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Rizal.
Personaje controvertido, ¿cuál es el Rizal verdadero, no tergiversado por la fantasía o la manipulación?¿Fué enemigo de España?¿Fué masón?
Rizal es, sin duda, un personaje
controvertido. Razón de más para sentir el estímulo de
encontrarnos con el Rizal verdadero, el auténtico, el no
tergiversado ni por la fantasía ni por la manipulación. ¿Fue
Rizal enemigo de España? ¿Fue masón? Sería bueno contestar
con acierto.
Por lo que respecta a su actitud con relación a España conviene
subrayar que se formó en el Ateneo municipal de Manila, a cargo
de la Compañía de Jesús, y que esa formación fue muy
española, hasta el punto de que cuando, de acuerdo con sus
padres, decide completarla en Europa, no elige otras naciones,
como la mayoría de sus compañeros, sino, precisamente, España.
En Madrid hace simultáneamente dos carreras, la de Medicina y la
de Filosofía y Letras, a la vez que pinta y esculpe en la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando. En castellano escribe
tanto sus dos grandes novelas, Noli me tangere y El
filibusterismo, como sus trabajos y artículos. "La
personalidad y la nobleza son innatas bajo el cielo de
España", dejó escrito Rizal, que ya en 1880, teniendo 19
años, recibió el primer premio del Liceo Artístico Literario
de Manila, por su obra "El consejo de los dioses". No
cabe la menor duda de que Rizal era un superdotado.
Cuando la guerra de Cuba, en 1895, quiso marchar al Caribe, y
como médico prestar servicio en el Ejército español. El
capitán general del archipiélago le dio una carta de
recomendación para el ministro de la Guerra. Se embarcó en
Manila en el Isla de Panay, rumbo a España y estando a bordo el
capitán de la nave recibió la orden de detenerlo e
incomunicarlo. Desde Barcelona se le hizo regresar a Manila. Se
le encarceló. Fue condenado a muerte y fusilado en el campo de
Bagumbañan por un piquete de soldados indígenas del regimiento
70, el 30 de diciembre de 1896.
¿Pudo el amor de Rizal por Filipinas impulsarle a odiar a
España, a desear la ruptura y la independencia? No lo creo.
Quería, sin duda, que el lejano archipiélago tuviera
representación parlamentaria, equiparación a las regiones, un
concierto foral, e incluso autonomía para gobernarse. Temía que
su país -ha escrito Luis Armiñán- "cayera en otras manos
al soltar las amarras españolas". Temor fundado, porque
como dijo en dos preciosos versos Claro Mayo Recto, "huyó
el león rampante ensangrentado el lomo, pero vinieron las
águilas rapaces en tropel" (Oración al dios Apolo).
El fusilamiento de Rizal -un error gravísimo- ha dado apoyo a la
corriente antiespañolista en Filipinas, y, con ella, un añadido
importante a la "campaña -como se ha dicho- de
desculturización más eficaz y más científica llevada a cabo
en el curso de la Historia", perfectamente orquestada por
los Estados Unidos, y que ha hecho posible, como escribía
Alejandro Roces, que hayamos "perdido nuestra vinculación
con el pasado, de tal forma que son muchos los ciudadanos de este
país -Filipinas- que se saben hijos de Eva y no saben que lo son
de Adán", con lo que a Rizal, como también se ha escrito,
se le ha matado doblemente post mortem.
Me permito recoger algunos testimonios que avalan el españolismo
de Rizal, y el hecho de que el inmenso amor por su tierra no
estaba reñido con su amor a España.
Ante Radie escribía en el número de ABC de 23 de junio de 1960:
"Rizal amaba y admiraba a España".
Miguel de Unamuno le calificaba de "intensa y profundamente
español En lengua española pensó y en lengua española cantó
su último y tierno amor a la patria".
Fernando Biunientritt, con cuya familia hizo amistad en sus
viajes por Centroeuropa, afirmó: "Rizal no fue enemigo de
España. La llamó Madre España ".
Gloria Calvo dice de Rizal que fue "un español más entre
españoles". Martínez Remis le invoca así: "español
fuiste en todo, en vivir, en gritar y en echar la semilla".
Angel Rodríguez Bachiller (ABC, de 29 de septiembre 1.961)
escribió de Rizal: "En sus novelas habla de cómo se puede
ser un buen español sin dejar de ser buen filipino ", hasta
el punto de afirmar: "Amo a España, la Patria de mis
mayores, porque, a pesar de todo, Filipinas le debe y le deberá
su felicidad y su porvenir".
Por último León María Guerrero, que fue embajador de Filipinas
en Londres y luego en Madrid, en su conferencia sobre El
hispanismo de Rizal en el Instituto de Cultura Hispánica, en
mayo de 1961, se atrevió a decir: "se fusiló al más
español de los filipinos, porque el alma de Rizal brota saturada
de amor a España y afición a su lengua, en la que escribió sus
mejores obras".
El propio Rizal, momentos antes de ser ejecutado, gritó:
"¡Yo no he sido traidor ni a mi Patria ni a la nación
española!".
Por lo que respecta a la vinculación de Rizal con la masonería,
es preciso reconocerla. Rizal fue masón. Lo que ocurre es que no
se hizo masón en Filipinas, sino en España. Ingresó en las
logia madrileña Acacia, integrada en el Gran Oriente Español
(Francisco Marín Calahorro. José Rizal, padre de la nación
filipina, en la Revista de Historia Militar, n' 83,1997, pág, 2
l). Pero una cosa es ingresar en la masonería y otra borrar por
completo la raiz cristiana de la formación recibida y ahogar la
fuerza de la gracia bautismal. Por ello, lo que en última
instancia importa es que abjuró de la masonería.
Emeterio Barcelón, filipino ilustre, asegura que esa abjuración
se produjo "tan pronto se persuadió de que se trataba de un
credo religioso incompatible con su fe católica, de tal modo que
para que la posteridad no pudiera poner en tela de duda la
autenticidad de su retractación; él mismo redactó de su puño
y letra el escrito de abjuración". (Veritas, de 17 de
diciembre de 1958 ). Estando en capilla, el 29 de diciembre de
1895, se confesó con el P. Villaclara, S.J.
Más aún, su relación sentimental con la inglesa Josefina
Bracken -cuya vida alguien relaciona con las actividades inglesas
en el archipielago- la regulariza. Rizal le dedica palabras
afectuosas en el ejemplar del Kempis que leía en prisión. Se
casó con ella a las 6 de la mañana del 30 de diciembre de 1896.
A las 7 y 3 minutos se le fusilaba. Pero antes del fusilamiento
dijo: "¡Qué bien se considera ahora la pasión de Cristo!
Lo mio es poco: ¡Él sufrió mucho más! ".
María Lourdes Ruiz Villanueva, universitaria filipina, cuenta
que Rizal fue congregante mariano y que con un cortaplumas
esculpió en madera una estatuilla del Sagrado Corazón de
Jesús, que más tarde reprodujo un sello postal filipino. Antes
de ser fusilado besó esa estatuilla, que unos padres jesuitas le
llevaron, así como el crucifijo. Llevaba sobre el pecho un
escapulario de la Inmaculada, y colgado del cinturón un rosario.
(Mundo Hispánico. 1961, nº 159. Junio, páginas 22 y 23).
El poema de Rizal El último adiós, escrito poco antes de morir,
concluye con esta estrofa:
Adiós, padres y hermanos, trozos del alma mía
Amigos de la infancia y del perdido hogar
Dad gracias, que descanso del fatigoso día.
Adiós dulce extranjera, mi amiga, mi alegría
Adiós queridos seres, morir es descansar.
B.P.L.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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