al hombre en sus dimensiones físicas, psicológica y
espiritual. El totalitarismo inhibe, paraliza, congela y
anestesia la capacidad de juicio personal y la toma de decisiones
libres. Se distrae la atención, se inhibe la capacidad crítica,
se retira toda responsabilidad, y la persona se convierte en
irresponsable y alienada. El totalitarismo ya no usa la fuerza
física, destruye el yo.
El sujeto se ve como llevado a adoptar una ideología que
favorece un comportamiento que conviene a quien se lo quiere
imponer, sufre como una ocupación de su mente. La ideología
asumida por el dominado, por el colonizado mental, le predispone
a aceptar e incluso a consentir formas de violencia física. Le
han dominado el cuerpo, dominando su inteligencia y su voluntad.
Se hace absorber a los colonizados un discurso ideológico que
disfraza los intereses del dominador y lo llega a ver como un
beneficio para él y para los demás De esta manera la mentira
ideológica apoya la violencia física, pero el camino inverso
también es posible: la violencia física puede solicitar la
ayuda de la violencia ideológica. Las prácticas violentas como
la esterilización, el aborto y la anticoncepción, ejecutadas
según la política de los hechos consumados, preparan la
mentalidades para aceptar las justificaciones ideológicas y
jurídicas para esos atropellos.
Quienes impulsan estas medidas se llaman a sí mismos
"progresistas". Para ellos atentar contra la vida, el
uso banalizado y banalizante del sexo, la educación sexual
animalizante, los intentos de "democratizar la familia"
son sinónimo de desarrollo social y de libertad y, a la menor
objeción, tratan de "fundamentalista" a quien
disiente, aunque ellos acepten acríticamente los dictámenes de
la ONU o de cualquier organismo internacional, tengan o no
fundamento científico.
Algunos, buscando con sinceridad poco reflexiva el bienestar de
quienes padecen situaciones difíciles, no se dan cuenta que su
pensamiento circula por los caminos del evolucionismo social, el
mismo que hizo que en este siglo que despedimos se concretaran
las mayores aberraciones de la historia, ejecutadas como
política de estado: la eliminación de miles de seres humanos,
los campos de concentración; las leyes eugenésicas, con
esterilizaciones masivas y permisos para concebir; la eutanasia
de enfermos mentales y físicos, en fin, la eliminación de todos
los que eran inútiles al Estado.
En el fondo, ahora, ¿no se está tratando de eliminar a quienes
no son útiles a la sociedad globalizada, o a quienes no pueden
alcanzar un patrón de "calidad de vida" fijado por
otros?. ¿No sucede ahora, como sucedió bajo el nazismo y el
comunismo, que se elimina a quienes no pueden ser convertidos en
masa uniforme, porque su raza, su religión, su lugar de
nacimiento o sus tradiciones ancestrales los hacen distintos e
inabsorbibles?. Muchas "soluciones" al problema de la
pobreza nacen de esa mentalidad, que se caracteriza por el
convencimiento que ciertos sectores de la población poseen
tendencia genética o una herencia cultural o religiosa
insalvable que los condena a la miseria; entonces, no se les
facilitan ni la educación ni las oportunidades de trabajo, se
los castra con anticonceptivos, se los elimina.
Como es lógico en este orden de cosas, muchos de los mentores
del aborto encubierto bajo la capa de los derechos reproductivos
y la salud reproductiva, padecen una especie de obsesión
anticatólica, porque como dice el Cardenal Ratzinger, quien
afirma que en la figura de Jesucristo y en la fe Iglesia hay una
verdad permanente y universalmente vinculante se convierte ipso
facto en el único verdadero enemigo de la sociedad
relativista[13].
Manipulando palabras e ideas ponen gran empeño por calificar de
"religiosa", y por lo tanto, despreciable y
descalificatoria, la verdad científica sobre la fecundación y
el inicio de la vida humana y toda razón médica opuesta a los
anticonceptivos, tanto si hace referencia a sus efectos abortivos
como las consecuencias negativas que tienen éstos para la salud
de la mujer. Sin embargo, esas evidencias científicas y esas
consecuencias son claras para todos los médicos honestos,
creyentes y no creyentes.
Otras veces, atacan insistentemente a la Iglesia Católica,
acusándola de entrometerse en política; o insistiendo en que su
doctrina carece de humanidad, compasión y hasta de caridad. No
es raro que quienes tienen este empeño favorezcan apostasías y
las apoyen económicamente, como en el caso de las denominadas
"católicas por el derecho a decidir", y se presenten
como cruzados de la "democratización de la Iglesia".
Se olvidan que la doctrina de Jesucristo no se reforma a mano
alzada, según va pasando el tiempo.
La manipulación de los conceptos y los prejuicios ideológicos
los hacen argumentar en contra de las leyes de toda lógica. Por
ejemplo, llaman mucho la atención los dichos de un diputado
argentino, médico de profesión, en el debate de noviembre de
1995. Este profesional de la medicina, refiriéndose a la
cantidad de abortos espontáneos -que según afirma la misma
ciencia médica- tiene una mujer que hace uso habitual de su
sexualidad dijo, para justificar el carácter abortivo de los
dispositivos intrauterinos, "la naturaleza produce más
abortos que el DIU".
Sea verdad o no lo relacionado con los abortos espontáneos (que
son involuntarios), este médico con sus palabras, demostró que
no distinguía entre lo voluntario y lo involuntario en los actos
humanos. Peligroso camino eligió el diputado, pues no aprecia la
diferencia entre la muerte natural y la causada intencionalmente.
No distingue, por ejemplo, entre las muertes ocasionadas por un
atentado, -el de la AMIA, por citar uno-, y las muertes a causa
de un terremoto; tampoco entre la muerte natural de un enfermo y
un asesinato en la vía pública o la muerte provocada a ese
enfermo por su propio médico. ¡Dios nos libre de tales médicos
y de tales legisladores!. Así se llega a la triste conclusión
que lo importante para estas personas no es la búsqueda de la
verdad y la coherencia de pensamiento, sino llevar adelante un
plan de reingeniería social, en el que la revolución sexual es
una etapa.
Juan Pablo II describió esta situación diciendo, "existe
hoy un riesgo no menos grave debido a la negación de los
derechos fundamentales de la persona humana y por la absorción
en la política de la misma inquietud religiosa que habita en el
corazón de todo ser humano: es el riesgo de la alianza entre
democracia y relativismo ético, que quita a la convivencia civil
cualquier punto seguro de referencia moral, despojándola más
radicalmente del reconocimiento de la verdad. En efecto, 'si no
existe una verdad última -la cual guía y orienta la acción
política- entonces las ideas y las convicciones humanas pueden
ser instrumentalizadas fácilmente para fines de poder. Una
democracia sin valores se convierte con facilidad en un
totalitarismo visible o encubierto como demuestra la
historia'" , (Enc. Veritatis Splendor, n. 101 y Enc.
Centesimus Annus, n. 46).
Por eso, el Santo Padre insiste en que "estamos no sólo
'ante', sino necesariamente 'en medio' de este conflicto: todos
nos vemos implicados y obligados a participar, con la
responsabilidad ineludible de elegir incondicionalmente en favor
de la vida", (Enc. Evangelium Vitae, n. 28)".
Frente a esta situación no caben dilaciones para tomar una
actitud, una opción vital, se está a favor de la vida o en
contra de la vida: todos los programas de anticoncepción,
educación sexual, paternidad planificada o salud reproductiva,
al poner énfasis en la prevención de los hijos no deseados,
inducen casi coactivamente la intención de no desearlos, y son
el camino para la despenalización del aborto quirúrgico.
Dicho de otra manera, los conceptos de salud reproductiva o
procreación responsable legalizan el aborto al legalizar la
"anticoncepción post-coital" o "de
emergencia", por lo tanto, si una ley los admite y los
favorece, esa ley es una ley que autoriza y promueve el aborto y
además, abre la puerta para la legalización del aborto
quirúrgico, como un derecho de la mujer.
Anticoncepción
violenta
La mayoría de los textos analizados imponen a los médicos la
obligación de recetar anticonceptivos, y no contemplan la
responsabilidad de los servicios públicos de salud por las
consecuencias negativas para la salud de la mujer de la
inserción del DIU y de la prescripción de anticonceptivos
hormonales. El proyecto de ley nacional de 1995, va más allá,
pues mediante la creación de sistemas engañosos de
"consentimiento informado", exonera explícitamente de
responsabilidad a esos servicios.
Y por si esto fuera poco, mediante estos instrumentos legales se
crean sistemas de seguimiento para las mujeres que participan en
los programas.
Las denuncias de coacción y violencia psicológica en los
programas de planificación familiar han llegado al Congreso de
los Estados Unidos y son públicamente conocidas en toda América
Latina.
Estas medidas, les guste o no a quienes las imponen o pretenden
imponer, aunque digan actuar en nombre de la democracia, son
medidas totalitarias, que no respetan la libertad de la persona.
Sabemos, por ejemplo, que en Brasil para dar trabajo a una mujer,
algunas empresas exigen un certificado de esterilización o un
certificado de "perseverancia" en programas de salud
reproductiva.
Estas leyes y proyectos sientan las bases para sustraer del
ámbito de la intimidad del matrimonio la decisión sobre el
número de hijos, poniendo las bases para que el Estado, las
ONG's o la opinión pública determinen cuándo y entre quiénes
la procreación es responsable.
Por eso, Juan Pablo II dice: "Se trata de amenazas
programadas de manera científica y sistemática", contra la
vida. En este final del siglo XX, "los falsos profetas y los
falsos maestros han logrado el mayor éxito posible", (Enc.
Evangelium Vitae, n. 17).
Pbro. Juan C. Sanahuja Miembro correspondiente de la Pontificia
Academia para la Vida.
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Notas
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Crecimiento de la Población Mundial para la Seguridad de los
Estados Unidos y sus intereses de Ultramar, diciembre 1974.
Habitualmente a este documento se lo llama Informe Kissinger,
cit. en Sanahuja, J.C., El Gran Desafío, Serviam, Buenos Aires
1995, pp 55-58.
[2] Noticias de la ONU. ( http://pagina.de/noticiasdelaonu )Número 138, 55/99. Buenos Aires, 25
de Julio de 1999, gacetilla 216, Ciudad de Buenos Aires: PROYECTO
DE SALUD REPRODUCTIVA; gacetilla 217, Argentina: ANTICONCEPTIVOS
HORMONALES (Píldoras), USADOS EN "ANTICONCEPCIÓN DE
EMERGENCIA" (AE); gacetilla 218, Argentina: ALGUNAS
PÍLDORAS ANTICONCEPTIVAS QUE IMPIDEN LA IMPLANTACIÓN.
(http://pagina.de/noticiasdelaonu).
[3] Ibid. gacetilla 217, Argentina: ANTICONCEPTIVOS HORMONALES
(Píldoras), USADOS EN "ANTICONCEPCIÓN DE EMERGENCIA"
(AE). (http://pagina.de/noticiasdelaonu).
[4] Boletín Médico de la IPPF, Vol. 22, n. 5, octubre 1988. La
RU 486, en base a la droga mifepristona, fue lanzada al mercado
por el laboratorio Roussel-Uclaf, subsidiario de Hoescht AG de
Alemania. Hoescht es un laboratorio que nació del
desmembramiento del IG Farben, que fabricaba el gas Zyklon B para
los campos de concentración nazis. Acaba de ser autorizada en
todos los países de la Unión Europea, bajo el nombre de
Myfegine. Vid. Noticias de la ONU. Número 59/98. Buenos Aires, 8
de Octubre de 1998, gacetilla 107, COMUNICACIÓN DE LA SANTA SEDE
A LA CONFERENCIA DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS)
sobre ETICA Y VALORES HUMANOS EN LA PLANIFICACIÓN FAMILIAR:
DIÁLOGO INTERNACIONAL SOBRE DERECHOS Y RESPONSABILIDADES DE
PERSONAS Y SOCIEDADES. Bankok, 19-24 de junio de 1988.
(http://pagina.de/noticiasdelaonu).
[5] Noticias de la ONU. Número 130, 47/99. Buenos Aires, 29 de
Junio de 1999, informe 201, LO QUE HAY QUE SABER SOBRE LA PILDORA
RU-486. Argentina podría producir y comerciar con el pesticida
humano en cualquier momento. (http://pagina.de/noticiasdelaonu).
[6] American College Obstetrics and Gynecology (ACOG) Terminology
Bulletin, Terms Used in Reference to the Fetus, Chicago, American
College of Obstetrics ad Gynecology, No. 1, September 1965.
[7] Pineda Rafael, 'Contracepción de emergencia'. Un mal llamado
método anticonceptivo, 1998, pro-manuscripto, Rosario 1998.
[8] Vid. Informe anual 1994, Fondo para la Población de las
Naciones Unidas, New York, 1994
[9] Haspels, A., Anticoncepción postcoital, Boletín Médico de
la IPPF, Vol. 22, n. 5, octubre 1988, pp. 1-3.
[10] IPPF, IMAP, IPAP, Declaración sobre el aborto con riesgo y
la salud reproductiva, Boletín Médico de la IPPF, Vol. 26, n.
1, febrero 1992, pp. 1 y 2.
[11] Carta del Dr. Nathanson, sobre la falsedad de las cifras que
se dieron para los casos de Estados Unidos (cfr. La Capital, Mar
del Plata, 9-8-98). Vid. también Lejeune, Jérome y otros,
Dejadlos vivir, Rialp, Madrid 1980. En la nota de prensa de la
Sociedad Argentina de Etica Médica y Biológica (SAEMB), del 13
de julio de 1990, el Dr. Luis Ravaioli demuestra
estadísticamente la falsedad de esas cifras.
[12] Declaración Final de Obispos Presidentes de Comisiones
Episcopales para la Familia y la Vida, 18.III.93.
[13] Ratzinger, I., Situación de la fe y la teología,
L'Osservatore Romano 1-11-96, pp. 4 y 5, ed. cast. .
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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